Yerba Buena
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Desde que vivo en san José de Maipo, varios años ya, las montañas pre cordilleranas de esta zona me han servido no solo como campo de entrenamiento para intentar mantenerme lo menos flojo que se pueda, sino como base y refugio para alejarme de las turbulencias de una sociedad que cada vez me resulta mas ajena.
Desde San José son muchas las cumbres que se pueden subir por el día, no todas conocidas, y en varias de ellas es fácil tener un día de sosiego alejado de las masas que ya inundan varias zonas montañosas de Santiago. Es bueno que la gente suba cerros, cada vez mas gente, pero estamos en el limite en que la masificación descontrolada, y el hambre de dinero de gente sin mucho escrúpulo por el cuidado del medio ambiente, empiece a hacer daño.
Como sea, en cerros cono el Lajas, La Calchona, Morro Isidora, Morro Buitrero, San Roque y otros, he encontrado espacio para volver a aquellos tiempos de montaña y trekking relajado, alejado de la bulla. Senderos que en su tranquilidad y espaciosa sensación de libertad, me permiten planificar proyectos mayores.
Con esa idea partí una vez mas desde san José hacia el sector del Toyo. Esta vez no me fui caminando como cuando subí el Morro Isidora, preferí esperar un colectivo que no paso, pero lo que si paso fue la micro MB72 que iba a San Alfonso. En esa me fui.
Me baje en el puente, cuantos recuerdos en estas barandas y piedras del camino. Mas de 20 años paseando por aquí, primero como un simple y desequipado excursionista, después como un intento de montañista y escalador, y ahora, sigo como intento de montañista y escalador, pero con mas años.
Camine por el puente hasta llegar a la entrada del fundo, era temprano, el día semi nublado estaba algo frío. Llegue hasta el portón por donde siempre entro, y donde por años el mismo caballero me ha cobrado las mismas dos lucas por pasar, pero estaba cerrado, no se habían levantado aún.
Seguí la marcha, me dio lata molestar, así que después de algunos minutos pasada la entrada “oficial”, remonte unas laderas hasta tomar un sendero que - regresando sobre mis pasos - me llevo al camino vehicular inhabilitado que parte desde la misma entrada donde esta vez estaba cerrado. Mañas del que conoce la zona. Camine una vez mas por este amplio camino, fácil y casi distraídamente, hasta que después de un rato ya vi en la lejanía mi objetivo del día, el Cerro Yerbas Buenas.
Foto: Yerba Buena desde el camino. |
Había decidido que recorrer el camino hasta el portezuelo que separa el Yerba Buena del Morro Isidora, era fácil pero demasiado largo, conocía la tirada desde mi subida al Isidora, y pensé que era mejor intentar una ruta mas directa que me permitiera ganar tiempo, estaba anunciada algo de lluvia para la tarde. Decidí subir por el filo este, que me llevaría de manera completamente directa a la cumbre.
Camine atento, mirando bien por donde salirme del camino y comenzar a subir. Después de pasar unos terraplenes verticales de tierra por donde no podía pasar, el terreno cambio a una suave ladera, algo resbalosa, por la que subí, para tras devolverme un poco, tomar un amplio filo que comenzó a subir y subir y subir.
El recorrido tiene tramos de vegetación baja que no molesta en un comienzo, al centro hay una zona de arboles mas espesa, e incluso hay algunos tramos planos donde se podría instalar un bonito campamento con vista a un cielo estrellado, pero alejado del agua. Pase los arboles con mas de algún ramaso en la cara, atento a no perder el filo, esquive algunas subidas pasándome por los costados - generalmente izquierdo - de algunos lomajes, y fui ganando terreno mientras el día se comenzaba a nublar de manera amenazante y el viento hacia su aparición.
En algunas partes encontré rastros de sendero, como casi en cualquier parte de nuestra hermosa cordillera, siempre hay algo, algún indicio, y siempre son de arrieros, de quienes pasan sus vidas recorriendo cada rincón de nuestros cerros.
Salí al ultimo tercio de la ruta, ya casi sin vegetación, es el cono final del cerro, la vista se abre en todas direcciones y se empiezan a ver tantas montañas ya escaladas, tantos recuerdos, amigos que ya no están cerca, subidas, bajadas, campamentos, mates, tanto que recordar…
Foto: Tramo final del cerro. |
Me detuve en una piedra a comerme un yogurt y una marraqueta pelada, lo se, no me preocupe mucho de la ración de marcha esta vez, para la otra seré mas aplicado. También llevaba unas galletas Frac.
Pase por lo que parecía ser la cumbre, pero era una antecumbre, y así un par de veces, hasta que ya, mas cansado y algo aburrido, me asome al filo y directamente a la cumbre del Yerba Buena. Había un bambú en el suelo y una desarmada pirca. La cumbre es amplia, incluso en las cercanías hay un estupendo lugar para acampar, bueno si se hace la travesía de todo el cordón, o para venir a sacar sus buenas fotos nocturnas, la vista es soberbia.
Se ve hacia la zona sur de Santiago, en la noche debe ser como estar en los cerros de la Sierra de Ramón. Y todos los cerros de la zona central hacia el norte, hasta montañas de Rancagua hacia el sur. Grandotes como el San José, Marmolejo o el Castillo en dirección a la frontera. Miraba el Morro Isidora, y hacia el sur siguiendo el filo otras dos cumbre que quiero hacer desde este lado, el Alto de la Yareta o Cruzada las Hormigas, y el Papagayo.
Me quede un rato en la cumbre disfrutando, sacando pocas fotos y respirando profundo, sintiendo el viento en la cara, ya estaba bastante nublado pero no hacia tanto frío, era un agradable día para estar en la punta del cerro.
Foto: Cumbre del Yerba Buena. Imagen tomada meses después durante la travesía de la Sierra. |
Como sea, era algo tarde para ir por el Yareta y el Papagayo, así que los deje para otro día. Decidí bajar cuando alguna gota loca me entro en el ojo.
Baje sin inconvenientes, el día ya estaba feo feo, había viento fuerte y en algún momento se puso a chispear con mayor intensidad, pero cuando llegue al final del filo, donde conecte de nuevo el camino vehicular, ya había amplios claros de sol en el cielo. De ahí todo fue tranquilo, agradable y cálido, baje con la alegría de seguir recorriendo las montañas del que considero patudamente “mi sector de cerros”…
Llegue hasta el camino pavimentado, pase por el puente y me tire en la berma a esperar la MB72, que por suerte esta vez paso bastante rápido. Me baje en la plaza, y previo mote con huesillos y empanadas de carne y queso en el quiosco de la esquina SO, me fui pa la casa a dormir…
Y eso jue…
"La aventura es cada vez más difícil"
George Mallory.