Cerro Wana Anaki - Cumbre Oeste
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Estando en la cumbre del Austria, admirando el paisaje y todo eso, nos dimos cuenta que era bastante temprano, que teníamos tiempo y ganas de hacer algo más, el día estaba completamente despejado, sin viento y además estábamos en onda aclimatación, así que subir otro cerrito no sería nada de malo.
Obviamente no podíamos ir muy lejos, pero estando en la cumbre y también en el portezuelo justo antes de la subida final, nos llamó la atención otra cumbre que se alzaba justo frente al Austria, a la derecha del portezuelo, era obvio que tendría una muy buena vista del Condoriri y todos los cerros aledaños.
Foto: Claudio subiendo con el Austria como telón de fondo. |
Comenzamos a bajar desde la cumbre por una marcada huella que descendía en línea recta, por un acarreo de piedras blandas. Este tramo fue bastante rápido, aunque por bajar directo no nos topamos a ninguno de los montañeros que a esa hora subían hacia la cumbre, perdiendo la posibilidad de conocer a alguna montañera guapa que anduviera por estos lados... |
Entre conversa y conversa volvimos al portezuelo, pero en vez de bajar hacia el campamento comenzamos a ascender en dirección a la cumbre del cerro, no teníamos idea si tenía nombre o no, si era así tendríamos que averiguar después, por que no estaba descrito en ninguna parte.
Ciertamente no era una cumbre de las principales, pero estaba sobre los 5000 msnm y nos sería útil para seguir aclimatando, yo solo esperaba encontrar arriba alguna pirca o algo que la identificara como cumbre, y más ambiciosamente algún testimonio o algo similar.
No había sendero alguno por donde subir así que nos fuimos derecho para arriba, el acarreo en algunas partes era bastante suelto y pesado, pero sabíamos que el tramo era bastante corto desde el portezuelo, habíamos visto la ruta completa desde la cumbre del Austria, así que solo quedaba tener un poco de paciencia y tratar de buscar el camino mas adecuado y menos cansador.
Subimos y subimos, casi sin parar, pero en el último tramo tuvimos que calmarnos un poco para pasar con mas seguridad por unas zonas rocosas, sencillas pero sueltas, queríamos hacer el menor escándalo posible, y no tirar piedras hacia el portezuelo donde eventualmente podría haber alguien.
Foto: Claudio y Elvis en la cumbre del Wana Anaki. |
La vista desde donde estábamos era de lo mejor, además de verse la mayoría de los clásicos de la zona, se veía el valle contiguo al de la Laguna Chiar Kotta, el Glaciar que cae del Condoriri formando otra tremenda laguna, y un lote de otros cerros que nadie toma en cuenta, toda una tentación estar un par de semanas ahí. El día seguía sin ningún atisbo de nube ni viento, nada de frío, lo normal para la altura en la que estábamos, pero nada más. |
Nos juntamos todos ya que nos habíamos separado un poco, y le dimos los últimos metros hasta llegar a la cumbre, la cual era una delgada arista rocosa en la que era algo difícil acomodarse, lo bueno además de la vista, era que encontramos algunas cintas y una pequeña pirca que agrandamos un poco antes de bajar.
Ahí nos quedamos un rato, menos que en el Austria por que no era una cumbre cómoda, sacamos algunas fotos, tomamos las coordenadas y tiramos la talla un rato, echamos de menos no haber un subido unas cervezas para celebrar.
El filo continuaba hacia otras puntas, pero la dificultad aumentaba y no habíamos subido equipo técnico, así que después de un rato nos dimos por satisfechos con el trabajo del día y comenzamos a bajar.
El descenso fue rápido, en pocos minutos llegamos al portezuelo y desde ahí retomamos el fácil sendero que conduce a la laguna, paramos en algún punto a comer naranjas y rezongar un rato absorbiendo calor del rico solcito que había a esa hora, en resumen, dos ascensiones disfrutonas que nos permitieron soltar un poco los músculos después de tantas horas sentados entre aviones y buses, ahora si nos sentíamos bien como para intentar algo mas…
Autor: Elvis Acevedo.
"Hay una distancia entre la fuerza de un hombre y aquello que alcanza, y que sólo una voluntad de hierro le permite recorrer"
Khalil Gibran