Volcán San José
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Diciembre del 2004, el año se terminaba y queríamos finalizarlo con un buen cerro, aunque fuera chalero. Queríamos altura pensando en lo que venía el Febrero del año siguiente (Ojos del Salado), así que optamos por el Volcán San José, y además hacerlo en un tiempo relajado, ya que disponíamos de esos días por permisos de trabajo y vacaciones acumuladas.
Así fue como partimos un caluroso día de Diciembre, Jaime Wastavino, Juan Carlos Caro y Elvis Acevedo, rumbo a los 5884 mts del Volcán San José, al cual le habíamos hecho un intento invernal hacía pocos meses.
Foto: Jaime avanzando del Campo Base al Campo 1. |
El primer día fue tranquilo, nuestro objetivo era Plantat, refugio de montaña con un linda historia y tradición. Podría no usarse en la ruta de ascenso al Volcán pero la verdad es muy cómodo pernoctar en él. Nos bajamos del trasporte en el sector de "El Cabrerio", y en ese momento me di cuenta de que se me habían quedado mis bastones en la camioneta, así que como esta iba a Termas de Colina y volvía, me quedé esperándola mientras mis dos compañeros iniciaban la caminata. |
Todos conocíamos el camino así que no había problemas con irnos separados. No recuerdo cuanto esperé, pero no fue mucho. Estaba en la orilla del río tirando piedras y mirando lagartijas, cuando el trasporte paso de vuelta, recuperé mis bastones y comencé la marcha.
Me fui tranquilo y solo. La parte del Valle de la Engorda la pasé muy rápido, casi sin parar, hacía mucho calor a pesar de estar con algunas nubes, y los mosquitos y bicharracos eran muchos. Tomé la quebrada que da acceso al Refugio, subí relajado por el arenoso sendero, gané altura y después de algunas horas divisé Plantat y mis compañeros que habían llegado hace un rato ya.
Como siempre es muy grato llegar acá, disfrutamos del resto de la tarde descansado, flojeando bajo el sol y jugando con dos perros que se nos pegaron desde abajo. El Volcán estaba bastante cargado de nieve, así que la estrategia era partir muy temprano para llegar al próximo campamento antes de que esta se reblandeciera mucho.
Foto: Jaime filmando desde el Campamento Alto. |
Noche tranquila y cómoda, bastante viento. Salimos con las primeras luces de la mañana - algo de frío - la nieve dura como lo esperábamos por ser temprano. Avanzamos rápido, recordando lo lento de nuestra marcha en el intento invernal de Julio, donde en 4 días apenas logramos quedar a mitad de camino entre el C1 y el C2. Esta vez fue diferente, antes del medio día, cuando la nieve blanda hacía imposible seguir avanzando, ya estábamos armando la carpa. |
Preparamos una buena terraza para instalarnos, hacía mucho calor a unos 4200 mts y apenas corría una leve brisa que casi no se sentía.
Pasamos el resto de la tarde comiendo y flojeando, filmando y pensando en otros proyectos !ah!, los dos perritos que nos siguieron desde abajo aún estaban con nosotros, remoloneando en unas piedras a unos pocos metros del campamento, se quedarían durante todo el ascenso, con una increíble resistencia al frío, la altura y el hambre, subían como si nada, jugando y saltando todo el tiempo.
Al ponerse el sol la temperatura baja radicalmente, nos acostamos pensando en repetir la estrategia para mañana, salir temprano para acampar temprano, descansar y aclimatar durante la tarde.
Partida mañanera, conectamos un amplio nevero por el cual ganamos altura, muy tranquilos subimos en una corta jornada hasta unos 5000 mts. Después del nevero pasamos un terreno algo más rocoso, Juan Carlos se había adelantado y por radio nos avisaba que ya había llegado a las pircas.
Foto: Volcán San José desde los contrafuertes del Cabeza de Novillo. |
Después de un último tramo de acarreos nos asomamos al lugar donde instalaríamos nuestro C2, a unos 5000 mts, por fin lográbamos ver la cumbre del Volcán, a una jornada. Después de dos días muy relajados se venía el día definitivo, el día de cumbre.
Pasamos el resto de la tarde en lo de siempre, flojeando y comiendo, hidratándonos bien, sacando fotos y filmando, y siempre con la compañía de nuestros perrunos amigos.
Más madrugadores que nunca, en completa oscuridad y con un fuerte viento, comenzamos el camino al punto más alto de la montaña. Después de unos cortos neveros tomamos el sendero, por este avanzamos sin mayores sobresaltos, pronto comenzó a aclarecer, el cielo estaba con una fina capa de nubes.
Foto: Jaime ascendiendo en pos de cumbre. |
Llegamos al cruce del glaciar, Juan Carlos se fue por arriba siguiendo el sendero - vuelta muy larga pensé - así que con Jaime comenzamos el cruce directamente por el glaciar, aprovechando de descansar en las pequeñas islas de roca que se formaban a mitad de camino. Queríamos conectar un canalón para salir al arriba, pero un sector de grietas en formación nos hizo desviarnos hasta conectar de nuevo el camino.
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Por este logramos llegar al portezuelo, nos recibió un tremendo ventarrón, superar este tramo hasta salir al cráter fue una buena prueba de perseverancia y temple. Mucho viento, mucho frío, llegamos al borde norte del cráter muy agotados, pero faltaba muy poco, saber que estábamos tan alto nos dio ánimo y nuevas fuerzas.
Cruzamos hacia la Cumbre Sur, un simple coligue sobre un promontorio verdoso producto de los gases volcánicos marcaba el punto más alto, había olor a sulfuro, el viento nos lanzaba las emanaciones del Volcán encima pero daba igual, el viento, el olor, todo, estábamos en la cumbre, lo habíamos logrado...
Foto: Jaime y Elvis en la cumbre del San José. |
El viento en la cumbre era demasiado fuerte, tuvimos que bajar un poco y guarecernos en unas rocas para poder descansar algo, siempre acompañados de nuestros fieles canes. Después de eso comenzamos a bajar. Muy agotados y con las manos adoloridas por el frío llegamos a las carpas, comimos, descansamos y desarmamos todo, la idea era bajar a Plantat el mismo día. Fue una jornada larga, pero el éxito de la salida nos tenia contentos. |
Ya cuando quedaban unas pocas horas de luz llegamos a Plantat, bastante poblado por otros grupos que intentarían, o ya habían intentado el ascenso sin éxito. Conversamos hasta tarde y después a dormir, mañana regresábamos a Santiago con la sensación del deber cumplido.
Levantada tarde, disfrutar del cálido sol de la mañana, cargar todo con absoluta calma y comenzar la caminata de vuelta a "El Cabrerio". Nos topamos gente subiendo, cruzamos el Valle de la Engorda, cuando llegábamos casi al final nos topamos a un “montañista” con su pareja, o eso parecía al menos. El típico “fanfarrón”, nos reímos mucho con (de) el muchacho, todo era fácil para él, había subido todo, incluso el San José por el día, pero en un acto de humildad, confesó que estaba previamente aclimatado, bueno, hay de todo el la viña del señor...
Llegamos al cabrerio a buena hora, esperamos nuestro trasporte y cuando este llegó, se acabo la historia del San José y comenzábamos a pensar en el futuro...
Autor: Elvis Acevedo.
"Los viejos caminos tienen mucha experiencia..."
Joan Enric Farreny.