Volcán Palomo
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Con Christian y Ulises ya de regreso a Santiago, nos quedaba a Ricardo y a mí la responsabilidad de dar inicio a la segunda mitad de la expedición, y rematar los objetivos propuestos, algunos de los cuales estaban entre los principales motivos del viaje.
La cumbre del Pilar Occidental nos había dejado el ánimo en alto, con un día de descanso obligado producto del fuerte viento, estábamos listos para ir por la revancha frente al Palomo, aunque con la experiencia anterior, ahora sabíamos que necesitaríamos un día de esos perfectos para llegar a la cumbre.
Partimos con Ricardo y rápido recorrimos la zona entre el "Campo Sucucho" y el inicio de la pendiente que debía llevarnos a la cumbre. El día parecía estar perfecto, desde abajo mirábamos el cono final del Palomo que la vez anterior estaba barrido de nieve producto del viento, y que ahora se veía en completa calma.
Foto: Campamento 2: "Sucucho", Glaciar Cortaderal. |
La ruta es sencilla, una pendiente pareja de nieve y sin grietas donde solo había que "cramponear" una y mil veces para ir ganando metros en pos del objetivo final. Después de algunas horas de subida ya estábamos seguros de que las condiciones nos acompañarían, no había nada de viento, ninguna nube, y la temperatura era más que agradable. Por ser el Volcán Palomo, el cerro más alto de este sector, esperábamos que la vista desde la cumbre fuera grandiosa. |
Subiendo casi sin parar llegamos al punto más alto alcanzado en el intento anterior, me sorprendió llegar tan fácilmente, mientras subía recordaba algunas zonas de pendiente fuerte donde clavamos las puntas delanteras y tomábamos firmemente los piolets, ahora habíamos pasado sin ningún esfuerzo.
Es increíble como las percepciones del terreno cambian según las condiciones que uno encuentra, con la ventolera infernal de intento anterior, la ruta nos había parecido mucho mas empinada, ahora, sin viento y con sol, ni siquiera nos habíamos percatado de la supuesta zona de pendiente fuerte.
Comenzamos a subir en dirección a una zona que desde abajo parecía puro hielo, pero por el sector izquierdo, entre el hielo y las rocas, se podía subir con bastante seguridad por nieve dura. Estábamos cerca de la cumbre, lo sabíamos, pero tratábamos de manejar esa impaciencia que a uno le da cuando sabe que está cerca y piensa en apurarse.
Foto: Volcán Palomo y cerros vecinos, desde la cumbre del Nevado Penitentes. |
En el último tramo encontramos laderas desnudas entre neveros sin continuidad, así que teníamos que pasarnos de uno a otro para no meternos con crampones en terreno seco, cosa que de todas formas tuvimos que hacer un par de veces.
Saliendo de este terreno algo incómodo y donde nos cayeron un par de piedras, entramos en la pendiente final. Paso a paso fuimos ganando los últimos metros, Hernández venia bastante más abajo, unos 10 o 15 minutos, pero venia subiendo sin parar, así que me alcanzaría pronto.
Ascendía mirándome las puntas de los crampones cuando de un momento a otro mi vista paso hacia el otro lado, la pendiente cedió bruscamente y todo fueron kilómetros de cumbres hacia todas partes, estaba en la cumbre, más bien estaba en el borde del cono final del cerro, mire a mi derecha unas piedras que parecían el punto más alto y fui para allá, cuando llegue mire hacia todas partes y unos veinte metros más al norte estaba la pirca cumbrera.
Paso a paso y con una gran carga emocional recorrí esos metros hasta llegar a la cumbre del Volcán Palomo, mire a mi alrededor, vi tantas montañas, vi esos glaciares por los que luche tantos años para poder conocer, años intentando conseguir permisos, años intentando conseguir pitutos, años intentando entrar de una u otra forma, ahora estaba aquí, en la cumbre del Palomo, el cerro más sencillo de la zona, pero también el más representativo.
No, no hubiese podido bajar a Santiago con los muchachos antes del tiempo planificado, estar aquí era mi sueño, me esforcé mucho por él, sentía que tenía el derecho a disfrutarlo, a vivirlo, a respirar este aire, nadie me iba a despertar de mi sueño....nadie.
Foto: El autor en la cumbre del Volcán Palomo. |
“Cocho se adelanto un poco mas e hizo cumbre, yo lo seguí a los pocos minutos, creo que cuando iba llegando me saco unas fotos a lo lejos. Me acerque, me saque la mochila y los piolets, nos abrazamos y nos pusimos a llorar, fue un abrazo muy fuerte y duradero… !Tuvimos que haber estado los cuatro aquí...!, me dijo Cocho, una frase que me quedaría haciendo eco durante toda la expedición…"
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"Nos soltamos y me incline a dar gracias por la oportunidad de estar ahí, recordé a todos mis seres queridos y a los que ya no estaban, fue un momento muy fuerte, seguía sollozando, emocionado, perplejo por el escenario donde me encontraba, por la maravillosa vista que veía…
Ricardo Hernández.
La bajada fue relativamente rápida y sin inconvenientes, salvo por qué metí la pata en una grieta, cosa que a estas alturas de la expedición no era ninguna novedad.
Llegamos al campamento con luz, ordenamos algunas cosas, y nos metimos cada uno en su carpa a descansar un rato. Después nos juntamos a comer, a ver unos videos musicales y a echar la talla hasta bien tarde.
Estábamos mucho más relajados, no había sido sencillo tener que dividir el equipo en dos, y eso había afectado el ánimo, pero ahora ya estábamos listos para continuar.
Nadie dijo nada, pero los dos ya sabíamos cual era el próximo objetivo…
Autor: Elvis Acevedo.
"No olviden a quienes permanecen en las montañas, velando junto a los fuegos de campamento, vigilando collados, los collados que ustedes querían atravesar. Pueden llamar locura a su altiva persistencia, pero recuerden aquellos días en que también ustedes tenían sueños, no se precipiten a olvidar a aquellos que se quedaron en las montañas, a aquellos decididos a durar. Tal vez ellos sigan trazando la senda nebulosa que ustedes abandonaron…"
Dicho tradicional Polaco.