Volcán Copahue
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El plan original para el verano era volver al norte, a la puna de Atacama, a terminar varias ideas que teníamos del viaje anterior, pero Fernanda venía saliendo de haber estado contagiada con COVID, y no se estaba sintiendo bien en la altura, así que me propuso cambiar sur por norte e ir a darnos unas vueltas por los volcanes de varias regiones de la zona. Siempre quise hacer eso y siempre pospuse esa idea en pos de otras que me entusiasmaban más, así que esta vez, dadas las circunstancias, era un estupendo momento para decir que si.
Sería un viaje mucho menos exigente, no solo por el tema altura, ideal para Fernanda, sino porque andaríamos de montaña en montaña con tiempo para pasar por la civilización a recuperar energías.
Partimos de Santiago con "Tiburón" bien cargado en dirección a Los Ángeles, con la idea de desviarnos a Santa Bárbara. El plan original era ir por el volcán Callaqui, pero mientras nos tomábamos un café en Santa Bárbara decidimos ir al volcán Copahue primero. El viaje no tenia un itinerario fijo, porque nunca nos resulta...
Desde Santa Bárbara seguimos hacia la cordillera, compramos algunas cosas en Ralco y continuamos en dirección a las termas de Chancho Ko, que ni idea de porque se llaman así. El camino es muy lindo, muy verde, completamente diferente a la hermosa aridez de la zona norte.
Después de alguna parada al borde del río para descansar un poco, y por un camino duro pero transitable, llegamos a las termas, donde una amable, pero al mismo tiempo algo agresiva señora nos recibió. Nos dio diversas indicaciones mientras nos hablaba cariñosamente y nos retaba al mismo tiempo, la más importante fue no seguir la ruta mas conocida del volcán para no pasar por tierras ocupadas por los Pehuenches, e irnos en dirección a la frontera y subir desde ahí. Mientras nos indicaba el tema pagos, uso de las termas, lugares de acampada, de manera muy amable, pero al mismo tiempo enojada, decidimos instalarnos para poder ir a darnos un chapuzón termal. Simpática la señora, pero me tenía algo agotado.
Foto: Termas de Chancho Ko. |
Estacionamos a "Tibu" y nos fuimos al agua, sumergidos hasta la pera y con una luna hermosa simplemente disfrutamos el mágico momento.
Despertamos temprano, el vivac fue algo incómodo a raíz de la ventolera que se levantó en la noche, pero salvo eso todo era paz y armonía, salvo los retos de nuestra anfitriona.
Tomamos un sendero que parte en las termas y avanza en dirección a la frontera, por algunos sectores de mucha actividad volcánica, cosa fácil de ver por la coloración de las rocas y de la tierra, además de los vapores volcánicos provenientes del mismo hades.
Después el terreno comienza a ganar en vegetación, cruzamos el estero y avanzamos un rato por un largo pastizal, y cuando ya calculábamos que estábamos justo frente el volcán, cruzamos nuevamente el estero, que en este punto es un hermoso cauce de aguas cristalinas que cae raudo entre pastizales y vegas, y comenzamos a subir para ganar algo más de altura, avanzando paralelos a la frontera y a unos cuantos kilómetros de ella.
La primera subida por pastito fue rápida, ganada la primera loma el terreno paso a ser rocoso, y al asomarnos arriba tuvimos por vez primera visión completa del volcán. Se veía hermoso. Calculamos un camino que fuera lo más directo en dirección al volcán, y nos permitiera conectar la arista este, que se veía como un buen camino para llegar a la parte superior. El terreno con algunas subidas y bajadas, alguna laguna de deshielo y uno que otro manchón de nieve era de fácil transitar, en poco tiempo llegamos a la base de la pirámide final.
Aquí comenzamos a subir por terreno de mayor pendiente, y entre algo de vegetación y piedras nos fuimos acercando al filo. Por él continuamos avanzando en dirección a lo que parecía que podía ser la cumbre, cuanta inocencia, pero las visuales que comenzamos a ganar en todas direcciones eran fabulosas.
Llegamos a la primera punta después de un dinámico trayecto por la arista oeste, en este punto nos dimos cuenta de que el cráter además de ser muy extenso, tiene muchas prominencias que podrían ser la cumbre, aunque algunas son notoriamente mas bajas. Al fondo del cráter, que en realizad son más de uno, restos de nieve y zonas glaciares adornadas por lagunas de deshielo adornaban el paisaje.
Continuamos por el filo, nos topamos un montañero argentino que había subido desde su lado, y ahora bajaba siguiendo la línea de frontera que marca la arista, nos indicó que como siempre la cumbre estaba más al fondo y ni siquiera se podía ver aun, nos dijo que nos quedaba muchísimo para llegar. Me pareció algo exagerado el tipo...
Seguimos, subimos y bajamos algunas puntas, hasta que la cumbre apareció, otro descenso, y ganar la arista final por un tramo de tierra muy blanda, a nuestra izquierda, una laguna verde pistacho que parecía sacada del jardín de Chernóbil. Colores volcánicos sin duda.
La arista se angostó y se puso rocosa, giró un poco hacia el este, y después de un no tan largo rato como había dicho el montanista "che" arribamos al punto mas alto del volcán Copahue. Alegría alegría.
Foto: Cumbre... |
Día perfecto, hermosa vista, buena compañía, no se puede pedir más para un ascenso, la montaña nos recibía con cariño a pesar de que ni siquiera la teníamos en la lista de posibles objetivos al salir de Santiago. Cosas de ser bueno para improvisar.
Estuvimos un rato largo, el viaje al sur comenzaba con dos pies derechos, una hermosa montaña adornada también por un muy lindo recorrido de aproximación, y la guinda de la torta, las termas calentitas que nos esperaban en la noche, además de los retos de la señora...
La bajada se nos hizo larga pero larga, nos desviamos en algún punto siguiendo el sendero más marcado que pensamos nos iba a llevar con facilidad al hito fronterizo, pero no fue así, el terreno se puso algo mas caótico y cuando pensamos que nos estábamos metiendo mucho en el país vecino y que el sendero iba en esa dirección, nos salimos y comenzamos a volver a campo traviesa.
Ese tramo fue algo agotador porque no fue fácil encontrar un buen recorrido, y durante algún rato tuvimos el riesgo de quedar enriscados y tener que volver a subir, pero al final fuimos encontrando las pasadas y llegamos al mismo valle verde por donde aproximamos en la mañana.
Luego un tranquilo recorrido hasta las termas, donde llegamos con buena luz, pero bastante cansados. Lo bueno de estos viajes es que uno anda sin apuros, así que habíamos decidido hacía mucho rato que nos íbamos a quedar otra noche antes de seguir.
Vinieron mas termas, y esta vez dormimos con la mitad de la carpa armada para evitar el viento. Al día siguiente continuamos nuestro periplo sureño mas felices que perro con dos colas.
Autor: Elvis Acevedo Riquelme.
“El alma se eleva, los horizontes del espíritu parecen ensancharse, y en medio de aquel majestuoso silencio, se cree escuchar la voz de la naturaleza, y llegar a ser confidente de sus más secretas operaciones”
Saussure; 1788.