Cerro Agustín Varela
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Debíamos haber salido temprano, pero el relajo era evidente. Me tocó esperar en la iglesia del 14 de Vicuña Mackenna; el cerro Varela era nuestro destino de hoy, en las cercanías de Portillo. El viaje fue sin mayores sobresaltos, Lorenzo era quien nos llevaba.
Nos dejó en el camino a Portillo antes de comenzar a subir los Caracoles, la caminata comienza de inmediato, el día está un poco frío, debemos caminar hacia el interior del cajón del estero Ojos de Agua, justo donde hay un muro de encajonamiento de una bocatoma, esto es como tres grandes plataformas a las que se va accediendo por un estrecho sendero en un principio, al fondo se encuentran varios cerros, entre otros, Parva del Inca (4831 mts) un cerro imponente por la masa de hielo que presenta uno de sus accesos, el Cerro Bastión (4658 mts) y otros cerros menores.
Sabíamos que la gente del DAV también andaría por la zona y sus vehículos estaban estacionados al inicio del camino, en una obra que está canalizando el agua para ser usada por las empresas eléctricas. Estaba nublado, pero no hacía frío, teníamos el tiempo suficiente para caminar sin apuro y poder admirar el paisaje que a cada paso que dábamos se mostraba.
En un momento, luego de más o menos cuatro horas que habíamos comenzado a caminar, y después de una larga subida, nos encontramos con los amigos del DAV que estaban ya con el campamento montado. Varias caras conocidas, Jorge Hess, Leticia Celador, Jorge Harlowe, Eduardo Quezada. La típica “cháchara”. Levantamos nuestra carpa, comimos y organizamos todo para la salida de mañana muy temprano. Como se presenta la vista estamos casi al final del cajón.
Foto: Ruta de los Farellones al Cerro Varela. |
A las 05:00 am comenzamos a caminar, mucho frío a esta hora, que se siente cuando aún no entramos en calor, la visión del cielo es preciosa ya que está despejado. En las carpas del DAV hay movimiento, pero no acción. Según lo que sabíamos, debíamos llegar al final de cajón, calculábamos media hora aprox. El sendero comenzaba a subir hacia la izquierda, pero no hay luna y todo es negro, sólo las luces de nuestras linternas nos hacen seguir trazos de senderos. |
Sentimos las voces de los demás por allá abajo, pero ya es mucho perder tiempo retomar la huella, está comenzando a amanecer. A la derecha una bajada bastante peligrosa, por la izquierda sólo subir recto con la esperanza de hallar una pasada.
Con la luz del día nos damos cuenta donde "Chu……estamos metidos...". Unos farellones con una cascada de hielo nos dejan casi sin salida y nos ponen a pensar, en unos minutos se toman decisiones, quizás no tan cuerdas, pero nos permiten sortear el obstáculo tomando todas las precauciones del caso, un paso en falso y chau, unos 200 metros para abajo.
Entre el hielo y las piedras logramos salir a un plateau superior que tiene varias entradas, cuál era la que servía, ni idea, el Lobo y el Cocho se demoran un poco, luego sabría que el Lobo tenía problemas con su rodilla. Con miedo a entumirme decido elegir al azar cualquier pasada, bien adentrado en un canalón y sin mayores complicaciones alcanzo a divisar a unos 100 metros más arriba a los montañeros del DAV haciendo un traverse de derecha a izquierda, ya a esta altura hay bastante luz y alcanzo a divisar perfectamente sus caras.
Cinco minutos más tarde estoy haciendo el mismo traverse, tiene apenas el ancho de un zapato, por lo que no se pueden hacer muchas cosas, me tomo unos momentos para descansar y observar cómo sigue “la cosa” más adelante, estoy en el portezuelo que une el Varela con el Parva del Inca, hay una vista espectacular del glaciar que cae hacia este lado, los “otros perros” no se ven ni se sienten.
Retomo mi andar, la cumbre se ve a lo lejos, una suave brisa helada me hace recordar que estoy casi a 4000 metros, el sol ya superó las montañas del otro lado del valle, y comienza a dar en la espalda. El último tramo hacia la cumbre es una subida con bastante pendiente, pero el paisaje que se puede apreciar desde acá bien vale la pena el esfuerzo. En plena celebración del DAV llego a la cumbre, mis compañeros se ven más abajo. Abrazos, felicitaciones, y la alegría de compartir este éxito con los “Jorges” y Leticia. |
Foto: Cerro Varela y sus cascadas de hielo. |
Mientras llegan los otros perros, aprovecho de tomar chocolate caliente y comer algo, el día está muy lindo. Finalmente “la Manada” está completa, las fotos de rigor, descansar, disfrutar y comenzar la bajada.
Foto: Juan Carlos, Elvis y Jaime en la cumbre. |
Durante el regreso alcanzamos a los DAV en plena bajada, nosotros somos algo menos ortodoxos para algunas cosas, por lo que a veces podemos recuperar tiempo. En una grata conversación continuamos bajando, no sin antes ver el lugar por donde habíamos realizado nuestro camino de ida, jajajaja, si lo hubiéramos visto desde este lugar, creo que lo habríamos pensado un par de veces más, pero ya estaba hecho y “bien hecho”. Lobo viene realmente mal de su pierna, un fuerte dolor en la rodilla lo acompaña desde ayer. |
Ya en la carpa una cervecita y comenzamos a preparar con calma la vuelta, la tarea está cumplida. Llegar a la camioneta de Lorenzo fue bastante doloroso para el Lobo, pero finalmente lo hacemos cuando ya la tarde está comenzado a ponerse muy fresca.
Autor: Jaime Wastavino.
"Nos aferramos a los momentos extremos, en que parece que vamos a morir, y sin embargo, nacemos de nuevo"
Peter Mattiessen.