Trekking Quilcayhuanca - Cojup

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  • Altitud: 5.079 msnm. (Paso Huapi)
  • Ubicación: Cordillera Blanca - Perú.
  • Fecha: Junio del 2023.
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
  • Ruta: Circuito circular desde Pitec.
  • Expedición: Cordillera Blanca 2023.

Llegué a Perú a principios de junio, sin grandes planes, más bien en un viaje donde iría viendo cómo se daban las cosas en el camino. La segunda semana del mes llegaría desde Santiago la Romi (Romina Guevara), cordada de varias montañas y algún viaje largo como la cordillera Quimsa Cruz, en Bolivia, el año 2016. Así que teniendo la primera semana libre pensé alguna alternativa de treking y montaña que pudiera hacer en solitario.

Estando ya instalado en Huaraz busqué entre todas las alternativas que ya traía estudiadas desde Chile, y elegí la quebrada Quilcayhuanca, por varias razones, una, era hacer el treking que entra por la quebrada y vuelve por la quebrada Cojup, otra, era aprovechar de intentar los dos cerros que están a ambos costados del paso Huapi, el Huamanripa y el Nevado Huapi, también quería conocer los accesos al Andavite, Maparaju, San Juan, Tulparaju, y otras montañas de la zona, y la última y no menos importante, era ir a lugares que no he visitado en mis viajes anteriores.

El acceso fue sencillo, aunque hay personas que por no averiguar pagan costosos taxis, en Huaraz hay trasporte público a casi todas partes. Yo debía ir a Pitec para comenzar la caminata, y preguntando en la hostal (Big Mountain) me dieron el dato del lugar donde salían las combis hacia esa localidad.

Entre 07:00 y 10:00 de la mañana salen las combis que por 20 soles ida y vuelta me llevaron a Pitec. El camino es muy lindo, llamando como siempre la atención la gran cantidad de vegetación que hay en zonas de más de 4.000m de altura.

Al poco rato de caminar desde Pitec por camino asfaltado, con lindas vistas a otras quebradas del sector, llegué al control de entrada. La quebrada Quilcayhuanca es parte del Parque Nacional Huascarán, por lo que hay que pagar el ticket de ingreso, ya sea por los 30 días, o el que es más corto.

Superado el trámite comencé la caminata, algo sorprendido por la belleza del lugar, la quebrada es muy ancha, y muy verde en esta época, lo que da una gran sensación de amplitud y espacio al estar en ella. Inmediatamente identifiqué al fondo al nevado Andavite o Chopiraju, uno de los cerros que quería estudiar un poco en esta pasada.

El primer día de caminata es tranquilo, casi plano, con algunas pequeñas subidas y bajadas, por un sendero en su mayor parte muy claro, pero que a veces se pierde un poco en zonas de humedales, pero que en general se mantiene pegado al margen izquierdo de la quebrada, tomando en cuenta el sentido de marcha.

Como siempre me pasa en Perú los primeros días me cuesta aclimatar, en otros lugares de altura casi no tengo molestias, pero desde la primera vez que viaje a la cordillera Blanca, hace muchos años, sé que acá por alguna razón que aún no sé, los primeros días me siento muy cansado, sin dolores de cabeza por suerte, pero muy molido en general.

Conociéndome en ese sentido me tomé el primer día con calma aprovechando la poca dificultad del terreno, aunque igual al final del día, cuando ya buscaba un lugar para acampar, me sentía muy cansado y adolorido por el día de caminata.

Instalé mi carpita en un prado muy lindo y verde, después de haber estado un mes en Campo de Hielo Sur en noviembre pasado, agradecía poder acampar arriba de un manto verde. Había vacas que me miraban con curiosidad, como en todo el valle, pero no se acercaron como para dar problemas. En este campamento tomé la precaución de hervir el agua.

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El agua del estero principal está muy cargada de minerales, lo noté apenas me acerqué a la orilla, por el color de las piedras y un leve olor, preferí no usarla y sacar agua de vertientes más pequeñas, de las cuales hay varias, en general el tema no es problema.

El campamento fue tranquilo, a eso del mediodía se había nublado y en general fue un día helado, algunas gotas cayeron, pero por esta vez no alcanzó a llover fuerte. Tomé nota del patrón climático que se repetiría en los siguientes días, para asegurarme de estar con la carpa armada y adentro en caso de que el clima se pusiera odioso.

Día 2.

Amaneció con nubosidad parcial, onda solcito, pero hacia montañas como el Maparaju y el Tulparaju se veía bastante nuboso. Asumí que durante el día se iba a nublar, y me puse como horario estar acampando alrededor de las 16:00 horas, que fue cuando el día anterior estuvo más feo el clima.

Este trekking en general se puede hacer en tres días bastante tranquilos si se va liviano, yo quería intentar un par de cumbres por lo que le agregué un par de días, asumiendo que al ir más pesado y estando poco aclimatado no andaría tan rápido. Mi plan para hoy no era llegar al Paso Huapi, sino a su base, que al mismo tiempo sería un buen campamento para intentar un par de cumbres.

Durante la mañana crucé unos prados realmente lindos, con caballos juguetones y una vista impresionante del Ranrapalca. Luego de algo de jugo perdiéndome entre matorrales conecté un camino verde, de pasto también, que ascendía en varios zigzags que me permitieron ganar bastante altura, y ampliar la visual hacia el Tulparaju y su laguna, así como todas las demás montañas de la zona.

Terminado el zigzag salí a otros sectores planos, todo muy verde aun, y después de algunas subidas más llegué a un planito cercano a unos corrales de piedra, que abundan mucho por Perú, y viendo las nubes que venían desde el paso, decidí acampar.

Armé la carpa, fui a buscar agua a unas vegas cercanas, entre de vuelta y ¡plaf!, se largó a llover con todo durante un buen rato. Mi estrategia horaria guiándome por el día anterior había estado bien. Me quedé dormido un rato y cuando desperté note que estaba oscuro, pero la verdad no lo estaba, la lluvia se había trasformado en nieve y la carpa estaba cubierta de ella. La sacudí bien y me di cuenta de que aún había claridad, salí afuera y me sorprendió ver todo blanco y que nevaba con bastante intensidad, hice lo mío y me entré en busca de mi calientito saco de dormir…

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Nevó bastantes horas, pero no me preocupaba mucho, analizando el clima era como lo normal, estaba bastante seguro de que el día siguiente amanecería despejado, y a eso del medio día se comenzaría a nublar para dar paso a un duchazo que -en esta zona- por estar más alto, era de nieve, pero que al perder altura seguro sería lluvia.

Día 3.

Día de intentos y cumbres (relatos aparte) donde el patrón climático se mantuvo similar, pero algo más amable.

Día 4.

El día anterior la subida desde mi campamento hasta el Paso Huapi no fue tan sencilla por culpa de la nieve caída, pero con un día que fue más amable en lo climático buena parte de esa nieve ya se había derretido, eso, sumado a que conocía el trayecto, hizo que este tramo fuera más agradable.

La vista desde el Paso Huapi es de aquellas, mirando hacia atrás, hacia Quilcayhuanca, se ven montañas impresionantes como el San Juan, el Maparaju y el Huantsan, que apenas se deja ver siempre tapado por nubes, siguiendo en contra de las manecillas del reloj viene el Chopiraju, el Tulparaju y el impresionante Pucaranra, el Chinchey algo escondido, y ya más lejos se divisan impresionantes moles de hielo como el Palcaraju y el Ranrapalca, más algunas montanas más pequeñas como el Ishinca, que me trajo hermosos recuerdos de mi primer viaje a Perú hace más de diez años.

Después viene la bajada, bastante empinada por tramos de vegetación, para llegar y conectar un sendero grande, que parece camino vehicular la verdad, que no se si estará habilitado, pero no pega nada con el paisaje.

La quebrada Cojup es bonita pero no tanto como Quilcayhuanca, al final solo es el tramo de salida, no hay mucho que describir de ella. Algo interesante es que desde acá se puede subir hasta el portezuelo entre el Ranrapalca y el Ishinca y pasarse a la quebrada Ishinca completando una gran travesía. Quizá más adelante.

Saliendo de la quebrada Cojup llegué al camino pavimentado y me devolví hacia Pitec, para esperar el trasporte que me llevaría de vuelta a Huaraz, como era fin de semana, y desde acá se hace el muy famoso trekking a la laguna Churup, había mucha gente vendiendo cosas para los senderistas, corría la cerveza y la carne, había música y todos estaban bastante animados, no era un ambiente muy tranquilo pero bueno, también hay que adaptarse a las circunstancias.

Me tomé varias cervezas conversando con la gente y me fui a Huaraz bastante happy...

 

Autor: Elvis Acevedo Riquelme.

 

“Quién nace mortal, camina hacia la muerte…”

Calino de Éfeso. (Siglo VII a. C.)