Torre Oeste del Paso Primero

Toores Este y Oeste

 

  • Altitud: 1.040 msnm
  • Ubicación: Dientes de Navarino - XII Región.
  • Fecha: Diciembre del 2018.
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
    • Paz Pillancari (Invitada)
  • Ruta: Filo NO - Segunda Ascensión.

Acampados en la laguna El Salto, primer campamento del trekking a los Dientes de Navarino, habíamos ascendido el cerro Róbalo y ya estábamos listos para algo más, antes de continuar el trekking.

El objetivo era la Torre Oeste del Paso Primero, que según datos había visto su primer ascenso el febrero de este mismo año, algo que me genera algunas dudas teniendo en cuenta la presencia del español Jordi Plana los dos años que estuvo viviendo en Puerto Williams (2005-2006) donde concentró una prolífica actividad en la zona de los dientes. Como sea, este Plana es difícil de ubicar y no dejó mayores registros de lo que hizo, por lo tanto, mala suerte para él.

Para nosotros más allá de realizar un segundo o tercer ascenso, teníamos la posibilidad de complementar el trekking con algunos ascensos, “medirnos” un poco con el sector para eventualmente volver en el futuro, y documentar lo que más pudiéramos, ya que nuestros objetivos principales en este viaje estaban en la laguna Martillo, donde sabíamos que Jordi no había escalado, pero sector del cual hay muy poca información en cuanto a ascensos, por lo que es probable que simplemente no exista actividad andinista en la zona.

Segundo Plateau

Foto: Rumbo al Paso Primero.

Ese día puse alarma, fue el único día que lo hice. Teniendo en cuenta lo caprichoso del clima de la zona, donde se ven pasar todas las estaciones en un mismo día, quería tener la mayor cantidad de horas posibles para eventualmente esperar a que las condiciones mejoraran si es que se ponían malas, porque ya tenía más menos claro que son pocos los días 100% malos, generalmente puede haber mal clima, pero después de un rato suele mejorar, y al revés también.

Que la claridad llegue temprano ayuda bastante. Es tan fome levantarse a oscuras, salirse del saco calentito con los ojos lagañosos para empezar a caminar oscuro y con frío, con la sensación de que todo el mundo está durmiendo, que poder hacer todo eso con luz día, lo cual es bastante más normal. Salí del saco a calentar agua para el desayuno con bastante facilidad, además de que el día se veía bueno, nubes altas pero estables, cumbres despejadas; una invitación a escalar.

Poco nos demoramos en comenzar a caminar. Remontamos el sendero hacia el Paso Primero, tal cual lo haríamos unos días después para continuar con el trekking. Subida pronunciada por un sendero algo barroso y con bastante agua. Salimos al “Primer Plateau” para recorrerlo completo hasta comenzar a subir al “Segundo Plateau”, donde están las Torres Este y Oeste del Paso Primero. Creo que se les podría haber puesto un nombre bastante más bonito, pero en fin…

Torres Este y Oeste

Foto: En la base de las Torres Este (Izquierda) y Oeste (Derecha) del Paso Primero.

Llegamos rápido a la base de la Torre Oeste, había bastante nieve en las partes planas, y se veía un nevero que ganaba altura y seguramente nos ahorraría la lata de subir por acarreos sueltos. Tomé el nevero desde abajo y subí derechito, realicé un traverse para mantenerme lo más posible en terreno nevado, hasta salir a la parte alta del primer tramo, por un terreno de rocas sueltas algo incómodo, donde mi compañera venía sufriendo un poco por la inestabilidad de las piedras. Salimos a un filito que oculta una meseta justo en la base de ambas torres, el ascenso hasta acá es fácil y lo hicimos bastante rápido. La nieve ayudó bastante.

Seguía una pendiente nevada que llevaba directo al comienzo del filo norte de la Torre Oeste, el terreno continuaba amigable, y solo tuve que subir pateando firme para dejar una buena huella. Los crampones de paseo. Subimos sin parar, hasta llegar a la zona donde la nieve dejaba paso a sectores rocosos, justo antes de salir al filo. No fue difícil, buscando con paciencia fuimos conectando pequeñas terrazas que nos permitieron salir a la parte alta sin necesidad de escalar o realizar trepes expuestos. Ya estábamos en el filo norte, se supone desde aquí la cosa se pone más entretenida.

Y vino el error que nos llevó a abrir una variante errónea que no recomiendo. Había que continuar por el filo superando un paso bastante expuesto para salir a terreno más sencillo, pero de eso nos dimos cuenta en la bajada. En vez de eso tomamos por la ladera oeste, bajando un poco y realizando un traverse con algo de exposición hasta llegar a una canaleta rocosa que subía de vuelta al filo de manera directa. Como no quería seguir traveseando ni tampoco perder más altura, decidí subir por ella.

Escalando

Fotos: Escalando la Torre Oeste.

Escalando

No era técnica, pero tenía pasadas bastante expuestas, en un terreno de roca de mala calidad y terrazas cubiertas con esa piedrecilla que las hace tan resbalosas. Después de superar unos tramos bastante parados, decidí asegurar a la Paz para que subiera con más tranquilidad. El día se mantenía bueno, poco viento y nubes altas, incluso unos claros permitían ver algo de cielo azul.

Seguí trepa que trepa por la chimenea hasta llegar casi a la salida, y acá estaba más complejo. Me alcanzó la Paz y le pedí que me asegurara de forma tradicional por que la salida se veía bastante vertical y ahora pensaba poner un par de seguros por si acaso.

Con un paso casi de boulder me monté en una laja de unos 70º con una fisura horizontal que me permitió pasar con facilidad de un extremo a otro, para llegar a la zona de rocas verticales que defendía la salida al filo. Extrañe tener a mano un friend del 4 en este tramo, habría quedado perfecto para proteger lo que venía, pero me tuve que conformar con poner un stopper apretado con una piedra ordinaria que estaba medio atascada, y tener fe, como tantas veces.

F9

Su paso de dulfer y estaba arriba de la laja, con unos buenos agarres para las manos, y buscando como proteger el paso final hacia el filo. La mitad de las rocas que tocaba se movía, mucho o poco, pero se movían. Harto me entretuve en poner otro stopper que quedo parecido al de más abajo, me reía.

Me aburrí y decidí salir, levanté un poco las manos para tantear los agarres de más arriba, había un par buenos, y eso sumado a un par de pies sólidos me permitieron impulsarme con relativa seguridad. La pasada era vertical, la roca poco firme, los seguros malos, la caída larga, pero con dos o tres movimientos tranquilos me asomé al filo, me agarré bien de un camote grande y pude salir sin mayores problemas.

Me fijé que venía un largo filo y me di cuenta del error en la entrada a la ruta, pero, en fin, estábamos de vuelta en el camino correcto con tiempo suficiente para seguir tranquilos y con un clima que parecía aguantar bastante bien. Visualicé bien el punto por donde salimos porque no pensaba bajar por la misma ruta de subida, me di cuenta de inmediato al mirar hacia el otro lado del filo que la ruta iba recta por ahí.

F10

Foto: Con el cerro Róbalo de telón de fondo.

Llegó la Paz a la reunión y continuamos en ensamble, asegurando alguna que otra pasada expuesta, muy tranquilos. La seguridad de la cordada prima en estas situaciones. Fuimos ganando metros por terreno a ratos sencillo, a ratos algo más suelto, principalmente en una larga travesía ascendente.

Me asomé a un punto que parecía estar ya bajo la cumbre, subí un tramo algo más vertical para toparme un cordín amarillo que seguramente usaron en febrero para rapelar este tramo, continué escalando y salí arriba, pero no estaba en la cumbre aun, sino que faltaba un traverse más.

Bajamos un poco, pasamos unas placas sueltas, algún tramo nevado, y más y más rocas que se movían al tocarlas, y me fui derecho a lo que parecía otra canaleta que subía de manera más directa hacia el filo mismo, ya que todo este tramo lo hicimos traveseando algunas decenas de metros por debajo de él.

Escalando

Escalé la canaleta y llegué a la parte superior sin mayores problemas. Desde acá parecía que esta vez sí que sí. Decidí asegurar a la Paz desde acá a pesar de que me quedaba cuerda, era importante evitar mucho roce para no botar camotes. Nos juntamos y partí para arriba entusiasmado.

Un sector algo más parado, con buenos agarres, pero bastante más expuesto me llevó a un punto donde pensé en travesear por una laja lisa a mi izquierda, o escalar directo hacia arriba por mi derecha. Opté por la escalada directa. Pocos metros, viento más fuerte en este tramo, un paso muy angosto que superé bajando un poco por el lado, unos trepes locos más y quedé justo bajo la cumbre donde podía ver otro cordín amarillo. Acá esperé a la Paz para que llegáramos juntos. Estábamos listos.

Me alcanzó y nos fuimos a la cumbre, pequeña, pero con espacio suficiente para los dos, muy contentos por lo hecho. El día estaba perfecto, la nubosidad se mantenía alta, había claros de cielo despejado y hasta algunos rayos de sol nos llegaron, la vista se extendía kilómetros y kilómetros en todas direcciones, permitía ver montañas lejanas y cercanas, fáciles y difíciles, agujas rocosas y cerros de perfiles más suaves, lagunas congeladas y hasta las huellas de las personas que iban al Paso Australia. Maravilloso momento, siempre es genial hacer cumbre, pero la sensación de estar tan lejos, en el fin del mundo, le da un toque especial.

F6

Foto: Cerca ya de la cumbre.

Sacamos muchas fotos y disfrutamos bastante, pero no estuvimos tanto rato. No quería volver, pero era mejor aprovechar el buen clima para hacer la parte más expuesta de la bajada antes de que eventualmente aparecieran las nubes o se pusiera a llover o nevar, o ambas, cosa que al final no pasó.

Destrepamos unos metros, luego un rapel corto para la parte más expuesta de la subida final. No rapelamos desde la cumbre, bajamos un poco a pulso y aproveché de llevarme el mismo cordín que habíamos encontrado para usarlo más abajo reforzado por otro nuevo. Luego mucho destrepe, con bastante calma por lo suelto de la roca.

En algún punto un poco más escondidos del viento nos comimos nuestra caja de duraznos, ración de marcha oficial, dulce e hidratadora. El resto de la bajada fue sin mayores dificultades. La otra zona donde encontramos un cordín para rapelear la desescalamos a pulso, Paz asegurada por la cuerda y yo siguiendo las indicaciones de donde poner los pies.

Cumbre

Foto: Hermosa vista desde la cumbre en dirección al Paso Ventarrón.

Después, largos traverses por acarreos sueltos hasta llegar al punto donde habíamos emergido al filo escalando una canaleta más suelta que puerta de baño público. Seguimos de largo para pasar por un tramo bastante expuesto, sobre una piedra que dejaba ver mucho aire a ambos lados y que solo esperaba que no decidiera ceder ahora que íbamos pasando.

Casi a caballito y más agarrado que perro en bote cruzamos, ya se veía el nevero y nuestras propias huellas, lo que indicaba que faltaba poco para que las dificultades del filo se acabaran. Alguna destrepada más, una que otra gota loca en la cara que no pasó a mayores y llegamos a la parte donde conectamos el filo en la subida, y donde cometimos el error de travesear por el costado. En si no es una equivocación sino la búsqueda de un camino, pero ahora que conozco ambas alternativas recomiendo mejor la ruta por el filo.

F8

Foto: Última pasada expuesta.

Fue la última parte algo más compleja, después unas bajadas tranquilas y llegamos de nuevo a la nieve y nuestras huellas. Por la nieve volamos, en un par de horas ya estábamos de vuelta en la carpa, cansados pero felices por haber escalado con éxito en estas cordilleras lejanas, inmersas en las últimas islas continentales.

En pocos días ya teníamos tres cumbres y aun nos quedaba completar el trekking, y ver nuestras opciones de subir algo en la laguna Martillo, todo perfecto.

 

Autor: Elvis "Cocho" Acevedo Riquelme.

Descargar PDF.

"No suba a la montaña para clavar su bandera, sino para abrazar el desafío, disfrutar del aire y contemplar la vista, suba para que puedas ver el mundo, y no para que el mundo pueda verlo..."

David McCullough Jr.