Torre de Flores
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El sábado 31 de enero estábamos en Las Callanas entregando nuestras cargas al “Tío Polo”, el arriero que nos llevaría las dos mochilas y un bolso con equipo y comida al Cajón de Flores, específicamente al sector de Potrerillo Alto, o al menos eso habíamos pactado previamente.
El trayecto tenia que realizarse en dos días, con una primera noche en las Vegas de Hualtatas, sin embargo a eso de las 18:00 hrs, cuando junto a mi cordada - Constanza Díaz - ya llegábamos a Hualtatas con ganas de comer y descansar, el arriero venia de regreso informándonos que había dejado nuestras cosas al fondo del Cajón, antes de la subida final a Potrerillo y que el se regresaba a Las Callanas.
Tuvimos que caminar en un día desde Callanas hasta el fondo del Cajón de Flores, lo cual logramos en una marcha de 12 horas, llegando al anochecer. Lamentable. En Santiago siempre cuento con arrieros de absoluta confianza, no puede ser así en todas partes al parecer...
Foto: Vista al hermoso Cajón de Flores desde el C1, Campamento "Morrena". |
Las cosas no habían comenzado del todo bien ese día, nuestro trasporte no encontró nada mejor que decirnos “in situ” que no podía irnos a buscar el día pactado, en fin, a la vuelta tendríamos que ver como devolvernos. No estoy acostumbrado a ese tipo de fallas en un viaje largo, donde las cosas deben funcionar como reloj, pero ya estábamos ahí y no quedaba otra que adaptarse lo mejor posible a las circunstancias.
Lo del trasporte lo resolveríamos al regreso, con lo del arriero no había mucho que hacer, tendríamos que invertir días pensados para cerros en porteos de equipo al Campo Morrena. El día después del incidente yo realicé un porteo mientras Constanza inspeccionaba las rutas a las Puntillas de Flores, todo seco, solo acarreos.
En Septiembre habíamos estado acá mismo, con un paisaje completamente blanco, ahora predominaban las piedras y algo de verde cerca de las cascadas, que abundaban alrededor del Campo Base, unas siete conté, bello espectáculo.
Después de instalar completamente nuestro C1, dejamos un depósito y emprendimos la marcha para instalar un Campo 2, en el Valle que se forma entre la Torre y el Nevado de Flores. Nuestra intención era intentar ambos cerros.
Fue un día largo, bastante nublado, avanzamos siempre sobre piedras y acarreos, a veces la nubosidad se tornaba tan densa que no dejaba ver a más de un metro, teníamos que parar y esperar que se disipara un poco, mirar bien por donde seguir, y después continuar casi a ciegas y con bastante frío y viento.
Avanzamos por varias horas y luego de cruzar un apestoso campo de penitentes buscamos un lugar donde poner la carpa. Encontramos algo relativamente plano - la verdad - muy relativamente plano, pero era lo mejor que había. Sujetamos la carpa firmemente, el viento era fuerte y pasaríamos varios días acá, luego nos metimos adentro y vimos el atardecer ya medio despejado adornado con una hermosa y helada puesta de sol.
Foto: Subiendo por los neveros previos a nuestro lugar de Campamento. |
El clima había estado inestable desde que llegamos, siempre después del medio día la Torre y el Nevado se sumergían en un mar de nubes grisáceas. Todo este tiempo había estado pensando en un día de cumbre despejado y con poco viento, ¿Mucho pedir?, yo creo que si, pero como en pedir no hay engaño le pedí a Dios un día de cumbre perfecto, quien sabe, en una de esas...
Intento a la Torre y cumbre.
El viernes 6 de Febrero, después de porteos, días de descanso y de instalar dos campamentos más además del Base, partíamos por fin a una cumbre. Para Constanza un sueño, una de las principales cumbres de su querida zona de Pangal, para mi, bueno, una cumbre importante sin duda, un hermoso cerro, pero cada cierto rato me venían a la mente mis planes originales para este verano los cuales no pude concretar por falta de cordada, que era el Cerro Tronco en la Cordillera Ferrosa. A pesar de eso el lugar en el que estábamos era sobrecogedor, hermosas montañas y varias puntas inescaladas.
Luego de terminar de cruzar los penitentes ascendimos por un acarreo muy suelto e irritante, un buen rato estuvimos en eso hasta que logramos salir al Portezuelo Nevado - Torre. Ya nos daba el sol y el viento era suave, la vista hacia el norte nos mostraba las grandes montañas de la Zona Central, Volcán San José, Marmolejo, Mesón Alto, y el precioso Valle de Río Maipo, con acceso prohibido por la gente de GASCO. Se veía el Castillo que estaba a pocos días de recibir su segundo ascenso, en fin, muchas montañas.
Foto: Atardecer cerca del Campo Alto, 4060 msnm. |
Esta visual la habíamos tenido en Septiembre, yo había llegado mas menos a este mismo punto, mis compañeros en esa oportunidad un poco más arriba, pero ahora eran las 11:00 de la mañana aprox y teníamos todo el día para seguir ascendiendo.
Ante nosotros toda la arista norte del cerro, a ratos encontrábamos atisbos de sendero, después lo perdíamos y lo volvíamos a encontrar, era más bien sicológico ya que ir por el seudo-sendero o el acarreo era casi el mismo esfuerzo.
Sin conocer la ruta ni con información alguna de ella fuimos a dar a una sección rocosa, gateamos bastante rato en roca de mala calidad en vez de seguir directo por el acarreo, algo de tiempo perdimos en eso, hasta llegar a un farellón rocoso que no podíamos superar de manera directa, al menos no sin equipo.
No sabíamos por donde seguía la ruta, después de mirar bien lo único que se me ocurrió fue rodear el farellón por la derecha y ver si por ahí podíamos continuar hacia arriba.
Foto: Campo de Penitentes, cruzarlo era la llave del ascenso. |
Otra opción implicaba cruzar un ancho campo de penitentes en una pendiente promedio de 35º a 40º, o sea muy incómodo, solo pensarlo me daba lata, pero después me di cuenta de que no había nada de viento y ninguna nube en el cielo, tanto rato pidiendo un día perfecto, y ahora que Dios y la Montaña me lo regalaban, no podía devolverme sin dar la pelea.
En fin, luego de descansar un rato corto partimos traveseando en dirección al campo de penitentes, durante bastante rato batallamos con ellos tirándolos abajo, median de un metro para arriba, algunos casi del porte de uno mismo, fue duro y latero, mas que agotador, latero, hasta que logramos salir al acarreo, nuevo pero corto descanso y para arriba, estábamos sobre los 4800 metros, así que no podía faltar mucho, lo importante era encontrar la pasada correcta.
Continuamos la subida, acarreos y acarreos. Por una quebrada donde caía un poco de agua seguimos subiendo, se veía bien hacia arriba, nada que cortara el paso. Bastante cansado salí a una especie de portezuelo, sobre este una laguna de deshielo congelada y un nevero semi-plano. Ahora dos opciones, ir a la izquierda o a la derecha, yo no tenia idea que el cerro tenia dos cumbres, así que nada más tuve que elegir. Mi única referencia es que sabia que en la cumbre había un libreta, así que esperaba encontrarlo junto a los testimonios de la gente del DAV que había subido el 2006.
Foto: Cumbre en la Torre de Flores. |
Trepé por un filo rocoso con algo de nieve, Constanza espero a que viera si era la cumbre correcta. Salí a la parte superior, ya casi en la cumbre, caminaba entre las rocas cuando divisé la pirca que indicaba el punto mas alto, pocos minutos después me encontraba leyendo los testimonios, cansado pero feliz... La vista era increíble, todas las grandes montañas de la región y además las de la zona central. En eso estaba cuando me di cuenta que la Cote no llegaba, baje a buscarla ya que estaba atascada en una pasada de roca y subí con ella de nuevo, eran las 15:30 cuando llegué la primera vez, las 16:00 cuando llegué con Constanza. |
Mucha alegría, estuvimos bastante rato leyendo testimonios e identificando las cumbres que se veían en todas direcciones, además, yo tenia que tomar gran cantidad de fotos pensando en el Proyecto Nomenclatura, ahí me di cuenta del gran regalo que habíamos recibido, día perfecto de principio a fin, nada de nubes, ni siquiera al mirar a Santiago, gracias Dios, gracias montaña...
Lo único latero de la bajada fue cruzar de vuelta el campo de penitentes, el resto fue rapidísimo y fluido, los campos de nieve antes de llegar a la carpa tenían infinitos riachuelos semi-subterráneos, pero con algo de paciencia y humor salimos sin problemas de ellos para llegar con luz de atardecer y algo de viento a la carpa, a engullirnos los ricos duraznos que nos esperaban, habíamos subido la Torre de Flores.
Autor: Elvis Acevedo R.
"Quien ha escuchado alguna vez la voz de las montañas, nunca la podrá olvidar..."
Proverbio Tibetano.