Cerro San Simón

San Simón

 

  • Altitud: 3.506 msnm.
  • Ubicación: Quebrada El Yesillo - RM.
  • Fecha: Octubre del 2014.
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
    • Juan Carlos Caro (P. Alpinos)
    • Claudio Correa (P. Alpinos)
    • Ulises Espinosa (P. Alpinos)
    • Ricardo Hernández (P. Alpinos)
    • Romina Guevara (P. Alpinos)
  • Ruta: Ruta Normal.

Después del viaje a Bolivia y del primer ascenso al cerro La Pala, era hora de una salida tranquila, a una montaña sencilla pero bonita. Un par de semanas atrás habíamos estado hablando con el “Pelao Correa” de los cerros de la quebrada El Yesillo, principalmente el San Simón, uno que antiguamente era todo un clásico de los montañeros de antaño, pero que en nuestros tiempos había pasado bastante al olvido.

Siendo un cerro accesible para todos, se hizo el llamado a la manada completa, armando un grupo grande para lo normal de nuestras salidas, se sumaron a los ladridos el legendario Juan Carlos Caro, desempolvando la mochila y su equipo en general, la infaltable víctima de alopecia en cualquier grupo humano Claudio Correa, los integrantes de la segunda generación de kiltros, Ulises Espinosa y Ricardo Hernández, y nuestro comodín, postulante al Grupo Femenino de Montaña de los “dogs”, Romina Guevara, que con su juvenil entusiasmo se suma hasta cuándo vamos a comprar. Lo bueno es que le baja el promedio de edad al grupo.

Dia de aproximación

Foto: Mal clima el día de aproximación.

Viernes... maldito viernes...

Viernes en la tarde, tipo 18:00 horas estoy listo con mi trabajo, solo debería pasar a comprar un par de cosas e irme a la casa a preparar la mochila, eso es lo que debería hacer, lo lógico, lo responsable, lo normal para alguien que se supone que ya aprendió que el viernes antes de una salida no hay jarana posible, eso debería hacer, eso quiero hacer, estoy mentalizado en ello, quiero dormir bien para mañana rendir como corresponde...

.... Pero Hernández tiene su taller tan cerca, bueno, que tan mal nos pueden hacer un par de cervezas mientras planificamos el cerro. Le mando un “guasap” a Claudio, y antes de preguntarle si puede ya va rumbo al taller. Solo un par de tragos y a la casa...

Caña... maldita caña...

No recuerdo a qué hora me acosté, solo recuerdo, o la verdad imagino, que en un heroico acto de conciencia puse la alarma a las 05:00 am para levantarme a armar la mochila, ¿dormí una hora?, ¿dos?, ni idea, por más agua helada que cae de la ducha, siendo honestos, me sentía un poco borracho todavía.

Me pasa a buscar Ulises, metí algunas cosas en la mochila, si sirven bien, sino, subo el cerro con lo que tenga, total se supone que es fácil.

Esas cosas me daban vueltas en la cabeza, además de la cabeza misma, cuando nos juntamos en la bencinera de siempre con el resto del grupo, Ulises llamó a Claudio, lo despertó, en ese momento mientras esperábamos a Juan Carlos, Claudio daba vueltas y vueltas tratando de armar una mochila decente para subir un cerro, cosa que no logró.

De una u otra forma nos juntamos todos, paramos en San José donde un “pan con algo” me revivió bastante, ya podía ir sentado, aunque no hablaba mucho, en el asiento de adelante Claudio expelía olor a etanol.

Foto: Comenzando el ascenso con las primeras luces del día.

Recorrimos el tan conocido y querido camino al Cajón del Maipo, pasamos frente al Retén de Carabineros de San Gabriel, donde habitan esos queridos seres que con tanta fuerza nos reprimen y apalean cuando peleamos contra los abusos de sus empresariales jefes... lo siento, no me aguanté...

A lo nuestro. Llegamos al punto donde iniciaremos la larga y dura caminata. Los “encañados” ya nos vemos un poco mejor, a pesar de eso creo que va a ser un largo día.

Está nublado, por suerte, y a las pocas horas de subir por un sendero bastante marcado, el tiempo francamente se fue al carajo, comenzó a nevar suavemente con un viento helado, lo que nos limitó bastante la visibilidad, nada muy bueno cuando estas en un lugar por primera vez.

Salimos al portezuelo, está helado, no se ve la bajada a la quebrada El Yesillo, con Ricardo y Claudio buscamos algún indicio del sendero, todo esta blanco, no se ve ningún cerro que nos sirva de punto de referencia, no es muy cómoda la situación.

En un breve momento las nubes se abren un poco y dejan ver una de las cumbres, la reconozco de las fotos de la zona, al menos ahora se para donde hay que ir. Comienzo a bajar en diagonal, no pillo huella, lo único que me preocupa es quedar “enriscados” sin poder bajar más, la visibilidad es poca, pero me doy cuenta de que estoy caminando por la parte alta de unos farellones, nada muy complejo, pero no me puedo equivocar, mis compañeros me vienen siguiendo.

Camino directo a un farellón esperando que la vista al otro lado me muestre la bajada hasta el valle, y así es, ¡que alivio! Se viene un planchón de nieve dura, y luego conectar el marcado sendero que llega a la parte baja. Estamos listos.

Maniobras más, maniobras menos, llegamos al lado del estero, buscamos un lugar para armar las carpas y meternos a tomar té, veníamos muy helados, el clima estaba muy malo, pero a pesar de todo llegamos donde teníamos que llegar, como siempre.

Hermoso paisaje

Foto: Hermoso paisaje cordillerano, al fondo el Volcán San José.

Lo primero que hicimos fue cambiarnos de ropa e intentar entrar en calor, al rato ya estábamos algo más calentitos, harto té y café, esta vez no llevamos cerveza... Después de un rato cocinamos, comimos, y nos fuimos al sobre, esperando que mañana amaneciera un poco mejor para poder ir a la cumbre.

Día dos.

Amaneció despejado, nos levantamos temprano, estaba helado pero normal, lo clásico de una salida a primeras luces del día. Ahora que tenemos mejor visual que ayer, nos damos cuenta del hermoso paisaje en el que estamos metidos. Al rato ya estamos listos, Ulises va en la punta, les pedí a Ricardo y a él, como segunda generación de Perros, que se preocuparan de informarse sobre la ruta, así que tenían que guiar la salida.

Como al poco rato ya estaban dando jugo, buscando la metida a la cumbre hacia la “Arista de los Ingleses” por donde nosotros no íbamos, con Claudio pasamos adelante, más sabe el Perro viejo por viejo, que por Perro...o algo así.

Salió el sol, el valle estaba nevado, el lugar estaba  realmente lindo, día despejado, calor agradable, paisaje de montaña blanco e inmaculado, algo difícil de encontrar por estos días... en la montaña claro.

Llegando a la cumbre

Foto: Juan Carlos en el último esfuerzo.

Le metí chala, mi estado físico no tiene nada que ver con el de un montañista super entrenado full power extreme cletero bueno pal running, pero ese día andaba con las pilas puestas, así que me fui abriendo huella con mi viejo piolet de marcha.

Mi piolet es viejo viejo, pero viejo del verbo viejo, creo que lo tengo como hace 18 años, solo esperaba que no hubiera nieve dura, porque si tenía que pegarle muy fuerte a la nieve, seguro se desarmaba.

La fila de gente detrás mío me mostraba a Claudio en segundo lugar (los borrachos sacando la cara) y la incontrolable energía termonuclear de Romina, Ricardo como siempre haciéndose el leso para no abrir huella, y Ulises y Juan Carlos consolándose mutuamente por su paupérrimo y francamente penoso rendimiento.

Entramos en la pendiente final, algo más empinada, paso a paso ganamos los últimos metros, pasamos al borde de una cornisa que le da toda la pinta a la cumbre, y a cobrar, día perfecto, sol, pocas nubes, visibilidad de kilómetros a la redonda, y a la cuadrada también... ¡wena!

Cumbre

Foto: Cumbre en el San Simón-ky

Llegaron Claudio, Romina y Ricardo, abrazos, fotos, viento, frío, buena hora, ascenso de esos perfectos, ¡alegría alegría!, agradecimientos, recuerdos, etc.

Más fotos, más viento, conversa, repetimos los abrazos, siesta...

Arcanoid en el celular, algunas fotos más, el viento no para, un par de chistes, nos abrazamos de nuevo...

Tomar jugo, comer algo, ponerle nombre al cerro del fondo, Candy Crush, tirar ideas... nos abrazamos… de frío...

Hoy juega el “Colo” con la “U”, apuestas, fotos, apretones de manos, ya no quiero más abrazos... Llegaron Ulises y  Juan Carlos, por fin...

Todos reunidos tuvimos que sacar todas las fotos de nuevo, pero lo bueno es que el grupo estaba entero, la manada completa en la cumbre del San Simónky.

La bajada al campamento se hizo sin mayores problemas, al pavo de Hernández se le perdió un piolet en un “pottinboard”, uno bien feo, de esos para hacer drytooling, por si alguien lo encuentra. Llegamos a las carpas, comimos algo, desarmamos todo, y le dimos de vuelta a los autos, a los cuales llegamos después de un buen rato de comer tierra.

En resumen, es perfectamente posible emborracharse el viernes antes de una salida, y hacer cumbre igual, que no te digan lo contrario.

Es un consejo de tus amigos de los Perros!!!

 

Autor: Elvis Acevedo.

 

"Cuando estoy en montaña convivo con cosas muy sencillas y aprendo a valorar la simpleza de la vida. Aquí, en medio de la nada, lo simple adquiere condiciones extraordinarias"

Renzo Uccelli.