Cerro San Francisco
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Con dos viajes a la zona de la Laguna Chiar Kotta - en la Cordillera Real de Bolivia - ya realizados, para esta tercera visita al país de las cálidas playas y palmeras… perdón, con esta tercera visita al país altiplánico, queríamos visitar una zona diferente.
Tiempo atrás llego a mis manos un ejemplar de la revista Desnivel, que traía un reportaje de la Cordillera Quimsa Cruz, y algunas de sus desconocidas quebradas y montañas. En aquellos años no era para nada común encontrar información sobre Quimsa Cruz, o Tres Cruces, como también se le conoce, situación que ha cambiado en el último tiempo debido a lo famosilla que se hizo la zona norte de esta cordillera, donde existe un granito de primer nivel, y se están realizando algunos cursos para aspirantes a guías de la UIAGM.
Pero nosotros no queríamos ir a ese sector, queríamos internarnos en alguna de las quebradas que dan acceso a zonas glaciares y tentar algunos ascensos a cerros con pocas visitas, e incluso alguna nueva ruta o primera absoluta.
Foto: Laguna Laram Kotta, de izq a der se ven la Torre Jihuana, el San Francisco y el Gigante Grande. |
Después de investigar y averiguar todo lo que pudimos, que fue bastante poco, decidimos ir a la zona de la laguna Laram Kotta, donde había montañas con algunas ascensiones, y otras sin registros ni de nombres ni de ascensos.
Si bien la zona tiene un acceso largo, no es tan complejo, por lo que es fácil imaginar que montañistas locales puedan, o debieran haber visitado la zona. Lamentablemente salvo pocas excepciones, son muy reacios a compartir información, ya que mayormente ven el montañismo como fuente laboral y no solo como deporte o lo que sea.
Desde Santiago nos contactamos con nuestro amigo Jenaro Yupanqui, que siempre nos apoya como enlace y trasporte desde nuestro primer viaje, y lo hicimos trabajar bastante para averiguar cómo llegar a la zona.
Foto: Pueblito minero de Laram Kotta. |
Se puede ir al sector en los buses que van hacia el poblado de Viloco, pero como solo teníamos una semana y no queríamos perder tiempo con algún imprevisto, decidimos ir a la segura con nuestro amigo de siempre.
El grupo quedo formado por Romina Guevara, quien además de aportarnos el primer relato “femenino” de un cerro al grupo (Cerro Lajas), se transformo en la primera integrante mujer en participar en un viaje al extranjero de los Perros, Ricardo Hernández y quien escribe.
En una noche lluviosa me fui de San José de Maipo, donde vivo, al taller de lutheria de Ricardo ubicado en República con Alameda, donde nos juntamos todos a tomarnos un navegado mientras hacíamos hora para irnos al aeropuerto. El viaje fue tranquilo salvo algunas turbulencias un poco más bruscas que hicieron escuchar más de un grito en el avión, y le cambiaron bruscamente la cara a mis compañeros…
En La Paz, nos fue a recibir Jenaro, quien después de los abrazos correspondientes, ya que nos vemos año por medio, nos fue a dejar al hotel de siempre. Terminamos de ponernos de acuerdo en la hora de partida para el día siguiente, y en detalles menores.
Foto: Cumbres desconocidas... |
Ya de tarde - noche salimos a dar una vuelta, a recorrer esas hermosas calles adoquinadas de La Paz. Romina no conocía así que la llevamos a los lugares más clásicos, entramos a la Catedral, cosa que no habíamos hecho antes, y nos dimos unas vueltitas por la Calle Sagárnaga mirando la hermosa artesanía local, para terminar como es tradición en nuestra sede local, el Bar Inglés, tomando chela no me acuerdo hasta que hora… Al día siguiente compras en el mercado, y partir al CB, o eso pensábamos. |
El viaje fue largo, unas 6 o 7 horas por caminos de tierra que se hicieron menos pesados por la novedad de ir por un lugar nuevo. Entrada la tarde llegamos al poblado minero de Laram Kotta, nos despedimos de nuestro trasporte, e inocentemente empezamos el acercamiento al otro extremo de la laguna, donde queríamos instalar un primer campamento.
Había dos senderos, uno por cada orilla de la laguna, escogimos el peor, al regreso nos dimos cuenta, en fin. Me adelante un poco, como no veía a mis compañeros me detuve a esperar, 5, 10, 15 minutos, media hora, algo pasaba…
Ya me estaba preocupando cuando desde una punta rocosa se asoma Romina y me grita ¡!!Una señora no nos deja pasar!!!!
Regrese, me junte con ella y me explico que una señora de las que viven en el poblado, al ver que comenzábamos a caminar se acerco corriendo indignada y gritando que no podíamos pasar… Csm, problemas de acceso acá también…
Foto: Torre Jihuana, en el rincón derecho se asoma el Bengala. |
Me devolví, comenzando a planificar el discurso que tenía que sub dividirse en varias partes, la primera, agachar el moño y disculparse amablemente, al final si las cosas se ponían feas los grandes perdedores íbamos a ser nosotros, la segunda, entrar en confianza, y la tercera, negociar la pasada.
Cuando nos juntamos con Hernández su cara era agria, más de lo habitual, dando todo por terminado me dijo que la “vieja” era terrible idiota, que solo reclamaba, que no nos iba a dejar pasar, etc etc…
Llegue donde la señora, me disculpe por pasar sin avisar, le explique qué visitábamos por primera vez la zona y que no sabíamos que había que pedir permiso, le conté de dónde veníamos, de Chile, y si, acá también llega la mala publicidad de nosotros…Tuve que agregar un párrafo al discurso para decirle que nosotros no teníamos nada que ver con problemas políticos, que solo disfrutábamos de la naturaleza etc etc..
Foto: Gigante Grande, a su izquierda el Sofía y el San Pablo. |
Después de un rato la conversación se relajo, y la señora me explico que necesitábamos la autorización de la comunidad para pasar, y que esta se decide en un comité y bla bla bla… que el presidente estaba por llegar por que trabajaba en la mina, como todo casi todos los hombres del pueblito. Y bien, a esperar. La cosa parecía complicada, ya me veía explicando ante un “comité” por que veníamos de tan lejos a subir cerros, algo que para ellos era bastante incompresible e ilógico, “van a congelarse” nos decía la abuela. |
Mientras esperábamos vimos todos los artilugios que instalaban unos jóvenes en la canchita de futbol, que es a su vez plaza y lugar de encuentro, para poner luz y jugarse una pichanga. Nos invitaron, pero la verdad no me sentía tan bien como para pegarme un pique a 4500 mts mas menos sin morir en el intento.
Nos entretuvimos viendo la pichanga, después llego el presidente del comité, vuelta al discurso diplomático y todo arreglado, nos pidieron alojar en el pueblo por unos pocos soles, y entendí que tanto alboroto no es por el hecho de pasar, sino que es para “obligar” a la gente a alojar en el poblado y ganarse un poco de dinero que es para la comunidad. Por mi parte todo bien, cualquier peso extra les sirve mucho para las duras condiciones en las que viven.
Además según nos explicaban, viene mucha gente con tours a sacarse fotos con la laguna de fondo, y hacer algo de trekking hasta la entrada del valle, pero no habían visto a nadie meterse hacia las montañas con la intención de dormir arriba, y menos de subirlas.
Nos pasaron una cabaña que es como la sede social del pueblo, desocupada pero amplia, y ahí nos metimos. Un día largo y con bastantes emociones, cosas que resolver en el momento y complicaciones, pero eso es justamente lo que uno busca en estos viajes, vida...
Muy tranquilos nos fuimos al sobre.
Foto: Hora del mate en el Campo Base. |
Al día siguiente agarramos nuestras cosas y ya con la autorización de la comunidad, nos fuimos a instalar nuestro Campo Base. Retomamos el camino del día anterior, por la orilla sur de la laguna, al cabo de un rato encontré la mochila que había dejado botada el día anterior, iba adelantado respecto a los muchachos que en viajes cortos iban porteando todo el material.
Desde el punto donde encontré la mochila tuve que hacer lo mismo, llevábamos bastante comida, cervezas y equipo técnico, por lo que no pudimos meter todo en un solo bolso, al final también vamos a pasarlo bien, son nuestras vacaciones.
Viajes mas viajes menos, al final del día terminamos instalando nuestro campamento cerca del final de la quebrada. Esta era amplia pero muy fangosa, de lejos parecía un lugar idílico, verde y con agua, pero la realidad fue otra, tanto que nos costo bastante encontrar un lugar seco y plano para instalar la carpa.
Foto: Vista general de la Cordillera Quimsa Cruz, en el sector de la laguna Laram Kotta. |
Para el día siguiente teníamos pensado ir por nuestra primera cumbre. Como es habitual en nuestra estrategia en lugares desconocidos, vamos por el más accesible de todos, del que tengamos mayor información y que en caso de llegar arriba nos permita tener una buena panorámica de todo el sector, y así poder identificar bien el resto de las cumbres y sus acercamientos. El objetivo era el cerro San Francisco.
Partimos tranquilos, no muy temprano. Avanzamos por lo que seguía del sendero hasta que al doblar al norte para entrar a la morrena glaciar, este definitivamente se perdió. En este punto, y ya comenzando a ver montañas hermosas que solo habíamos visto en algunas pocas fotos que conseguimos del lugar, optamos por comenzar a subir de manera directa al San Pancho.
Foto: Por la arista del San Francisco. |
La ruta sencilla, un acarreo largo y extenso. El cerro estaba completamente seco, el único objetivo que estaba fuera de la zona glaciar, pero el mejor mirador del que podíamos disponer para terminar de reconocer el lugar. Saliendo de un sector de rocas grandes entramos al típico acarreo de piedras chicas donde uno se entierra, pero que tenía rastros de un antiguo sendero, seguramente de prospecciones mineras, de las cuales la zona esta llena de rastros antiguos, de hecho mas arriba encontramos algún material abandonado. |
Terminado el sendero entramos a un sector de acarreos y canaletas rocosas algo confusa, era difícil saber por donde continuar, tuvimos que buscar por diferentes lugares hasta que logre alcanzar el filo superior del cerro, desde donde no se veía por donde continuar. Con Ricardo buscamos por la ladera en dirección a la cumbre, pero el terreno era muy inestable, peligroso incluso, tuvimos que volver al punto de inicio, y decidimos irnos directo por la arista.
Guardamos los bastones en la mochila, nos abrigamos un poco por que el viento parecía fuerte, y partimos. Primeros trepes sencillos, con esa piedrecilla suelta con la que hay que tener bastante cuidado. Superamos algunos tramos empinados y llegamos a los pies de un paredón de unos 8 metros; por los costados no había pasada, el filo caía en picado, así que teníamos que darle de frente.
Pasa Hernández, no es más que un 5.8 pero con bastante exposición, no vamos asegurando así que hay que mantenerse bien concentrados. Llego arriba y esperamos a Romina, igual a ratos me preocupa un poco, la ruta se pone un poco más complicada teniendo en cuenta su experiencia, pero hasta ahora va solida, sin problemas.
Foto: Cumbre en el San Francisco, primera de los Perros en la Cordillera Quimsa Cruz. |
Avanzo por la arista, bajo unos metros y se viene otro paredón, Hernández me grita que pruebe por el costado, pero la verdad este se ve bastante mas sencillo que el anterior, así que voy de frente; lo supero y la dificultad comienza a ceder, quedan algunas trepadas pero son sencillas, al poco rato veo a la distancia una pirca cumbrera, estamos listos…
Llegamos a la cumbre, la primera en este sector, cordillera que se ha hecho famosa por su sector norte, donde hay muy buenas rutas de roca, pero que en sus valles montañosos tiene poquísima actividad. Desde la cumbre divisamos bien el resto de los objetivos de la zona, sacamos muchas fotos y descansamos un buen rato, el día esta muy amigable, es momento de disfrutar.
La bajada, salvo la pasada del paredón que desescalamos a pelo, no tuvo mayores complicaciones, se hizo algo larga y agotadora, pero a media tarde llegamos a la carpa a tomarnos unas buenas cervezas.
En los días posteriores nos dimos cuenta de las paupérrimas condiciones del glaciar, tapado en hielo, penitentes y grietas. Nosotros pensamos al principio que se debía a condiciones particulares de la zona, pero al llegar nos enteramos de que en todas partes fue igual, amigos en el Huayna Potosi vieron un farellón rocoso cerca de la cumbre que no los dejo pasar, y que nunca antes se había visto en ese sector, las fotos de otro amigo, de la zona del Pequeño Alpamayo eran iguales, grietas y penitentes por todos lados, nada comparado a las estupendas condiciones que vimos nosotros dos años antes, en fin, fue un año seco en Bolivia, y se noto.
Foto: Elvis, Romina y Ricardo. |
Intentamos un cerro inescalado, estuvimos bastante cerca pero tuvimos que abortar por las condiciones y algo de mal clima. Rompí un crampón en la bajada y con eso la historia se acabo para mi, de todas formas nos quedaban pocos días, así que el consuelo fue no irse zapateros.
A pesar de lograr solo una cumbre, la cantidad de información que nos trajimos nos deja claro que volveremos a la zona, y la vamos a romper!!
Riesgos de ir a sectores poco conocidos, pero la experiencia lo paga por completo, no vimos a nadie mas en las montañas, valles y glaciares para nosotros solos.
El regreso a Chile fue tranquilo, del Campo Base a Laram Kotta, luego a nuestra sede en La Paz, el “Bar Inglés”, y luego al aeropuerto.
Esa fue nuestra tercera experiencia en tierras bolivianas..puis.
Autor: Elvis Acevedo.
"Por suerte yo escalo para mí, no para ellos"
Mark Twight.