Cerro Rubillas - Cumbre Norte
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Algo de Historia:
El Macizo del Rubilla es una enorme mole de unos 2.5 kms de largo, con tres cumbres bien definidas, la Sur, que es la que se ve bien al entrar a Monumento Natural el Morado, la Central y la Norte, que son bastante más difíciles de distinguir desde abajo, además de varias agujas y cumbres menores que están en el filo mismo.
Con mi hermano Fabián Acevedo tuvimos la oportunidad de escalar una de estas agujas a la que bautizamos Punta Gólgota. El año 2005 junto a Nolberto Alarcón y Freddy Grey logramos abrir una bonita ruta Directa en la Cumbre Sur, con sus buenas dificultades de terreno mixto.
La historia de ascensos a esta montaña es difícil de encontrar, la cumbre Sur tiene una ruta que puede considerarse normal, la que usamos nosotros para bajar, la Norte tiene una ruta que viene desde el Valle del Arenas, y también un par de canalones que conducen fácilmente al filo, rutas que siempre evitan meterse en los farellones rocosos y en las canaletas menores, que no presentan una dificultad excesiva, pero que por alguna razón nadie intenta.
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Desmotivado... Bajando de un intento invernal a la Torre de Flores, me encontré solo y pensando; desmotivado por el desarrollo de la expedición, por las características del cerro, por el tiempo perdido, por el desgaste evidente y tantas cosas, pensado en dejar de lado un rato la montaña, volver a la música y un sinfín de cosas que uno puede llegar a pensar durante las largas horas de bajada. No llegué a ninguna conclusión, pero de lo único que me di cuenta es que después de todos estos años subiendo y bajando cerros, tenia que re-inventarme en mi manera de hacer montaña, tenía que buscar nuevas motivaciones, ya que si no las encontraba, para la casa, sería todo y a jugar ping pong...(Soy bueno pal ping pong) |
Estando en Santiago me di tiempo para pensar que hacer, busqué en el montón de proyectos que tengo alguno que no fuera excesivamente comprometido, ya que a falta de cordadas esta vez iría solo, tenia ganas de ir solo, escalar solo, a mi ritmo, a mi gusto, como me diera la gana, aprovechar de pensar y bla bla bla, también lo haría en un estilo rápido, poco peso, vivac, poca comida, solo lo justo y necesario, solo mis piolets técnicos, nada más de equipo, si me daba el cuero para pasar, bien, sino, bien también.
Y partí al Valle de Morales, mis objetivos, la Punta Canaletas o la Cumbre Norte del Rubilla, decidiría en el lugar según las condiciones en que se encontráran las rutas. Mi idea de soledad en la montaña comenzó rápido a quedar en el olvido, mientras esperaba el trasporte en Plaza Italia me topé con David Ferreira, a él lo había conocido justo un año antes mientras yo bajaba de la Punta Sin Nombre, y una semana antes me lo había topado en el Festival de Cine Banff. |
Foto: Saliendo del Canalón. |
Después en la Furgoneta seguí conociendo gente, después me topé con mas gente conocida que iba al Mirador, y además los guardias de CONAF que me conocen hace tiempo, en fin, si quería estar solo, había escogido muy mal el lugar...
Comencé a caminar y agradecí la idea de andar con poco peso, a pesar de eso nunca me a gustado caminar rápido, así que igual me fui tranquilo, me puse el mp3 y empecé a darle muy relajado y disfrutando el viento que era bastante.
El día estaba bastante nublado, las nubes permanentemente rozaban las cumbres mayores a unos 3800 metros, lo que de a poco comenzó a inclinar la balanza hacia el Rubilla, que según yo a lo mucho, llegaba a unos 3500 o 3600 mts, pero no más.
Foto: Punta Sin Nombre. |
También resultó que había mas nieve de lo que había pensado. Cuando subí el Punta Rodríguez, recuerdo que la laguna ya estaba despejada de nieve, y fue en fechas similares, claro que dos años antes. Este invierno fue “contundente”, la nieve comenzaba poco después de Panimávida y seguramente iba a durar un buen rato más. Llegué a la laguna y avancé un poco más, David me invitó a quedarme en la carpa de él, viendo como estaba el clima acepté gustoso, aunque a pesar de todo habría sido un buen vivac. David había decidido no ir al Mirador y sumarse a mis planes del Rubilla, pero al final seguimos rutas diferentes, mi plan de soledad montañera ya no había funcionado, pero al menos la ruta la quería hacer en solitario. |
Comimos, tomamos once, echamos la talla, lo típico, decidimos partir a las 03:00 am ya que muchas veces me ha tocado perder cerros por el hecho de no alcanzar a llegar a tiempo a tomar el trasporte de vuelta, pero se nos pasó el cambio de hora así que de todas formas partimos a las 04:00 am.
Cuando me asomé fuera de la carpa esperaba ver un cielo nublado, pero las estrellas brillaban y la luna aún iluminaba la mitad superior del Rubilla, se veía hermoso, tome un rápido desayuno, me equipé y partí, David partiría más tarde.
La nieve estaba en excelentes condiciones, dura, ideal para cramponear, solo en tramos se reblandecía pero buscando y buscando volvía a encontrar nieve dura.
Mientras subía vi luces por el filo que va del Chacaya hacia el norte, y otras que se movían, según yo, al Mirador del Morado. Había poco viento, la temperatura era ideal, nada de frío, como pocas veces pasa. Sentía que la montaña me recibía bien, a pesar de que el pronostico era malo para el Domingo las condiciones estaban excelentes. Me comí la parte de la pendiente abierta en oscuridad, y cuando comenzó a aclarecer me acercaba ya a la entrada de los farellones. Se veía una entrada clara por una canaleta ancha y cómoda, y dentro de ella, opciones varias que generalmente rodeaban grandes rocones y arriba volvían a encontrarse, la pendiente aumentaba en algunos tramos, pero generalmente se mantenía pareja en unos 45º a 50º, muy cómoda, de echo solo me fui con un bastón y bien atento a poner bien el pie. |
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Miraba hacia el frente y estaba casi a la altura de la Cumbre de la Punta Sin Nombre, la pared se veía espectacular, y reconocía cada uno de los tramos que escalamos en Septiembre del 2007, entonces no podía faltar mucho. Encontré una saliente rocosa muy cómoda, ahí pare a descansar, ya veía el filo, sabia que tendría que buscar un poco, las cumbres del Rubilla, entre las principales y secundarias son varias, pero estaba cerca.
Dormité un rato y decidí seguir, disfruté bastante los últimos metros, el día estaba espléndido, pase por la última de las cumbres de este Macizo hacia el norte, una secundaria, después viene la bajada que lleva al portezuelo entre el Rubilla y la Punta Rodríguez.
Foto: Cumbre. |
Saqué el GPS he hice lo que venia a hacer, luego seguí por el filo hacia el sur, en dirección a la Cumbre Norte y principal, aquí encontré una vieja lata oxidada con un testimonio del Club Monval del año del pepino, pero fue bonito encontrar algo, repetí mi pega con el GPS, disfruté del paisaje, el clima, el sol, las sensaciones y muchas cosas, vi la cumbre central, no estaba tan lejos, pero no alcanzaba a ir y volver sin atrasarme para alcanzar a volver a Santiago, así que quedo para otra vez. La bajada fue tranquila, durante esta el cielo se tapó y comenzó a correr una feroz ventolera, justo ahí me senté en una piedra, saqué mi armónica y me despaché unos "Blues", me faltó la pura cerveza y todo habría sido perfecto... |
Llegué a la carpa sin tiempo para nada, armé la mochila y rajé para afuera, mucho viento pero todo muy bien. Volví a Santiago justo a ver el segundo tiempo de Chile – Ecuador, como si hubiera valido la pena.(Perdimos 1 -0 de visita).
Autor: Elvis Acevedo.
"El camino hacia la cima es, como la marcha hacia uno mismo, una ruta en solitario"
Alessandro Gogna.