Punta Ventanas
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Había estado dos veces en la Punta Ventanas, con Jaime Wastavino en ambas, y con Juan Carlos Caro en la segunda; sin embargo después de mirar las fotos, los mapas, y por supuesto del recuerdo de haber estado ahí mismo, teníamos la sensación de que la cumbre en la que habíamos estado no era la principal, o era lisa y llanamente una antecumbre, a pesar de que la primera vez que fuimos, ahí fue donde encontramos la pirca cumbrera.
Así que para no seguir con la bala pasada decidimos volver un fin de semana de Junio del 2011, para pasar a la cumbre principal, construir una pirca correcta y dejar una libreta.
Foto: Elvis y Jaime antes de partir. |
Después de los típicos mails de organización decidimos catalogar la salida como apta para todos los integrantes de los diferentes grupos de los perros: postulantes, trekking, media y alta montaña, con la consideración de que si la pasada a la cumbre principal era mas complicada de lo esperado, solo la gente con la experiencia suficiente haría este tramo, así se evitaba cualquier riesgo innecesario. Al final la manada quedo compuesta por Jaime Wastavino, Juan Carlos Caro y Elvis Acevedo del Grupo de Alta Montaña, Christian Quezada del Grupo de Trekking de Montaña, y Karin Pelikan, postulante al Grupo. |
Así fue como los cuatro primeros viajamos un Sábado temprano en dirección al Valle del Arenas, en el auto de Christian, y después de la clásica parada en San José a tomar desayuno, dimos jugo un rato buscando a Karin en las cercanías de la Placa Roja, cuando realmente estaban en el Valle del Arenas. Ahí nos reunimos todos.
Presentados y saludados unos con otros, recorrimos el último tramo de camino hasta la base del Gran Diedro del Maipo, donde nace el sendero que nos llevaría a nuestro Campamento Base, y ahí buscamos un lugar para estacionarnos.
Una vez organizados comenzamos el ascenso por el claro sendero que sube a la derecha de la gran pared del diedro, en donde se pueden ver las chapas de algunas de las rutas equipadas de la zona.
El día estaba nublado pero muy agradable, a ratos soplaba algo de viento el que se acrecentó cuando superamos la primera pendiente dejando atrás el Diedro, y enfrentamos el filo que nos llevaría directamente al campamento. Aquí me detuve a abrigarme y conversar un rato con Christian y Juan Carlos, el resto ya había comenzado a subir la última parte del trayecto.
Después de un tramo final bastante helado por el viento, llegamos a la planicie donde decidimos instalar nuestro campamento, justo en el inicio del Filo Norte de la Punta Ventanas. Una vez armadas las carpas, decidimos ir inmediatamente por la cumbre, ya que al otro día teníamos pensado intentar otra cumbre de la zona, o bajar rápido si el frente de mal tiempo que estaba anunciado para la tarde se adelantaba y nos causaba algún problema.
Foto: Juan Carlos trepandose a la cumbre principal. |
Ordenamos las cosas y partimos, el viento era muy fuerte pero estábamos muy entusiasmados y contentos. Al poco rato, un poco helados, llegamos a la base de la antecumbre, donde comenzamos algunos gateos sencillos, pocos minutos después llegamos al punto donde estaba la pirca y donde ya habíamos estado dos veces, pero esta vez no hubo abrazos. Miramos hacia el sur, justo frente a nosotros, contra el Cajón de lo Valdés como telón de fondo se recortaba claramente el torreón cumbrero, el mismo al que no le prestamos mayor atención antes confundidos quizá por la pirca de piedras que habíamos encontrado. |
Decidimos con Juan Carlos poner un pasamanos para facilitar la pasada de la mayor parte del grupo, hicimos un cachipún y perdí, por lo que le tocó al “lobo” tomar la punta y pasar al otro lado.
Se aseguró a la cuerda y destrepó unos metros, puso un seguro mas que nada para que la cuerda no oscilara tanto ya que el viento era fuertísimo y siguió bajando, desescaló un sector corto pero más vertical, y quedó en la base de la pirámide final la cual trepó rápido en medio de los gritos de ánimo y de un viento implacable. A los pocos minutos levantó los brazos en señal de éxito y luego de los gritos de felicitaciones ancló el pasamanos y fijó la cuerda.
Le pregunté a Jaime si quería ir primero, me dijo que no, y después de dejarle algunas instrucciones para ocupar el pasamanos me puse a destrepar, llegué al escalón vertical y aprovechando el pasamanos bajé con facilidad, me di cuenta de que la ruta era sencilla, con buenos agarres y no tan parada, rápidamente me encontré con Juan Carlos y le hicimos señas a Jaime para que viniera.
Poco se demoró en llegar y los tres juntos recorrimos los pocos metros que nos faltaban hasta la cumbre, de ahí el clásico ritual de fotos y abrazos complementado esta vez con la construcción de la pirca en la cumbre correcta, dejar la libreta, tomar las coordenadas y la altura del cerro.
Estando en la cumbre nos dimos cuenta de la inquietud de Karin por pasar a la cumbre principal así que decidimos ayudarla. Baje a la base de la pirámide cumbrera, trepé el escalón más vertical y me encontré con Karin, improvisamos un arnés con un cordín y unos mosquetones y más un ATC pudo bajar sin problemas la parte que permitía llegar al collado bajo el torreón cumbrero, aquí le pase mis guantes ya que tenía las manos muy heladas, el frío era intenso producto del viento, así que después de algunas instrucciones para usar un jumar subimos nuevamente hacia la cumbre.
Foto: Cumbre en la Punta Ventanas. |
Nos reunimos todos y celebramos con efusividad la ventosa y fría cumbre, Christian y Alex decidieron no pasar, así que comenzamos el regreso después de cumplir con todo lo planificado. Rato después ya estábamos todos en nuestras respectivas carpas comiendo y disfrutando de la montaña, el viento, el frío, el buen ambiente que siempre tenemos en nuestras salidas. Después de comer nos reunimos todos en la carpa de Juan Carlos a tomar té, café, obviamente unas cervezas, unos cigarros, etc etc, lo clásico. |
Después de un buen rato y cuando al tata Jaime le dio sueño, nos fuimos al sobre.
Durante la noche se levantó un fuerte viento que se mantuvo hasta la mañana, y al asomarnos afuera con las primeras luces nos dimos cuenta que también comenzaban a subir las nubes que ya cubrían el valle, por lo que decidimos bajar rápido para evitar el temporal.
Poco tiempo nos dio la tormenta, a pesar de tomar desayuno y armar las mochilas rápido, cuando salimos a desarmar las carpas ya estaba nevando fuerte y había mucho viento, de todas formas primaba el buen humor en el grupo y entre ventisca y nieve al poco rato ya estábamos listos para comenzar a bajar.
El primer filo fue muy helado ya que el viento pegaba fuerte, ya se había acumulado bastante nieve así que estaba algo barroso y resbaloso, pero una vez que entramos a la pendiente que queda protegida por la pared del Diedro la bajada se hizo mas sencilla y agradable, tanto así que tuve que parar para desabrigarme un poco.
Justo en ese momento a Juan Carlos se le ocurre que nos tomemos una cerveza que quedaba y descansáramos un rato, así que nos juntamos con Christian y Karin, y con un suave pero constante plumillaje nos refrescamos un poco con un par de latas.
Foto: Celebrando luego de llegar a los autos. |
Luego continuamos la bajada y al poco rato ya estábamos todos en los autos, abrazos finales y fotos para celebrar la cumbre del Ventanas, luego nos apuramos un poco ya que el camino había acumulado sus buenos centímetros de nieve y esta seguía cayendo cada vez mas fuerte, así que para no quedar atrapados optamos por bajar. Crash-boom- bang!!! Bajó Karin y Alex en su vehículo primero y justo atrás nosotros. Aún estábamos acomodándonos, ordenando las cosas y molestando a Christian por que andaba con frasquitos de shampoo Cozumel (Que es un motel) cuando de un momento a otro paso esto: |
Iba molestando a Christian por unos frascos de shampoo de motel, cuando sentí que el vehículo saltaba muy fuerte, pensé que habíamos pasado por un hoyo grande o una zanja y que por ir muy rápido habíamos pegado un salto, creí que Christian controlaría el auto...
...ya estaba por decirle que bajara un poco la velocidad cuando comencé a sentir que el auto se inclinaba hacia mi lado. Mi vidrio estaba empañado así que no veía nada hacia afuera, tampoco lograba ver bien hacia adelante así que básicamente no cachaba nada, hasta que me di cuenta que nos estábamos volcando, me agarré de la manilla con las dos manos y entre los gritos de mis compañeros asumí que habíamos perdido el control de todo...
Pocos segundos pasaron, no se cuantas vueltas dimos, no tenia idea de donde estábamos, pero ya nos habíamos detenido, estábamos cargados hacia mi derecha y hacia adelante, yo estaba casi entre los dos asientos delanteros, a mi lado una mochila y tras ella Jaime, adelante Christian y Juan Carlos, les pregunté como estaban, todos hablaron, no había gritos de dolor ni nada por el estilo, Cristian soltó una “chuchada” pero de rabia, estábamos con la adrenalina alta aún, no sentíamos nada de dolor.
Al rato escuchamos gritos, solo cuando llegaron al auto nos dimos cuenta que eran Karin y Alex. Intenté abrir mi puerta pero estaba atascada, Christian abrió la suya pero no podía salir, había un hoyo entre las rocas de cómo 4 mts, Karin también le grito que no bajara por ese lado.
Alex logró abrir la puerta del copiloto, bajo Juan Carlos, luego Christian, tiramos la mochila de Jaime que iba al medio para que este pudiera bajar, luego salí yo, recién en ese momento me di cuenta que estábamos metidos entre grandes rocas, de milagro alguna no hundió el techo y nos voló la cabeza a todos.
Trepé por piedras hasta el camino, ahí vi el auto, completamente machucado, con los vidrios rotos y varios metros más abajo del camino, nos habíamos salido en la curva, en pleno sector del “Choriboulder”, vi a Christian que estaba pálido pero bien, Juan Carlos adolorido pero bien, Jaime con un feo golpe en la boca, con sangre e hinchada, pero bien, nevaba copiosamente...
Foto: Mala estacionada de "Schumacher" Quezada... |
Mientras Alex y Karin rescataban algunas cosas del siniestrado vehículo, y los demás respirábamos un poco sorprendidos de estar todos sanos, llegó una caravana de autos que venían del Cerro Unión, o la Laguna del Morado creo, gente del Club Los Malayos y de otras ramas de montaña, quienes nos ayudaron y nos trasportaron al Retén de Carabineros de San Gabriel. Ahí reportamos lo sucedido a Carabineros, después ellos mismos nos trasportaron a constatar lesiones a la Posta de San José de Maipo. Con Juan Carlos tuvimos que irnos en el calabozo de la patrulla, toda una anécdota a esas alturas. |
En San José cumplimos los trámites que nos exigía la autoridad, para después poder viajar a Santiago y repartirnos de manera individual en diferentes clínicas a hacer las revisiones del caso, ya que a estas alturas, más fríos, los dolores comenzaban a aparecer con fuerza.
Mientras Karin y Alex vivirían una aventura extra intentando recuperar el jeep de Alex, que para más remate quedó en “panne” cuando frenaron y se bajaron a ayudarnos.
Al final Christian terminó con un tobillo lesionado, Juan Carlos con una fuerte contusión en la columna, Jaime con un feo golpe en la cara (A pesar de eso fue el primero en recuperarse) y yo con un desgarro en el hombro izquierdo, sin embargo para la magnitud del choque solo fueron lesiones menores.
Así de movida terminó nuestra aventura en la Punta Ventanas, con un choque que nos costó varias lesiones, y estar parados al menos dos meses en recuperación, pero prácticamente ilesos, alguien nos cuida, o simplemente no nos quieren recibir ni arriba ni abajo.
Autor: Elvis Acevedo.
"No se puede ser un héroe y a la vez pretender sobrevivir..."
Reinhard Karl.