Punta Portezuelo
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Después de una jornada más menos dura pensamos en tener un día tranquilo pero no quieto. Nuestro objetivo principal eran los cinco Dientes del Echaurren, así que la idea sería explorar el resto del cajón hasta el Portezuelo La Paloma, y en el camino ver cómo era la quebrada que se suponía nos iba a dar acceso a la base de los dientes rocosos, y si se veía algo piola, subirlo.
No nos levantamos muy temprano, aprovechamos de dormir un poco. Tomamos desayuno tranquilos y partimos. La idea era reconocer bien el valle, explorarlo y ver hasta donde llegaba el sendero para no andar dando jugo en acarreos cuando fuéramos a algún cerro más grande.
Foto: Explorando posibilidades y cerros desconocidos. |
Es un cajón muy lindo y poco recorrido, por montañistas al menos, los arrieros si lo usan bastante. Pasa de vegas verdes y húmedas a sectores secos de poca, espinuda y achaparrada vegetación. Típico de la zona central. Al poco rato de avanzar por el sendero quedamos frente a la que se suponía era la quebrada de acceso a la base de los Dientes del Echaurren, y la verdad, se veía bastante poco amigable. |
Independiente de los farellones que bloqueaban la pasada, siempre se puede buscar por los costados, pero entre acarreos y murallones, mas las posibilidades de caída de rocas, no quedamos muy convencidos de que fuera por ahí la metida…
Seguimos avanzando por el valle hasta llegar a una pequeña lagunita donde metimos las hediondas patas de uñas largas, y descansamos un rato. Nos fijamos que el circo de cerros que lo cerraba se veía bastante interesante. Unos nos llamo particularmente la atencion, tenía una canaleta central que aun tenia nieve, no mucha, pero escalable, sin embargo después de un rato nos dimos cuenta que era un campo de tiro… lo dejamos para primavera.
Después de un rato continuamos, con esa agradable sensación de estar en un lugar poco visitado por montañistas, y desconocido para nosotros, que era primera vez que estábamos ahí; por lo mismo íbamos mirando cada loma, piedra y cerro con ojos de niño chico.
Foto: Lagunita donde ubicamos nuestro segundo campamento. |
Luego de perder el sendero y dar algo de jugo - para variar un poco - por unos roquerios, lo encontramos de nuevo. Como no teníamos destino definido solo seguíamos y seguíamos. En un momento pille a Hernández y seguí de largo, rato después nos volvimos a encontrar y decidimos ir hasta el final de la “loma” que se veía al fondo, habíamos pensado lo mismo, queríamos ver “para el otro lado” jaja. |
Llegamos al Portezuelo La Paloma, y desde este punto comienza una larga bajada por el estero del mismo nombre que desemboca en las cercanías del El Alfalfal, linda travesía que dejamos para una próxima vez.
Aquí descansamos un buen rato y sacamos hartas fotos. Gusto me llevé al ver en la lejanía el glaciar Juncal Sur y sus montañas, zona que he visitado dos veces y que me trae tantos recuerdos. Al fijarme bien se podía ver el valle de Olivares completo, y tras la Loma Rabona toda la cuenca glaciar, era un pedazo de foto para marcar la aproximación y rutas de la zona, sin embargo el aire – lamentablemente - estaba bastante brumoso. Igual dispare hartas veces la cámara para trabajar las fotos después.
Foto: Cumbre de la Punta Portezuelo. |
Aunque este día estaba destinado a terminar de reconocer la zona, mirando al este desde el portezuelo se veía una simpática punta con algo de roca bastante mala en la parte final, o eso parecía. No era una prominencia principal pero destacaba lo suficiente para llamar la atención, de echo la habíamos venido observando durante toda la parte final del trayecto hasta el portezuelo. Estábamos cansados igual, pero no le dimos muchas vueltas, partimos para arriba. |
Fuimos por el filo que separa ambos valles hacia el norte y el sur, cómodo al comienzo pero que se fue angostando en la medida que subíamos, hasta obligarnos a trepar algunas secciones rocosas y subir algunos cortos acarreos algo pesados; nada del otro mundo.
Llegamos a lo que parecía desde abajo la cumbre, para darnos cuenta que había un punto más alto algunos metros al sur, y que el filo que llegaba a él se veía bastante malo. No fue tan terrible, con algo de cuidado y uno que otro trepe loco llegamos al punto máximo de esta cumbrecita que denominamos en un espectacular ejercicio de creatividad: Punta Portezuelo.
Foto: Laguna Negra desde la cumbre de la Punta Portezuelo. |
Estuvimos un buen rato sacando fotos, tomando coordenadas y Hernández roncando, hasta que decidimos regresar. La bajada hasta el portezuelo fue tranqui, con cuidado por algunos trepes pero nada serio. El “rucio” se disparo para abajo y yo pare de nuevo en el portezuelo a sacar más fotos junto a una buena pirca que hay para acampar. Había tenido la idea de quedarnos ahí para sacar fotos al atardecer y amanecer, pero al final no lo hicimos, espero hacerlo cuando haga la travesía. |
Me quede otro rato, no quería bajar, estaba todo muy piola, tremenda vista, lindos paisajes, tranquilidad total…
Al final tuve que bajar igual; fue una bajada tranquila, intentando reconocer las partes del sendero que se nos perdieron en la subida, recogiendo algo de basura dejada por arrieros, y sacando fotos y más fotos.
Pare en varios sectores, solo a admirar el paisaje y disfrutar de la sensación de calma que tenia. Rato después llegue a la carpa donde me junte con “Brad Pitt” Hernández y nos dispusimos a aplicar cerveza y navegado nocturno, nos quedaban varios días aún y hartos cerros por intentar…
Autor: Elvis Acevedo.
"La naturaleza no es un lujo, sino una necesidad del espíritu humano, tan vital como el agua o el buen pan"
Edward Abbey.