Punta Patricia
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Desde casi cualquier punto del glaciar Juncal Sur, la Punta Patricia se yergue como una estética y bastante vertical aguja rocosa de terreno mixto, sus caras sur y sureste, sin rutas ni ascensos, son un desafío importante de la zona, a pesar de no estar en el grupo de montanas más altas, su cara suroeste, poco visible en general a menos que uno se interne en la cuenca occidental del glaciar, en dirección a los Picartes o el Nevado de Olivares, tampoco tiene rutas, sin embargo se presenta como una ruta glaciar sencilla, siempre que se esquiven las zonas de seracs, y la cara noreste, que es por donde dedujimos se realizó el primer y único ascenso registrado, no es difícil pero si confusa, ya que desde la base es complicado distinguir una línea clara de ascensión, entre rocas, farellones y zonas nevadas.
La conclusión de que la primera ascensión fue realizada por esta cara fue bastante obvia, ya que quienes la subieron también habían ascendido el cerro El Paso, desde donde se puede ver con mayor claridad una posible ruta a la montaña. Nosotros íbamos a seguir los pasos de nuestros predecesores, subiendo el cerro El Paso primero, la P-4708, y luego la Punta Patricia.
El año 2006 ya había intentando esta montaña, tratando de abrir una ruta por la línea más vertical que pillamos en la cara sur, la que pasaba casi de manera directa por las barreras de seracs, una hermosa escalada en hielo, pero en aquella oportunidad era el mes de febrero, y la caída de material y las malas condiciones en general nos hicieron desistir.
Ahora, 17 años después, estábamos en la cumbre de la P-4708, ahora cerro Jara, y decidimos ir por la Punta Patricia.
Bajamos desde el Jara, y en algún punto comenzamos a travesear en vez de continuar la bajada, el día había sido largo, y ya estábamos algo cansados, sin saber bien que tan larga podía ser la subida creo que íbamos en plan "a mirar" porsiacaso, pero yo no iba tan convencido.
Después de algún resalte de nieve que nos tapaba la visual pudimos ver lo que parecía ser la espigada cumbre, para llegar debíamos perder algunos metros en dirección a un portezuelo que por el momento solo intuíamos, ya que una arista de nieve nos tapaba la vista en esa dirección, la nieve estaba algo blanda pero permitía avanzar con tranquilidad, la pendiente seguía hacia abajo sin barreras de farellones que la cortaran, sin embargo cuando pasamos por la base en dirección al cerro El Paso, no supimos identificar una línea tan directa, ni ver el portezuelo al que nos dirigíamos ahora.
Foto: Subida final a la Punta Patricia. |
Asomados ya, después del resalte de nieve, vimos que la llegada al portezuelo que separa la Punta Patricia del cerro Jara era fácil, y una vez ahí, tendríamos que enfrentar la subida final a la torre cumbrera, que se veía con una pendiente respetable. Desde el portezuelo tuvimos vista hacia el sur, a toda la cuenca occidental del glaciar Juncal Sur y las montañas de la Sierra Blanca, desde aquel lado se podría llegar con mucha facilidad a este mismo portezuelo como comprobaríamos días mas tarde.
Comenzamos la subida final, el viento soplaba fuerte y gélidamente, la pendiente aumentó lo suficiente para requerir concentración en estos pasos, íbamos en dirección a un sector rocoso que parecía cortar la pasada, el ángulo no nos dejaba ver más arriba, y yo subía como siempre con la inquietud de si habría una pasada. Que lindo es andar en rutas de las que no se sabe nada y disfrutar de esa sensación de incertidumbre, de tener que descubrir el recorrido paso a paso.
Foto: Subida final a la Punta Patricia. |
Willy llegó a las rocas y comenzó a travesear un poco hacia su derecha, me gritó que la pasada era por nieve solamente, pero con una pendiente de unos 60 grados con caída abierta, llegué a las rocas donde comenzó la travesía y la nieve estaba bastante mala, muy blanda y poco consistente, bastante atento pase esta zona y comencé a subir el tramo mas empinado de manera directa hacia arriba, Willy ya había llegado al final de esos metros de pendiente fuerte y ya en el filo, comenzaba a caminar en pos de la cumbre.
Llegué al filo, bastante angosto, la caída hacia el otro lado es completamente vertical, de roca, hacia el nuestro es una pendiente fuerte de nieve que va a terminar justo en la gran zona de seracs que se ven bien desde abajo. Fui con cuidado, el trayecto era fácil, pero requería atención, más aun cuando las ráfagas de viento golpeaban fuerte sin aviso y podían hacer perder el equilibrio.
Foto: Cumbre de la Punta Patricia. |
Vi a Willy sentado en una roca grande, estaba en la cumbre, le tomé una foto y me fui a reunir con él. Estábamos arriba, en la cumbre de la Punta Patricia, una segunda ascensión... felicidad...
Nos abrazamos y felicitamos, Willy trató de esconderse del viento detrás de la gran roca de cumbre, yo tomé algunas fotos más menos rápido, estaba muy ventoso y hacía mucho frío, ya era tarde, no quedaban muchas horas de luz, pero salvo el primer tramo, la bajada era tranquila.
Disfrutamos mucho la cumbre a pesar de lo helado que estaba, no había mucho espacio para moverse, rebuscamos un poco pero no encontramos ningún testimonio, miramos la continuación del filo pero comenzaba a bajar de manera notoria y muy abrupta, no había posibilidad de confusión, estábamos en el punto más alto, hacia el NO la pendiente bajaba en dirección al portezuelo desde donde habíamos subido, y luego subía en dirección al cerro Jara, nos fijamos bien para evitar confusiones, pero no había lugar a ello, era el punto más alto.
Tomamos coordenadas y alturas y decidimos comenzar el descenso, básicamente por que estábamos más helados que abrazo de suegra, con mejores condiciones feliz me hubiese quedado mucho más rato.
El primer tramo de pendiente fuerte lo hicimos con bastante cuidado, pero estuvo tranquilo, sin inconvenientes, rápido llegamos al portezuelo y desde acá comenzamos a bajar de manera directa y segura hasta el glaciar.
Una vez en la base del cerro nos quedaba una caminata algo larga hasta el refugio, unos tres o cuatro kilómetros, pero por terreno sencillo, y aunque el viento continuaba, disfrutamos las luces del atardecer mientras caminábamos por este inhóspito y al mismo tiempo increíblemente hermoso rincón de nuestra cordillera.
Un par de horas después, quizá menos, llegábamos al refugio de la DGA, a disfrutar las sensaciones de un día bien trabajado; tres cumbres, un séptimo ascenso, un segundo, y una primera absoluta, que más se puede pedir...
Autor: Elvis Acevedo Riquelme.
“El mejor entrenamiento consistía en ir al pub, beber 5 cuartos de cerveza y hablar de escalada”.
Ron Fawcett.