Punta Horizonte
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De niño muchas veces recorrí el Estero El Toyo con mis amigos de la época, sin tener idea que por ahí había un cerro llamado Punta Horizonte, con el paso de los años y ya dedicado de manera amateur al montañismo, supe de su existencia, pero por mil y un motivos nunca me di el tiempo de ir a subirlo.
Así que cuando Christián me dijo "Hagamos algo fácil por el día", pensé poco rato y se me ocurrió el Horizonte. Una mirada rápida al Andeshandbook y a organizarse, por fin, después de tantos años, iría a visitar ese cerro que siempre miraba de re-ojo cuando iba al Cajón del Maipo.
Junto a nosotros se sumaba una amiga de Christian, Carol Jaque, que ya había participado de una salida al Cerro El Durazno algunas semanas atrás.
Foto: Te sales del sendero y...vegetación tupida... |
Nos juntamos en el 14 de Vicuña, en la misma bencinera donde tantas veces me e juntado con amigos para partir hacia algún cerro, cargamos las cosas y le dimos rumbo al Toyo. Llegamos temprano al portón de entrada, pagamos y pasamos. El camino gana sus buenos kilómetros hasta donde ya no se puede continuar en auto. El sector es bastante diferente a como yo lo recordaba, hay un sitio de camping grande habilitado, bonito, pero con mucha basura, como siempre pasa en lugares concurridos. |
El Cerro se veía bastante lejos, asi que rápido comenzamos la caminata, cruzamos el estero un par de veces de un lado a otro, seguimos por unos claros senderos hasta darnos cuenta que íbamos por cualquier lado menos por donde deberíamos, en vez de retroceder, decidimos darle directo hacia arriba por una ladera bastante erosionada hasta llegar al filo. En este punto Carol decidió regresar.
Con Christián continuamos, después de un rato agarramos un sendero clarísimo, lo que nos permitió recuperar bastante tiempo, sin embargo este no se dirigía al Punta Horizonte así que en algún punto tuvimos que abandonarlo, ya que se internaba por el estero Coyanco.
Nuevamente nos vimos subiendo por una ladera a campo traviesa y para regresar al filo tuvimos que pasar una zona de vegetación muy tupida, de esas que sacan el vocabulario verbal mas refinado que uno pueda tener guardado. Pasado el montón de ramas, llegamos al filo y vimos que nos faltaba bastante poco.
De la rocosa parte final nos separaban unas pendientes de tierra que pasamos sin problemas, intentando no perder altura, ya se notaba algo más de cansancio y el ritmo era un poco más tranquilo que al comienzo. No notabamos bien cual era la subida descrita, así que decidimos meternos por un acarreo parado que daba a unas placas medio lisas, y de ahí ver que onda. Se dió bien, al final de las placas había un saliente rocoso que se podía subir por la derecha y que parecia salir arriba, a la parte alta del cerro. |
Foto: Buscando la ruta... |
Por ahí avanzamos y quedamos en lo que pensábamos eran los últimos metros. Para no dar la vuelta nos pusimos a trepar directamente por las placas hasta salir a la parte alta, intuíamos la cumbre pero aún no se veía.
Después de otros tantos tramos de acarreo y trepadas sencillas llegamos a la base de la cumbre, un rocón bien liso y bonito, lo rodeamos y trepamos por un filo bien angosto hasta el punto final, donde la verdad llegamos bien cansados.
Estábamos por empezar a tomar fotos cuando se me ocurrió avanzar un poco más y ver que ahora si estábamos en la cumbre, donde habían unas placas metálicas que marcaban el punto final, casi casi damos jugo y no llegamos al punto más alto.
Foto: Cumbre del Punta Horizonte. |
La vista de la cumbre me llamó profundamente la atención, desde pocos cerros se debe tener una vista tan amplia, que abarca desde el sector del Cerro Plomo y todos sus acompañantes, los cerros precordilleranos como el San Gabriel, San Lorenzo, Dedo de Dama y Peladeros, hasta los gigantones de la zona del Maipo como el San José y el Marmolejo, incluso montañas de los valles Rancaguimos que tan bien conocemos. Con buen ojo y conociendo los cerros se podían distinguir un montón más que no viene al caso mencionar aquí, solo decir que bien vale la pena dedicarle un día a subir este cerro, solo por la tremenda vista que tiene desde la cumbre. |
Como era una salida relajada, hicimos algo que no hacemos nunca, nos tomamos una cerveza en la cumbre, es verdad, generalmente las tomamos en el campamento a la vuelta de la cumbre.
Comimos unos "sanguches", tomamos más, sacamos fotos y disfrutamos de la vista, le mandamos un mensaje a Carol y otros personales aprovechando que teníamos señal celular, al rato nos contestó Carol, diciendo "Estoy en un asado", sin comentarios...
Como la subida fué por cualquier parte menos por donde debería, la bajada también fué por cualquier parte menos por donde debería, asi que a ratos se hizo bastante latera. Bajamos entre resbalones por acarreos lisos, piedras que rodaban, mucho polvo, mucha tierra, nada de sendero y muchos improperios, pero felices por la cumbre.
Llegamos al punto donde habíamos dejado a Carol, que muy ingeniosamente nos dejó un mensaje con malvas de chocolate de colores avisando que había bajado por ahí. Al rato estábamos en el estero, mojándonos la cara de tanto polvo, y poco después nos reunimos con Carol que de verdad...estaba en un asado.
Nos subimos al auto, pasamos a El Toyo a comer unas tremendamente buenas empanadas en un local antes del puente, y enfilamos a Santiago, con una aventura más en el cuerpo.
Eso jué el Punta Horizonte.
Autor: Elvis Acevedo.
"Las pasiones humanas son un misterio, quienes se dejan arrastrar por ellas no pueden explicárselas, y quienes no las han vivido, no pueden comprenderlas"
Michael Ende. "La Historia Interminable".