Punta Equivocados
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Durante varios veranos el Valle del Mesoncito albergó nuestra primera salida del año, siendo siempre muy productivo para nosotros ir a él. Ya teníamos en nuestro recorrido cumbres como el Morro Escondido, Punta Chile por ruta nueva, Moai por la Directa Sur y Punta Camanchaca, así que cuando les propuse a los muchachos partir nuevamente por esos lados, todos estuvieron de acuerdo.
El grupo quedó formado por Jaime Wastavino, Roberto Toro, Elvis Acevedo, del Grupo de Alta Montaña (G.A.M) y Carlos Caro del Grupo de Media Montaña (G.M.M) que venía algo así como medio “colado”. En el trasporte, el legendario Lorenzo Fuentes (Premio Circulo de Periodistas Deportivos 1986 a mejor montañista), quién muchas veces nos presta apoyo logístico con el trasporte.
Foto: Subida al Valle del Mesoncito. |
Debo reconocer algo. Este Valle es uno de mis regalones junto a Lo Valdés y Morales, sin embargo la subida hasta la Pirca del Visionario es una de las más lateras que puedo encontrar en la Zona Central. Siempre que quiero volver a este valle pienso en la subida, y más de alguna vez preferí cambiar de sector.
De todas formas no hay como evitar la subida, así que después de despedirnos del “Loro” comenzamos la caminata.
De esta no hay mucho que escribir, es larga, por sendero muy marcado lo que no impidió que Roberto se desviara en un punto y tuvieramos que esperarlo e ir a buscarlo, y de pendiente suave pero constante, le da el sol fuerte, pero de la mitad para arriba siempre corre algo de brisa que ayuda a soportar el calor.
Foto: Subida por el nevero. |
Esta trascurrió sin mayores inconvenientes. Para variar Jaime y Roberto adelante, Carlos haciendo su esfuerzo propio, y yo atrás, flojeando como siempre lo hago en los acercamientos. Llegamos al final de la tarde a la Pirca, no había nadie, otras veces hemos encontrado mucha gente, igual es un valle popular. Aprovechamos de adueñarnos del lugar para instalar un buen vivac y a preparar comidas. |
Después de calmar al menos por un rato el dragón estomacal, nos tiramos en los sacos a conversar y descansar, tomar once y tener un rato de ocio con una impresionante vista, si, las piedras de la pirca, pero si uno se paraba la vista era preciosa.
Nos pusimos a grabar y de ese rato deben haber salido algunos de los videos más absurdos que hemos hecho, se respiraba un aire de tranquilidad y relajo total, de tallas y buena onda, realmente pasándolo bien por el solo echo de estar donde estábamos, como debe ser siempre.
Foto: Panorámica desde la cumbre hacia el fondo del valle. |
Pelambres más pelambres menos nos pilló la noche y nos echamos al sobre. Muy poco frío durante las horas previas al ascenso, poco viento y muchas estrellas, ¡Me encanta el vivac!
Salimos temprano, no tanto como otras veces cuando vamos a los cerros del fondo del valle. La Punta Equivocados está algo más cerca, por lo que supusimos nos demoraríamos menos en llegar a su base.
Así fué, cuando nos enfrentamos al acarreo que conduce al portezuelo Punta Camanchaca – Punta Equivocados, ya estaba claro. Durante la mañana hizo bastante frío y pasaría un buen rato antes de que nos llegara el sol.
Subimos por algunos duros neveros mientras pudimos, después pasamos a los acarreos, Roberto subió rápido por ellos, Jaime se lateó un poco más con el terreno y prefirió pasarse a las rocas para trepar de manera más directa, yo lo seguí, y después de un rato estuvimos todos en el Portezuelo, disfrutando la vista y los rayos de sol que nos calentaban un poco.
Foto: Roberto cerca de la cumbre. |
En este punto nos paramos a esperar a Carlos, que se demoraba y se demoraba. Tanto se demoró que con Jaime comenzamos el ascenso del nevero final mientras Roberto esperaba a Carlos en el portezuelo, cuando apareció comenzaron a subir juntos. El nevero conduce al segundo portezuelo del día, el que une las cumbres de la Punta Equivocados y el Marisemberg, el primero a la izquierda (oeste), el segundo a la derecha (este). |
En algún momento pensamos en hacer el doblete, pero al final desechamos la idea por la hora, en caso de querer hacer las dos cumbres, es mucho mejor subir el Marisemberg primero, como lo haríamos un año mas tarde.
El nevero estaba algo penitenteado y con nieve blanda, algo latero para subir, pero de todas formas salimos arriba, donde de nuevo nos juntamos Roberto, Jaime y yo, Carlos venía subiendo algo atrasado.
Trepamos la pirámide final del cerro por diferentes lugares, la dificultad es baja pero hay que hacerlo con cuidado para no tirarse piedras, las que abundan y están bastante sueltas. Llegué arriba y mire a mí alrededor...Cumbre!!
Una vista preciosa, en todas direcciones, montañas ya escaladas y otras aún por ascender, la alegría termino de ser total cuando por una parte bastante más vertical aparecieron Jaime y Roberto, nos juntamos los tres y disfrutamos el objetivo cumplido.
Ahí nos quedamos un buen rato, encontramos la caja de cumbre que dejó nuestro buen amigo Eduardo Atalah y agregamos nuestro testimonio.
Foto: Punta Equivocados (izq) y Marisemberg (der) |
Después de la típica sesión de fotos y videos, Jaime y Roberto bajaron al portezuelo, Carlos no aparecía y estábamos atrasándonos un poco. Desde abajo me gritaron que le faltaba mucho, que bajára, así que comencé el descenso para encontrarme con ellos.
Cuando llegué al portezuelo Carlos venía llegando a el, no le faltaba tanto, así que estando ahí tenía que puro hacer la cumbre, por lo mismo me ofrecí a acompañarlo de vuelta, no eran más de 10 minutos los que le faltaban.
Volvimos a trepar y llegué de nuevo a la cumbre pero esta vez con Carlos, que no sale mucho pero generalmente se echa al bolsillo buenas cumbres, como esta, de una vista privilegiada. Sacamos algunas fotos de nuevo y para abajo, a pesar de mis ganas, el grupo había decidido dejar el Marisemberg, cerro vecino y muy cercano, para otra oportunidad.
Llegamos al portezuelo y nos reunimos con Jaime y Roberto, la bajada del nevero fue sencilla hasta el primer portezuelo, de ahí con cuidado por las rocas y acarreos sueltos y ya estábamos nuevamente en el valle.
Foto: Roberto y Jaime en la cumbre. |
En el trayecto al campamento nos separamos un poco, cada uno a sus tiempos, con Jaime llegamos primero a la Pirca mientras Roberto acompañaba a Carlos que venía un poco más lento. Ya hacia mucho calor, como es típico en estas fechas en este valle. Había poco viento, así que nos dedicamos a hidratarnos con unas cervezas mientras llegaban. Una vez juntos todos, terminamos de ordenar las mochilas, comimos algo y comenzamos el descenso. |
Si encuentro larga y latera la subida a este valle, la bajada, más cansado, la encuentro peor, a pesar de que en tiempo no lo sea. Así que paso a paso fuimos perdiendo altura mientras el cielo se comenzaba a cubrir de nubes, lo que era muy agradable para evitar el calor, pero que después nos comenzó a dar la sensación de que nos podía llover en el último tramo hacia el auto.
Ya en lo plano las nubes cubrían todo y se comenzaron a escuchar truenos, cuando cruzamos el río se veían impresionantes relámpagos, algunos daban de lleno en la cumbre del Retumbadero Alto, guiados quizá por la cruz metálica o lo que quede de ella.
Cuando nos encontramos con Lorenzo este estaba de lo mas feliz sacando fotos, la verdad, esta ruidosa tormenta veraniega fue el final perfecto para un fin de semana perfecto.
Autor: Elvis Acevedo.
Resúmen de los ascensos del Grupo a la Punta Equivocados:
Enero 2010: Jaime Wastavino, Elvis Acevedo, Carlos Caro, Roberto Toro.
Enero 2011: Cecilia Martínez, David Ferreira, Jaime Wastavino, Elvis Acevedo (Después de subir el Marisemberg)
"Montaña insolente con sombrero de alas blancas, indecorosamente fría, de acantilados pétreos,
conviertes en agua la historia de tu pueblo que cae por sus venas en forma de vertientes"
Francisco Mendoza.