Punta de Damas

Punta de Damas

 

  • Altitud: 3144 msnm.
  • Ubicación: Sierra de Ramón - RM.
  • Fecha: Septiembre de 1996.
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
    • Fabián Acevedo (P. Alpinos)
    • Edwin Acevedo (P. Alpinos)
    • Andrea Torres (Invitada)
    • María Valencia (Invitada)
  • Ruta: Quebrada El Canelo.

Habiendo realizado algunos paseos simples con mis hermanos al Cajón del Maipo y ascendido algunos cerros menores, decidimos intentar algo más "complejo". En una época sin Internet, sin Cumbres de Chile y sin nada de la información a la que se puede acceder hoy por hoy, pensar en subir un cerro “grande” era para nosotros una gran empresa en aquellos tiempos.

Empresa en la que yo no hice nada, porque todo lo organizaron mis hermanos Fabián y Edwin Acevedo, incluso las cosas que yo debía llevar. Yo, con 16 años, había salido constantemente de campamento con amigos, pero nunca había pensado en subir un cerro, de hecho no le encontraba mayor sentido, pero los ya mencionados paseos al Cajón del Maipo me habían hecho mirar las montañas de otra forma.

1996

Foto: Esos hermosos viejos tiempos...

Partimos cinco personas una mañana de Septiembre de 1996: Edwin, Fabián y Elvis Acevedo, Andrea Torres y María Valencia, entusiasmados y felices rumbo a la cumbre del Punta de Damas.

Subimos por la Quebrada El Canelo, avanzando el primer día entre arroyos y bosques primero, para pasar a un terreno de menos vegetación en la medida que transcurría el día.

Yo con mis piernas completamente demolidas no pude más que alegrarme cuando alcanzamos el filo y comenzamos a buscar un lugar para acampar.

Las mujeres del grupo se encargaron del campamento, mientras nosotros íbamos en busca de algún manchón de nieve para obtener agua.

En esa búsqueda cruzamos un gran acarreo y yo me quede mirando una inmensa montaña que se veía a lo lejos, se veía increíble, simplemente imposible (tiempo después supe que era el Mesón Alto). Concluida la búsqueda de agua, regresamos al campamento, hicimos una fogata y nos pusimos a dormir.

El siguiente día fue un constante avanzar por el filo en dirección a la cumbre, con un día nublado y muy helado, día en el que no alcanzamos a llegar a nuestro objetivo y la noche nos sorprendió en plena pendiente de nieve y acarreos, obligándonos a buscar un lugar de campamento en malas condiciones, cansados, helados, y ya de noche, pero logramos armar las carpas y tirarnos dentro para poder descansar sin comer casi nada.

Desperté después de un rato, completamente adolorido por la posición en la que me había dormido, desperté a mis compañeros de carpa para poder acomodarme bien, era una carpa estrecha de dos personas, que tenía que servir para tres, así que cada vez que alguien se movía otro ocupaba su espacio, de todas formas las ganas de ir al baño me ganaron y tuve que salir, corría mucho viento, pero estando más tranquilo pude contemplar la hermosa vista de Santiago iluminado por sus artificiales luces amarillas, lo disfruté un rato y me fui a dormir.

Cumbre

Foto: Cumbre en el Punta de Damas, año 1996.

El tercer día debíamos llegar a Santiago si o si, con las luces del amanecer pudimos darnos cuenta mejor del lugar en donde estábamos, creíamos que nos faltaba poco para la cumbre. Hacia un frío increíble cuando nos levantamos.

Consumimos la mayoría de nuestras provisiones en el desayuno, nos quedaban algunos “taffies” para comer el resto del día.

Con todo esto en contra partimos en pos de la cumbre, a la cual llegamos después de varias horas de frío caminar. El sol parecía no llegar a nuestro lugar y cuando lo hizo, el viento nos maltrataba; bastante agotados y después de un descanso entre unas piedras intentando guarecernos del viento, decidí trepar por unas rocas.

Estaba en eso cuando me sorprendí de poder mirar para el otro lado, y al mirar a mi izquierda ver una tremenda cruz con un espejo, llamé a mis compañeros para que vinieran a ver, habíamos llegado a la cumbre...

La bajada fue larga y dura, decidimos bajar directamente sin saber bien en donde estábamos, fueron horas entre matorrales y vegetación para poder llegar a una quebrada donde nos encontramos algunas personas que nos indicaron el camino. Salimos más tarde por las piscinas de decantación, pedimos agua en una casa y ya oscuro llegamos a un paradero de micro desde donde pudimos volver a casa.

Dura pero hermosa primera experiencia de montaña.

 

Autor: Elvis Acevedo.

 

"Si en condiciones normales se trata de habilidad, en contadas, en las situaciones más extremas, es el espíritu el que te salva"

Walter Bonatti.