Punta Chile
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En Enero del 2005 fuimos al Valle del Mesoncito y subimos con éxito el cerro Mohai, un año después, nuevamente dirigimos nuestros pasos a este escondido y hermoso reducto que alberga una gran cantidad de bellas cumbres, nuestro objetivo, la Punta Chile.
El grupo lo integrábamos Nolberto Alarcón, Juan Carlos Caro, Jaime Wastavino, Fabián Acevedo y Elvis Acevedo, puros viejos rockeros que ya se conocían mucho unos con otros.
Foto: Subida al Valle del Mesoncito. |
Partimos un Sábado de Enero en el fiel trasporte que tantas veces nos a llevado a los valles montañeses, el Jeep Lada Niva de mi hermano, al cual con cariño llamamos el “Camello”. Me pasaron a buscar a la casa y en el trayecto fuimos recogiendo al resto del grupo, primero Jaime y Juan Carlos, y al final Nolberto.
Avanzamos por el tantas veces recorrido camino al Cajón, pasamos por el retén de Carabineros de San Gabriel, Lo Valdés, Baños Morales y el Cabrerio, para finalmente estacionarnos en las cercanías del Choriboulder.
Foto: Juan Carlos en plena faena aperturista. |
Al resguardo de unas rocas preparamos las mochilas, los últimos detalles y comenzamos la caminata. La subida a este valle si bien no es larga, es un constante ascenso por un camino de tierra suelta en un principio, lo que la hace bastante pesada, además en pleno Enero el sol es un factor, por lo menos las primeras horas, pero después al ganar un poco de altura, siempre hay alguna leve brisa que hace todo más agradable. Y partimos, por claro sendero, hasta llegar al lugar donde se cruza el río por un puente natural de roca, grandes bloques que alguna vez cayeron y quedaron atascados entre si, es de esperar que nunca se muevan, al menos cuando vaya pasando alguien. Después de algunos minutos de marcha luego de cruzar el río, hay que cruzar otro estero, el que viene de las tierras altas del Valle del Mesoncito, acá no hay puentes que ayuden a cruzar, pero es un estero de mucho menor caudal, sin embargo a veces viene con la suficiente fuerza para tomárselo con calma. |
A veces según la época del año puede pasarse saltando por algunas piedras, pero al menos nosotros casi siempre terminamos metiendo las patas al agua.
Luego del refrescante cruce y de aprovechar de cargar agua - ya que es un estero de aguas cristalinas - tomamos rumbo entre matorrales de baja altura hasta conectar el sendero y la primera subida.
Foto: Saliendo de la Canaleta. |
Después de un rato salimos a un plano y seguimos nuestra caminata entre grandes bloques de piedra, hasta comenzar a subir en forma definitiva en dirección a nuestro lugar de vivac, la famosa “Pirca del Visionario”, una formidable pirca, probablemente la mejor que haya en toda la Cordillera Central, construida hace varias décadas por gente del Club Mañke. De todas formas esperábamos que aún estuviese tapada por la nieve, así que llevábamos palas para aprovechar de practicar técnicas de construcción de cuevas. La subida fue tranquila y sin mayores contratiempos, después de varias horas de pesado caminar ya estábamos instalados, había bastante nieve y comenzó la construcción de las cuevas. |
Yo me aburrí rápido y decidí ocupar una pequeña terraza de roca descubierta de nieve que había justo debajo de un risco, ahí me acomodé mientras mis compañeros seguían peleando por hacer el mejor hoyo en la nieve.
La marcha iba a comenzar muy de madrugada, como es costumbre cuando venimos a este valle, pues aún faltan un par de horas para llegar recién a la base de los cerros, al Glaciar del Mesoncito. Fabián había decidido quedarse en el campamento y bajar más temprano para esperarnos en el Jeep, Nolberto que quería intentar ponerse al día con un doblete, Mohai-Punta Chile, iría primero por el Mohai, Jaime atacaría el Punta Chile, pero desde el portezuelo con el Mohai, Juan Carlos y yo teníamos la idea de atacar por el Canalón Central del Punta Chile, algunas averiguaciones pocas me indicaban que nadie había subido por ahí, lo que le daba “un toque”, pero de todas formas lo decidiríamos en el momento.
Foto: Juan Carlos y Jaime en la cumbre. |
Despertamos a eso de las 03:00 aprox, y una hora después caminábamos hacia el fondo del Valle, bajo un manto de estrellas. La caminata fue tranquila, con Juan Carlos íbamos algo adelantados, llegámos a la base de los cerros con las primeras luces del alba, cuando vi el Punta Chile le propuse al "Lobo" ir por ese Canalón, lo miró y aceptó, intentaríamos una ruta nueva.
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Comenzamos a subir en forma directa, ganamos altura rápidamente y nos dimos cuenta de que Nolberto iba al Mohai y Jaime lo seguía, pero para subir al Punta Chile desde el portezuelo que une ambos cerros, ruta mas sencilla que este canalón que no parecía complicado, pero sin embargo no conocíamos.
Subimos eficientemente con Juan Carlos, y las dos únicas dificultades reales fueron un paso de roca en el primer tercio, que superamos sin mayores inconvenientes, y un fuerte dolor en mi rodilla izquierda por el cual subí cojeando un buen rato, hasta que el "Lobo" me dió un anti-inflamatorio que me ayudó en forma casi instantánea.
Habían zonas con micropenitentes, lo que hacia que la subida fuera como ir por una escalera, pero esto se dio solo en el último tercio de la ruta, casi saliendo del canalón.
Foto: Jaime mirando el paisaje. |
Poco a poco ganamos altura con una subida directa y comenzamos a ver lo que podía ser el final del Canalón, sabíamos que aún faltaba para la cumbre, de hecho, subir por acá nos dejaba mas lejos que si hubiéramos subido por la ruta normal, pero el solo motivo de superar esa canaleta sin haber sabido nada de ella, nos daba una sensación de entera satisfacción y alegría. Logramos salir, y bastante más abajo vimos a Jaime que venia directo hacia nosotros desde el portezuelo, y a Nolberto que se dirigía al Mohai. Decidimos esperar a Jaime mientras tomábamos un poco de agua y disfrutábamos la sensación de “nuestrocanalón”. A pesar de lo felices que estábamos, solo veíamos piedras y gateos a nuestra izquierda, y algo que podría ser la cumbre, en fin, cuando llegó Jaime decidimos emprender la marcha para salir de las dudas, sabíamos que estábamos cerca del punto mas alto.
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Era temprano pero faltaba asegurar el punto máximo del cerro, fuimos directo a la zona rocosa y comenzamos los gatéos sin sacarnos grampones ni nada, esperábamos fuera un gatéo corto, pero al salir arriba vimos la cumbre del Punta Chile algunas decenas de metros mas al norte, no importa, era poco, ya lo tenemos pensé, y seguímos la marcha.
Pocos minutos después estábamos en la cumbre, fundidos en un gran abrazo los tres, que tantas aventuras de estas hemos acumulado en los últimos años, feliz de estar aquí con mis compañeros de siempre y extrañando a otros tantos que por diferentes razones no nos acompañaban. mientras tanto Nolberto, en su “volada” solitaria pisaba la cumbre del Mohai, duplete en el valle del Mesoncito.
La bajada fue tranquila, sin problemas y bastante rápida, esquivamos algunas grietas que se forman en el glaciar y en poco rato llegamos al lugar del vivac, comimos algo, armamos las mochilas y bajamos hasta el Jeep donde nos esperaba Fabián que había bajado en la mañana.
Asi terminabamos otra visita exitosa al Valle del Mesoncito, uno de nuestros"regalones" junto a Lo Valdés y Morales.
Autor: Elvis Acevedo.
"Hacer desaparecer la desesperación es desesperante, pues la desesperación hace a nuestra vida ser lo que es"
Erich Friedl.