Cerro Portillo
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Regresando de Campo de Hielo Sur decidí tomarme diciembre como descanso, y para aprovechar de poner en orden todas esas cosas que había dejado botadas durante un mes, además en febrero tenía planeado un viaje al altiplano atacameño, así que para enero opté por hacer algo tranquilo. Recordé que con mi compa Sir William, habíamos hablado tiempo atrás de ir al cerro Portillo, y así conocer el camino que va al portezuelo de Colina, zona donde no me había metido, y que hace rato quería conocer. Me gusta conocer lugares nuevos.
El cerro es muy sencillo, un trekking, así que sería una salida con poco peso y harta caminata. Se la propuse al Willy y aceptó de una. Lo malo del sector es tener que interactuar con los drogadictos de los Covarrubias en las Termas de Colina, pero optamos por hacernos los locos, pagar, y tratar de pasar rápido por ahí.
Con Willy y Juan Carlos habíamos subido el Amarillo de Colina algunos meses antes, así que ahora regresábamos a la zona para internarnos hacia otro sector. Esta es una zona que recorrí muchas veces en mis primeros años de montañero y que dejé de lado por mucho tiempo. Estaba feliz de volver una vez más, y sin dejar pasar mucho entre una salida y otra, hay montañas hermosas por este lado de la cordillera.
Foto: Volcán San José, Manu Tara y Panamericano. |
Comenzamos a caminar con un bonito y despejado día. Todo el primer tramo es común con la aproximación a cerros como el Puntiagudo, y después, donde uno gira al norte para ir al Paso Nieves Negras, nosotros nos metimos por donde pudimos en dirección este, subiendo primero por huellas de animales y vegetación espinuda; en general creo que no le apuntamos muy bien a la primera subida, pero lo cierto es que se puede subir por cualquier parte.
Después se sale a un plano, donde al fondo se divisa la cumbre del cerro Castillo, acá logramos conectar un sendero claro y avanzar paralelos al río un buen rato, sin ganar o perder altura, el paisaje muestra signos de una gran erosión y adquiere unas formas muy locas en algunas partes, también se ven muchas zonas con grandes desprendimientos de piedras.
Dando algo de jugo en algunas lugares fuimos avanzando, cruzando el estero de un lado a otro, a veces saltando piedras y otras mojándonos los pies. Llegamos a un punto donde decidimos descansar un rato, justo cuando vimos bajar una tropilla de arrieros y gracias a eso dedujimos por donde iba el camino.
Con otro cruce del estero más algunos zigzag, pérdidas de sendero, huellas de animales, campo traviesa, vegas etc. etc., llegamos a una pirca que está marcada como lugar de campamento, pero la verdad el lugar estaba feo, un gran rebaño de vacas pastaba cerca, no tengo nada contra las vacas pero todo estaba bastante sucio, también la pirca, con el típico desorden y suciedad que dejan los arrieros en las zonas que usan, así que como era temprano, decidimos seguir subiendo y ver si encontrábamos un lugar más simpático.
Avanzamos como una hora más creo, y luego de buscar un lugar lo más plano posible nos instalamos, con vista al Portillo y al paso fronterizo, y con una visual mucho más amplia, ya que habíamos ganado algo más de altura, también teníamos agua cerca, al final fue buena decisión seguir subiendo.
Foto: Campamento con el cerro Portillo como telón de fondo. |
Nos dedicamos a las labores clásicas de campamento, comer, sacar fotos, escuchar música, estábamos muy relajados, el lugar estaba bonito, la ruta de mañana se veía sencilla, llegamos a buena hora para ver la puesta de sol, todo ideal.
Cuando comenzó a hacer más frío nos fuimos al sobre. Había un mal olor en el aire, según yo era Willy, pero eran unas tierras cercanas que estaban bastante podridas, no era olor a sulfuro, ese clásico de zonas volcánicas, era olor a descomposición, venía de un sector de tierras negras y la brisa lo llevaba directo a la carpa, pero no llegaba a ser molesto, además peor estábamos nosotros.
Día 2:
Despertamos temprano y salimos de la carpa con luz día para enfilar directo hacia el Portezuelo de Colina. A ratos sin sendero y a ratos con, fuimos ganando altura mientras veíamos como el sol comenzaba a teñir de rojo las cumbres más altas con sus primeros rayos.
Un par de horas después, o menos quizá, estábamos bajo un sendero que subía por un acarreo bastante suelto y pesado, pero que después se convertía en una marcada huella fácil de recorrer que nos llevó directo al filo, donde la vista del Castillo y el Manchado era fabulosa, pocos metros más al este se encontraba el hito que marcaba la frontera.
Dejamos las fotos para la vuelta y seguimos subiendo por el filo, nos pasamos al lado argentino en un sector más rocoso, y por algunos acarreos sueltos regresamos al filo para rematar con una corta subida que nos dejó en la cumbre del Portillo. Felicidad.
Estaba muy ventoso así que nos bajamos unos metros al este para echarnos un rato al solcito y poder descansar -pestañazo incluido- con una vista maravillosa de las montañas y valles del sector.
Foto: Manchado y Castillo desde la cumbre del Portillo. |
Foto: Arruinando el paisaje desde la cumbre. |
Dormimos un buen rato, ametrallamos con la cámara y comenzamos la bajada, en el hito paramos de nuevo a sacar más fotos y desde ahí nos mandamos rápido para abajo tratando de salir de la zona de viento que estaba algo fuerte. Llegamos un par de horas después a la carpa sin novedades salvo las ampollas de Willy en los pies.
Luego de otro rato de descanso teníamos las mochilas armadas y comenzamos el regreso, el cual se sintió algo largo esta vez. Creo que le apuntamos mejor a los senderos, pero igual tuvimos que cruzar varias veces de un lado a otro del estero, luego salimos a la planicie que está frente al volcán San José, y conectamos el más familiar camino que va hacia las termas, y al jeep que nos esperaba.
Ya en San José sus completos y papas fritas y fin de la historia. Bonito cerro, tranquilo, buenos paisajes, recomendable.
Autor: Elvis Acevedo Riquelme.
“Creo que el alpinista realmente bueno, es el hombre con la capacidad técnica del profesional y con el entusiasmo y la frescura de enfoque del aficionado…”
Edmund Hillary.