Cerro Piuquencillo
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Sábado 11 de Septiembre, 05:30 hrs, despierto para irme a la montaña una vez más, esta vez sin caña de la noche anterior. La invitación es al Piuquencillo, lo subí hace 2 años por la Ruta Normal con un clima de mier..., y prometí no meterme más por esos lados, pero Fabián me convenció invitándome a subir por la Canaleta Central.
Un par de e-mails y telefonazos y ya esta el grupo armado, Jaime Wastavino, Roberto Toro, Norberto Alarcón, Fabián Acevedo y quién escribe, puros conocidos, grupo ultra-confiable y buena onda.
A las 06:00 pasamos a buscar a Jaime a su casa donde había alojado a carrete...descansar Roberto, y media hora más tarde nos encontrábamos con Norberto.
El viaje muertos de sueño, pero despiertos a punta de tallas y chistes fue corto, llegamos rápido a Lagunillas, nos comimos unos "sanguruchos" con el gentil auspicio de Andrea, mi cuñada, un café y listo.
Foto: Tomando desayuno en Lagunillas. |
La mañana estaba muy helada, como es típico en ese sector, no daban ganas de bajarse del auto, y el trabajo de ponerse las botas plásticas y preparar la mochila se hacia algo tedioso. Íbamos a subir por la misma quebrada que usamos siempre, evitando subir por la Punta Sattler, ya que es un trayecto más largo y parado. La quebrada ubicada un poco más al sur estaba seca, cuando salimos al plano superior nos encontramos con la hermosa vista del cerro Peladeros y todo bien nevado. |
Nos pusimos zapatos plásticos, polainas, y comenzamos a subir siguiendo a unas personas que andaban de trekking por el día, hasta salir al filo desde donde vimos por primera vez el Piuquencillo. Desde aquí la caminata pasando por una serie de sube y bajas es bastante lateadora, para hacerla un poco mas entretenida de repente nos subíamos por unos cortos pasos de rocas para jugar un poco.
El sol pegaba fuerte a ratos, pero en general el clima estuvo muy bueno ese primer día, el grupo se mantuvo compacto hasta el lugar del CB donde nos encontramos con dos montañistas que habían partido muy temprano a intentar el cerro por el día.
Foto: Llegando a la base del Cerro, a la izq, la Canaleta Central. |
Podríamos haber avanzado un poco más, pero ese lugar estaba muy agradable para acampar, y ya estábamos bastante cerca, así que tipín 16:30 hrs armamos las carpas y a comer se a dicho. Ya estábamos en los cafés cuando vimos una silueta acercarse con las últimas luces del crepúsculo, "es una mina" dijo el Roberto, "con pinta de europea" se escuchó por allá, "debe ser italiana" dijo el otro... Al final resultó ser un amigo del Santa Elena que venía con dos amigos más de la Universidad; un hombre y una mujer bastante atractiva en opinión de algunos. |
Un rato de conversa y a dormir, por que para no perder la costumbre la levantada iba a ser temprano.
Después de un contundente desayuno pasadas las 04:00 ya estábamos caminando, dormimos bastante bien a excepción de Roberto que se vio un poco afectado por el buen humor de la carpa vecina.
Nos desviamos un poco al comienzo lo que nos llevó a avanzar por un terreno un poco más complicado y a perder tiempo en eso, pero al final igual llegamos adonde íbamos, ya estábamos en la base del cerro y veíamos la ruta completita. Por fin comenzamos a subir, ya estaba ñato de travesear por pendientes de nieve honda.
Foto: Atardecer en el Campamento. |
Roberto iba primero abriendo la huella, la nieve estaba dura en esta parte por lo que subía pateando fuerte. Así subimos la primera loma para quedar unas decenas de metros debajo del comienzo de la canaleta. Nos paramos a descansar en una roca grande para esperar al resto, y aprovechamos de ponernos crampones y comer algo. Mirábamos a lo lejos las carpas para ver si venían los otros muchachos que acampaban cerca, pero no había movimiento y nunca lo hubo. Al parecer la fiesta en la noche estuvo demasiado buena. |
El día estaba despejado y el azul intenso del cielo nos presagiaba una hermosa ascensión, ya estaba claro y cuando nos alcanzó el resto del grupo, con Roberto decidimos partir para no enfriarnos demasiado, ya que el sol aún no llegaba a nosotros.
Me fui primero, con Roberto atrás, pero después de un rato me aburrió y lo deje pasar para que se fuera primero. Entramos a la canaleta por lugares distintos, pero salimos por donde mismo, Roberto ya se había adelantado un poco y me grito “Won ponte casco por están cayendo puras weas”...
En efecto, a pesar de que era temprano ya caían pequeñas piedras y pedazos de hielo y nieve, durante la subida los cascos sonaron varias veces, y otras partes del cuerpo también, pero le dimos nomás.
El sol se asomó y las piedritas aumentaron de tamaño, ahora no solo venían de arriba sino que caían también por los lados, había que estar bastante atentos. La canaleta es exquisita, con algún pedazo de hielo por ahí para jugar, pendiente moderada y más paradita en algunas partes, la espalda me dolía mucho por una lesión antigua y justo un camote me pegó en el hombro.
Foto: Fabián hidratandose antes de entrar a la Canaleta. |
Estaba bastante cansado, más de lo normal, lo que me molestaba. Paré a descansar en una piedra cuando de repente escuché el grito de Jaime, como no lo vi pasar para abajo deduje que había sido de alegría, por lo tanto pensé que ya había salido de la canaleta y de ahí es terreno conocido y fácil. Me animé, más abajo Norberto y Fabián venían más lento pero seguían subiendo paso a paso. La última parte es algo más empinada pero la salida de la canaleta es hermosa, para el otro lado se ve un paisaje digno de postal, el día estaba precioso, con sol y casi sin viento. |
El Piuquencillo nos regalaba una cumbre perfecta, de esos días que uno siempre pide pero que casi nunca tiene, simplemente ideal, había que disfrutarlo.
Caminé la última subida para juntarme con Roberto y Jaime que estaban hace bastante rato en la parte mas alta del cerro, los abrazamos por una cumbre más, los tres veníamos de subir el Santa Elena hace algunas semanas y ya estábamos aquí de nuevo, la alegría era mucha, pero ellos llevaban mucho rato ahí y decidieron bajar, yo quise esperar a los otros dos integrantes del grupo y quedarme un rato más.
Cuando Roberto y Jaime pasaban por arriba de la Canaleta para bajar, justo venían saliendo Fabián y Norberto, y en un gesto de amistad y muy buena onda, decidieron volver a la cumbre para llegar todos juntos.
Nos abrazamos de nuevo y gritamos todos al mismo tiempo, estábamos felices, pero como siempre, había que volver...
Foto: Entrando a la canaleta. |
La bajada la hicimos por la Ladera Oeste, parada al comienzo, nieve onda más abajo, una pequeña canaleta que hubo que desescalar de espalda al valle, el grupo se separó, el cansancio hacia mella en varios de nosotros y un factor gravitante, el sol... si, ese mismo tan rico en la cumbre ahora nos achicharraba mientras caminábamos por la nieve. La bajada fue demoledora, llegamos al base entre las 16:00 y las 18:00 horas, a comer y descansar un rato, a hidratarnos y pensar en la linda bajada nocturna que se nos venia mientras Roberto juraba de guata que podía llegar a Rancagua hoy mismo. La vuelta fue pesada, nos habíamos levantado a las 03:00 de la mañana, se veía una noche estrellada y muy linda, una colita de Santiago y las interminables lomas que hubo que volver a subir y bajar de vuelta. |
Norberto que venia sin frontal y aquejado de amigdalitis se vino adelante del Jaime que lo “cuido” toda el regreso, mientras Roberto hacia un trabajo impecable siguiendo la huella que nos llevaría a Lagunillas.
Entre 23:30 y 24:00 hrs (ya era lunes), llegamos al jeep, Roberto ya se había resignado a quedarse otra noche más en Santiago, la salida tuvo millones de anécdotas más, pero esas quedan entre los participantes, al final el objetivo se cumplió 100%, lo pasamos la raja y volvimos todos enteros, sanos, salvos y demolidos.
PD: Esta cumbre se la dedicamos al hijo del Juan Carlos Caro, Nicolás Vicente, de parte de todos sus amigos que supieron de su nacimiento mientras bajaban molidos de vuelta a Santiago.
Autor: Elvis Acevedo.
Resúmen de las ascensiones del Grupo al Cerro Piuquencillo:
Noviembre del 2002: Elvis Acevedo.
Septiembre del 2004: Jaime Wastavino, Roberto Toro, Fabián Acevedo, Elvis Acevedo, Norberto Alarcón (Ramuch)
"La vida se ve mejor desde arriba..."
Anónimo.