Cerro Pintor

Cerro Pintor
  • Altitud: 4180 msnm.
  • Ubicación: Cancha de Carreras - RM.
  • Fecha: Agosto del 2016.
  • Integrantes:
    • Jaime Wastavino (P. Alpinos)
    • Roberto Toro (P. Alpinos)
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
    • Claudio Correa (P. Alpinos)
    • Fabián Acevedo (P. Alpinos)
    • Juan Carlos Caro (P. Alpinos)
    • Edwin Acevedo (P. Alpinos)
  • Ruta: Ruta Normal.

Con la firme idea de hacer del año 2013 un año de montaña, de ascensos y buenas salidas, surgió la idea por parte de Fabián Acevedo de visitar el sector de Farellones, lugar rodeado de hermosos cerros, para todos los gustos, con distintos niveles de dificultad y altura. Un lugar desconocido para mí, por lo que me fascinaba la idea de poder adquirir conocimiento en estos rincones.

Se forma el grupo, Fabián, Edwin (yo), Andrea, Sandra y el pequeño Tomás, hijo de Fabián y sobrino mío, para iniciar el ascenso hasta el Portezuelo Franciscano a fines de Enero de 2013. Un panorama ideal considerando que estábamos próximos a tener luna llena, para disfrutarla en la Laguna Piuquenes, sector donde estableceríamos el Campamento. El objetivo principal, el Cerro Pintor, que se empina sobre los 4.000 metros de altitud, y si era posible ascender el Falsa Parva o el Parva, ambos sobre los 3.500 metros

Campamento

Foto: Campamento en la Laguna Piuquenes.

Partimos bien temprano a fin de ganar tiempo, ya que solo contábamos con el fin de semana para poder realizar nuestros planes.

Subimos en la potente Mazda of Road de mi hermano por un camino a Farellones muy a mal traer en algunos sectores, y perseguidos de cerca por una honorable ancianita que ejercía presión sobre nosotros con su potente auto. Bien sorprendidos quedamos con su forma de tomar las curvas, bueno, de pronto miramos hacia atrás y ya no la vimos, ojalá este bien...

Como les decía, avanzamos bastante en la camioneta, hasta el inicio de los andariveles que se mecían plácidamente con el viento, pero no tenían ninguna intención de subirnos, así que, mochilas al hombro, avanzamos hasta el Portezuelo.

En menos de cuatro horas ya estábamos cruzando hacia la Laguna Piuquenes, atrás y adelante otros grupos también marchaban al son de órdenes e instrucciones que no contemplaban descansos, algunos iban bien cansaditos. Bueno, nosotros como veníamos a disfrutar, y sabiendo que el exceso de velocidad no es prudente en zonas de curvas, los dejábamos pasar, es que somos re-amables. En la Laguna Piuquenes un festín de hermosas fotografías, algunos campamentos de grupos que también venían a subir, y en fin, un brindis con Lemon Stone, para amenizar la jornada.

Aprovechamos el día sábado para recorrer, ascendiendo el Falsa Parva y bajando luego al campamento a recuperar fuerzas para volver el domingo por el Pintor, que desde acá no se apreciaba. Quedé gratamente sorprendido con la visual, el Bismark se asomaba nítido tras la laguna, lo había visto en fotos, el Parva, el Falsa Parva, en fin, un panorama para atesorar pensando en futuras salidas. 

Bien cerca de nuestras carpas nos quedamos para resguardarnos de dos perros que dieron harto jugo el fin de semana, acompañaban a otro grupo, pero muy dentro de mí, sabía por qué estaban ahí, mis latas de Atún. Así que a extremar las precauciones.

Como suele suceder en estas latitudes, de pronto se nubló, lo que hizo peligrar nuestra soñada noche de luna llena en la Laguna.

En medio de un descanso que se alargó un poco, desperté, ya oscuro, y gracias a Dios se había despejado, Fabián ya estaba capturando las imágenes más espectaculares de este paisaje nocturno, la ciudad de noche se vislumbraba como un cuadro digno de retratar.

Campamento

Foto: Fabián y Andrea en el Campamento.

De todas formas Sandra y yo nos mantuvimos a una distancia prudente, ante cualquier atisbo de transformación extraña con esta luna llena. Muy hermanos seremos, pero los hombres lobo existen, decían los abuelos de Sandra.

Tomasito, que nos había dado clases de cómo subir un cerro sin preocupaciones, (relajado mi sobrino), descansaba con Andrea, mientras el papá hacía de las suyas con la Súper Cámara de 8000 mega píxeles por cuadro instantáneo sumergible inducible e inholora. Uf!!, todo un invento tecnológico. Luego...a descansar.

Bien temprano el Domingo, típin  06:00 am, suenan las alarmas. Un desayuno promedio y con mi mini mochila y Fabián partimos por el objetivo. Una pasada por el Falsa Parva y tomamos rumbo por el filo cumbrero, al Pintor. Atrás quedaba el campamento, la laguna, los perros revoltosos y la seguridad que proporcionaban nuestras carpas.

El amanecer nos sorprendió subiendo por los acarreos del Falsa Parva,  donde pudimos apreciar el vasto paisaje que se abría llano ante nuestros ojos, un mundo que oculto, se muestra, más que a quienes tengan la fuerza, a quienes tengan la voluntad y las ganas por conquistar estos espacios que muchos, a lo largo de sus vidas jamás conocerán.

Cumbre

Foto: Edwin en la cumbre del Pintor.

Luego de una caminata tranquila y por un sendero bastante hermoso visualizamos el Cerro Pintor, a cuyos pies se encontraban varios campamentos.

Analizando la ruta a seguir nos acercamos hasta el último sector que nos separaba de la cumbre, desde donde quedé admirado de la belleza del Cerro El Plomo, El Leonera, Cancha de Carreras y un promontorio muy claro y extraño, creo que construido por E.T. para venir de vez en cuando.

La cumbre fue el regalo al esfuerzo y entusiasmo que rodeó siempre nuestra salida.  Mi primer "cuatro mil" a los 38 años, no deja de ser todo un suceso para mí. En el base, Andrea, Sandra y Tomás nos esperaban, el clima había cambiado por lo que nos imaginábamos que había preocupación.

Pero habíamos consumido Atún y Agua de vertiente El Plomo, siempre transparente y que te moja hasta el codo (M.R.),  así que en medio de una nevazón sin precedentes, (Yaaaaaaaa!!!), llegamos al campamento con la cumbre realizada. Lo habíamos logrado...

Autor: Edwin Acevedo.

 

"Que tus sendas sean sinuosas, laberínticas, solitarias, y que conduzcan a las vistas más sorprendentes. Que tus montañas se adentren en las nubes, y asciendan por encima de ellas"

Edward Abbey.