Cerro Pellejo
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Hacía bastante rato que tenía ganas de visitar la Reserva Alto Huemul, mi amigo del DAV Álvaro Vivanco me había comentado que era un lugar muy pero muy lindo, sobre todo cuando los robles tiñen sus hojas de color rojo, y el suelo esta lleno de ellas. Pero como yo no tenía ganas solo de ir a mirar árboles, también habían en la zona algunas lindas y sencillas cumbres como el Pellejo y el Alto de las Mesas.
Hacia finales de Mayo me quedaban algunos compromisos que cumplir con el DAV, por el apoyo económico que nos dio en la Expedición a los Glaciares Universidad y Cortaderal, entre ellos organizar una salida, así que se me ocurrió la genial idea de aprovechar la instancia, para cumplir lo pactado y conocer un lugar nuevo.
Foto: Compartiendo en el Campamento. |
Después de posponer la salida por mal clima, de recibir un montón de mails de gente que se subía y se bajaba, de intentar coordinar autos y todo eso, el grupo quedo armado por cinco integrantes del DAV, mas cuatro de los Perros, y el mismo Vivanco que se iría el viernes en la noche. Ambos grupos nos juntamos en un servicentro después del Peaje de Angostura, nos saludamos y coordinamos para seguir el viaje juntos. |
En esta salida pude re-encontrarme con mi amigo Jorge Hess, con el cual tengo una bonita y larga amistad montañera, desde que nos conocimos allá por el 2004 en el Diente del Diablo. También con Juanita Guerra, con quien tuve el gusto de compartir la primera ascensión absoluta del Puntón Amarillo, en la V Región, así que el grupo me resultaba muy familiar.
Condóros más, condóros menos, logramos enganchar el camino que lleva a las Sierras de Bellavista. Es largo pero muy lindo, mucho bosque verde hasta donde llega la visual, íbamos muy relajados y disfrutando bastante el paseo hasta la Reserva.
Fuimos superando los portones - que si mal no recuerdo son tres - gracias a las llaves que nos paso Álvaro, hasta meternos en un hermoso bosque de robles con las hojas de toda la gama de colores rojizos imaginables, un trayecto realmente hermoso.
Foto: Hermosos paisajes cordilleranos de la VI Región. |
Rato después llegamos al Campamento "Casa Rodante", tremendo lugar para acampar, agua cercana, piso de hojas, fogón con asientos, madera de sobra, daban ganas de tirarse a tomar cerveza y fumarse un pucho, y como cuando niño me dijeron que nunca me aguantara las ganas, pues eso hice, me tome una cerveza y me fume un pucho mientras conversaba con mi compadre Ulises. Para acortar el día, hicimos un trekking hasta un pequeño promontorio con una bonita vista del bosque de robles, y de todo el entorno, bastante verde y algo de nieve en las partes altas, buen ejercicio para estirar las piernas. |
Una vez de regreso al campamento el resto de la tarde se nos fue en ordenar las cosas, tomar cerveza, conversar, tomar cerveza, echar la talla, y por supuesto lo que nunca debe faltar en toda salida de montaña seria, tomar cerveza.
En la tarde-noche aparecieron los diferentes cortes de carne, ensaladas que solo van de adorno, vinos y demases, todo alrededor de una gran fogata. En resumen, un día tranquilo y agradable, con buena compañía, en un lugar precioso, si, ya quiero dedicarme al trekking...
Tarde nos acostamos el sábado, pero como no todo puede ser puro gozar, el domingo nos levantamos relativamente temprano y partimos en busca de la cumbre del Pellejo, horrible nombre para un cerro sencillo pero bastante bonito.
Salimos del bosque y le dimos para arriba siguiendo el mismo camino que usamos en el trekking del día anterior, el día estaba soleado y la vista que se abría a todas partes era espectacular, si miraba para abajo se veía un rojo bosque de robles con algo de nieve, y mientras mas altura ganábamos, se comenzaban a distinguir montañas muy difíciles de ver desde otros lugares, como el Volcán Sordo Lucas.
Foto: Cumbre en el Cerro Pellejo. |
El grupo se disperso y al rato me di cuenta que dos de mis compañeros de grupo, Javiera y Ulises, se habían devuelto por algunos malestares estomacales, Romina, postulante al grupo, iba embalada como una hora arriba mío, que falta de respeto jaja... Poco a poco acortamos distancia con la cumbre, nos juntamos con mi amigo Jorge para esperar a una de las integrantes del equipo del DAV que venia algo atrasada y nos preocupaba un poco, ya estábamos cerca de la cumbre, así que decidimos ir, y Jorge volvería a buscarla. |
Llegamos a la cumbre, nos saludamos con todos los demás que habían llegado antes que nosotros, y cuando nos fijamos, Lucila había acortado mucha distancia, así que no fue necesario ir por ella, a los pocos minutos se junto en la cumbre con el resto del equipo.
El Pellejo es un cerro muy sencillo, pero inserto en un paisaje muy lindo, la vista era notable en todas direcciones, y bastante me emocione al ver a lo lejos, la oscura pared de las Torres del Brujo, pensar que hacía algunos meses habíamos salido justo bajo ella cuando ya veníamos de regreso de la Beer Machine Climbing.
Estuvimos un buen rato disfrutando la vista, comiendo, sacando fotos, hasta que decidimos bajar. En el descenso vimos Cóndores, y otros pajarracos cuyo nombre no recuerdo, fue una bajada muy tranquila, y algunas horas después ya estábamos en el campamento de nuevo.
Lo que vino fue desarmar las carpas, amontonar todo en los autos, y comenzar el largo regreso a Santiago, sabiendo que por suerte hay un par de cerros mas en la zona, que nos harán volver...
Autor: Elvis Acevedo.
"No tienes nada que hacer con la altura, es tu fuerza lo que cuenta..."
Lynn Hill.