Nevado Tres Cuernos
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El 2015 hice una exploración de cuatro días en la zona de la Sierra Negra. Estaba seco, los glaciares agrietados y con hielo vivo, pero pude distinguir algunas buenas cumbres, aunque por falta de tiempo no pude reconocer el fondo del valle. Me pareció un sector algo hostil, frío, sin senderos, grandes y lateras morrenas de piedras de todos los tamaños, ventoso, pero al mismo tiempo hermoso, me salió verso…
Una de las cumbres en particular me llamó la atención, por su tamaño, su glaciar, y los pináculos rocosos que lo coronaban. En ese momento lo confundimos con el Nevado Cortaderal, pero después nos dimos cuenta que no era. Teníamos una montaña seguramente sin nombre ni ascensos.
Había estado hace largo rato investigando la zona, junto con las montañas del glaciar Universidad, Cortaderal, y Sierra del Brujo. Pero la Sierra Negra era más confusa, no estaban claras las ubicaciones de sus cumbres, y las fotos que tome en la exploración no me lo aclararon mucho. Solo saqué buenas conclusiones de los tramos hasta las lagunas que se usan de campamentos, para poder planificar tiempos de traslado, cantidad de equipo, etc. Las conversaciones con Jozsef Ambrus, quien el año 64 realizo numerosas ascensiones en el sector, me aclararon un poco más. Lo suficiente como para organizar un segundo viaje, pero esta vez en serio.
Foto: En la exploración del 2015 este cerro nos llamó poderosamente la atención. |
Ahora ya llevábamos varios días en la zona, junto a Jaime Wastavino, Francisco Aldayus y Nico García, teníamos algunos cerros en el bolsillo y habíamos instalado - después de arduos porteos de equipo - un confortable campamento en la laguna Caballo Muerto.
El primer objetivo había sido el mas obvio, la Punta Hermandad, y ahora bajando de ella, con tormenta y whiteout incluidos, había podido distinguir bien aquella cumbre que explore el 2015, pensé que sería un buen siguiente objetivo, se lo propuse a Jaime y acepto.
El terreno era otra cosa, nada parecido a aquel verano del 2015, estábamos en noviembre y el valle estaba completamente nevado, lo que nos haría más fácil – pero más pesada - la subida. De todas formas era un objetivo importante, porque con los antecedentes que teníamos reunidos de la zona seguramente se trataba de una primera absoluta.
Nos toco un día completamente despejado para nuestro intento, se veía prometedor. Partimos con Jaime. Pancho y Nico harían un segundo intento de apertura en la Punta Hermandad, en el primero se equivocaron de canaleta y no pudieron rehacer el camino.
Foto: Hermosa y desconocida Laguna Caballo Muerto, año 2015. El 2017 estaba tapada por la nieve. |
Las primeras horas fueron de aproximación a la base, por terreno nevado fácilmente cramponeable y sin dificultades, solo disfrutando las hermosas vistas que los cambios de tono de la luz nos muestran en la mañana. Recorrimos el valle hasta la base del cerro, la subida era franca y directa, había que bajar un poco y después comenzar un ascenso directo que estaba seguro se nos haría bastante largo y pesado.
Le pusimos pino, la nieve estaba blanda y pesada. Me toco abrir unos 1100 mts de huella en nieve blanda que me dejaron más que cansado, súper lateado. Jaime - a pesar del esfuerzo de la subida - se mantenía pegado a mí, sin perder terreno.
En el último tercio el sol hacia de las suyas, la vista estaba espectacular pero el día caluroso y con la nieve blanda algo apestoso, no había viento, a pesar de todo avanzábamos bien, nos deteníamos poco e íbamos de buen humor.
Fotos: Condiciones muy diferentes encontramos en noviembre del 2017. |
Pasamos por la derecha una prominencia grande, que desde abajo se puede confundir incluso con una cumbre, pero al dejarla atrás nos dimos cuenta que solo era un resalte.
El cerro es ancho, un macizo con tres puntas rocosas en la parte alta que sobresalen de la estructura principal. La vista que tuvimos en la exploración del 2015, desde las laderas del frente del valle, mostraban que la cumbre oeste parecía ser la más alta, después la central, y al final la este, que podría ser la tercera cumbre, aunque destaca bastante menos. Desde la Punta Hermandad me dio la misma sensación, aunque la central ganaba terreno, seguramente la diferencia entre ambas era de pocos metros, la este se quedaba claramente mas atrás. Las perspectivas cambian mucho la visual.
Antes de partir ya habíamos decidido ir por la cumbre oeste, y ver la opción de hacer las tres. Ahora, con el esfuerzo del día, y por las condiciones de la nieve y el calor, no parecía muy buena idea estar metidos mucho rato en laderas por donde había claras huellas de desprendimientos y avalanchas.
Al final la ruta se empino un poco, estando cerca me costo distinguir bien lo que desde abajo – según yo – tenía claro, y era cual de las tres cumbres era la más alta. Al final seguí el plan original y me fui a la oeste.
Foto: Cumbre a la vista. |
Para llegar arriba toco pegarse una trepada corta con crampones puestos, no tan complicada pero sí bastante expuesta, y la salida a las rocas con ese siempre complicado paso de la nieve a la piedra, donde se forman hoyos en la base y hay que buscar la forma de agarrarse de algo para impulsarse, con toda la pendiente de adorno debajo de uno.
Me monté en las piedras, se abrió la vista hacia el norte, pero aun quedaban unos pocos metros hasta la cumbre, los que recorrí bien atento, las piedras eran lajas sueltas una sobre la otra – un clásico – y muy angosto, no llegaba al metro de ancho.
Llegue a la cumbre, algo mas cómoda, pero para girarme y poder ver donde venia Jaime tuve que sentarme a caballito. Para cuando logre elongar lo suficiente para darme vuelta Jaime estaba justo en la base de las piedras, le dije que esperara, que era mejor llegar a la cumbre de a uno, porque no había mucho espacio más.
Disfrute unos minutos y baje a la base del filo para dejar pasar a Jaime, eran pocos metros de diferencia así que sacar las fotos del paisaje desde el filo en vez de la cumbre era irrelevante.
Foto: Jaime en la Cumbre Oeste del Nevado Tres Cuernos. Primer Ascenso. |
Mientras Jaime hacia lo suyo en la cumbre yo sacaba fotos y miraba tantas cumbres, valles y glaciares que había en todas direcciones, reconocía muchas, otras ni idea. Es increíble la cantidad de montañas que existen, y de muchas la gente no tiene ni idea, ni siquiera saben que existen. El día estaba perfecto, sol, nada de viento, cielo limpio, no podía pedir más.
Disfrutamos un buen rato, mirábamos la Punta Hermandad intentando buscar a Pancho y Nico, cordada joven y entusiasta, con todo el potencial. Suponíamos que de tener éxito bajarían por la ruta normal, que teníamos justo al frente, pero no pudimos verlos. Luego de un rato comenzamos el descenso. Poco para decir de este aparte de que fue bastante pesado por el calor, pero igual rápido.
Salimos de la nieve y llegamos al agüita, obviamente paramos a refrescarnos y descansar un rato. Estábamos con las patas en el agua y sacando algunas fotos del paisaje cuando llegaron los muchachos.
Nos contamos las peripecias del día y regresamos al nuestro cómodo campamento en la laguna Caballo Muerto, aun teníamos días para mas cerros…
Autor: Elvis Acevedo.
"No entiendo que se quieran imponer reglas a los montañeros, reglas restrictivas que reducen el alpinismo a una actividad codificada. Vamos a la montaña para ser libres..."
Gastón Rebuffat.