Nevado de Olivares

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  • Altitud: 5.005 msnm.
  • Ubicación: Glaciar Juncal Sur - RM.
  • Fecha: Octubre del 2023.
  • Integrantes:
    • Wilson Acevedo (P. Alpinos)
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
  • Ruta: Cara Este y Filo Sur.
  • Expedición: BMC - II.

Muchos años atrás, leyendo las descripciones de cerros como el Asociación y el Nevado de Olivares, comencé a darme cuenta de lo complejo que es el tema de los accesos a las montañas en Chile cuando te comienzas a salir de los circuitos habituales de cerros que sube todo el mundo -también uno mismo- y quieres ir a rincones menos visitados de los Andes.

El acceso natural a estas montañas es por el cajón del estero Barriga, controlado por Codelco Andina, y que hasta finales de los 90 permitía el ingreso si se solicitaba autorización, pero actualmente eso ya no es así, quedando el sector prohibido para actividades de montaña, incluso para personas que trabajen en la misma minera, a riesgo de despido inmediato, como nos enteraríamos en la salida. Otro sector perdido, como tantos otros.

El 2013 entramos a la zona del glaciar Universidad -en la VI región- cuando su acceso también estaba prohibido, y desde ese momento en adelante lo hemos seguido haciendo, a cualquier zona a la que queramos ir vamos, asumiendo el costo extra de esfuerzo, estrategia  y planificación que implica entrar por otros accesos, ahora, 10 años después estábamos en el refugio de la DGA, en pleno glaciar Juncal Sur, después de haber pasado los mismos malos ratos intentando acceder por la buena, lo que no pudimos hacer, y eso que ahora toda esta zona es parque... lindo el parque...

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Foto: Sierra Blanca; Nevado Sierra Blanca, Picarte, Picarte Norte o Dorado, y Nevado de Olivares.

Estando acá sabíamos que el Nevado de Olivares y el Asociación eran dos de nuestros objetivos, iba a ser muy difícil volver a tenerlos a la mano nuevamente, así que después de aguantar unos días de mal clima donde aprovechamos de descansar un poco, al primero que se vino bueno partimos al Nevado de Olivares.

Estábamos en el glaciar Juncal Sur, así que la ruta que tendríamos que usar era la Ambrus-Gómez del 66 por la cara este, no la del portezuelo Barriga, y aunque desde el portezuelo, y en general desde el glaciar Olivares Gamma, el Nevado de Olivares se ve como una pequeña montaña de nieve y tierra amarillenta, con poca prominencia, desde este lado se veía bastante más grande, ya que el glaciar Juncal Sur esta más bajo que el glaciar Olivares Gamma.

Con el ascenso del Allende ya teníamos medido más menos el tiempo que nos demorábamos en recorrer todo el glaciar Juncal Sur a lo ancho, hasta la base de las montañas de la Sierra Blanca, eran sus buenos tres o cuatro kilómetros que con subidas y bajadas nos permitían ganar algunos metros de altura. Y partimos, en lo que sería nuestra última salida desde el refugio de la DGA, el que habíamos dejado limpio y habitable, no como estaba cuando llegamos.

El día acompañaba con un cielo azul profundo, que contrastaba con el blanco intenso de las montañas, adornadas de resaltes oscuros de roca, no hay mucha variedad de colores por estos lados, todo es de una belleza simple y minimalista.

Llegamos a la base del Nevado y comenzamos a subir en dirección al filo que lo une al cerro El Hombro, Willy subió rápido, pero a media ladera pensé que era mejor salir al portezuelo entre el Nevado y el Picarte Norte, se veía muy cerca, así que seguí un camino diferente, total nos veíamos y el terreno era sencillo. William salió a la parte superior por un tramo de pendiente fuerte, yo logré salir al portezuelo por nieve algo pesada pero segura, nos juntamos en la base de la subida final, el ascenso había sido simple y evidente, una ruta de líneas sencillas y eficientes.

Estando el portezuelo vi por primera vez de cerca el glaciar Olivares Gamma y todas las montañas de la cordillera Morada, también se ven desde ciertas cumbres que habíamos subido años atrás como El Plomo, el Littoria o La Paloma, pero verlas acá, de cerca, significaba mucho para mí, que he estudiado esta zona al detalle desde hace mucho, atraído por su belleza y la calidad de sus objetivos, además de estar tan cerca de la ciudad, al menos en kilómetros, ya que la mayoría de sus accesos tienen algún tipo de restricción.

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Foto: Tramo final hasta la cumbre.

La vista era hermosa, yo estaba emocionado, pero para variar helado, ya que el viento pegaba fuerte.

Comenzamos a subir por el filo el último tramo hasta la cumbre, Willy había visitado un par de promontorios pensando que eran el punto más alto, pero solo eran resaltes, hacia abajo se adivinaba el famoso e inalcanzable portezuelo Barriga, y se veía el Asociación como no lo habíamos visto en ninguna foto, con una larga y estética arista que se desplegaba hacia el sur, supimos que la íbamos a usar como ruta de ascenso en su momento.

Embobado iba cuando vi a Willy escarbando en una pirca, estaba en la cumbre, y yo llegaría en pocos minutos, le saqué una foto y bajé el ritmo, no se porque, este ascenso no era ruta nueva ni primera absoluta ni nada, y sin embargo estaba más emocionado que en otras montañas que habíamos subido en estos días, quizá simplemente porque la soñé de niño, cuando buscaba cerros para subir sin ninguna experiencia, cuando solo leía sobre montañas y me imaginaba subiéndolas, el Nevado de Olivares era una de esas montañas, con sus problemas de accesos, con sus restricciones, con todo lo que la hacía más difícil, y sin embargo aquí estaba, llegando a su cumbre, cumpliendo una meta más que alguna vez fue un sueño, pasando -otra vez- encima de todas las dificultades y prohibiciones...

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Foto: Sir William en la cumbre del Nevado de Olivares.

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Foto: Vista hacia el Picarte y el glaciar Olivares Gamma.

Alcancé a Willy y celebramos la cima, el día estaba despejado y helado, como siempre mucho viento, pero nos dimos el tiempo de fotografiar todo el libro de cumbre, aquí se hizo evidente que los permisos se acabaron a finales de los 90, donde la mayoría de los ascensos eran por el estero Barriga, y había bastantes, pero del 2000 en adelante solo uno, y ahora el de nosotros, dos ascensos en los últimos 23 años.

Me hubiese gustado quedarme un par de horas en la cumbre, no se me pasaba la emoción, pero además de lo frío que estaba queríamos intentar el Picarte Norte, así que con muy pocas ganas comencé a bajar muy pero muy lento, solo para seguir disfrutando un poco más las vistas hacia el Olivares Gamma, y también viendo que íbamos a poder hacer una vez que nos trasladáramos a él.

Intentamos el Picarte Norte que se alza justo al sur del Nevado de Olivares, pero es un cerro de tierra dura y pendiente fuerte, un conglomerado extraño imposible de subir en forma relativamente segura, no le dimos muchas vueltas, nos lanzamos cuesta abajo por una ladera de nieve dura y unos 60 o 65 grados con bastante calma, hasta que la pendiente bajó y llegamos sin problemas a la base, donde nos esperaban nuestras raquetas.

Comer algo e hidratarse, y luego al refugio con otra cumbre más en el bolsillo, una muy significativa para mi.

 

Autor: Elvis Acevedo Riquelme.

 

“Por mucho que recorramos el mundo detrás de la belleza, nunca la encontraremos si no la llevamos con nosotros”.

Louis Audobert.