Morro Balmaceda
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Y partimos para Las Leñas, otro sector al que no iba hace muchos años.
Esta vez el grupo era más grande, Fernanda, Wilson y Cristina, montados a lomos del incomparable “Tiburón” partimos un miércoles en la noche rumbo -nuevamente este año- a la VI Región.
Nos juntamos cerca del metro Las Mercedes, de ahí avenida Concha y Toro, Acceso Sur, y directo a la cabaña que un amigo de Cristina nos había prestado para quedarnos en ella, y así no perder tantas horas del primer día en la carretera.
La cabaña genial; asado de por medio con cervezas y todo lo necesario, nos dimos el tiempo de relajarnos un poco y disfrutar del lugar, realmente estaba de lujo.
Al día siguiente dejamos ordenado y partimos temprano en dirección a la laguna El Yeso, que en estas fechas no es que digamos la más hermosa de las lagunas, bastante estancada, con bajo nivel de agua y mucha alga o lo que sea flotando por todas partes, más parece un tranque. Nos estacionamos y comenzamos la caminata por el viejo camino vehicular ahora en desuso, dejamos atrás la laguna, pasamos frente la quebrada Espinoza con todos los recuerdos que me trae, y continuamos por el camino que travesea por las faldas del cerro Carrera, al que le hicimos el primer ascenso hace muchos años ya. Cuando el Carrera comenzó a quedar atrás entré en terreno nuevo para mí, lo que siempre me entusiasma mucho.
Foto: Aproximación por el valle de Las Leñas. |
El viejo camino vehicular comienza a tener cortes profundos producto de los desprendimientos de material, el segundo de ellos ya era imposible de pasar, y después de perder algo de tiempo buscando por arriba, bajamos a nivel del río y lo pasamos por abajo. Continuamos la marcha hasta alcanzar terreno plano y llegar al lugar conocido como “La Placilla”, cerca de la confluencia de los esteros Arriaza y Balmaceda, que juntos dan nacimiento al río Las Leñas. Acá buscamos un lugar y armamos un campamento muy cómodo y feliz. Se pasa bien en patota.
La tarde estaba agradable, así que cocinamos fuera de la carpa, tonteando y disfrutando el solo hecho de estar en las montañas, como tanto nos gusta. Después cuando el cansancio y el frío ganaron, nos fuimos a dormir.
El Morro Balmaceda, identificado en la carta IGM F-18 Paso Las Leñas como la P-3507, es un cerro pequeño, muy del estilo de montañas como el Provincia, Cortadera, Alto Hotel, Alto de las Vizcachas, Garfio, Mocoen etc. etc., montañas que si nos ponemos estrictos no tienen prominencias altas, pero que cumplen con ser hermosos trekking que nos regalan maravillosas vistas, y con eso debiera bastar, estamos hablando de media montaña, esa que se hace para puro relajo.
Tiene otra característica, es cerro cabecera de cuatro valles, el de los esteros Arriaza, Balmaceda y Los Moscos, y del nacimiento del río Las Leñas, por lo que imaginábamos que la vista desde arriba debía ser muy pero muy buena.
Foto: Sir William rehidratándose en el campamento… |
Foto: Atardecer desde el campamento. |
Comenzamos la subida temprano, oscuro aún, cruzamos el estero Balmaceda de un salto y tomamos directamente las pendientes del lado oeste del cerro, buscando simplemente el terreno más cómodo para ir ganando metros.
El amanecer nos regaló hermosas postales de las montañas del sector, como habíamos predicho, en todas direcciones se abría la visual, se mostraban variedad de colores y tonalidades, apareció más al norte la mole del Picos del Barroso, toda la quebrada del estero Balmaceda con el piramidal Kiñewen de telón de fondo, el inescalado Bayo, los cordones Arriaza y Placilla, el Cruceros, otra montaña sin ascensos… en fin, una subida muy disfrutada.
Foto: Hermosos colores en el amanecer del valle de Las Leñas… |
Foto: Hacia el norte la mole del Picos del Barroso. |
Foto: La quebrada del estero Balmaceda, al fondo el Kiñewen, el Bayo, y un par de cumbres sin nombre… |
A ratos parecía que íbamos a llegar rápido, después el cerro como siempre, se alargaba, Cristina se quejaba de que faltaba mucho, Wilson acompañaba a Fernanda que venía un poco retrasada, yo subía admirando el paisaje sin siquiera pensar si faltaba mucho o poco para la cumbre, hace tiempo dejé de pensar en eso mientras subo.
Cuando llegamos como a la segunda antecumbre del día, Cristina dice que faltan como dos horas más para la cumbre, pero ese tramo lo recorrimos en unos 10 minutos creo, 15 a lo mucho, así que más contentos que perro con dos colas, llegamos al punto más alto, ¡cumbre!
Al poco rato llegaron Willy y Fernanda y pudimos celebrar los cuatro juntos este simpático cerrito con tan buena vista.
Foto: ¡Cumbre! |
Estuvimos bastante rato, sacamos muchas fotos, y a pesar de que el plan era bajar a desarmar campamento para irnos al base del Kiñewen, algo llamó mi atención cuando miré hacia el fondo del cajón del estero Arriaza, supe que no íbamos a bajar de inmediato al campamento, pero antes debía convencer a mis compañeritos…
Autor: Elvis Acevedo Riquelme.
“Para vencer un peligro, salvar de cualquier abismo, por experiencia lo afirmo, más que el sable y la lanza suele servir la confianza que él tiene en sí mismo”
Martín Fierro.