Cerro Mirador del Morado
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"16 de Noviembre del 2003, estamos de vuelta en nuestro campamento en Piedra Numerada, después de un digno pero fallido intento al Bismarck, a causa del mal tiempo. Pensando en donde ir para sacarme el balazo recibo una tentadora invitación de José Luís Troncoso al Mirador del Morado la próxima semana, no se hable más..."
Es sábado ya y durante la semana nos hemos puesto de acuerdo en todo lo necesario, los integrantes son Juan Carlos Caro, José Luís Troncoso, Jaime Wastavino, Jorge Figueroa, Marcelo Pérez y Elvis Acevedo. Nos encontramos en Plaza Italia, donde nuestro trasporte nos estaría esperando, una camioneta arrendada comandada por "Nico". Compartiremos el transporte con otro grupo que va al Mirador y que intentara la Canaleta del Rincón.
El súper archiconocido camino al Cajón del Maipo nos vio detenernos una sola vez en San José a comprar algunas provisiones y tomar desayuno. Nos encontramos con el grupo de la Ramuch, amigos de José Luís que también iban al Mirador, entonces habría mucha gente esperando subir este bello cerro. Una vez en el villorrio de Baños Morales, los tramites locales en CONAF para acceder al Cajón y ya estamos listos para comenzar el acercamiento.
El sendero está superpoblado de gente que van al cerro y la mayoría que va a acampar a la laguna, esto me hace pensar en la acertada decisión de acampar en el "plateau". Llegamos rápidamente a la laguna haciendo una sola detención en Panimávida para hidratarnos y sacar algunas fotos, aquí descansamos un rato y algunos se dedicaron a observar la “fauna” local bastante variada. La laguna se encontraba sin nieve en los alrededores, un lugar hermoso para ir a descansar, pero nuestro objetivo era otro, así que decidimos seguir camino a eso de las 14:00 hrs. |
Entre subidas y bajadas las morrenas se me hicieron interminables, hasta que por fin llegamos a la nieve, estaba realmente aburrido de saltar por piedras filosas de dudosa estabilidad.
Nos pusimos equipo de nieve y nos abrigamos un poco, ya que el sol se estaba empezando a esconder y la temperatura a bajar levemente. La subida hasta el "plateau" fue por nieve sucia al principio, y a medida que ganábamos altura, iban quedando atrás la tierra y las piedras dando cabida a un paisaje blanco inmaculado y precioso.
Llegamos a armar campamento antes de que el sol se ocultara completamente, y a pocos metros de nosotros acampó el grupo que intentaría la Canaleta del Rincón. Conversación, fotos, y muchas tazas de té adentro de una de las carpas nos sirvieron para analizar el día, planificar proyectos futuros, y de pasadita recuperar al Marcelo que venía medio congelado. Compartimos un buen rato y cuando nos dio sueño cada uno se fue a su respectiva carpa a descansar y preparar el equipo.
A eso las 05:00 de la mañana me asomo a mirar el cielo y mis lagañosos ojos ven un mar de estrellas que me invitan a levantarme y comenzar al ascenso, mis compañeros hacen lo propio en sus carpas y después de un nutritivo desayuno partimos todos menos Marcelo que nos esperaría en el campamento. Las primeras pendientes son relativamente sencillas, subimos rápido cramponeando y comenzamos a encontrarnos con nieve blanda que nos hace muy agotador el avance, además de grandes grietas todas abiertas, que esquivamos haciendo un par de zigzag. Así pasamos la parte más plana del glaciar, frente a nosotros, la Pared Sur del Morado vigilando nuestro avance. Llegamos a las primeras pendientes fuertes con nieve blanda y grandes grietas esperando a tragarnos, la subida es agotadora, pero vamos a buen ritmo. |
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La única pasada que nos lleva al portezuelo entre el Morado y el Mirador, está cortada por una enorme grieta por la cual no encontramos ningún puente que nos permita cruzarla, pero esta grieta termina a la derecha en pequeñas paredes de roca descompuesta y mini acarreos de fuerte pendiente y nieve, !será poh!, no queda otra. Juan Carlos me asegura y como puedo subo, pateo, me arrastro y echo mil maldiciones antes de llegar arriba, así instalamos un pasamanos que hizo un poco más fácil la subida para el resto del grupo.
Jaime y Jorge han tenido que sacrificarse y tragarse como un kilo de piedras por subir de los últimos (que importantes son los cascos). Superado este obstáculo nos queda aún una fuerte pendiente adivinen con que, si, nieve blanda, pero esta vez la huella la abrió Jorge, yo voy al último subiendo cómodamente por las huellas dejadas por mis compañeros.
Unos minutos y ¡ya!, estamos en el portezuelo, nos queda solo la pendiente final, ya vemos la cumbre y la empiezo a sentir muy cerca mío, como logrando una intima comunión de dos seres que se encuentran después de un largo tiempo, ya que este cerro lo había intentado con mi hermano hacía muchos años, cuando el equipo y la experiencia no eran los suficientes como para ganarse la pasada a la cumbre.
Foto: Cumbre del Mirador del Morado. |
Juan Carlos se adelanta con su típico ritmo de buldózer y nosotros le seguimos un poco más lento, voy disfrutando cada paso que doy y no siento un real apuro por llegar, en verdad estoy disfrutando esta última parte de la subida mientras voy inmerso en miles de pensamientos. Nos encontramos con la gente de la Ramuch que vienen bajando después de subir por la Canaleta del Rincón, ellos nos informan que el otro grupo que acampó con nosotros, solo logró alzarse por sobre la canaleta y de ahí se devolvieron por las dificultades que presentaban las pendientes finales. |
Así seguimos dándole hasta que a las 12:45 hrs más menos, fuimos llegando a la cumbre del Mirador del Morado, de 3888 msnm, con una hermosa vista de los cajones adyacentes.
Disfrutamos largo rato en la cumbre, nos abrazamos y felicitamos, escribimos en el libro de cumbre y comenzamos el descenso el cual realizamos haciendo un largo rodeo por la parte superior del caos de seracs y grietas del glaciar, y así esquivar la parte más complicada de la subida.
Fue mucho más largo y agotador pero más seguro, así, aventuras más aventuras menos llegamos al campamento a las 16:00 horas, súper atrasados, ya que el transporte nos estaría esperando a las 17:00 hrs, conscientes de eso igual cocinamos algo antes de empezar a bajar para recuperar un poco de fuerza.
Cuento corto, llegamos como a las 20:30 al lugar de encuentro, donde nos sacamos las mochilas y empezamos a disfrutar el principio del fin de esta hermosa aventura de fin de semana.
Autor: Elvis Acevedo.
"El juego de la escalada es una insensatez, tomada con más o menos seriedad, una incursión en una actividad que no tiene ningún beneficio demostrable para nadie..."
Joe Tasker.