Cerro Marisemberg

Marisemberg

 

  • Altitud: 4125 msnm.
  • Ubicación: Valle del Mesoncito - RM.
  • Fecha: Enero del 2011.
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
    • Jaime Wastavino (P. Alpinos)
    • Cecilia Martínez (D.A.V)
  • Ruta: Arista Norte.

Muy ansioso desperté este 8 de Enero, después de algún tiempo volvía a las montañas, lo último había sido un intento fallido al Volcán Copiapó (después de varios otros “rebotes” durante el 2010).

A las 07:30 am nos encontraríamos en el 14 de Vicuña con la Cecilia, amiga montañista de mucho tiempo que pertenece al DAV, el “Cocho”, compañero “Perro Viejo” de muchas cumbres, aventuras y desventuras, también esta vez se agregaba David Ferreira, otro amigo que ha salido junto al “Cocho” desde algún tiempo. Nuestro destino es el Marisemberg, un lindo farellón que da hacia el Valle del Marmolejo y que junto a la Punta Equivocados y el Camanchaca forman el trío de cumbres de este valle y que se enfrentan al Moai, Punta Chile y al Morro Escondido.

El transporte estaba a cargo del “Loro” Lorenzo Fuentes,  montañista ya retirado y dedicado a los negocios, pero que marco con su nombre muchas cumbres y ascensiones importantes para nuestro deporte. Las presentaciones del caso, arriba las mochilas y partir. Cerca de las 08:30 estábamos en San José de Maipo, tomando café donde “las tías” que ahora no estában, sólo atendía una lolita seguramente hija de alguna de las señoras.

Subida al Valle del Mesoncito

Foto: Subida al Valle del Mesoncito.

A las 10:30 aprox,  llegamos al final del camino vehicular en la planicie del Choriboulder  para  comenzar nuestra aventura. 10:55 am, nos despedimos del "Loro" y comenzamos a caminar rumbo al cruce del estero, al frente nuestro, el largo sendero que nos llevaría al Valle del Mesoncito ya tantas veces visitado y del que sólo nos quedan pendientes un par de cumbres de las más nombradas.

La Cecilia de nada nos saca ventaja en distancia, tiene un tranco de miedo, cuando uno la ve vestida de oficina en la semana no tiene idea de la fortaleza y resistencia que tiene esta mujer acá en este ambiente, nuestro ambiente. Esta vez, a diferencia de muchas otras, no tendremos que mojarnos para cruzar el estero del Mesoncito, estaba bajísimo y de un salto lo sorteamos.

Campamento

Foto: David disfrutando una cerveza en la Pirca del Visionario.

En el trayecto, por el interminable serpentear del sendero, paramos y miramos constantemente hacia el camino de vehículos con la esperanza de ver a nuestros compañeros “nuevos”, que este fin de semana intentarán su primera cumbre en el Unión.

Estarán a cargo del Carlos, él ya ha salido con ellos a algunos trekking y algo los conoce.

Cerca de las 15.00 hrs ya estaban en la planicie de la pirca del Mañke David y Cecilia, mas atrás como a 15 minutos llegué yo y luego el Cocho, muy relajados, el tiempo está bien manejado, sabemos perfectamente que es lo que queremos y como lo debemos hacer.

Una cervecita y comenzamos a organizar el asuntito adentro de la pirca, parece que David tendrá problemas con el largo de sus piernas, mide como 2 metros, tira su saco para ver si cabe o no, incluso le proponemos que duerma afuera, obvio que los demás no tenemos ese problema, menos  Cecilia y yo que somos chicos.

Salida

Foto: David, Elvis y Jaime comenzando la jornada.

Buscamos nieve para derretir y preparar la comida, luego el Cocho sale a buscar agua de entre las piedras y no le cuesta mucho encontrar, preparamos comida, tecito, la temperatura comienza a bajar, estamos  a 3600 mts.

El Cocho que para variar viene saliente de carrete ha traído unas “maracas", pero no de "esas", sino de las que suenan, esas que sirven para hacer música y no para de meter bulla.

Varios recuerdos de las innumerables noches pasadas en este lugar, hasta una vez que todo estaba lleno de nieve y el tiempo era inestable, hicimos un hoyo en la nieve y ahí nos tiramos a dormir. Esta vez por ser verano y habíamos visto que el pronostico nos acompañaría decidimos vivaquear.

Por fin dentro de mi saco, que rica sensación cuando estoy en posición vertical mirando el cielo. Ni cuenta me doy cuando me quedé dormido. No sé que hora sería pero ya estaba de noche cuando desperté, me levante al baño y volví al saco, no hacía frío aunque estaba algo fresco, pero todos roncaban, luego David contaría que tuvo el placer de presencias una tormenta que había hacia el lado argentino, bueno, esos son algunos de los placeres que uno puede disfrutar cuando esta en estos lugares.

Cumbre

Foto: Cecilia y Jaime en la cumbre.

03:50 am, hay que levantarse, los sacos están húmedos encima, pero no es tanto, no hace mucho frío, es una noche agradable.

Tomamos desayuno, arreglamos las cosas y a las 05:05, bajo una oscura noche sin rastros de luna, comenzamos a caminar.

Para variar en un par de minutos nos quedamos atrás con el Cocho, la Ceci se las emplumo con el patas largas del David y nos dejaron atrás.

Camino lento, no hay para que apurarse, están muy bien los tiempos, al aclarar deberíamos estar llegando al acarreo que hay que remontar, para estar frente al nevero que une al Marisemberg, con la Punta Equivocados, finalmente a los pies del acarreo nos reunimos todos.

La idea es avanzar juntos por la caída de piedras que al subir pudiesen venirse abajo, después de algunos minutos estamos ya a los pies del nevero.

El sol ya comienza a causar estragos, son alrededor de las 08:30 am, todos los preparativos se llevan a cabo, tomar agua, echarse bloqueador, colocarse los crampones.…!no los subí!, se quedaron abajo, ¡gran condoro¡. Bueno, buscamos un arreglo aunque no es lo lógico, Cocho me presta uno, y asi subimos, cada uno con un crampón.

Así con el cuidado necesario, ya que en algunas partes hay hielo y debemos rodear el tramo, comenzamos a ganarle metros al cerro, a las 10:00 am llegamos al portezuelo, la vista es espectacular, esta despejado, un descanso, agüita, ración de marcha, fotos, etc.

Bajando

Foto: Listos para bajar.

La vista clavada en el objetivo, el Cocho parte adelante, luego de algunos minutos partimos con Cecilia. Debemos bajar un pedregal no exento de riesgo, a los pìes del torreón dejamos las mochilas para subir con lo necesario, colocarse el arnés y cargar la ferretería necesaria, a primera vista lo haremos libre hasta donde se comprometa nuestra seguridad. Subimos en trencito, uno tras otro buscando la mejor opción para colocar el pié y las manos, David ha decidido quedarse, no irá  por esta vez.

Avanzamos rápidamente serpenteando entre las pasadas que nos presentan las rocas, finalmente llegamos a los últimos 6 o 7 metros, acá hay que asegurar si o si, en una especie de terraza que hay buscamos la mejor alternativa para llegar a la cima, hacia ambos lados son varias decenas de metros de caída vertical,  el Cocho “la lleva”...nosotros aseguramos la cuerda.

Un par de pasos, un buen agarre, un impulso y ARRIBA¡¡¡¡¡ se acabó, estando el Cocho en la cumbre a nosotros se nos hace algo mas fácil y en minutos ya estamos abrazándonos los tres, muy contentos de lo alcanzado.

Punta Equivocados

Foto: En la Punta Equivocados.

El paso siguiente, llenar el Libro de Cumbre que estaba muy guardadito en un envase plástico de esos para microondas, leímos los testimonios y dejamos el nuestro en la libretita.

El tiempo ha comenzado a cambiar, llegan las nubes y decidimos comenzar la bajada lo más rápido posible.

Desescalamos el último tramo y muy contentos comenzamos el “culebreo”  hacia abajo para llegar donde David no estaba esperando.

Se ha decidido que lo acompañaríamos a hacer cumbre en la Punta Equivocados, para que no bajara con las “manos vacías”, total tenemos tiempo. Debemos hacerlo rápido si, porque ya las nubes llegan a la cima de los cerros.

Con el Cocho ya habíamos estado en esta cumbre a principios del 2010 y por un tema de tiempo, no habíamos alcanzado a llevarnos el premio total, Cecilia también ya la había hecho pero igual“aperró”.

Rápidamente comenzamos el ascenso del último tramo, comienza a caer nieve y pensamos en las cosas que quedaron en el vivac, principalmente los sacos de dormir, si se mojan será lamentable.

Esta cumbre también es un pequeño pedazo plano donde no caben 4 personas, Cecilia quiere tomar fotos de la cumbre cuando comienzo a sentir un ruido parecido al de las torres de alta tensión que inundan Santiago, ella se queja que le está pasando “algo”, el ruido lo está emitiendo ella,  es la estática del ambiente, de la tormenta que se está preparando la que la afecta, le advierto que debe bajar, yo estoy un par de metros mas abajo, así lo hace, pero deja su mochila y sus bastones arriba, el pelo a pesar del viento que hay lo TIENE PARADO, es tragicómica la situación.

Equivocados y Marisemberg

Foto: Punta Equivocados (izq) y Marisemberg (der)

Subo para bajar las cosas que dejó arriba y al pararme en la cumbre para tomar las cosas siento una energía que me entra por los codos y recorre mi cuerpo hasta los pies, me asusto y desciendo rápidamente, no es seguro estar en este lugar. Llega David con el Cocho, sigue pasando lo mismo, el ruido de la estática del ambiente y muchas risas, fotos y para abajo.

La cosa se pone fea, mas nieve y viento van marcando el lugar, arreglamos las cosas que habiamos dejado y comenzamos a descender el nevero, con el Cocho llevamos un crampón cada uno, el viento blanco complica las cosas,  el granizo que reemplazó a la nieve pega fuerte en la cara, pero a medida que descendemos se atenúa. Llegamos al final del nevero que bajamos en pocos minutos,  nuevamente guardar equipo y comenzar a bajar entre la piedras mojadas que agrega un tanto de riesgo a cada paso que damos.

Equipo

Foto: David, Cecilia, Jaime y Elvis.

Como anécdota recuerdo que en la bajada encontramos a un raro personaje, de piel muy blanca y obsesionado con saber cual era “el valle escondido”, preguntó el nombre de los cerros de los alrededores y al escuchar Morro Escondido, insistió en que le dijéramos donde estaba el Valle Escondido, en vista de eso lo dejamos hablando con el Cocho y comenzamos a caminar.

Era un tipo bastante raro por decir lo menos, aunque llevaba indumentaria ad hoc al lugar, no sabia “pa donde iba la micro” luego alargo el paso como apurado, pasó raudo por nuestro lado, entonces vimos a la distancia que otra persona estaba en nuestro lugar de campamento, David lo siguió, obvio, él da pasos muchos mas largos que cualquiera de nosotros. Finalmente llegamos a revisar nuestros equipos y no faltaba nada.

A las 15:00 hrs estamos en la pirca degustando una “Chelita”  y guardando las cosas. Algunas están algo mojadas pero acá, en este lugar no fue mucho. Muy contentos, una nueva cumbre para los Perros y la alegría de haberla compartido con Cecilia, amiga del DAV y David, un amigo "nuevo” que se suma.

Autor: Jaime Wastavino.

"Las montañas no son justas o injustas, son peligrosas"
R. Messner.