Cerro Loma Blanca
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El Septiembre del 2011, junto a mi compadre Ulises Espinosa - con "S" - decidimos ir a conocer el Cordón del Plata, tan cercano y a la mano y con tanta variedad de cerros y rutas para todos los gustos que hace rato teníamos ganas de visitar. Aprovechamos la semana de celebraciones patrias, y una vez mas pasamos un 18 sin asado ni empanadas.
Como queríamos evitar el taco en el Paso Libertadores, y principalmente por que no teníamos auto, nos fuimos a Mendoza en avión, y no, no nos fuimos a casar ni nada por el estilo, al contrario, queríamos admirar la belleza y simpatía de nuestras vecinas y recorrer un poco, no todo debe ser cerro en la vida.
El vuelo fue mas corto que combo de tortuga (wena!!!) y luego de conocer y “vitrinear” un poco por esta hermosa ciudad, partimos en dirección a las montañas, al Cordón del Plata, que es bien visible desde la carretera de aproximación a Vallecitos.
Foto: Comenzando la aproximación. |
Muchos refugios componen el Centro de Esquí Vallecitos, aunque la verdad no se si llega a funcionar como tal durante el año. La poca cantidad de nieve que cae y lo rápido que se derrite al parecer no dan para habilitar las canchas. Diferente es la situación con el montañismo, ya que este es el sector escuela para los montañistas Mendocinos, con gran variedad de cerros y rutas desde muy fáciles, a otras realmente técnicas. Nosotros veníamos relajados, sin pensar en grandes paredes, queríamos principalmente conocer, pero sin duda llevarnos unos cuantos cerritos. |
Así el primer día de cerro, donde tuvimos que caminar desde bastante abajo, acampamos en las faldas del Cerro Loma Blanca, prácticamente al lado de las instalaciones del centro de esquí.
Teniendo el campamento armado y viendo que era temprano, decidimos subir ese mismo día el Loma Blanca para mañana poder movernos hasta el Campamento Las Veguitas, e intentar desde ahí el Adolfo Calle y el Franke.
La subida es fácil, no pasamos por las cumbres del Andresito y el Arenales por que no supimos cuales eran, esta es una cadena de cerros que se suben todos juntos de manera muy común, es una excursión como la travesía de la Sierra de Ramón, bastante más sencilla, pero igual de clásica.
Foto: Ulises en la cumbre del Loma Blanca. |
No recuerdo cuanto nos demoramos pero deben haber sido unas cuantas horas, Ulises venia un poco mas cansado, algo mal aclimatado quizá, aunque honestamente siempre a sido lento. Un perrito negro muy simpático y su amigo perro de otro color, nos acompañaron durante todo el ascenso, y se quedarían con nosotros toda la semana. El sector estaba con muy poca nieve, se notaba lo seco del invierno en esta zona, manchones por aquí y por allá. La vista a las montañas vecinas era muy hermosa, pero no tanto como hubiese sido con harta nieve. |
Casi de la nada me pegué un cabezazo con la cruz metálica que marcaba el punto mas alto del cerro, poco mas de 3800 mts, una cruz muy bien echa, como las que adornan casi todas las cumbres de este sector cordillerano. Rato después, y bastante molido llegó Ulises, nos dimos un abrazo y disfrutamos nuestra primera cumbre en el Cordón del Plata.
Si bien no habíamos comenzado subiendo por las cumbres del Andresito y el Arenales, sabia que el filo hacia el oeste tenia mas puntas menores que eran cumbres, así que le dije a Ulises que fuéramos a echar un vistazo, me dijo que estaba cansado pero que fuera yo, que el me esperaba un poco mas abajo.
Partimos tarde así que no quedaba mucha luz, por lo tanto le metí chala, ya que el filo tiene pasadas de roca sencillas, pero a veces con algo de exposición, muy entretenidas en todo caso.
Así fue como en alrededor de una hora mas desde la cumbre del Loma Blanca, pase por las cumbres del Estudiante y el Cáucaso, no alcance - ya que la luz se me iba - a ir al Iluso, buena excusa para volver con mas amigos.
El regreso fue tranquilo, bien relajado y aun con algo de luz llegue a la carpa donde estaba Ulises, de ahí nos dedicamos a las labores típicas de campamento y nos fuimos al sobre, para al día siguiente entrar a la Quebrada Vallecitos en busca de nuestros otros objetivos del viaje, la primera parte ya estaba cumplida.
Autor: Elvis Acevedo.
"No puedo imaginarme descendiendo derrotado de la montaña..."
George Mallory.