Cerro Jara

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  • Altitud: 4.751 msnm.
  • Ubicación: Glaciar Juncal Sur - RM.
  • Fecha: Octubre del 2023.
  • Integrantes:
    • Wilson Acevedo (P. Alpinos)
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
  • Ruta: Cara Norte - Primer Ascenso Absoluto.
  • Expedición: BMC - II.

El año 2006, desde la cumbre del Nevado Sierra Blanca, pude tener una muy buena visual de las montañas de la zona, y me llamó mucho la atención el cordón de cerros que se desprende en dirección este, desde el Nevado de Olivares, este lo componen el inescalado cerro El Hombro, intentado por Ambrus y Gómez el año 66, la P-4730, la P-4708, ambas sin nombres ni ascensos, y la Punta Patricia; montañas más bajas que sus vecinas de la sierra Blanca o la cordillera Ferrosa, y tal vez por eso mucho menos consideradas. De las cuatro solo la Punta Patricia tenía un ascenso, y El Hombro un intento, justo el tipo de terreno que más nos gusta.

Pasaron los años, pocos grupos entraron a la zona, y nadie tomó en cuenta estas montañas, así que ahora, estando nuevamente en el glaciar Juncal Sur, todas eran objetivos prioritarios.

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Foto: Rumbo al cerro Jara.

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Foto: La cordada en la cumbre.

Estando en la cumbre del cerro El Paso, estábamos cerca de la P-4708, así que decidimos ir por ella, su cara norte es bastante poco llamativa, su mayor desnivel esta por la vertiente que cae hacia el sur, pero estando tan a la pasada decidimos ir de una buena vez, de todas formas, teníamos tiempo como para repetir el ascenso abriendo una ruta por el otro lado.

Bajamos desde el cerro El Paso en dirección al portezuelo que permite pasar al glaciar Escondido, y desde aquí comenzamos a remontar una fácil pendiente de nieve en dirección a una saliente rocosa que parecía marcar el punto más alto.

La P-4708 es un cerro "mesetudo", ancho, bastante de hecho, y desde abajo parecía haber tres puntos que podían ser el más alto, el de más al este, el sector rocoso central, y la punta del extremo oeste, al primero que fuimos fue al central.

La subida fue sencilla y tranquila, llegamos a las rocas y tuvimos que trepar un par de metros para poder tocar el punto más alto, con bastante cuidado por la calidad de la roca, y porque la caída hacia el sur era completamente vertical. Segunda cumbre del día y felicidad.

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Foto: Tomando registros en el extremo oeste de la meseta cumbrera.

Después de algunas fotos nos pusimos a trabajar, tomando coordenadas y altura, desde acá descartamos el punto de más al este, era evidentemente más bajo, desde algunos ángulos parecía bastante prominente, pero la verdad es que era una saliente más del filo que comenzaba a bajar antes de rematar en la Punta Patricia. Hacia el oeste la prominencia de nieve engañaba los sentidos viéndose más alta. Fuimos a medirla.

Recorrimos toda la meseta, con la precaución de no acercarnos mucho al borde que daba a la cara sur, Willy tomo mediciones en más de un punto mientras yo llegaba al final, y me daba cuenta de que a simple vista era difícil decir nada, la cumbre rocosa quedaba fuera de la visual tapada por unos resaltes de nieve y hielo, como sea, en base a las medidas tomadas nos dimos cuenta de que el extremo oeste de la meseta también era más bajo, así que designamos oficialmente a la cumbre central como la principal, la cual a nosotros nos marcó 4.751m.

Desde acá había buena vista hacia la P-4730, no era posible seguir para conectar ambas, eso lo habíamos pensado, pero había un corte grande entre ambas y la subida final por su lado este se veía bastante complicada.

Sacamos más fotos y comenzamos a perder un poco de altura sin volver a pasar por la cumbre principal, debíamos travesear un poco y en el camino decidir si rematábamos el día en la Punta Patricia.

Bautizamos la montaña cerro Jara, en una zona donde abundan los nombres de cerros con apellidos, como el Bahamonde, Risopatrón, Chávez, Iver, etc., en recuerdo de los 50 años de la muerte de uno de los más grandes artistas y cantautores latinoamericanos, el gran Víctor Jara, torturado brutalmente y asesinado de 44 balazos por el "glorioso" Ejército de Chile...

Porque ni las balas ni el odio pudieron callar tu voz.

 

Autor: Elvis Acevedo Riquelme.

 

Mi corazón permanecerá donde mi cuerpo no podrá volver nunca más.
John Forbes