Cerro Gastón - Cumbre Norte

Gaston

 

  • Altitud: 3805 msnm.
  • Ubicación: Termas del Plomo - RM.
  • Fecha: Marzo del 2009.
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
  • Ruta: Normal Cara Norte - Cumbre Principal.

Marzo 2009...

Habíamos estado varias semanas enviándonos mails junto a Álvaro Vivanco (D.A.V) y Eduardo Atalah (M.U.C) discutiendo sobre la ubicación de varias cumbres que rodean el Paso Piuquenes, mientras a la distancia desde Alemania, nuestro amigo y autor intelectual del Proyecto Nomenclatura el Sr Ulrich Lorber, nos colaboraba y seguramente divertía y entusiasmaba con nuestras conversaciones.

Así fue como se decidió ir a terreno, a ver la situación “In Situ”, ya que nuestra documentación no era suficiente para resolver la encrucijada que nos ponían tres cumbres: El Puente Alto, el Rotario y el Quilpué. Dudé en ir a la salida debido a la sobrecarga de trabajo de mis últimas tres semanas y mi casi excesiva falta de sueño, pero el día Jueves, cuando vi que el tema se venia con asado incluido me incorporé al grupo. Este estaría compuesto por Eduardo Atalah, Gabriel Muñoz y Beatriz Delgado (M.U.C) y Álvaro Vivanco, Ulli Sander y Cecilia Martínez (D.A.V), más quién escribe en representación de los kiltros.

Laguna de Los Patos

Foto: La hermosa Laguna de los Patos.

Nos reunimos en Metro Escuela Militar, y después de que Eduardo se encargó de comprar las hamburguesas y embutidos varios, emprendimos el largo viaje a Termas del Plomo. Antes de las 13:00 hrs ya estábamos allá y nos preparábamos para el primer objetivo del día.

Cerro Panimávida

El Panimávida es la máxima altura de un Cordón que se levanta por el costado izquierdo del Estero Yeguas Muertas (Sur). Un excelente mirador de los gigantes aledaños como el Aparejo y Yeguas Muertas.

Todos los M.U.C y D.A.V se dirigieron al Panimávida, mientras yo, después de darme cuenta de que mi ruta de ascenso se había desviado y no me permitía volver, me tenté con intentar avanzar lo más posible por el Cajón Yeguas Muertas y fotografiar la enorme mole del cerro homónimo y un vecino NN. Después regresé, me dormí una siesta y me encontré con Álvaro y Ulli que ya venían de vuelta, nos fuimos al lugar de los autos a esperar al resto de los muchachos.

Mucho pensamos si cruzar el río el día Sábado en la tarde-noche o el Domingo en la mañana, entre tanta discusión termino de irse la luz y decidimos quedarnos, buscar un buen lugar de campamento y comenzar a prender el carbón.

Moldeando Hamburguesas.

Después de instalados los vivacs y carpas, comenzamos la ardua tarea de encender el carbón. Bastante nos costó, al punto de que se escuchaban voces que invitaban a cocer las vienesas - poca fe de las mujeres del grupo - pero con Eduardo y Álvaro insistimos hasta lograr algo de calor y obtener los primeros bocadillos, un poco deformes pero sabrosos.

En resumen, un agradable momento de relajo para todos, exquisitas ensaladas, hamburguesas con diferentes formas y consistencias  y mucha buena onda. Después de todo esto nos fuimos a dormir pensando en el plan a seguir el día Domingo.

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Foto: Cumbre Norte del Gastón.

En la búsqueda del Puente Alto y el Rotario.

Álvaro, Ulli, Cecilia, Eduardo, Beatriz y Gabriel partieron rumbo al Paso Piuquenes, con la firme intención de subir algunas cumbres aledañas y encontrar algún testimonio que nos permitiera identificar los cerros.

Una vez en el Paso, un grupo compuesto por Gabriel, Beatriz y Ulli, se dirigió a la cumbre que está al Sur del Paso Piuquenes, la P-4239 donde encontraron un viejo testimonio del año 96 o 97, pero lamentablemente nada que permitiera dilucidar el nombre del Cerro.

Misma suerte acompaño a Álvaro, Eduardo y a la Ceci, quienes se dirigieron a la P-4083, cumbre al Norte del Paso Piuquenes, en donde no encontraron nada salvo una ventolera desaforada. En resumen, la ubicación del Puente Alto, Rotario y Quilpué quedaba aún en el misterio.

PD: En Santiago se lograron identificar las cumbres, la P-4239 corresponde al Cerro Puente Alto y la P-4083 al Cerro Rotario.

Gastón.

Aproximadamente una hora después de la partida de mis compañeros, partí rumbo al Gastón. Tomé la primera quebrada que encontré y que supuse me llevaría a la base del cerro. Aquí encontré un sendero, pero me desvié de él suponiendo que era el que me llevaba a la laguna, y que en ese momento pensé que no me serviría. Más arriba me di cuenta del error, hubiese sido infinitamente más sencillo continuar por ese camino, pero me encontraba traveseando por pendientes de acarreos duros y resbalosos, mirando la laguna varias decenas de metros más abajo.

A pesar de esto llegué a otra quebrada que subía directamente en dirección oeste, a la base del cerro por el lado norte, que era lo que tenía en mente desde la mañana, rodear la estructura de la montaña esperando encontrar una subida más lógica que por la abrupta y deslavada Cara Sur, que solo presentaría opciones de ascenso estando cubierta por una buena capa de nieve o hielo.

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Foto: Cumbre Sur desde la Cumbre Norte.

Ya me llegaba el sol y a pesar del sueño y el cansancio de la semana mi curiosidad por ver “lo que había arriba” me  llevó a continuar el ascenso.

La salida de la parte superior de la quebrada no fue de lo más sencilla, la tierra lisa y suelta me llevó a buscar una salida por las rocas, todas caían, nada se sostenía, pero era un tramo corto y una eventual caída difícilmente tendría malas consecuencias y con algo de suerte solo debía terminar con un buen porrazo, así que tranquilito continué.

Afortunadamente no tuve que comprobar mi escuálida teoría y rato después estaba frente al acarreo que me tenía que llevar a la base del torreón. No eran piedras, era una sólida pendiente de tierra lisa y dura que me costó varios resbalones, pero poco a poco fui ganando los metros que me condujeron a la base del torreón cumbrero.

Torreón final.

Desde abajo lo miré continuamente, aún pensaba que el cerro tenia una sola cumbre y que el torreón era el mismo que se veía desde el campamento. Al llegar a él, me di cuenta de algo que había pensado antes, no era roca, era una especie de conglomerado de yeso y barro congelado típico de los cerros de la zona pero lo suficientemente firme como para ser la cúspide final de la montaña.

Comencé a treparlo, no era difícil, algo inestable, un seguro aquí no valdría la pena, jamás aguantaría una caída, pero no se hacía necesario. De un momento a otro llegué al borde superior del torreón, me sorprendió ya que pensaba que faltaba más. Miré a mi derecha y vi la puntuda parte final, se veía angosta, hermosa y bastante expuesta, súper.

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Foto: Pirca "cumbrera".

Hice un corto traverse hasta una pequeña terraza, aquí preparé el testimonio teniendo claro que mis opciones para moverme en la cumbre serian escasas, tomé algunas fotos, dejé mi mochila, los bastones y comencé a trepar los últimos metros. Estaba concentrado en no caerme y encontrar “presas” buenas cuando vi que no quedaba nada más que trepar.

Fue gratificante y emocionante, en la mañana y debido a mi cansancio partí con pocas ganas y casi pensando en realizar solo una exploración, y terminé en una cumbre que pocos minutos más tarde me daría una segunda sorpresa.

No estaba cómodo, es más, apenas me sujetaba y lograba acomodarme para sacar la bolsita con el testimonio, acomodarla y ponerle algunas piedras encima. Hacia mi izquierda una caída no tan larga hasta la base del torreón, a mi derecha, varias decenas de metros hasta topar con algo.

En este punto recién me di cuenta de que el torreón que se ve desde el camino es la Cumbre Sur, algunas decenas de metros más baja, y que unida por un fácil filo a ella se encuentra la cumbre norte y principal, que no se ve desde abajo.

Destrepé hasta donde había dejado mis cosas y luego de otras fotos, hasta la base del torreón. No tenía reloj así que no sabía que hora era, lo que me hizo desistir de ir por la cumbre sur pensando en no atrasarme en la bajada, sin embargo, por algún motivo quise ir aunque fuera a mirar parte del filo que une ambas cumbres antes de bajar.

Caminé por la base del torreón, de un momento a otro vi algunos metros delante mío lo que parecía una pirca, no me entusiasmé debido a que muchas veces e visto piedras juntas al azar a las que e confundido con pircas, pero en la medida que me acercaba ya no cabían las dudas, era una pirca.

La fotografié antes de inspeccionarla, después entusiasmado comencé a hurguetear, esperaba encontrar el testimonio de Echevarría, y quizá unos cuantos más. Encontré una roñosa bolsa, muy destruida, sin duda no era del año pasado, ni de 5 años atrás. Saqué de ella una libreta muy maltratada, incluso con un pedazo menos, algo se leía, el nombre del cerro, el motivo por el cual fue bautizado así y los nombres de dos personas, ambas mujeres de avanzada edad, más la mención de un tercero que se quedó esperando en la laguna, no se veían fechas.

Cuerno Seco

Foto: Cuerno Seco desde el Gastón.

Bastante emocionado y entretenido me quedé aquí un buen rato, intentando comprender y reconstruir la historia de este cerro, deje aquí otro testimonio y comencé a bajar muy contento por el ascenso y por haber encontrado la pirca.

Bajé muy tranquilo en el primer tramo, con bastante cuidado por lo erosionado del terreno, y por que por más que busqué no encontré nada mejor. Así que después simplemente baje directo hasta llegar a terreno más simple, esquivé la quebrada que use en la subida tomando un poco más al norte, lo que me desvió muy poco, sería una ruta que usaría de subida si volviera al cerro.

A paso tranquilo llegué a la laguna que en la subida había visto desde arriba, una hermosa laguna ideal para acampar, lejos del bullicio que hoy en día se forma en el sector de las Termas, demasiado populares para mi gusto. Aquí conecté el sendero que no seguí en la mañana y fácilmente llegué a los vehículos, en donde esperé a mis compañeros que venían bajando del Paso Piuquenes con los logros mencionados al comienzo del relato.

Nos encontramos rato después, nos contamos las respectivas historias y luego comenzamos el regreso a Santiago, no sin antes pasar a comernos una buena empanada napolitana...fin de semana perfecto, buenos cerros, buen asado, y Chile ganando por 3-1 en Lima.. ¿Qué más se puede pedir?.

 

Autor: Elvis Acevedo.

 

"La montaña no es como los humanos. La montaña es sincera..."

Walter Bonatti.