Cerro El Sombrero
|
Estábamos ya de vuelta en la carpa, pero sin planes de ponernos a descansar, estábamos con la energía alta después del recorrido que nos llevó a pasar por las cumbres del Huemulino, El Peñón y el Alto las Mesas, y creíamos tener algunas horas de luz como para intentar el cerro que esta a la izquierda del portezuelo donde estábamos acampando, aquel que durante la aproximación servía como buen punto de referencia, y el mismo al que durante el ascenso del Huemulino le vi por su cara sur una maravillosa y estética canaleta.
Desde el campamento el comienzo del filo no se veía muy agradable, parecían haber sectores de roca muy suelta y sobre todo una zona de tierra lisa y dura bastante empinada, pero al final decidimos ir a ver por nosotros mismos.
Foto: Bajando desde la cumbre del Alto la Mesa hacia el portezuelo donde se alcanza a ver la carpa. De fondo, el cerro El Sombrero. |
Nos comimos unas galletas, algo de jugo, y partimos a quemar los últimos cartuchos de fuerza que nos quedaban.
Recorrimos el tramo fácil del filo hasta llegar donde el terreno se ponía mas escarpado, pero las dificultades disminuyeron en la medida que nos acercábamos, y la pasada clave hacia la parte alta del cerro pudimos resolverla entre pequeños trepes, cortos acarreos, algo de terreno suelto y uno que otro manchón de nieve, luego de eso la visual se abrió, y un filo de tierra y piedras nos llevo a la parte alta de la meseta cumbrera, y aquí empezó el show.
Fernanda fue rápido a la primera punta que parecía cumbre, la mas cercana, pero antes de que yo llegara me aviso que solo era la punta que marcaba el comienzo del filo, una cumbre secundaria teniendo en cuenta que el cerro no es puntudo, sino una meseta amplia con al menos cinco puntos que sobresalen del plano, tendríamos que buscar. Esta punta seria la cumbre oeste del cerro, con 2693 metros (Carta IGM F-035 Sierras de Bellavista)
Foto: Cumbre oeste, 2693 metros. |
Avanzamos hacia el noreste, una punta rocosa sobresalía mucho mas que las demás, pero no se veía con claridad como estaba conectada al resto del cerro, parecía estar pegada a través de un filo angosto y suelto, pero en la medida que nos acercamos la pasada se mostró mas obvia, y la perspectiva indicaba que esta era la cumbre principal, con bastante claridad respecto a las demás. Fuimos por ella.
Unos cuantos acarreos y un filo rocoso cómodo de transitar nos dejaron en el que era sin duda el punto más alto de toda la meseta, su posición central nos permitía ver las otras cuatro puntas cumbreras, todas más bajas, y la vista panorámica, además de hermosa, nos decía que no nos quedaba mucha luz.
Foto: Desde la cumbre oeste se divisa con claridad la principal, a la derecha, una de las puntas secundarias al centro, y la cumbre norte al extremo izquierdo.. |
Foto: Bajando ya de la cumbre principal, donde dejamos una pirca visible en la foto. De fondo a la izquierda, los volcanes Planchón y Peteroa. |
Igual nos dimos el tiempo de disfrutar este primer ascenso, aunque como el cerro estaba bastante a la pasada de la aproximación al Huemulino yo pensaba que al menos los arrieros podrían haberlo subido, la actividad de montaña en si, es bastante poca en esa zona, salvo algunas excepciones, pero la actividad de arrieros es intensa. De todas formas cuando les preguntamos al día siguiente nos dijeron que no lo subían, solo lo usaban como punto de referencia, los arrieros solo recorren caminos que les son útiles para algún fin, no hacen cosas en modo “deportivo”, así que poca atención le habían puesto al cerro. Si nos dieron un dato útil, ellos lo llaman cerro El Sombrero; 2754 metros IGM, 2743 GPS, bastante cercanas las mediciones.
Dejamos una pirca y decidimos ir por las tres puntas restantes en el filo hacia el noreste.
Las dos que venían inmediatamente después de la cumbre principal eran bonitas en cierto ángulo, pero sobresalían poco en la línea vertical, solo llamaban la atención al proyectarse sobre la cara sur, mucho mas empinada; pasamos por ambas, tomamos algunos datos, dejamos unas pirquitas, y luego fuimos a la cumbre mas lejana, la norte, que era un domo rocoso muy evidente y si parecía una cumbre.
Foto: Una de las dos puntas secundarias que hay entre la cumbre principal y la norte. |
Foto: Cumbre norte; 2585 metros. |
Tuvimos que bajar por un filo de nieve, y a pesar de no ser la mas alta fue la más complicada. Sin llegar a ser difícil nos exigió subir por un filo nevado que se fue empinando hasta llegar a la base de una angosta canaleta de unos 20 metros y bastante empinada en la parte final, además de estar más dura, lo que al andar sin crampones nos hizo subir con calma.
Pero paso a paso salimos arriba y nos plantamos en la cumbre norte, 2585 metros IGM, donde se terminaba la meseta cumbrera sin lugar a dudas. Pirca, fotos, cielo comenzando a ponerse rojo en el horizonte. Bajemos.
Con cuidado destrepamos la canaleta y el resto fue sencillo, yo pase igual a la cumbre oeste, si total estaba ahí mismo y en la subida no había pasado, así completé las tres cumbres del macizo mas las dos puntas secundarias que también visitamos, bien recorrido el cerro y bien documentado quedo.
Foto: En la la base de la cumbre norte. |
Foto: Entrada a la canaleta.. |
Foto: Cumbre norte del cerro El Sombrero, la última del día. |
Solo unos minutos estuvimos, el horizonte rojo regalaba una puesta de sol hermosa, pero no quería bajar la zona rocosa oscuro, así que apuramos un poco la bajada por este tramo, el cual al final superamos sin dificultades hasta llegar a la carpa, ahora si a descansar, mas que merecidamente en mi opinión. Cuatro cumbres en un día no es común, y no tan cercanas unas de otras. Fue un buen día.
Labores típicas de campamento y a dormir.
Al día siguiente nos levantamos con solcito, los arrieros de la zona andaban buscando animales perdidos así que los topamos mucho, y les pudimos preguntar acerca de eventuales ascensos y nombres de los cerros de la zona, incluido El Sombrero. Ccomo siempre es bueno respetar las nomenclaturas locales.
Desarmamos todo y bajamos tranquilos y felices hasta el auto, disfrutamos un rato de los hermosos bosques de robles rojos y luego sin muchas ganas emprendimos camino a Santiago escuchando al eterno Camilo Sesto y su tremendo vozarrón en Jesucristo SuperStar... brígido…
Pura alegría montañera.
Autor: Elvis Acevedo Riquelme.
“El montañismo implica ir a lugares donde nadie ha estado antes, actuar bajo tu propia responsabilidad y decidir cómo escalar, y es más importante cómo lo haces, que cuan lejos o rápido vayas, o que tan alto llegues…”
Reinhold Messner.