Cerro El Peñón

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  • Altitud: 2795 msnm.
  • Ubicación: Laguna Huemul - VII Región.
  • Fecha: Mayo del 2022.
  • Integrantes:
    • Fernanda Weinstein (C.A.U)
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
  • Ruta: Filo Norte - Primer Ascenso.

Y estando en la cumbre del Huemulino, comenzaba lo más entretenido.

Hasta el Huemulino era terreno documentado, ruta bien descrita, pero desde este punto hacia el sur, lo que venían eran las dos puntas que yo había visto en Google Earth, y que en la APP de Fernanda salían con nombre, El Peñón y Alto Cayetano, ambos nombres tomados -como averiguamos después- del mapa IGM de la zona.

Ya en la subida al Huemulino habíamos mirado en dirección sur a ver como se veía el terreno, y coincidimos en pensar que en primera instancia no parecía haber nada que cortara el paso, aunque tampoco se veía que el recorrido fuera un paseo, había farellones y varios torreones que hacían pensar que como siempre, la cumbre estaba más atrás, oculta a la vista.

Bajamos y llegamos al portezuelo que separa el Huemulino de El Peñón, comenzamos a subir, y en este punto, sin saberlo en ese momento, nos pasamos de la VI región del Libertador Bernardo O´Higgins, a la VII región del Maule.

El primer tramo de subida apuntaba a una barrera de formaciones rocosas que defendía la llegada al filo NE del cerro, el terreno sin ser difícil, en algunos puntos pasaba por zonas de rocas lisas cubiertas con esa típica piedrecilla que la hacen tan resbalosa, pero con cuidado y buena lectura, fuimos pasando entre las rocas hasta asomarnos al filo, donde descansamos un poco.

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Foto: Sector de farellones rocosos que defienden la salida al filo superior.

Desde aquí iba a comenzar el show de ver torreones cumbreros, que al llegar a ellos solo muestran que el que viene es más alto, todo un clásico de los Andes. Por la vista desde el Huemulino recordaba que al menos debían ser tres los torreones antes de la cumbre, así que partimos tranquilos sabiendo que aún faltaba bastante.

Llegamos al primer torreón, el cual afrontamos de manera directa, Fernanda salió arriba con una estirada de piernas fuera de mi alcance, así que en el mismo punto yo apoyé el pie contra una saliente que me permitiría darme impulso para salir a la parte alta de la sección más empinada, hasta ese punto la teoría iba bien, incluso logré apoyar el segundo pie, pero al impulsarme para salir arriba, solo sentí como los pies quedaban en el aire, y un grandioso estruendo de rocas cayendo…

Suerte la mía estaba bien agarrado con las manos, y salí tan rápido arriba que no alcancé ni a asustarme, sensación que, si tuvo Fernanda al escuchar semejante despelote de piedras cayendo, donde eventualmente podría haber ido yo incluido con todo mi cuerpecito. Me vio rápido y el susto quedo solo en eso.

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Foto: Vista desde el segundo torreón a la zona de “huevitos”…

Superado el primer torreón continuamos, pasamos algunas protuberancias menores y llegamos a la segunda en importancia que subimos sin problemas, pero que para bajar al otro lado nos obligó a destrepar por un canalón nevado bastante angosto, con un pedazo de hielo duro al medio donde no llegaba el sol. Maniobras más maniobras menos llegamos abajo y por terreno sencillo salimos a la base de un tercer torreón.

Lo habíamos visto desde el resalte anterior, se veía bonito, una sección de rocas erosionadas con forma de monjes, huevitos de aliens o gremilins, o lo que la imaginación diga. Tomarlo de frente estaba algo complejo, así que lo pasamos haciendo un traverse a nuestra derecha por donde se veía menos complicado, para conectar un acarreo que nos debía volver a sacar a la parte superior del filo. Así se pensó, se hizo, y resultó.

Ya íbamos por otro torreón más, que de subida no presentó grandes problemas, y en la bajada por el otro lado nos obligó a transitar por un terreno bastante suelto de tierra y rocas sueltas, que nos permitió por fin, quedar abajo del torreón cumbrero.

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Foto: Superado el tercer torreón se queda en línea con la cumbre.

Después de un tramo más menos plano de filo, comenzó la subida final, primero por terreno suelto, para rematar la parte alta del torreón por una sección de nieve blanda que nos permitió llegar a la base del pináculo final, donde con alguna trepada loca nos asomamos por fin al punto más alto, la cumbre, sí que sí, cumbre de esta desconocida y completamente a trasmano montaña de la que no sabíamos nada hasta antes de venir a ella, una joyita más oculta en un rincón remoto de nuestra cordillera.

Como siempre, esa sensación mezcla de alegría, satisfacción, un “la mansa vista”, otro “cacha esa montaña de allá” etc. etc., el día con sol y sin viento, aunque lejos de estar caluroso. Nos pusimos a sacar fotos, la laguna Huemul (Carta IGM F-044 Lagunas de Teno) y el cordón de montañas que seguían al sur se llevaron un buen rato toda la atención, básicamente por que buscábamos el Alto de Cayetano, otra montaña sin ascensos, pero el filo hacia el sur se trasformaba en una arista filuda de paredes verticales y cornisas bien bonita, pero no muy amigable para una cordada que ni crampones tenía en ese momento, así que descartamos rápido seguir avanzando.

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Foto: Torreón final del cerro El Peñón.

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Foto: Torreón final. Subimos lo más arriba que se pudo por la nieve y después a trepar…

Estando ahí pensamos que el Alto Cayetano podría ser la cumbre más destacada que se veía en el filo, donde sobresalían varias agujas rocosas y otras cúpulas nevadas, pero después al mirar el mapa nos dimos cuenta de que la montaña está frente a su laguna (laguna Cayetano), más al sur, y que además esa laguna esta mil metros más abajo, por lo tanto ese cordón de tres o cuatro cumbres que veíamos desde El Peñón son todas montañas sin nombres ni ascensos, donde en realidad una era la más destacada.

También entendí lo que me comentó un amigo en su momento, que había logrado llegar a la laguna Cayetano subiendo desde el río Teno, pero no había podido subir hasta la laguna Huemul, y claro, además de los mil metros de desnivel, que no serían nada por terreno fácil, la zona está compuesta de farellones verticales que separan una laguna de la otra. Con todo, nuestras fotos de la laguna Huemul deben ser las únicas que existen, tomadas desde tierra claro.

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Foto: Laguna Huemul desde la cumbre de El Peñón.

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Foto: Filo de cumbres que se desprende desde el cerro El Peñón hacia el sur, en dirección al Alto de Cayetano, no visible en la foto. Ninguna con nombre o ascensos…

Y bueno, después de todo el rollo cartográfico que tanto nos gusta decidimos comenzar la bajada, en la cual fuimos sorteando los diferentes torreones con menos dificultades que en la subida, hasta llegar al portezuelo que separa El Peñón del Huemulino, y donde como si no fuera suficiente con lo que habíamos hecho, decidimos ir por el Alto de la Mesa, lo que nos llevaría indirectamente a encontrar una ruta diferente para el Huemulino desde el campamento, ¿mejor o peor? En ese momento estábamos seguros que sería mejor… tan inocente que es uno a veces…

 

Autor: Elvis Acevedo Riquelme.

 

“Siempre que un alpinista deja los caminos conocidos, entra en un área sin reglas o rutinas, donde el único consejo viene de dentro, del Yo…”

Vojciech Kurtika