Cerro El Mesón (Mesoncito)

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  • Altitud: Cumbre norte y principal; 3.170m. Cumbre sur; 3.166m
  • Ubicación: Estero San Nicolás - RM.
  • Fecha: Octubre del 2024.
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
    • Valentina Santander (Invitada)
  • Ruta: Filo Sur.

El Mesoncito era una montaña que siempre quise subir, pero al mismo tiempo siempre me dio flojera lidiar con sus problemas de acceso, por lo que al final nunca tomé la iniciativa para ir.

Es Aguas Andinas la empresa que entorpece el acceso, e intentar el cerro implicaba o saltar portones -que es lo de menos- o la posibilidad de agarrarse con un cuidador, o con las personas que viven en las casas del sector etc. etc… mala onda. Así que, por muchos años, a pesar de que siempre estaba en mi cabeza, y lo miraba cuando recorría el camino al embalse El Yeso, simplemente no quise intentarlo.

A principios del 2024 me enteré de la existencia de un puente que cruza el caudaloso río Yeso frente a la quebrada del estero San Nicolás, y por primera vez tomé en serio la opción de visitar el sector, el puente, además de ahorrar sus buenos kilómetros, permitía zafar de la mayoría de los posibles problemas generados por entrar donde se supone que no debemos entrar. Reglas idiotas de empresas dirigidas por idiotas más idiotas que sus propias reglas.

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Foto: Postales durante la aproximación.

Así que en marzo por primera vez partimos rumbo al Mesoncito. La alegría duró poco, estando en el sector nos enteramos que el puente se lo había llevado el río, intentamos buscar alguna pasada, pero el Yeso es un río de aquellos con los que no se juega. Al final, en una salida con menos onda que electrocardiograma de muerto, nos devolvimos y a la cresta todo.

Los meses siguientes pasaron, y cambiaron muchas cosas, además, el clima estuvo inestable tirando para raro, a veces malo medio frío con calor y cosas así, hasta que en algún momento se alinearon los meteoritos y me coordiné con la potentísima Valentina Santander para volver al cerro. Habíamos estado conversando varias opciones, pero entre clima inestable y nevadas durante la semana y sensaciones espirituales guiadas por los astros, decidimos no meternos en canaletas o cosas muy avalanchosas y recordamos, adivinen, si, el Mesoncito.

La Vale ya había estado en el cerro, y conocía el camino de prospección minera que en tiempos actuales permite ahorrarse casi cualquier posibilidad de malos ratos con los pelmazos de Aguas Andinas. Yo sabía de ese camino, pero de flojo no lo había investigado más, es una estupenda opción para el Mesoncito, y para entrar a la quebrada del estero San Nicolás, que alberga una buena posibilidad de rutas nuevas a cerros como el San Gabriel, San Lorenzo, Dedo de Dama y Peladeros, y algunas puntas secundarias que nadie toma en cuenta, pero que me gustan mucho. En resumen, conocer este acceso era solo ganancia para mí.

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Foto: Quebrada del estero San Nicolás.

Lo que yo no sabía y me conversó mi cordada, es que había ciertas confusiones con la cumbre de la montaña, provenientes de la ubicación que dan las cada vez más numerosas aplicaciones de celular, la publicación de la otrora buenísima web de Andeshandbook -que ahora sigue y sigue acumulando descripciones con pifias- y también, porque no decirlo, porque las personas no investigan un poco más las cosas, y se guían básicamente por lo que encuentran en internet. Es justo mencionar que, a pesar de ser un cerro cercano y sencillo, poca información hay del Mesoncito, como para tratar de complementar los datos aportados por webs y aplicaciones, que en este caso particular eran incorrectos. Voy a aprovechar las prerrogativas que me da escribir este latero y muy aburrido relato, para al final, tratar de explicar -según mi humilde y poco experimentado punto de vista- lo que pienso de la confusión cumbrera y como lo resolví yo.

Pero antes, el mambo.

Coordinaciones más coordinaciones menos, Nos juntamos en San Pepesburgo con Valentina, y partimos al pueblito de San Gabriel, pasamos despacio frente al retén para no despertar a los señores de verde y llegamos al primer portón que cierra el paso, uno que a veces está abierto y otras cerrado, por lo que al entrar y dejar el auto más cerca del inicio de la caminata, se corre el riesgo de quedarse encerrados al salir. Como estaba cerrado nos estacionamos ahí. Varios otros autos estacionados antes, indicaban que andaba gente en el cerro San Gabriel, y me hacían entender como pasan los años, ya que ahora la aproximación comienza de manera diferente a cuando yo lo subía de joven… el tiempo pasa…

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Foto: En el Campamento Base.

Nos pasamos el portón por el costado izquierdo y caminamos hasta unas casas donde nos encontramos a un caballero y su simpático pero gruñón perro, pensé que nos podía poner problemas, y ya estaba afilando los bastones cuando nos saludó amablemente, y tras un cruce de palabras nos dio puros buenos deseos. Simpático el tata.

En este punto conectamos el inicio de un marcado camino vehicular, que, en un trayecto precioso, con estupendas vistas, cruzando muchos arroyuelos y con un día nublado pero muy agradable, nos llevó a la entrada del cajón del estero San Nicolás. En algún punto hay que salirse del camino y bajar hasta el estero, cruzarlo, para lo cual hay que mojarse las patitas, y después remontar una última pendiente hasta el lugar del campamento. Descripción resumida, el trayecto es algo largo, pero muy disfrutón, no se hace pesado, y como era terreno nuevo para mí, iba como cabro chico sacando fotos e imaginando opciones de rutas a los cerros del sector.

Llegué al lugar de campamento donde me esperaba la cordada, que me había sacado como veinte horas de ventaja, y después de conversar un rato armamos la carpa y nos dispusimos a comer tocomples italianos y tomarnos unas cervezas. Un manjar.

Durante las típicas tareas de campamento fuimos a buscar nieve para fundir, y yo me quedé pegado admirando la estupenda vista que se tiene en todas direcciones de las montañas circundantes.

Hacia el sur se ven el Cabeza de Novillo y el Extravío, donde tengo cuatro intentos fallidos (dos y dos) los gigantes glaciares de la cara norte de los Picos del Barroso, montañas familiares como el Diablo, Corona y Retumbadero, todas las del sector del fundo el Ingenio, al este el San Francisco, Punta Canaletas y el siempre impresionante Mesón Alto, más al norte el cordón de los Picos Negros y más y más montañas, tantos lugares donde ya estuve, tantas personas que me acompañaron en esos lugares, tantos lugares donde quiero estar, todo eso acompañado de la sensación de estar en un lugar donde quise estar por muchos años, y que no había podido conocer. Pura alegría interior me recorría las venas, las arterias y las mitocondrias…

Después las nubes nos regalaron un ratito de cielos y montañas enrojecidas, y post conversa sobre el Burrocross y la mala influencia en la masa de montañistas actual que generan algunos influencer que poco o nada saben de montañismo real, nos fuimos al sobre.

Dormimos bien, sonó la alarma, y al asomarnos afuera nos dimos cuenta de que la montaña nos iba a regalar un día hermoso, las estrellas se veían tras una fina capa de nubes solo en algunos sectores, mientras el resto del cielo se mostraba despejado. Todo pintaba para un día feliz.

Comenzamos a caminar con las primeras luces, el terreno era sencillo, hacia el este, donde en las montañas más altas se concentraban las pocas nubes que había en el cielo, estas mismas comenzaban a teñirse de rojo anunciando la presencia del sol.

Después de algunas laderas de tierra con vegetación achaparrada, nos acercamos a la primera punta donde se conecta la arista, la nieve ya había hecho acto de presencia y Valentina había decidido aprovechar para cramponear, yo seguí por la arista que se angostaba y se ponía entretenida en algunos sectores, pero después de una pasada algo expuesta tuve que ponerme los crampones para cruzar un campo de nieve más largo por donde no tenía ninguna alternativa. Después salí a una parte rocosa y me los volví a sacar, ya que había ganado el lomo superior del cerro y acá la pendiente era poca.

A estas alturas ya había salido el sol, el día estaba hermoso, con un cielo muy azul y casi nada de viento, esta vez acerté en no salir tan abrigado.

Seguí por el filo superior de la montaña, en dirección a la… cumbre… bueno, ya sabía que según me había comentado Valentina esa no era y estaba más atrás, pero estéticamente era el punto perfecto para terminar el cerro. Me sorprendía el parecido de la pirámide final con el cerro San Simón, casi iguales, eran como montañas hermanas separadas al nacer…

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Foto: Atardecer.

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Foto: Amanecer.

Llegué a un punto donde se terminaba el terreno seco y la pendiente aumentaba, aquí paré a ponerme bloqueador, comer algo y ajustarme los crampones otra vez, la Vale iba más adelante, y como era ella la que tenía claro el rollo de las cumbres había rodeado la pirámide final, que no era tan final, por la derecha. Yo más pajarón y distraído, sin entender aun todo el tema de la confusión cumbrera, comencé a subir derecho, y poco antes de llegar arriba, salí a la arista de la derecha por donde siguiendo un hermoso recorrido llegué a la primera punta, la P-3166 IGM (3.168 altímetro) que al parecer es la que históricamente se ha considerado cumbre, la que desde abajo parece la cumbre más lógica, y donde termina la ruta descrita en Andeshandbook. Hasta una pirquita de piedras había.

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Foto: La P-3166; cumbre sur de El Mesón o Mesoncito.

La verdad, si no me hubieran explicado todo el rollo de las cumbres, para mí también parecía una cumbre lógica, pero al mirar al oeste se ve otra punta, de casi la misma altura, así que supuse que toda la confusión cumbrera era por esa punta. Tomé datos y fui para allá.

El recorrido es bastante sencillo, y en menos de 15 minutos iba llegando a la segunda punta, la P-3170 (3.188 altímetro) donde me encontré con Valentina que estaba escondida en unas rocas de más abajo.

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Foto: P-3170 (cumbre norte y principal) desde la P-3166 (cumbre sur). Alturas tomadas de la carta IGM VAD Nomenclatura E-068 Embalse El Yeso.

Ok, hasta acá nada terrible, son dos puntas con una diferencia leve de altura, pero tan cercanas que no hay problema en subir ambas, después viene una bajada y el filo continua en dirección a otras puntas, pero que a la simple vista ya conforman un cordón diferente a la estructura principal del Mesoncito, en resumen, otra montaña distinta.

Acá comienzan las confusiones mayores, ya que algunas personas con exceso de entusiasmo y guiados por aplicaciones de celular, consideraron que el Mesoncito era la última de estas puntas. Con Valentina comenzamos a bajar para subir todo lo que pareciera relevante antes del portezuelo Peladeros.

El camino era fácil y muy bonito, me mantuve en lo seco para no volver a ponerme los crampones que me había sacado en la primera cumbre, y por eso tuve que esquivar algunos neveros y pasar por el costado izquierdo -que estaba seco- unos torreones que la Vale pasó por la derecha, donde había nieve, después el filo amplio -más planicie que filo la verdad- continuaba en dirección NO, hacia el portezuelo que separa los cerros Peladeros y Piuquencillo, pasando una que otra loma relevante hasta llegar al punto final, donde ya viene una bajada más pronunciada en dirección al portezuelo mismo, estábamos en la P-3406 IGM (3.426 altímetro), punto que últimamente algunos habían estado considerando la cumbre del Mesoncito.

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Foto: Desde la cumbre del Mesoncito (P-3170) se ve al NE un macizo notoriamente separado de su estructura principal, el cual termina en la P-3406, para nosotros, cerro Ahumada.

Acá disfrutamos las vistas y sacamos muchas fotos, pensamos en muchos proyectos y básicamente lo pasamos bien, el último tramo había estado mucho más ventoso, pero el día estaba muy agradable, las sensaciones eran buenas y solo me daba vueltas en la cabeza el rollo de las cumbres, pero eso tendría que resolverlo en la ciudad, con las fotos, la información y la carta IGM.

Para el regreso seguimos el mismo trayecto, pero en algún punto salimos del filo y nos fuimos directo por la nieve, con algunos tramos más blandos y pesados, pero después de un par de horas ya estábamos en la carpa comiendo completos de nuevo.

La bajada tampoco la hicimos por donde mismo, nos lanzamos directo por una pendiente en un recorrido mucho más corto, pero más latero por la tierra y los mosquitos. Después salimos abajo y tuvimos que cruzar el estero el Manzanito, que venía con un caudal respetable, pero que fue menos complicado de lo que parecía. Luego salimos al prohibido camino vehicular y de ahí fuerte y derecho hasta el auto, pasando por el frente de la quebrada San Nicolás, donde hay una bocatoma bastante grande, y confluyen las aguas del estero homónimo y las del estero El Manzanito que vienen desde la laguna del Encañado. Aquí había un cuidador, pero no causó problemas.

Ya en el auto las felicitaciones, pasar a recoger los bastones que la Vale había dejado olvidados en el camino, y directo a casita después de buenos dos días de montaña, casi 40 kilómetros, y como 2.400 metros de desnivel positivo y negativo, o sea, para arriba y para abajo. Ya no estoy para estos trotes…

Sobre el tema cumbres.

Ya en Santiago me lancé de bruces a tratar de entender mejor el temita de las cumbres.

Lo primero, busqué toda la información del cerro, bastante poca para ser un cerro tan a la mano, imagino que las malditas y cada vez más frecuentes restricciones de acceso en todas partes generan este tipo de cosas, y deja montañas accesibles con pocas visitas.

Habiendo poca info, me fui directo a la carta IGM y las aplicaciones de celular donde se cargan tracks, de las cuales yo también tengo una. Cuando hay poca información la carta IGM toma un papel preponderante.

Primero que todo, el mapa de la zona no habla del cerro Mesoncito, sino del cerro El Mesón, ¿Quién le achico el nombre? Ni idea, así que no es un ítem en el que debamos quebrarnos mucho la cabeza creo yo, al final, cerro El Mesón o Mesoncito. Ud. dígale como quiera, no es el primer cerro con más de un nombre.

Sobre la cumbre, mapa en mano se marcan claramente tres puntas, las mismas antes mencionadas y las mismas que visitamos para tomar sus alturas:

P-3166, P-3170 y P-3406 (alturas IGM) P-3168, P-3188 y P-3426 (altímetro).

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Foto: Recorte de la carta IGM VAD Nomenclatura E-68 Embalse El Yeso, que muestra marcadas (puntos rojos) las P-3166, P-3170 y P-3406. (El norte está hacia la derecha)

La P-3166 es la cumbre donde llega la ruta descrita en Andeshandbook, primer error de la web, y por lo mismo, la más visitada los últimos años, ya que la ruta descrita es de la poca información disponible, sin embargo, el mapa IGM marca como cerro El Mesón la siguiente punta, la P-3170.

Como se deduce, la diferencia en altura es muy poca, cuatro metros, y en distancia, el trayecto entre una y otra no toma ni 15 minutos, por lo cual no hay problema en visitar ambas. Bajo esta premisa para mí sería fácil y más sencillo decir que el cerro El Mesón o Mesoncito tiene cumbre sur, de 3.166m, y norte y principal, de 3.170.

El segundo error de Andeshandbook es que en la presentación del cerro le pone una altura de 3.406 metros, que coincide con la altura de la punta más lejana, y en el mapa virtual, marca la cumbre en este punto, el más lejano, error fundamental que es replicado en todas las aplicaciones de celular que sacan su información de páginas de montaña de este tipo.

Entonces Andeshandbook describe una ruta hasta la primera punta, pero pone la altura de la última, y la ubicación también de la última.

¿Por qué algunos montañeros se confundieron?

Pues como dije, las aplicaciones sacan parte de su información de internet, y la info de Andeshandbook marca la última punta como cumbre, por lo mismo, las aplicaciones marcan esa. Entonces al llegar a la cumbre que indica la descripción de la ruta, usando estas aplicaciones que muestran la ubicación de uno mismo en tiempo real, la cumbre aparece como la más lejana, y no como el punto donde uno está parado.

¿Por qué un error tan grosero? Fácil, el enfoque en usar la web para generar dinero hizo que se perdiera el objetivo principal que era la entrega de información de calidad a la comunidad, y las personas más capaces que participaron del proyecto hace rato se alejaron de él.

Con semejante confusión ¿a quien le hacemos caso entontes? Pues en estas condiciones el mapa IGM pasa a ser nuestra principal fuente de información, y este marca con claridad absoluta la cumbre del cerro El Mesón (o Mesoncito) en la P-3170.

Entonces Andeshandbook y todas las aplicaciones deberían homologar su información a la carta IGM de la zona, y corregir alturas y ubicación de las cumbres en sus mapas, no sé si pasará algún día, pero deberían hacerlo, son ellos los principales responsables de estas confusiones.

Sobre la P-3406, pues estando en la cumbre del Mesoncito, a mí me pareció un cerro independiente, separados por un portezuelo con un desnivel suficiente para que sean macizos montañosos separados, ojo que si nos ponemos demasiado estrictos con el desnivel que debe haber entre una montaña y otra (200 metros según algunos) hacemos desaparecer la mitad de las montañas de Chile, por ejemplo, el Chacaya, la Punta Sin Nombre y el Punta Canaletas no deberían ser montañas, y en ese filo solo el San Francisco podría ser considerado un cerro, así que ojo con el uso de esos parámetros, hay que siempre considerar primero el contexto histórico de nuestras montañas.

Nosotros fuimos a la P-3406, desde ahí el terreno baja hacia el portezuelo Peladeros, y siendo una montaña fácil, recorrida por senderos de arrieros, sin dificultades, no veo porque llamarla solo con una P y un número, yo le digo cerro Ahumada, no por gusto, sino porque la parte final del estero San Nicolás, en la base de la cara oeste de la montaña, se conoce como “Rincón de Ahumada”. Nombres de arrieros que muchas veces son los más adecuados para nombrar cerros. Esto no es un bautismo ni nada, el que quiera lo puede llamar como le dé la gana, yo lo llamo cerro Ahumada.

Y repito una vez más, esta es mi apreciación personal de la situación cumbrera de la zona, allá cada uno con sus propias conclusiones.

Resumen.

Cerro El Mesón o Mesoncito: Cumbre sur; 3.166m, cumbre norte y principal; 3.170m.

Cerro Ahumada: 3.406m

Y fue...

Autor: Elvis Acevedo Riquelme.

 

“En los días de lluvia el aroma que desprende la montaña, me conecta con mi ser más auténtico…”

Francisco Beltrán.