Cerro Diablo

Diablo

 

  • Altitud: 4.190 msnm.
  • Ubicación: Cajón de Lo Valdés - RM.
  • Fecha: Octubre del 2005.
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
    • Juan Carlos Caro (P. Alpinos)
  • Ruta: Filo Norte - Primer Ascenso.

El Diablo era un cerro que siempre quise subir, sin embargo, durante el 2004 le hice el quite un par de veces, no sé porque, quizá por su nombre, pero teniendo la oportunidad de intentarlo me hice el leso y terminé viajando a otros cerros. Pero como siempre el llamado de la montaña se siente, y fue en octubre del 2005 cuando al fin me decidí a intentarlo.

Lo conocía por sus dos caras principales, la oeste, cuando lo miré desde la cumbre del Diente del Diablo, y la este, cuando admiré su piramidal forma desde la cumbre del Vega, ¿mi cordada?, un muy querido amigo mío, Juan Carlos Caro, el "Lobo", con el cual teníamos a estas alturas un sin fin de aventuras montañeras y un buen lote de cumbres juntos.

Sin embargo, Juan Carlos venía de un tiempo de ausencia de las montañas, y con un problema en la rodilla, lo que me hacía pensar si no sería un reencuentro muy brusco con los cerros, en uno duro como el Diablo, pero en fin, estábamos listos y había que intentarlo.

Viaje

Foto: Éramos los más jóvenes en el transporte...

Viajamos en “Turismontaña” a Lo Valdés. En la camioneta resultamos ser los más jóvenes, por lo tanto, tuvimos que tener bastante paciencia para escuchar las historias del resto de los pasajeros, que eran más bien personas de edad que iban a descansar a Baños Morales.

Tuvimos la clásica parada en San José de Maipo y como a las 11:00 horas estábamos en Baños Morales, el chofer nos ofreció irnos a dejar a Lo Valdés, donde comienza la aproximación, nosotros felices porque nos ahorraríamos un buen tramo de caminata.

Preparamos los últimos detalles a la sombra de un árbol, y enfilamos hacia la primera subida que nos deja a cota con el cajón, desde donde ganamos una hermosa vista de las montañas del sector. Había llovido bastante por lo que esperábamos encontrar mucha nieve en el camino, y así fue; después de un rato nos sacamos los zapatos de trekking y nos pusimos botas plásticas y polainas.

Avanzamos muy contentos echando la talla, el sector estaba realmente hermoso, había bastante viento, lo que ayudaba a regular la temperatura, no había ninguna nube en el cielo y el pronóstico era favorable. Después de un par de horas de marcha y de encontrarnos con un grupo de la Universidad Católica que también iban al Diablo, divisamos aún a lo lejos nuestro objetivo, medio escondido detrás de unos filos en el fondo del valle.

Destacaba por sus dos cumbres. Lo miramos bien con Juan Carlos y mi idea de irme por el "Filo Norte" en vez de seguir la ruta de la cara oeste, se acentuó debido a la gran cantidad de nieve que cubría sus laderas, de todas maneras, dejaríamos esa decisión para mañana, aún faltaba mucho y yo iba muy contento esperando llegar luego al base para levantarnos temprano al otro día.

Cajón de lo Valdés

Foto: Cajón de lo Valdés con el Diablo (izq) y el Amarillo de Valdés (der)

Ya cerca del refugio ubicado bajo las laderas del cerro Vega nos topamos a otro grupo, esta vez eran del DAV, en el cual tengo a varios amigos... de los cuales no andaba ninguno. Cruzamos saludos y con el "Lobo" recorrimos la última parte hasta una gran roca donde decidimos armar la carpa, mismo lugar escogido por la gente de la UC. Conversamos un rato, comimos, y cuando el sol se escondió el frío nos metió a las carpas.

El día de cumbre la gente de la UC partió un par de horas antes que nosotros, el "Lobo" había quedado bastante agotado de la jornada anterior y como teníamos todo el día -ya que volvíamos a Santiago el lunes- no consideramos necesario levantarnos tan temprano.

Sin embargo, a eso de la 06:30 ya estábamos caminando con las primeras luces del amanecer. Enfilamos directamente hacia el filo de la loma amarilla (cuando esta seca), a medio camino nos topamos con las huellas de la gente de la "Pontificia", y cuando ganamos el primer filo pudimos verlos abriendo trabajosamente un profundo surco, había mucha nieve en este sector del cerro, el sol ya alumbraba, pero hacia muchísimo frío.

Vista

Foto: Vista desde la entrada del Cajón de lo Valdés.

Esperé al "Lobo", y cuando me alcanzó comencé a avanzar cantando para tratar de distraerme un poco del frío, quise hacer un intento por alcanzar a los muchachos de la UC y compartir el trabajo de abrir la huella, pero me llevaban mucha ventaja y tampoco podía dejar muy atrás a mi compañero que no venía tan rápido.

Después de algunos minutos el frío se desvaneció y el sol se levantó alto en el cielo, me dio calor con el trabajo de la subida y me desabrigué un poco, aproveché de hidratarme y esperar a Juan Carlos que venía bastante cerca.

Cuando llegamos al segundo filo de la montaña, la gente de la UC comenzó a realizar una travesía descendente, iban a seguir la ruta de la cara oeste. La bajada no se veía complicada, pero pensé que me daba flojera bajar para volver a subir, sobre todo si había mucha nieve blanda.

Miré el filo que ascendía directamente hacia la cumbre del cerro y decidí que podíamos subir por ahí, además de hacer todo más interesante y novedoso era lo que siempre había querido hacer en este cerro. Hicimos un rapel corto para poder conectar el filo, ya que estábamos sobre un promontorio de roca muy alto, la otra alternativa era devolverse un poco y caminar por nieve honda, pero encontramos una piedra grande donde anclar la cuerda.

Después comenzamos a avanzar decididamente, el filo era taponeado por rocas en algunos tramos y fue un ascenso muy dinámico y entretenido, agotador claro, pero el día estaba espectacular.

Filo Norte

Foto: Filo Norte del Diablo.

Después de subir uno de tantos resaltes rocosos vi a la gente de la UC, iban saliendo a la parte alta del cerro por una larga canaleta seguida de un acarreo, después solo había que superar uno que otro obstáculo para acceder a la cumbre del Diablo, fue acá cuando me sentí muy cansado y me detuve a comer un paquete de galletas de 100 pesos en medio del canalón, que ricas estaban esas galletas...

El viento era fuerte pero soportable, esperé a que el "Lobo" se asomara por las rocas, para avisarle que bajara un poco para conectar la canaleta, y cuando lo hizo me comentó que le dolía mucho la rodilla, le dije que faltaba poco.

Seguimos la escalada. Algunos cortos tramos de nieve bien parada matizaban los últimos momentos de la subida, pero justo antes de llegar había una no tan pequeña pared de nieve. La subí clavando firmemente los piolets, pero cuando me asomé arriba recibí una gran cantidad de gritos de la gente de la UC que ya estaban en la cumbre, en un principio no logré entender nada, pero de repente escuche “baja, es una cornisa”, ¡ups!, pensé, mejor bajo, me devolví un poco e hice un traverse mientras le indicaba al "Lobo" que no subiera hasta donde estaba yo.

Le dimos la vuelta a la pared por la derecha y enfilamos directamente hacia la cumbre por un filo angosto de poca pendiente, había poco viento, el cielo completamente limpio, fue sencillamente perfecto, llegué a la cumbre, crucé saludos con la gente de la Católica y espere a mi compañero, nos saludamos con un gran abrazo, muy contentos los dos por este excelente cerro, tomamos algunas fotos y disfrutamos la vista que se adentraba bastantes kilómetros a la redonda, eran cerca de las 13:00 horas si mal no recuerdo.

6

Foto: Vista desde la entrada del Cajón de lo Valdés.

El grupo de la UC decidió bajar y nosotros nos quedamos algunos minutos más, la bajada era larga y aún no sabíamos si hacerla por el filo norte o por la ruta normal del cerro. Lo pensamos y decidimos bajar por la ruta que usó el otro grupo para subir, y que lógicamente usarían para bajar, pero resultó ser una vuelta tremendamente tediosa, perdimos mucha altura que debimos recuperar.

Veníamos cansados y el sol daba muy fuerte, “paseamos” por la cara oeste del cerro durante toda la tarde hasta que logramos recuperar la altura perdida y llegar al filo norte.

Recuperamos la cuerda que habíamos dejado en la subida, descansamos un poco y seguimos el descenso. El sol ya se escondía detrás del Retumbadero Alto y comenzaba a hacer algo de frío, pero el último tramo lo hicimos muy tranquilos, veníamos contentos por el éxito de la salida, llegaríamos a las carpas, comeríamos y dormiríamos para mañana bajar con todo el tiempo del mundo a Baños Morales.

Y así fue, despertamos tarde, desayunamos, conversamos con los vecinos, planeamos futuros ascensos y remoloneamos con el tibio sol de la mañana, fue todo perfecto.

Cumbre

Foto: Juan Carlos en la cumbre.

Desarmamos la carpa, ordenamos las mochilas y nos despedimos de la gente de la UC, bajamos con toda la calma del mundo, nos encontramos con gente que subía, y llegamos a muy buena hora a Lo Valdés, así que decidimos bajar hasta Baños Morales para comer algo antes de regresar a Santiago.

Después de tragar un poco de tierra de los camiones de la minera llegamos al villorrio, nos comimos un pan con tomate y queso ya que no habían empanadas, y esperamos la camioneta que nos traería de vuelta a nuestras labores normales, o, mejor dicho, anormales...

Autor: Elvis Acevedo Riquelme.

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"Aventurero, el que sale al encuentro de lo que puede venir, que es lo que todos hacemos en el mundo de una manera u otra"

William Feather.