Volcán Cotopaxi
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28 de Octubre 2011.
Después de una excelente noche en el Hostal Cuello de Luna, comenzamos nuestra etapa de ascenso al Cotopaxi. Para variar está lloviendo a ratos, el pronóstico dice que amainará por la tarde. Con algún pequeño problema en la entrada del Parque Nacional que por supuesto Marcial se encargó de solucionar, nos internamos por los senderos del inmenso sitio.
Vamos a visitar la laguna Limpiopungo. Un hermoso paraje a 3830 msnm. También un poco de jeep fun-race para llegar a un sitio arqueológico cerca de la entrada norte del parque. De ahí nos fuimos a un hermoso hostal a los pies de nuestro objetivo llamado Tambopaxi.
Foto: Amanece en el Cotopaxi. |
Desde acá hay una vista espectacular del cerro, que solo aparece a ratos ya que aún está un poco nublado. Tienen un anteojo larga vista que está dirigido hacia el refugio en donde podemos ver todos los movimientos que ahí hay. Almorzamos, tomamos fotos, conversamos relajados, el pronóstico se está dando, La Diosa Madre al parecer nos dará la oportunidad de visitar la cumbre. Alrededor de las 15.00 hrs comenzamos a subir con el vehículo hacia el refugio José Ribas a 4800 msnm. En el parqueadero corre bastante viento, nos guarecemos detrás del vehículo para cambiarnos zapatos y abrigarnos. |
Lentamente comenzamos a movernos en dirección al refugio que tenemos a la vista, unos 150 metros hacia arriba. En Tambopaxi nos advirtieron que hay alrededor de 60 personas en espera de mejores condiciones para subir.
El día termina por despejarse antes de que lleguemos al refugio y nos entrega una vista espectacular de esta preciosa montaña, incluso llega a ser intimidante, ¿Invita o desafía? esa es la pregunta.
Caminamos con mucho viento, que no ha parado desde que llegamos al estacionamiento de la camioneta. Llegamos en busca de Marcial que ha subido rápido para ver el tema de si hay un lugar para dormir tomando en cuenta la cantidad de gente que ahí se encuentra.
Foto: Superando obstáculos durante el ascenso. |
En una especie de terraza detrás del edificio nos encontramos con gente que se está desequipando, deben venir de prácticas en el hielo que los guías aprovechan de hacer para preparar a los que no tienen experiencia. A dentro Marcial, en alegre charla con sus colegas nos da la bienvenida, nos presenta a sus amigos, todos muy buena onda, incluso ELLA, Domenica, una joven guía amiga de Marcial de la que habíamos escuchado hablar. El bullicio es enorme, la mayoría son muy jóvenes, unos están bien y hablan, cantan, se ríen, otros muy mal vomitan y duermen. |
Hay de todo, ingleses, franceses, algún italiano, españoles, un par de polacos y chilenos, nosotros. Creemos que será difícil dormir, debemos acostarnos temprano, a las 01:00 debiéramos estar caminando, para eso hay que levantarse a las 00.00 hrs.
Estoy inapetente, solo tomo café, mate de coca, Cristian trata de comer también pero aguanta muy poco. El viento no para, por momentos estremece el techo de refugio. Desde acá, ya en el atardecer, se observan la luces de Quito a lo lejos. Los dormitorios están en el segundo piso, son dos habitaciones grandes con literas de dos pisos, todas con colchones de espuma en buenas condiciones.
Con Cristián preparamos el material para más rato, arnés, crampones, cintas, casco, etc, y nos tiramos en nuestros sacos. De a poco va llegando el silencio, por lo menos hay respeto por los que duermen.
Foto: Pasadas complicadas entre grandes grietas... |
A las 00:00 hrs comienzan los movimientos en todo el lugar; decenas de luciérnagas pululan entre los camarotes, buscando sus cosas y bajando a desayunar. En el baño hay todo un espectáculo, algunos vomitan, otros se quejan de dolor de cabeza, realmente me da pena por ellos, alguna vez me he sentido así y no es para nada agradable. Nosotros estamos bien motivados, es nuestro primer apretón fuerte acá, el viento no ha parado en toda la noche y de seguro pondrá un cuota de complicación a la ascensión. |
De a poco comenzamos a movernos, la culebra luminosa comienza a desplegarse desde el refugio hacia la cima de la montaña, el viento levanta polvo del hielo y lo deposita en nuestro cuerpo de acuerdo al sentido del zigzag que llevamos, nos tapamos muy bien, sobre todo la cara, porque este polvo se mete por todos lados.
A una hora de la partida, entre gritos y algunas risas, llegamos a los pies de la nieve, dura por el frío reinante, unos -8 a -10° grados. Acá debemos cambiar bastones por crampones, además es el sector del que habíamos leído….GRIETAS¡¡¡. Las manos se entumen un poco por el tema de la colocación de crampones, la luna es muy débil, sólo la luz de nuestras linternas choca contra las paredes de hielo que nos circundan.
Sube, baja, cruza, espera, salta, el viento y el frío impiden que podamos tomar fotos, se puede volar un guante, hay que parar para sacar la máquina, detienes a los demás, todos vamos encordados de a dos o tres, por otro lado hay que prestar toda la atención a la huella que van dejando los demás.
Foto: Cruce de grietas en el Cotopaxi. |
Una vez listos, de inmediato el primer obstáculo, un par de pasos hacia arriba clavando las puntas delanteras del crampón, clavar también el piolet para no pasar de largo y montarse en un resbaloso filo de hielo cristal, luego unos 10 pasos hacia abajo, dar un paso largo para cruzar la grieta, caminar por un laberinto de paredes de hielo, los obstáculos se van sucediendo uno tras otro y el viento que no para, más aún, en algunas partes nos hace perder el equilibrio. |
Además a mí en particular el sonido que hace al pasar entre las murallas de hielo me produce varias sensaciones. Los gritos continúan y llegan de varios lados, más arriba, más abajo, por los lados, los guías tratan de encontrar una mejor pasada pero al final todos vamos por el mismo camino.
Por último la mayor complicación, una grieta de más de un metro de ancho que debemos cruzar por una tabla después de una empinada bajada en la que sólo cabe el pie, asusta bastante, pasamos varios, otros luego de asomarse a ver lo que hay, deciden que hasta acá no más...¡¡.
05:00 hrs, comienza a amanecer, parece todo más fácil, hace una media hora hemos comenzado a transitar por una huella en constante subida y sin tanto corte, pero con mucha pendiente, en la penumbra se aprecia el sector del Yanasacha (5.700mts).
Foto: Cumbre en el Cotopaxi. |
Continúa el largo zig-zag en pos de la cumbre, vamos muy cerca con Abraham y su gente, él es uno de los amigos de Marcial con el que compartimos en el refugio. A pesar que de pronto llego a odiar tanto viento que nos ha golpeado sin parar, físicamente me siento bien y me contenta. A cada paso el brillo del sol en lo que parece el filo cumbrero se hace más brillante, y en el horizonte hacia atrás se refleja la sombra de este gigante de los Andes Ecuatorianos. |
A los pies de una de las tantas murallas de hielo, Cristian nos hace para y nos ofrece ¡¡un tecito caliente¡¡. Es un sector algo ancho que nos permite pararnos con comodidad. Desde arriba ya viene gente de vuelta, nos saludan, dan ánimo, que falta poco nos dicen.
De nuevo nos ponemos en marcha, se nota que estamos muy arriba pero de verdad no sé cuánto, el cielo muy azul contrasta con la parte superior del cerro que brilla con el polvo de la nieve reflejada en el sol, veo dos lomas grandes a 30 o 40 pasos, Marcial apura el paso, yo sigo al mío, no quiero desfallecer a última hora. Tiene casi el largo de la cuerda, Cristian detrás va igual, casi ni hemos hablado, sólo han sido gritos. De pronto el sol me comienza a dar en la cara, veo que el piso se aplana, Marcial a un lado tomándonos fotos y felicitándonos, son las 06:55 , acá el viento es más fuerte, barre la planicie de la cumbre pero no importa tanto, estamos EN LA CUMBRE ¡¡¡¡¡¡¡
Otra cumbre “perruna” pero esta en la compañía especial de mi amigo Cristian. Abrazos, gritos, mucha felicidad, siento la respiración acelerada pero mis piernas están fuertes y así las necesito para la bajada que no será muy fácil. El paisaje desde acá es realmente bello, se puede apreciar perfectamente la redondez de la tierra, como el día está despejado se ven varias de las otras cumbres de los gigantes de los andes de este Ecuador.
Las fotos de rigor, incluso a orillas de la vista del cráter, algunas lágrimas, los recuerdos para todos quienes queremos y quedaron en Santiago.
Autor: Jaime Wastavino.
"El hombre más irresistible sobre la Tierra es el soñador cuyos sueños se han hecho realidad..."
Tania Blixen.