Corona del Diablo

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  • Altitud: 4514 msnm.
  • Ubicación: Glaciar Universidad - VI Región.
  • Fecha: Noviembre del 2013
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
    • Ricardo Hernández (P. Alpinos)
  • Ruta: Canaleta Central - Segundo Ascenso.
  • Expedición: Beer Machine Climbing I.

Día 18 de Expedición...

Este día nos levantamos relativamente temprano, comenzamos de a poco a armar nuestras mochilas, trineos, y a desarmar las carpas, a limpiar todo y a emprender la marcha.

El primer tramo desde el CB hasta el portezuelo de "los pilares" fue muy tranquilo y a un muy buen paso, esta ves los trineos iban más livianos y maniobrables, pero desde el portezuelo, donde pensábamos que andaríamos mucho más rápido hasta el siguiente campamento, fue espantoso.

Los penitentes nos trataban como pelota de pinball, de allá para acá, el trineo se nos daba vuelta y jugaba con nuestra paciencia hasta el límite, recordaba una frase que leí por ahí: “los bravos se ven realmente en las malas”, si bien realmente lo estábamos pasando como el ajo, interiorice que al final estaba donde quería estar.

Los últimos cien metros fueron el infierno y con el escenario que se nos presentaba solo faltaban las llamas saliendo de entre los penitentes y el cola de flecha esperándonos en el CB...

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Foto: Comenzando la bajada al Glaciar Universidad.

"...La bajada desde el Glaciar Cortaderal al Universidad fue un infierno. Las dos semanas y media que habían pasado desde que llegamos, con sol, mucho viento y ningún día de mal clima, tenían el glaciar muy deteriorado.

Habíamos pensado que siendo casi pura bajada, íbamos a estar en un par de horas en el siguiente campamento. Al final solo en los últimos quinientos metros hasta el depósito, cuando ya ni siquiera íbamos en pendiente, nos demoramos como dos horas..."

"...El trineo se atascaba cada vez que podía, la nieve estaba reblandecida y había nuevas y grandes grietas por todas partes. Realmente fue una prueba de paciencia y mente dura, más difícil que cualquier escalada, era difícil aguantar las ganas de mandar el puto trineo a la CTM!!..."

Elvis Acevedo.

Por fin llegamos, nos soltamos el insoportable trineo y dejamos las mochilas, los arneses, y nos tomamos unas merecidas cervezas, fue la mejor cerveza que me he tomado.

Ya estaba atardeciendo y ese relajo nos hizo ver todo de diferente manera, hasta se veían lindos esos penitentes CTM jajajaja. Armamos la carpa, hicimos un catastro de la comida que teníamos, nos limpiamos un poco, nos cambiamos de ropa y cocinamos unos spaghetti con salsa y salame, de los cuales nos sobro la mitad para el almuerzo del día siguiente, quedamos tan llenos que nos quedamos zzzzzz!!

"...Llegué al deposito con las pelotas hinchadas de tanto pelear con el puto trineo, la puta nieve blanda, los putos penitentes y las putas grietas, mas la puta mochila que pesaba como 1000 putos kilos.

Después de desengancharme el trineo y sacarme la mochila me senté, y antes de pensar en armar carpa o conversar con Hernández, me tomé una cerveza casi al seco y me fumé un tabaco...que placer...

Respiré y todo cambio de color, el paisaje volvía a ser hermoso, comenzaba a atardecer y las sombras hacían que todo volviera a ser lindo, no agresivo ni apestoso, volvía a apreciar a mi querido trineo, y Hernández volvía a caerme bien jaja...

Es increíble el poder de una chela...

Elvis Acevedo.

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Foto: Sin comentarios...

El día siguiente a la llegada al "Campamento Tugurio" nos preocupamos de descansar, ya que la bajada del día anterior fue del terror. Nos despertamos, tomamos de desayuno té y manjar con pan y queso, después nos dimos tiempo para leer y escribir, entremedio abrimos una lata de palmitos y continuamos con nuestras cosas.

Yo intente desencarnarme una uña del dedo gordo del pie derecho, sin mucho éxito ya que no me dejo dormir del dolor, me tuve que levantar a tomarme un ketoprofeno que poco me hizo, de once solo me comí una ensalada surtida ya que no podíamos comer mas.

El resto de la tarde/noche vimos unos videos de Molotov en Viña del Mar 2004, después uno del Cerro Torre, El Arca de los Vientos, y uno de Jesús Callejas en la Cordillera de Darwin, dormimos muy motivados para el día siguiente hacer el Corona del Diablo, pero mi uña encarnada diría otra cosa...

"...Las condiciones del glaciar eran malas, así que decidimos descartar las rutas que pasaban muy cerca de las cascadas de seracs, como por ejemplo el Nevado Mañke, y también no estar muchos días en este campamento, por que asumimos que la bajada final iba a estar mas compleja de lo pensado en un comienzo.

Pero había un cerro que no íbamos a dejar de intentar, ya que era uno de nuestros objetivos principales, y ese era el Corona del Diablo, al que le habíamos abierto una ruta nueva a uno de sus torreones secundarios, pero del cual también nos queríamos llevar la cumbre principal, la cual registraba una sola visita varías décadas atrás.."

Elvis Acevedo.

Después de postergar el ascenso por un segundo día, producto de mi dedo dañado, nos levantamos muy temprano para intentar el monstruo que domina todo el glaciar, el Corona del Diablo. Aunque de todos modos me dolía el pie derecho, me motive y haría el intento. Al comienzo abrí huella hasta las grietas, ahí tomo el control "Cocho", quien tiene mas experiencia en este tipo de terreno.

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Foto: Mas pequeño que los anteriores, Campamento "Tugurio"...

Luego de pasar la grieta “El Gran Willy” - así la bautizo "Cocho" - que era una inmensa bóveda, ganamos altura muy rápido y volví a retomar la punta. Como ya estaba más vertical me obligo a patear la nieve para abrir huella, se hizo mecánico y con el frio ya no sentía mis pies, así que me motive y comencé a subir, solo tenia en mi cabeza la cumbre.

"...Vi que Hernández se movía muy inseguro buscando las pasadas, así que pasé adelante para buscar el mejor camino y los mejores puentes de nieve. Una vez superado el escollo lo dejé pasar para que se adelantara un poco, este era nuestro último ascenso en la zona y quería disfrutarlo, así que me fui muy tranquilo gozando cada paso de este sueño que ya comenzaba a llegar a su fin..."

Elvis Acevedo.

Por fin llegue a la canaleta, la nieve estaba blanda en la entrada, llegaba a las rodillas y rompiendo la punta de los penitentes intentaba subir pero era muy difícil, así que tome la decisión de sacarme los crampones y trepar por una formación rocosa que había a la izquierda.

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Foto: Bajo los torreones del Corona del Diablo.

Cuando llegue al final de la formación volví a los penitentes, me puse los crampones y seguí subiendo, este corto ejercicio de trepar me sirvió para oxigenarme y soltarme un poco, iba cada vez mas decidido hasta la cumbre, la jornada había sido larga pero no podíamos aflojar a estas alturas.

Por fin llegue al portezuelo y ahora a la derecha, tal cual lo decía el relato del primer ascenso. El terreno era una formación rocosa que sobresalía del resto con una extraña roca rectangular en su cima, era como un podio reservado para aquellos que merecían ver aquel espectáculo.

"...Cuando llegué al portezuelo miré a mi derecha para ver los supuestos 30 metros fáciles que según el relato de los primeros ascensionistas nos quedaban para la cumbre, y a estas alturas ya no me causó ninguna sorpresa ver que ese tramo de fácil no tenía mucho, con buenos agarres pero bastante expuesto estaba para tomárselo con calma....sin duda eran tipos duros los viejos de antaño..."

Elvis Acevedo.

Hice un traverse hacia la derecha por sobre las rocas con los crampones puestos, llegue hasta una zona bien protegida con una terraza bien cómoda donde me equipe para hacer el trepe hasta la cumbre. La podía ver, el corazón, la ansiedad y las ganas de estar ahí siempre son fuertes...

Comencé el trepe buscando buenas manos y pies, al poco andar me di cuenta que el trepe no era tan sencillo y que seria mejor extender una cuerda para subir mas seguros. Me saque los guantes y me tome en serio la trepada, unas terrazas daban seguridad para montar una reunión, le lance la cuerda al "Cocho" para que subiera asegurado, comenzó a trepar hasta que llego hasta donde estaba yo, luego era solo un par de metros y a cobrar!!! 

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Foto: Entrando a la canaleta final.

"...Me fui trepando los primeros metros hasta que Ricardo me grita que mejor pongamos un pasamanos, bueno! le grité de vuelta, y me lanzo la cuerda con sospechosa puntería...

...Estaba cómodo en una terraza, me aseguré y comencé a subir, en realidad habían un par de pasadas algo expuestas, pero en general habían buenos agarres y la roca era bastante firme, a los pocos segundos alcancé a Hernández y vi que no estaba en la cumbre, pero que faltaba la nada. Como pude lo pasé por el lado, y seguí trepando con la cuerda enganchada hasta que con una ventolera bastante fuerte, y una vista espectacular....llegamos..."

Elvis Acevedo.

Elvis paso de largo y corono esa maravillosa cumbre, luego subí yo por un pasamanos que montamos. Desde ahí la vista era realmente increíble, se podían ver el Alto los Arrieros, el Portillo y los Brujos, ya pensando en una próxima expedición.

Nos sacamos las fotos y las felicitaciones de rigor por tan notable cumbre, por la ubicación del sol creo que eran las 18:00 hrs, ya corría mucho viento y se comenzaba a nublar, así que comenzamos a bajar. La nieve ya estaba mas blanda así que nos enterrábamos en ella, lo cual nos complico un poco la bajada, pero a estas alturas ya todo nos parecía increíble, sabíamos que era nuestro ultimo cerro y personalmente me sentía muy apenado por el termino de esta gran aventura.

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Foto: Escalando por la canaleta.

Hicimos una pequeña parada para comernos unas frutas en conserva que nos quedaban, y ver la increíble postal en la que nos encontrábamos, toda la hermosura del glaciar Universidad al atardecer.

Luego continuamos la marcha hasta el plateau y de ahí fue solo caminar fuerte y derecho hasta llegar a "Tugurio".

En la noche nos comimos unos fideos con crema que quedaron del día anterior y a dormir, el próximo día seria rudo, comenzaríamos a bajar.

"...La bajada fue tranquila, hicimos un corto rapel para salir del torreón - donde me di cuenta que mi elongación deja mucho que desear - y una vez en la canaleta fue darle duro y derecho para abajo aprovechando nuestras propias huellas, de echo, el mayor peligro para mi fue saber que atrás venía Hernández, al que escuchaba resbalarse y quedar sentado a cada rato, ya veía que en una de esas pasaba de largo y me enterraba los crampones en el trasero..."

...Saliendo de la canaleta vino un tramo sencillo, hasta que llegamos a la zona de grietas, acá nos tomamos las cosas con bastante calma, ya que desde arriba no teníamos tan buena vista por un tema de ángulo, y solo nos daríamos cuenta de las grietas cuando ya estuviéramos casi encima. Logramos divisar a "El Gran Willy", a tiempo, y pudimos encontrar un puente que se veía bastante firme, pero era angosto y la vista hacia abajo no ayudaba mucho, de todas formas pudimos pasar sin problemas y el resto era solo poner un pie delante del otro hasta llegar a la carpa...

...Fue una bajada donde pensé muchas cosas, era nuestro último cerro, mañana ya tendríamos que comenzar el descenso, no tenía ganas de volver..."

Elvis Acevedo.

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Foto: Cumbre en el Corona del Diablo.

El Regreso.

Nos levantamos cuando el sol nos dio en la carpa, desayunamos té y manjar con pan, fundimos un poco de nieve y comenzamos a desarmar el campamento, a llenar nuestras mochilas y prepararnos para el pesado día que tendríamos.

Las grietas y penitentes a nuestro alrededor hacían sentir que no seria fácil, al poco andar los penitentes hacían lo suyo con nuestros trineos volteándolos y atascándolos en cuanto se les presentaba la oportunidad.

"Cocho" tomo la punta, yo por mi parte peleaba con mi trineo a cada paso, intentaba alcanzar a Elvis, hasta que en un tramo lo perdí de vista.

"...Para ir más rápido optamos por ir desencordados, además si uno caía en una grieta y se iba el trineo con el, era poco probable que el segundo lograra frenar el peso equivalente a dos personas, ya que el trineo venía muy cargado, y además llevábamos la mochila llena, fácil 150 kilos entre escalador, mochila y trineo, así que asumiendo el riesgo, decidimos no usar cuerda, había que ir atentos...

...La bajada estaba compleja, al principio la dificultad eran solo los pseudo-penitentes y hoyos que no permitían avanzar bien, pero al poco rato nos vimos metidos en un campo de grietas ocultas, a veces se escuchaba el agua como caía a las profundidades, un sonido bastante aterrador la verdad...

...Me adelanté, fui mirando y esquivando grietas de un lado a otro, tenso pero seguro, le grité a Ricardo que solo siguiera mis huellas, que no se saliera de ellas...

...En un punto no encontré pasada, miré a mi lado y estaba parado justo encima de un puente, por suerte no cedió. Retrocedí un poco y pase mas a mi derecha, dibuje una flecha y marque fuerte la pasada con los pies, Hernández venia lento, a ratos lo perdía de vista. Mas de una vez tuve que desengancharme el trineo para ir a tantear terreno, la bajada estaba siendo mentalmente muy pesada, todo el tiempo pensaba que en cualquier momento iba a pasar derecho para abajo..."

Elvis Acevedo.

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Foto: Sierra del Brujo durante el ascenso del Corona del Diablo.

Testeaba a cada paso con el bastón pero no veía las huellas que iba dejando el "Cocho", hasta que en un segundo de distracción caí en una grieta. Lo que me freno fue que llevaba la mochila de expedición, esta mas mi cuerpo crearon volumen suficiente para poder atascarme en ella.

Quede agarrado de los bordes con mis manos, no podía ver hacia abajo, solo pedía que el trineo no cayera también, ya que si caía me arrastraría con el, gritaba y gritaba llamando a "Cocho" pero el viento hacia imposible cualquier tipo de comunicación a distancia, nunca en mi vida me había sentido tan solo, estaba desesperado, me calme, respire y después de patalear pude ponerme en oposición con mis pies, me resbalaba ya que estaba sin crampones, me pesaba la mochila, hice un esfuerzo y me tome lo mas fuerte que pude con mis manos y rechace lo mas que pude con mis pies, el primer intento fue bueno subí un poco, me faltaba muy poco para posar los codos, hice otro intento y ya estaba con mis codos fuera, respire un poco e hice el ultimo intento, empuje con todo y salí...

Me tendí de lado hasta que deje de tiritar, me incorpore nuevamente y me reí, creo que de los nervios, mire el trineo que estaba atascado en el borde, me paré, lo tome de la punta para sacarlo de donde estaba atascado y prácticamente lo pase de un salto, me apresure para alcanzar a "Cocho", lo vi sentado en una roca y le conté lo sucedido, no me pesco mucho, creo que fue para sacarme un poco de mi impacto..

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Foto: Disfrutando la inmensidad de la montaña...

"...Iba cansado, en un estado de permanente tensión que no permitía relajo alguno, pero iba bien, mirando y tanteando los lugares mas adecuados para pasar. Paraba a esperar a Ricardo pero no aparecía, y el viento congelaba bastante como para quedarse parado mucho rato, asumí que con lo lento que iba yo, producto del terreno, Hernández que venía siguiendo mi huella, me daría alcance pronto...

...Logré llegar a una roca grande donde me apoyé a descansar, en un sector que se veía seguro, le grité a Ricardo durante dos o tres minutos, ejercicio inútil producto del viento, y como no aparecía decidí ir a buscarlo. Me desenganché el trineo y me saqué la mochila, y cuando estaba partiendo lo vi aparecer a la distancia...

...Me devolví a la piedra a esperarlo, con lo que se había demorado pensé que podía haberle pasado algo, pero era solo cosa de seguir mi huella, fue lo que más le dije, no te salgas de la huella y vas a estar bien!!. Cuando llegó venía muy agitado, me contó todo lo que le paso en la grieta, lo complicado que estuvo, me dieron ganas de retarlo por pavo, !!!Solo tenías que mantenerte en la huella!!!, pero obviamente no le dije nada...

...Mientras hablaba pensaba que si lo consolaba mucho, le daba un palmazo en la espalda o algo así, capaz que este loco se pusiera a llorar con lo sensible que quedo después del "grietazo", y aún nos quedaba mucha bajada como para perder la concentración, así que lo pesqué poco, le pregunté como estaba, y como estaba bien, le indique el camino a seguir para que se fuera primero un rato, eso le serviría para dejar atrás el suceso..."

A veces toca que ser frío y duro en las montañas...

Elvis Acevedo.

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Foto: Bajando al "Primer Plateau" del glaciar Universidad.

Seguimos bajando, ahora punteaba yo, me sirvió mucho para desviar mi atención. Después de tantas puteadas llegamos por fin bajo la Aguja de Roca, armamos el campamento en un manchón de nieve un poco dura que había. Ahora miraba con nostalgia el Corona del Diablo. Nos tomamos unas cervezas, cocinamos unos fideos de tarro y a dormir. Aun nos quedaba camino por recorrer.

Nos levantamos temprano, había que aprovechar la nieve dura para poder atravesar el glaciar, en este procedimiento nos tardamos muy poco, luego escondimos los trineos y nos pusimos nuestras mochilas de expedición, llevamos mi carpa ya que era mas liviana y fácil de armar, caminamos por las rocas  en la orilla del glaciar, ciertamente no fue la mejor elección ya que tardamos mas del tiempo que teníamos estimado hasta la salida del glaciar.

Fue una bajada lenta y con mucho sol, muy agotadora, nos quedamos cerca de las últimas (o primeras) instalaciones de la Hidroeléctrica, armamos la carpa pero se nos olvido un pequeño pero importante detalle, ni "Cocho" ni yo llevábamos comida, yo solo lleve una ración de marcha la cual compartimos antes de dormir.

Nuestro campamento quedo ubicado en frente de las Torres del Brujo, una verdadera montaña por donde se le mire, seria un gran reto o meta para el futuro poder hacerle algunos intentos a estos monstruos, me dejaron realmente asombrado. Esa noche nos quedamos dormidos temprano, estábamos realmente cansados, los 24 días ya nos habían pasado la cuenta, pero sabíamos que esto no terminaba aquí, el próximo día tendríamos que volver a buscar el trineo con el resto del equipo que dejamos.

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Foto: Campamento "Café con Piernas", el último en la zona glaciar.

"...Una vez fuera de los hielos, vimos a lo lejos una mancha de pasto verde. Ver otro color después de un mes nos alegró, decidimos llegar como fuera a nuestra manchita verde. Muy agotados llegamos a este pequeño sector de pasto, aquí armamos nuestro último campamento "Despedida de Solteros"...

...Los sentimientos eran encontrados, felices de salir del hielo después de casi un mes, de estar cerca de ver a nuestros seres queridos, familia, parejas, hijos, amigos, luego de tanto tiempo, pero al mismo tiempo algo tristes por el termino de algo que en mi caso personal, soñé por casi 10 años - Si me trajeran comida - le dije a Hernández, me meto otro mes al glaciar..."

Elvis Acevedo.

Nos levantamos temprano, a mí en lo personal me despertó el hambre, recordaba lo que decía mi vieja, “Un Hernández con hambre es insoportable", así que mí mas pronta motivación era hincarle el diente a un salame, y ojalá un chocolate.

La travesía fue lenta, muy para adentro, miraba para todos lados, quería que cada paisaje, cada detalle, se me quedara grabado en mi cabeza, aunque estábamos muy cansados, el buen humor y el ánimo nunca mellaron.

Nos fuimos por el glaciar, desde abajo se veía que era la mejor opción, caminamos lento, fue un trekking muy suave y contemplativo, casi llegando al trineo hicimos un traverse a la derecha para pasar a la otra lengua del glaciar, al llegar al depósito abrí de inmediato un salame, lo partí por la mitad y prácticamente lo engullimos, "Cocho" abrió un chocolate y tomamos mucho jugo, fue un “almuerzo” increíble, con un paisaje monumental, pero ya era hora de partir.

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Foto: Aguja de Roca.

Guardamos lo más posible en la mochila de expedición e intentamos adosar el equipo restante, el trineo, los esquíes y la mochila técnica, que por cosas de espacio tuvimos que llevarla adelante, imaginárselo solamente ya me cansa.

La travesía de vuelta fue realmente del terror, el peso hacia lo suyo, y el cansancio siempre latente hacia cada paso mas complicado. Lleve un muy buen paso, estaba concentrado en solo llegar, no porque me quisiera ir, sino porque estaba cansado, miraba hacia atrás y sentía solo ganas de volver y quedarme un rato mas.

Si solo tuviéramos mas tiempo, mas equipo, solo tomaríamos un descanso y nos cambiaríamos de valle para intentar otros cerros, pero las responsabilidades y solo pensar en volver a Santiago era algo que me provocaba rechazo. En fin, ahora tenia que solo pensar en un siguiente objetivo para no volverme loco.

Al llegar al campamento tenia esa sensación de haber visto un viejo amor, ese que tu dejaste por cosas del destino y la volvías a ver, y sin reproches, solo se miraban y te volvías a ir. Gran parte de mi se quedo en ese glaciar.

Me saque la mochila, las polainas, los bototos, y me tire en el pasto a sentir el suelo y mirar de reojo al Brujo, es uno de esos cerros que te motivan para seguir entrenando.

Nos tomamos unas cervezas con tal colosal paisaje, viendo a lo lejos algunos guanacos y sintiendo la brisa helada. Cenamos unas latas de fideos y al rato hice un vino navegado a modo de celebración. Escuchamos unos temas y a dormir, me quede dormido feliz, con esa sensación de haber hecho un buen trabajo, de haberme iniciado de la mejor forma como Perro Alpino...

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Foto: Después de un mes... pasto...

Tomamos desayuno y comenzamos a desarmar la carpa y a guardar todo el equipo, hicimos las mochilas y llevamos la mochila técnica hasta la hidroeléctrica, luego en un segundo viaje llevamos el resto de equipo que nos quedaba.

Nos pusimos a esperar que viniera alguien, mientras tanto almorzamos unos porotos en lata que nos quedaban, cuando estábamos en eso llego la camioneta de la empresa, se bajaron dos personas muy simpáticas con las cuales hablamos un rato, ellos nos bajarían hasta la central.

"...Las primeras instalaciones de la "Hidro" no tienen personal permanente, pero sabíamos que en algún momento alguien tenía que subir, de todas formas nos paseamos harto rato frente a las cámaras, luego nos dispusimos a nuestro último almuerzo a la sombrita...

...Al rato llegó una camioneta - va a haber pelea - pensé, pero se bajaron dos personas que fueron muy amables y se ofrecieron a bajarnos a la Central...

...Una vez en la Casa de Máquinas salió a atendernos el jefe de los jefes, que dentro de todo se portó bastante bien, discutimos un poco sobre el tema accesos, y del excelente (para nosotros, mal para ellos) día que escogimos para salir, cuando estaban comenzando a vender electricidad y estaban todos vueltos locos y sin dormir...el ojito...

...Nos asignaron otra camioneta que nos llevó cerca de Puente Negro, donde ya hay señal de celular, el chofer también fue amable y nos contó de la luma que se comió el pobre tipo de la primera camioneta por bajarnos hasta la Central, el era nada mas y nada menos que el Prevencionita de Riesgos de la Hidro!!!, y se había saltado todos los protocolos de seguridad que el mismo había escrito y diseñado al subirnos al vehículo jaja...

...Ya en la orilla del camino, con todo nuestro equipo a un costado, contactamos a mi hermano Fabián, nuestro apoyo logístico de salida, para coordinar el "rescate" de este par de montañeros sucios y barbones. En eso estábamos cuando vimos una micro de esas antiguas, que venía desde un camino lateral... levanté el brazo como que no quiere la cosa y paró, se bajó un caballero con chupalla, y antes de preguntarle nada agarró nuestras cosas y las comenzó a cargar en la parrilla...

Y está expedición que empezó en helicóptero, termino en....micro...

Elvis Acevedo.

Era muy raro, horas antes estábamos en tierra de nadie y ahora sentados en un restaurant en medio de la ciudad, la vida del montañero es así, un día sobre una hermosa cumbre y otra en la realidad.  Llegó Fabián y nos acompaño con un salud, mientras conversamos un rato, cargamos la camioneta y a Santiago los boletos...

Y colorín colorado, la Beer Machine se a acabado...

Autor: Ricardo Hernández.

 

"La aventura es cada vez más difícil..."

George Mallory.