Cerro General Carrera

Carrera

 

  • Altitud: 3198 (oeste) y 3312 (central) msnm.
  • Ubicación: Valle del Río Las Leñas - VI Región.
  • Fecha: Noviembre del 2014.
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
    • Ulises Espinosa (P. Alpinos)
  • Ruta: Directa Cara Norte - Cumbres Oeste y Central - Primer Ascenso - Travesía Norte-Sur.

A un año de la Beer Machine, probablemente una de las mejores expediciones que hemos hecho, con Ulises Espinosa decidimos realizar una Mini Machine, ya que claramente no teníamos un mes completo como el 2013, pero consiguiéndonos unos días por aquí y otros por allá, logramos sumar seis días, que sirven para hacer mas de alguna cosa entretenida.

El sector escogido fue el Cajón de las Leñas, que luego de estar cerrado por décadas, fue abierto por el Ministerio de Obras Públicas a finales del 2012, dejando el camino vehicular con libre transito, lo que nos abrió un abanico de posibilidades nuevas, cerros con pocos ascensos - algunos inescalados - y valles y cajones por explorar.

Como siempre nos pasa en un lugar nuevo, en las primeras exploraciones dimos bastante jugo, dos veces no pasamos por que andábamos en vehículos 4x2 y el camino tenia un par de pasadas bastante malas, otra por que un río venia muy crecido, otra llovió, etc etc, pero cada salida sirvió para recopilar experiencia y conocimiento del sector.

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Foto: Laguna El Yeso desde la Cara Norte del Carrera.

Así que cuando partimos con Ulises, con 6 días de tiempo, vehículo 4x4 y un buen pronostico, íbamos decididos a que nos fuera bien, si o si. Luego de un viaje bastante largo, con el jeep cargado con comida y todo el equipo disponible en caso de que se nos ocurriera cualquier cosa, llegamos a la Laguna del Yeso.

Me gustaría decir que es un lugar idílico y precioso para quedarse, pero la verdad es bastante fea. Aguas estancadas, verdosas, y sin lugares en la ribera como para acampar, así que retrocedimos un poco y armamos la carpa en un prado verde muy bonito y cerca del rio, casi frente a la Quebrada Borgollones.

Fue por acá mismo donde en un intento al Cerro Las Flores, como entrenamiento para la BMC, tuvimos nuestro primer encontrón con un Puma, cosa que se nos esta haciendo mas habitual de lo que quisiera.

El mismo día que llegamos armamos la carpa y con toda esa energía juvenil que nos dura la primera hora de caminata, decidimos ir por el primer cerro del viaje. La P-3442 es un cerro que esta a la orilla del camino, una montaña ancha, que desde abajo muestra un filo superior extenso, con varios puntos destacados, o sea, al menos tres o cuatro cumbres que se diferencian por pocos metros unas de otras.

Forma parte de un macizo que en el mapa IGM Las Leñas sale nombrado como Cordón El Colorado, y que muestra a la P-3198 (cumbre oeste), la P-3312 (cumbre central), la P-3442 (cumbre este) y la P-3412 (cumbre sur), como puntos mas destacados, siendo la cumbre este la principal.

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Foto: Buenos objetivos en el sector.

Así que escogido el objetivo decidimos encararlo directo por la cara norte, por una ruta que estaba completamente seca y se veía bastante sencilla, para salir al filo y luego recorrerlo en dirección este pasando por las cumbres que alcanzáramos, ya que igual estábamos partiendo algo tarde.

La caminata por el camino vehicular, nos sirvió para calcular si se puede avanzar mas con el jeep, cosa que ahora no pudimos hacer por que estábamos medio justos de bencina, pero salvo un par de pasadas algo rudas se puede ganar bastante terreno en el vehículo, “puro chofer” como diría Ulises, aunque cuando dice eso, generalmente quedamos pegados...

Esquivando y saltando riachuelos pasamos frente al Cajón de Espinoza, vimos un viejo camino que se adentraba al interior, nos daría una idea algunas horas mas tarde.

Llegamos a la base del cerro, bastante viento, muy buena vista a otras cumbres de la zona que aparecían por todas partes, algunas que nos desafiaban con interesantes y técnicas escaladas, todas seguramente sin nombre o ascenso.

Le dimos derecho para arriba, por plena cara norte, al principio terreno de vegetación baja para luego dar paso al terreno seco, donde después de cruzar una profunda y seca quebrada, agarramos un espolón que en la medida que ascendíamos se iba angostando bastante.

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Foto: En los torreones de la Cara Norte...

La verdad de las cosas estimado lector, la ruta que desde abajo se veía tan sencilla se complico, el terreno se puso empinado e inestable, tierra seca y dura, mas dura que su corazón... Prefiero mil veces una cascada de hielo, acá no se puede asegurar y si resbalas no te para nadie hasta el infinito y más allá...

Para rematar, cada ciertos tramos de tierra dura, resaltes rocosos de roca más mala que la Quintrala, y esa Señora si que era mala. A pesar de eso muchas veces preferimos treparnos por las piedras para salir del terreno seco donde los zapatos no se agarraban a nada.

En algún punto lo suficientemente alto como para decidir que lo menos malo era salir por arriba, Ulises se fue por la izquierda de un paredón rocoso de unos 6 o 7 metros, lo perdí de vista y solo vi caer y caer piedras. No me dieron ganas de seguir por ese lado, subí hasta la base de otro espolón rocoso, tome un agarre... y se salió...

Como no vi pasar a mi compañero rodando para abajo, pensé que quizá no estaba tan mal la cosa por ese lado, además que Ulises es bien bueno para botar piedras la verdad, varias a veces a estado a punto de apuntarme con alguna, menos mal que tiene mala puntería...

Intenté hacer una travesía para subir por ese lado, pero ya estaba muy arriba, no encontré agarres en la tierra, los zapatos no lograban sujetarse en ese terreno liso y duro por más que pateaba, así que de vuelta al plan B... las rocas.

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Foto: Acarreos finales antes de salir al filo.

Alguna roca buena debe haber entre tanta piedra suelta me imagine, así que solo debo buscar con paciencia. Comencé a ganar metros, tanteando cada piedra que agarraba, logre avanzar y asomarme por arriba donde vi a Ulises medio agarrado de alguna cosa que parecía barro endurecido, y me dijo:

!!Esta mal la cosa por acá!!.

Miré a mi alrededor y por mi lado se veía una terraza algo mejor, le dije que se viniera para acá, y cuando avanzó un poco miro para arriba y dijo, ¡!!Por acá se puede!!

Trepo por una corta chimenea, con algunas dificultades salió arriba. Lo seguí; todos los agarres eran piedras incrustadas en una matriz de tierra solida, parecía que en cualquier momento alguna se salía. No paso, y con un atlético movimiento donde elonge al máximo mi pierna (5 cms siendo generosos) logré asomarme arriba... estábamos cerca, y el terreno comenzaba a ceder en su dificultad.

Encontramos un nevero y la pendiente se hizo más amigable, el acarreo era mas estable y aunque cansados, al menos pudimos subir mas relajados. Algunos minutos después salimos al filo y a la primera de las cumbres visibles desde abajo y en el mapa, la P-3198.

De las puntas que veíamos desde abajo la oeste se veía como la mas pequeña, podría pasar solo como un promontorio en el filo, pero es el primer punto destacado de oeste a este, y claramente sirve como referencia, además no hace ningún daño sumarla a las cumbres del cerro, ya que al final se pueden hacer todas juntas.

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Foto: Por el filo hacia la cumbre central, a la derecha la cumbre sur.

Armamos una pirca, tomamos unas coordenadas y sacamos fotos y fotos a los cerros que nos rodeaban, grandes y difíciles, muy buenos objetivos por hacer.

Continuamos por el filo, estaba bastante helado. Descendimos por un borde de nieve en dirección a la siguiente cumbre, que a la vista era más alta y que al llegar a ella nombramos como “Cumbre Central”, ya que claramente venia una tercera que también se veía levemente más alta que las dos anteriores, tal cual lo habíamos estudiado en el mapa.

Aquí nos quedamos otro rato, frio y frio, mucho viento, miramos la cara sur, recordamos el camino que entraba por el Cajón Espinoza, la bajada se veía tranquila pero estaba todo nevado, andábamos solo con equipo de trekking, sin polainas ni nada, así que si bajábamos por ahí tendríamos que intentar hacerlo rápido para salir de la nieve antes que el sol se ocultara, aunque tras las nubes ya alumbraba bastante poco.

Además mirábamos hacia abajo, y solo se veía terreno similar al de la subida, y no queríamos bajar por acarreos duros y apestosos.

Nos entusiasmo la idea de hacer la travesía del cerro, y además aprovechar la bajada para explorar el Cajón Espinoza. Desde la cumbre central del Carrera habíamos divisado una tremenda mole hacia el sur, con una ruta factible de realizar, al llegar al campamento podríamos ver en el mapa que cerro era.

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Foto: Cumbre Central, al fondo la Cumbre Este.

Optamos por descender, pero por la hora decidimos dejar la cumbre este y la sur para otra ocasión, sino se nos iba a hacer muy tarde. Al bajar casi inmediatamente nos hundimos en la nieve hasta mas arriba de la rodilla, lo que me hizo pensar si en realidad había sido buena idea bajar por ahí, pero al rato la nieve se puso algo mas dura, lo que nos permitió seguir con relativa comodidad.

Al final bajamos por toda la cara sur sin problemas, haciendo la travesía del cerro, sacamos fotos del que se transformo inmediatamente al verlo, en el siguiente objetivo.

Llegamos al fondo del cajón y vimos el hermoso y desconocido Pico Bayo al final de la quebrada, donde esta tuerce al sur dejando escondidos quizá que otros paisajes y misterios. Luego comenzamos el descenso esperando no encontrar ningún obstáculo que nos impidiera salir al valle, no teníamos idea que nos podíamos encontrar, aventura pura!!

Lo que si sabíamos es que había un camino vehicular abandonado, de faenas mineras de antaño que vimos desde afuera del cajón, pero no sabíamos hasta donde llegaba.

Luego de darle un rato por neveros y puentes de nieve, a lo lejos divisamos el camino, alegría alegría, aunque estaba al otro lado del río, y como por donde íbamos estaba fácil decidimos no cruzar, ya que sabíamos que mas adelante el camino se pasaba hacia nuestra orilla, y si nos pasábamos para el otro lado quizá después no podríamos volver.

Al rato de transitar por piedras vimos el lugar por donde el camino se pasaba a nuestra orilla, bastante agua corría a esa hora así que fue buena idea no cambiarnos de rivera. Piedras mas piedras menos, llegamos al caminito y de ahí directo al valle...

Luego caminar y caminar hasta llegar al campamento bastante cansados, ya oscuro, mirando para todos lados por siaca no fuera a aparecer un lingo gatito, fue en esta misma zona donde nos topamos uno por primera vez.

Algo así como 10 hrs para una ruta que se veía sencilla y se complico, que terminamos completando con la travesía del cerro por la cara norte y cara sur, y donde además aprovechamos de explorar el Cajón de Espinoza y escoger el próximo objetivo, excelente primer día!!

 

Autor: Elvis Acevedo.

 

"Solo el que ensaya lo absurdo es capaz de conquistar lo imposible..."

Miguel de Unamuno.