Alto de los Arrieros

Alto de los Arrieros

 

  • Altitud: 4980 msnm.
  • Ubicación: Glaciar Mañke - VI Región.
  • Fecha: Octubre del 2015.
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
    • Ricardo Hernández (P. Alpinos)
  • Ruta: Canalón SO - 1º Ascención (4ta Absoluta)
  • Expedición: Beer Machine Climbing 2015.

Algo de historia:

La Sierra del Brujo esconde montañas alucinantes, técnicamente difíciles y bastante altas, ya que bordean los 5000 msnm, de accesos complejos y con muy pocas ascensiones.

Bastante habíamos leído de ellas, pero fue en año 2013, durante la Beer Machine Climbing, que por primera vez pudimos verlas y dimensionar el desafío que implicaba intentar alguna de ellas.

Fue desde la cumbre del Corona del Diablo, donde pudimos ver la más alta de las montañas de esta Sierra, el Alto de los Arrieros, y su formidable Canalón SO, por donde habían descendido Vigouroux, Tarsetti y Garreaud, después de realizar la espectacular travesía desde el Cerro Portillo. Ese fue el segundo ascenso del cerro, el año 1964.

El tercer ascenso corrió por parte de integrantes del Club Mañke el año 1971, desde el Valle del Río Portillo, luego intentos fallidos los años 1981 y 2008 por miembros de los clubes Pamir y Andino de Rancagua, y sería todo. Historia corta para una montaña tan hermosa.

44 años sin ascensos nos decidieron a hacer el intento...

Elvis Acevedo.

Acercamiento al glaciar Universidad.

Foto: Acercamiento al glaciar Universidad.

Este relato no termina como lo pensamos, pero si comienza como muchos otros.

Estábamos en mi taller conversando con el “Cocho” y me plantea la idea de volver a la zona del glaciar Universidad, más específicamente al glaciar Mañke. Se lo propusimos al Alex, nuestro amigo y entrenador en Andes Rope, el cual se motivo inmediatamente.

Genial, sería un equipo fuerte de espíritu además de técnico, con este equipo nada saldría mal.

Pasaban las semanas de entrenamiento y planificación, y al faltar muy poco para esta salida tan esperada, Alex se baja por problemas personales, no estaba bien, así que lo mejor que decidió fue no ir, lo entendimos, de todos modos ya teníamos todo listo, iríamos si o si. Recuerdo que por esos días estuve de cumpleaños, así que entre celebraciones y despedidas de la expedición, nos fuimos con muy buenas vibras.

Domingo 25 de Octubre.

Llego el día, Fabián paso a las seis en punto. Fabián siempre es muy responsable y confiable. Luego de un par de horas pasamos a un servicentro donde fuimos al baño y aprovechamos de comer algo. Dormí todo el viaje, en eso llegamos a Rancagua, luego a San Fernando y enfilamos a nuestro objetivo. El camino fue tranquilo, yo por mi parte solo pensaba en sacar mis piolets y ponerlos en acción, no era ansiedad, solo que cuando planeas tanto una salida y un objetivo en particular a estas alturas solo pienso en lo técnico, solo voy concentrado en ello.

La idea original era que la camioneta nos dejara en la misma bocatoma San Andrés, claro, era el plan original, pero ¿Cuando en la montaña las cosas son como uno las planea?.

Sierra del Brujo

Foto: El Brujo, y las Torres Norte, Central y Sur desde el Glaciar Mañke.

Pasamos del concreto al ripio y así anduvimos por muchos kilómetros, dejábamos atrás curvas y mas curvas, en cada una de ella se abría un nuevo paisaje, fue uno de esos viajes muy agradables, íbamos echando la talla y hablando de cuales serian nuestros objetivos.

Estábamos en esa dinámica cuando llegamos al control, “Cocho” venia con un alto de papeles con los permisos y toda clase de logística correspondiente al transporte, los que nos iban a dejar y en ocho días más a buscar. Recuerdo que había un viejito en el pórtico, nos saludo muy amable y seguimos nuestro camino, pasamos por la central y continuamos.

El camino se veía complicado, nos bajamos, corríamos rocas gigantes hasta que ya no pudimos mas, el camino estaba completamente cerrado por un derrumbe, quedamos mucho mas abajo de lo que pensábamos, pero ni modo, adosamos las cosas que nos faltaban a la mochila, nos despedimos de Fabián, Fabito, y a caminar se ha dicho.

Preparando el Campamento...

Foto: Preparando el Campamento...

Seguimos el camino curva tras curva hasta que comenzamos a ganar altura, y con ella llego la nieve. Nos pusimos las raquetas y a proseguir el camino. Llevábamos un muy buen paso a pesar de que hace rato ya que no me ponía unas raquetas.

Comencé a saltarme las curvas y a remontar, el camino ya era conocido así que quería acortarlo para llegar pronto a la bocatoma.

Subí el ritmo, quería correr, me sentía muy bien. Happy como iba me pongo a mirar el Brujo Sur a mi lado izquierdo y de repente Plaf!!! me saco la Csm!!!...

Con el peso de la mochila no me podía parar, parecía una tortuga con las patas para arriba, la risa me invadió, estuve así un buen rato hasta que me desabroche la mochila y como pude me la saque.

Aproveche de tomar agua y abrigarme, a duras penas me puse la mochila, desde donde estaba ya se podían ver a lo lejos las instalaciones de la Central, así que le puse con todo, a lo lejos vi que venía Elvis, así que solo seguí. Llegue a la bocatoma me saque la mochila y mire mi entorno, por fin!!!

Nuevamente acá, claro que esta vez los objetivos serian otros. Descanse un buen rato hasta que llego “Cocho”, armamos la carpa en las instalaciones de la bocatoma San Andrés, fundimos mucha agua, cocinamos, enviamos el reporte y a dormir, se nos vendría otro día de acercamiento así que tendríamos que estar bien.

Lunes 26 de Octubre.

Nos levantamos temprano, sabíamos que el tiempo ya estaba jugando en nuestra contra, si se nos venían un par de días malos de clima la expedición sería un desastre. Este sería ya nuestro segundo día de acercamiento, así que tendríamos que ir con todo para poder lograr nuestros objetivos.

Lo que el 2013 era una horrible morrena hoy era un hermoso nevero el cual nos daba la bienvenida al aún mas hermoso glaciar Universidad, así que por ese lado andaríamos mucho más rápido. Fue un día muy entretenido, sorteábamos los altos e intentábamos progresar lo más cómodamente posible, estábamos en eso cuando llegamos a la entrada para el glaciar Mañke, una inestable cascada de seracs al costado de la Aguja de Roca.

Cascada de Seracs del Glaciar Mañke.

Foto: Cascada de Seracs del Glaciar Mañke.

Instalamos el CA-2 (Campamento de Aproximación 2) sin mayores contratiempos, andábamos muy bien, sabíamos perfectamente lo que teníamos que hacer, nos sacamos las mochilas y comenzamos a palear para hacer el refugio, “Cocho” cortaba y yo armaba, en esta dinámica tardamos un poco más de una hora, obviamente con una cerveza en la mano.

El día estaba soleado, muy pocas nubes, sin embargo no hacía calor, el viento sin llegar a ser realmente fuerte, era constante, lo cual mantenía la temperatura a raya.

El glaciar estaba perfecto para las raquetas, escogimos esta época basados en la experiencia de nuestra expedición anterior, le acertamos medio a medio. Veíamos la entrada al Mañke, sabíamos que el día que se nos venía sería muy duro, así que fundimos nieve, cenamos y a dormir.

Martes 27 de Octubre.

Como sabíamos que este día se nos vendría rudo, durante la transición del Universidad al Mañke, ya que tenía un desnivel considerable, nos levantamos muy temprano, fundimos agua, desarmamos el CA-2, armamos las mochilas, nos pusimos las raquetas y comenzamos la caminata.

“Cocho” tuvo que abrir gran parte de la ruta ya que mis raquetas por su diseño no me permitían hacerlo. Fuimos ganando altura siempre con una pendiente constante la cual no nos permitía tomarnos un descanso.

Esculpí una terraza para poder descansar un poco, tomamos agua, comimos algo rápido, seguimos hasta un punto en donde la nieve se endureció, así que tuvimos que cambiar de raquetas a crampones; seguimos...

Hermoso y frío atardecer desde el CB.

Foto: Hermoso y frío atardecer desde el CB.

A estas alturas el peso de nuestras mochilas, sumado a dos días de trabajo se hacían sentir en la espalda, en los hombros, en las piernas. Solo queríamos poner los pies de una buena vez en el Mañke y armar el CB.

Ganábamos altura, sentíamos que estábamos cerca, ya estábamos en el plateau. Este nos recibió con mucho viento además de una persistente nieve polvo en la cara, estábamos en esa dinámica hacía mas de diez horas, bastante cansados y helados, hasta que encontramos un lugar donde armar nuestro tan añorado CB.

Comenzamos a cavar y armar los murallones para contener algún eventual mal clima, estábamos cansados pero teníamos que armar bien la carpa, el lugar era expuesto.

Nos metimos a la carpa, tomamos mucho líquido, cocinamos y al saco, fue un día de esos rudos, pero lo logramos, ya estábamos en el Campo Base...

...Durante algunas semanas estuve dándole vueltas a que hacer en Octubre, tenía algunos días disponibles y las ganas de hacer algo fuerte y exigente. Vueltas mas vueltas menos, decidí ir por el Alto de los Arrieros, aquella foto tomada desde la cumbre del Corona del Diablo el 2013 me incitaba a subirlo, ese tremendo canalón me decía “Ven poh, no se supone que son especialistas en canaletas, a ver si te la puedes conmigo...”

Después se armo el equipo, Ricardo y Alex, un equipo tremendamente fuerte, la experiencia en terreno de alta montaña que tenemos con Hernández, y la mayor capacidad técnica de Alex. Lamentablemente poco antes de partir Alex se bajo por temas personales, nos dio lata, pero no nos complico en lo mas mínimo, con el “grone” ya habíamos estado un mes metidos en la cordillera, también en la Cordillera Real de Bolivia, y en bastantes cerros mas. A decir de Ricardo, estábamos bastante “papeados”...

Los primeros días de aproximación estuvieron tranquilos, por terreno conocido y hermosísimo, todo blanco, un paisaje de sueños. Pero la subida del Universidad al Mañke fue pesada, muy helado, nieve blanda, no podía entender como hundía la pata hasta la rodilla, con las malditas raquetas puestas.

Sierra del Brujo

Foto: Sierra del Brujo desde el Corona del Diablo. De izq a der, las Torres del Brujo, el Portillo y el Alto de los Arrieros.

Maniobrar era complejo, subí directo, pero eso agota, brisa permanente, helada, -¿el sol?-, de adorno, durante el día termino de esconderse tras las nubes. Voy agotado, todo es pendiente, no hay ningún puto plano donde poder sacarse la mochila y descansar un poco, ya llevamos como siete horas seguidas de subida, la mochila bordea los 30 kilos...

Hernández como pocas veces tiene una buena idea, saca la pala y hace una terraza, al menos podemos relajar un poco la espalda y comer algo. Continuamos, esto no acaba nunca, pasamos de raquetas a crampones, Hernández comienza a quedarse atrás, recuerdo que el frío lo afecta bastante, se funde rápido en condiciones heladas, y esta helado...muy helado.

La pendiente cede pero no estamos en el plano, sigo subiendo, miro atrás, noto que mi compañero no viene del todo bien, la luz comienza a irse, hay mucho viento y hace mucho frío, a lo lejos ya se ve el Alto de los Arrieros, no estamos donde queríamos llegar, pero estamos cerca. Decido armar campamento antes de que se termine de ir la luz y Hernández colapse...

Elvis Acevedo.

Miércoles 28 de Octubre.

Día de relajo. Ya que tuvimos tres días de aproximación y el de ayer particularmente duro, decidimos tomarnos el día para un merecido descanso. Por lo que se veía el clima estaría estable los próximos días, por lo menos eso nos informaron por el satelital, así que fundimos mucha agua y comimos. Pero comimos de verdad.

CB en el glaciar Mañke, saliendo hacia la cumbre...

Foto: CB en el glaciar Mañke, saliendo hacia la cumbre...

Jueves 29 de Octubre.

Al fin llego el día tan esperado. Atacaríamos por el Canalón SE, que habíamos visto anteriormente desde la cumbre del Corona del Diablo, en nuestro ascenso durante la Beer Machine 2013.

Esta vez el escenario seria distinto, solo seriamos el “Cocho” y yo. Juntos estábamos re papeados, ya que hemos hecho varios muy buenos ascensos, lo cual me daba una confianza extrema, mas lo bien que habíamos estado los días anteriores durante la aproximación al CB.

Personalmente no hago escalada técnica con alguien que no estime o respete, y con este won ya teníamos algo de carrete, así que por ese lado escalábamos hasta con los ojos cerrados.

Comenzamos la aproximación muy temprano, nos montamos las raquetas y a darle con todo. Como nunca estaba muy relajado, hasta andaba con una cámara con la cual llegue hasta la base del canalón registrando todo. Extrañamente me sentía muy bien y confiado.

La mañana estaba fría, pero caminando se quita!!! Embobado por la belleza del lugar solo sentía paz, cuando planeamos cerros lo hacemos por meses y hasta años de antelación. Tengo la costumbre de poner una foto del objetivo en mi mesón de trabajo, lo miro y estudio hasta grabarme la ruta y ver sus variantes, claro, al estar a los pies a punto de comenzar, cambia todo.

Nos equipamos, arnés con las cintas, etc etc. Las estacas bien a la mano en la mochila y listo, armados hasta los dientes para comenzar y matar la ansiedad de una vez por todas...

En el plateau de glaciar Mañke.

Foto: En el plateau de glaciar Mañke.

...Comencé a caminar primero por que como siempre en la mañana Hernández fue al baño.

A los pocos minutos llegue al plateau superior del glaciar Mañke, hacía frío, practicamente no había viento, el sol ya alumbraba, todo se veía realmente hermoso, inmaculado, pulcro; no son las típicas frases cliché que uno lee en todo relato o libro de montaña, estaba realmente espectacular, tanto que en un momento me detuve, respire hondo, mire a mi alrededor, me reí solo, y pensé “puta la wea linda...”

Yo no soy muy “pachamamico” y esas cosas, que el newen, la madre tierra y bla bla bla, los cerros son cerros y punto, sin embargo, eso no quita que en las montañas logre encontrar una paz interior perdida hace mucho tiempo en la ciudad, no es espiritualidad, simplemente es la tranquilidad que me da estar en ellas, una calma interna que no logro encontrar en ninguna otra parte.

Si bien no creo mucho en la energía de las piedras y todo eso, cuando me paro frente a una mole como el Alto de los Arrieros, no lo veo como un gran montón de piedras, nieve y hielo, si siento que hay algo en el que me observa, que me mide, que me propone, que me invita, y que en mas de alguna ocasión me apalea hasta el cansancio.

Parado en la base del Canalón SE del Alto de los Arrieros, mientras Hernández se pone el arnés, pienso, bueno, por ahora te siento agradecido de que alguien después de tantos años allá decidido venir a visitarte, pero las montañas son temperamentales, a veces les gusta su soledad, veremos que pasa en unas horas mas...

Miro hacia arriba con la confianza que da la experiencia y le digo a Ricardo...en 4 largos lo sacamos...

Elvis Acevedo.

La Pared Sur del Alto de los Arrieros.

Foto: La Pared Sur del Alto de los Arrieros.

Comenzamos la ascensión completamente seguros de que tendríamos éxito.

Íbamos a muy buen ritmo ganando altura hasta que se comenzó a poner mas duro y comenzamos a poner estacas para asegurar la escalada

Según “Cocho” serian de cuatro a cinco largos, según yo, ocho como máximo, en teoría seria un ascenso rápido ya que la dinámica de canalones es algo que tenemos trabajado en el grupo.

Fuimos ganando altura, el clima comenzó a cambiar, y el canalón por su parte se comenzó a alargar reunión tras reunión. El frio ya se hacia sentir a cada segundo, en las reuniones se te congelaban hasta los pensamientos, las maniobras de cuerdas en montaña son algo completamente distinto que un simple multilargo en deportiva.

Ya habíamos pasado el cuarto largo, punteaba Elvis, mientras le aseguraba le daba ánimo. “Cocho” seguía mientras lo atravesaba un remolino, lo recuerdo perfecto, recordé que en el norte en mi fallido ascenso al San Pedro y San Pablo, mi cordada me dijo que cuando veías un remolino eran tus antepasados que te venían a visitar, en ese momento sentí una conexión muy fuerte con mi entorno, una fusión perfecta, era parte de de ese lugar, me sentía en casa, sentía ese calor en el pecho que te da la convicción de que a pesar del clima, de lo duro que esta la nieve, tendrás éxito.

Escalando

Foto: Largo 1, empezo el mambo!!

...Empezó el mambo, nos despachamos los primeros 200 mts en libre. Iba punteando, cuando la pendiente aumento y se puso mas duro, pasamos a puntas delanteras, según yo aún estaba cómodo, y no usar cuerda nos servía para ganar tiempo, sin embargo Ricardo me dijo que mejor comenzáramos a escalar por largos, le dije que todavía estaba bueno, pero insistió en que usáramos la cuerda.

Partí por el Largo 1, Hernández hizo el segundo y yo el tercero, cuando me alcanzo en la reunión le dije “que suerte, te toco el largo de salida del canalón”...

La perspectiva engañaba, cada largo parecía que iba a ser el último, cuando íbamos como en el octavo ya deje de pensar en cuanto faltaba...

Elvis Acevedo.

Pateaba la nieve para estar en movimiento, inconscientemente agrandaba la terraza con mis pies, solo sentía la tensión de la cuerda, el viento no dejaba escuchar las voces de mando, la visibilidad a ratos también se perdía, caía nieve por el canalón impulsada por el viento, recuerdo que no paraba de moverme para capear el frio.

En uno de los largos cuando subí de segundo, recuerdo con mucha risa que partí hecho una bala, para entrar un poco en calor, y en el estado en que estaba la cuerda ya (congelada) costaba mucho maniobrar con ella. Cuando estaba mas menos a cinco metros el “Cocho” me grita !!mas lento po weon!!, ¿pa’que tan Ueli Steck?

Cueva de Nieve

Foto: Ricardo en la cueva de nieve, a unos 4900 msnm...

...Estaba helado, el que aseguraba pasaba frio, pero no se si estoy acostumbrado, o simplemente logro abstraerme de ello. No le ocurre lo mismo a Hernández que lo pasa bastante mal cuando esta helado, por lo mismo cuando sube se embala para poder entrar en calor.

En una de las reuniones, la octava creo, la cuerda ya estaba bastante dura y costaba pasarla por el ATC, me cambie a un aseguramiento mas dinámico, así y todo Hernández subía mas rápido que lo que yo podía recuperar la cuerda, me ardía el hombro...

Cuando me reclamo por la comba de la cuerda lo mande a la chucha, ¿pa que tan Ueli Steck weon?...

Elvis Acevedo

Claro, en ese momento no nos hacia reír nada, solo pensábamos en llegar al portezuelo, las reuniones pasaban y de repente en una de ellas nos abraza la noche, nos miramos con Elvis como preguntándonos ¿y ahora que?...

Nunca se nos paso por la cabeza aflojar, el frío se hacia sentir, ya de noche sabíamos que las cosas cambiarían, pero también sabíamos que nos faltaba poco, ya llevábamos nueve o diez largos, a esas horas ya había perdido la cuenta, cuando derrepente punteo y sorpresa!!!

Llego al portezuelo, enfilo a la derecha tal cual como lo decía el relato del 64` y me encontré con un murallón de roca y una pequeña pared de nieve, comprendí enseguida que aun nos faltaba para la cumbre, ya me sentía agotado.

Cumbre

Foto: Elvis y Ricardo en la cumbre...

Monte unas estacas para la reunión y comencé a darle tirones a la cuerda, de esos tirones cortos y violentos a modo de señal, ya que no teníamos contacto visual, al rato llega el “Cocho” , al fin en el portezuelo, nos miramos y sabíamos lo que teníamos que hacer, nos pusimos a cavar una cueva en aquella pared de nieve que había.

Tardamos un par de horas, ya a estas alturas yo calculaba que debían ser mas menos las 22:00 o 23:00 horas, nos metimos para capear el viento exterior, como pudimos nos acomodamos para pasar una fría noche.

Pusimos la mochila de Elvis como puerta, ya no entraba el viento y dentro de todo estábamos cómodos, como leí por ahí, no tiene porque ser divertido para pasarla bien...

...Partí, creo que era el noveno largo. Cuando llevaba unos 30 metros me doy cuenta de que se viene la penumbra, pongo una estaca y me aseguro, me saco la mochila y saco la linterna, se viene la noche...

Hace frio pero estoy bien, crampones, piolet, crampones, piolet, parar, mirar, se ve tan cerca, taaaan cerca el maldito portezuelo!!

Corre viento, aceptable en donde estoy, es evidente que a la salida de la canaleta se pondrá más feo, pienso en que opciones tenemos de hacer cumbre con esa ventolera, y si realmente vale la pena hacerla en esas condiciones, oscuro y helado, poco disfrutable...

Cumbre

Foto: Ricardo en la cumbre, atrás, el Volcán Palomo.

Empieza a darme vueltas en la cabeza la idea del vivac, no pienso en bajar, estamos bien, además seria una bajada larga y en extremo peligrosa, no tenemos material para tantos rapeles, mañana vamos a tener que aplicar ingenio, como tantas veces...

Me llega un grito, se acaba la cuerda, no alcance a terminar el canalón...

...Aseguro a Ricardo, lo pierdo de vista, eso es bueno, indica que la pendiente cedió, y eso, que estamos llegando.

...No nos escuchamos, pero ya sabemos que hacer, me llegan unos tirones de la cuerda, me preparo para subir, pego unos tirones y doy solo unos cuantos pasos, cuando la cuerda se recoge, continúo. La importancia de conocerse bien con tu compañero.

Al rato después voy saliendo al portezuelo, alegría cauta, medida, ya esta oscuro, nos damos la mano, hay mucho viento, nos miramos como diciendo !que chucha¡ jaja, le digo a Ricardo, !hay que hacer una cueva!, nos ponemos manos a la obra.

Elvis Acevedo.

Intentamos dormir a duras penas, solo dormitábamos a ratos, en fin, era nuestro mejor escenario y estábamos a salvo, pero fue una noche fría, muy fría, a pesar de eso, estábamos bien resguardados, era solo cosa de aguantar hasta el amanecer.

Primer rapel del día...

Foto: Primer rapel del día...

Esperamos que el viento parara un poco, no paraba, así que decidimos esperar un poco de luz natural, para por lo menos identificar bien la pasada hacia la cumbre, por que si, íbamos por la cumbre, sino para que tanto sufrimiento. Salimos del vivac “empalados”.

Me amarre los bototos a duras penas, me puse el arnés y todo el equipo nuevamente, intentamos encender el GPS y el satelital (otra vez) sin éxito, probé mi cámara ya que quería sacar una buena foto cumbrera de una vez por todas pero tampoco encendió, solo apelaba a que la cámara del Elvis funcionara.

Bajamos unos metros desde el portezuelo, hacia la derecha entre medio de filos se divisaba lo que parecía la cumbre, pero claro, había que ascender para corroborarlo.

Comencé a caminar, Elvis venia atrás, me alcanzo y me apunto sin hablar, era un trepe leve, posaba la punta de los crampones y ascendía lento, la roca estaba descompuesta así que no me relajaba por mas simple que fuera; en eso sin mas ya estaba en terreno plano, era la cumbre por fin!!!

Camine pisando las lajas sueltas, al pisarlas daban tonos al tocar el metal de mis crampones, a estas alturas era música para mis oídos. La cumbre era plana, con unos pequeños desniveles, llegue al mas alto donde había (según yo) una pequeña pirca, la desarme buscando algún indicio de otros ascensos pero nada, la volví a armar, pero esta vez que no hubiera duda de que era una pirca resaltante y notoria.

Bajando del CB, al CA2, tortuosa y durísima jornada.

Foto: Bajando del CB, al CA2, tortuosa y durísima jornada.

Al terminar me hice consiente de mi entorno, me postre y agradecí por este increíble ascenso, me levante y miré a mi alrededor, a lo lejos resaltaba el Volcán Palomo y Gran Torre del Cortaderal que se veía minúscula, el Corona del Diablo etc, todos ellos realizados el 2013 por la Beer Machine, es increíble como pasan los años.

Estaba en esto cuando llega “Cocho”, venia muy despacio, contemplativo, me acerque a el y lo abrace, disfrutamos unos minutos del paisaje, su cámara funcionaba así que sacamos un par de fotos y a bajar ya que el viento pegaba fuerte...

...Friiiio y mas frio, era un casatta humana, una de pasas al ron pensaba, y trataba de morderme el dedo... intentaba no moverme, por que todo estaba tan frio...

Dormitaba, bastante bien para la situación, hasta creo que ronqué un poco. Me comía unos masticables que el Sebita, el hijo de Ricardo le había dado, o Hernández se los había robado, no sé...eran una delicia, los dejaba deshacerse en el paladar, eran un segundo de placer que me hacían olvidar... el frio...

Despierto de una de tantas dormitadas y se ve que ya hay luz... zafamos pienso...

...Le pregunto a Ricardo que esta en mejor posición si ve sol, me dice que si, le pregunto si esta seguro y me dice “si, lo veo...”.

En ese momento comienzo a soñar, cuando el primer rayo de sol entre a la cueva, saldré, me estirare en la nieve, estaré media hora absorbiendo rayos gamma, sintiendo como cada célula de mi cuerpo entra en calor nuevamente, eso es mejor que cualquier cosa, el mayor placer del mundo, solo pienso en eso cuando Ricardo me dice “Parece que no, esta nublado...”

Me dieron ganas de sacarle la csm ahí mismo...

Terminemos esta wea...

Poniéndose al día con los saludos desde la ciudad...

Foto: Poniéndose al día con los saludos...

Sale Ricardo, me equipo dentro de la cueva, salgo, ordenamos las últimas cosas. Bajo un poco para rodear la gran roca que nos permitió hacer la cueva, bendita piedra. Miro, se ve bien, avanzo por la nieve, me siento cansado, pienso que si aparece una dificultad técnica mayor la cumbre puede irse muy a las rechucha...

...Entro a terreno pedregoso, justo bajo una pequeña pared que deberemos trepar se me sale un crampón, puta la wea... mi índice de paciencia no esta muy alto a esta hora.

Llega Ricardo, le indico por donde seguir, llega a la base de la pared, se la piensa un poco, sube sin mayores dificultades...

Me duelen las manos, apenas puedo mover los dedos y ponerme el crampón se trasforma en algo tedioso, casi me vuelo un dedo con la talonera, “crampón y la csm que te repario”...me rio, lo dejo a un lado y sigo con uno solo...

Trepo calmado, la subida es fácil, con suerte un 5.8 con crampones y nada de energía, a cualquier movimiento brusco una arcada, la cumbre debe estar arriba, tiene que estar arriba, estoy usando mi ultima energía antes de empezar a gastar mi reserva, la que uso para poder bajar.

Me asomo, se aplana, piedras, ya esta, no veo a Ricardo, avanzo algunos metros y aparece, levanta los brazos, miro a mi alrededor, el Palomo se ve mas chico, cresta que estamos alto, algo de fuerza me vuelve, la suficiente para disfrutar la alegría de llegar.

Cuando planifique esto, pensé en una montaña exigente, dura, un verdadero desafío, me siento completamente satisfecho...y exhausto...

Elvis Acevedo.

El Brujo

Foto: Impresionante...Cerro El Brujo.

Nos faltaba parte importante del trabajo, teníamos que rapelar gran parte del canalón, teníamos solo cuatro estacas, como hacia frio decidimos comenzar rápido con la maniobra.

Monte una estaca y comencé a bajar, como solo llevábamos una cuerda los tramos serian mas cortos, calculaba que si subiendo fueron diez largos de 60 metros, de bajada serian veinte rapeles de 30 metros, y con cuatro estacas nos quedaban 16 rapeles para improvisar, tendríamos que echarle mano a todas las triquiñuelas que tuviéramos.

Había cordín rapelero para unos 6 rapeles más, si es que encontrábamos donde ponerlo, aún nos faltaban 10 rapeles que tendrían que hacerse quien sabe como y de donde...

Baje, monte otra estaca, bajo “Cocho”, y así con esta dinámica hasta nuestra última estaca, ya para esa hora la nieve estaba más blanda, suerte. El último rapel fue mas complicado ya que la cuerda se atasco dos veces, esta al estar congelada hacia unos rizos y bucles muy extraños, los cuales se anudaban en el cordín de la estaca.

Elvis comenzó a bajar, cuando por fin logre rescatar la cuerda me la puse en bandolera y comencé a destrepar también, como la nieve estaba mas blanda nos la jugamos por destrepar.

Intentaba buscar las partes menos duras para ir cramponeando y así bajar mas seguro, al poco andar alcanzo a Elvis, luego de echar la talla un poco y ver cual seria la ruta de descenso, partí para abajo, iba muy concentrado ya que la pendiente era considerable, mi plan era ir bajando de cincuenta pasos, descansar, ver el siguiente tramo y bajar.

Bajando

Foto: "Era como una aguja de 2 mts que entraba por la punta del pulgar..."

... Era el cuarto rapel, la última estaca, habíamos bajado unos 120 metros, nos quedaban algo así como 480 metros por bajar, y sin más estacas...

Hernández puteaba, se le atasco la cuerda y tuvo que subir, lo esperé, bajo de nuevo, al recuperar se le atasco por segunda vez, que paaaaja, pensé, este weon va a venir emputecido y el único que anda cerca por acá soy yo, decidí comenzar a bajar.

El clima estaba algo mejor, el sol calentaba un poco, bajar era de paciencia...

...Había un tramo algo más blando, para abajo, he desescalado paredes completas, se supone que me manejo bien en este terreno... me auto convencía...

La bajada fue eterna, eterna eterna pero requetecontra ultramega eterna, no se acababa nunca. Paciencia... pensaba, ya pasamos lo más duro, una vez abajo estamos, solo caminar hasta la carpa...

Y así fue, tras horas que parecieron infinitas, llegue al plano, me junte con Ricardo y comenzamos a disfrutar en serio la sensación de éxito. Hasta la carpa no habían dificultades salvo lo agotados que estábamos, y bueno, habían averías, dedos que no sentíamos, tendríamos que llegar a ver que onda...

Elvis Acevedo.

Instalaciones

Foto: Llegando a la Bocatoma...

La bajada fue especialmente agotadora y muy tensa, a ratos tenia que travesear para que no me cayera el hielo que se desprendía por el descenso del “Cocho” que venia por sobre mi.

Ya casi al llegar al glaciar busque tramos lisos para poder lanzarme, cuando tomaba mucha velocidad clavaba mi piolet y me detenía, esta maniobra la hice unas tres o cuatro veces, y me permitió ganar bastante tiempo.

Camine hasta un lugar donde pude capear un poco el viento y esperar a Elvis que se veía a lo lejos, por fin ya estaba en el glaciar.

Creo haber dormido un poco, el sol estaba exquisito. Cuando llegó Elvis descansamos y ahí recién reímos. Caminamos hasta donde dejamos las raquetas y los bastones, nos los cargamos y seguimos en camino.

Volvimos por nuestros pasos, donde podía me lanzaba con auto detención para andar mas rápido, estaba cansado, solo pensaba en llegar a la carpa.

Me adelante, quería estar solo, me necesitaba sentir solo, necesitaba hacerme consiente de mi entorno, quería respirar, alcanzar el sol que dejaba pasar hacia el glaciar el Brujo y quedarme ahí, me quite los buff, el gorro, me abrí la chaqueta, me puse de rodillas de cara al sol, descanse un buen rato, aun no veía al “Cocho”...

Seguí, esta vez lento, paso a paso, mirando a mí alrededor llegué a la carpa. Lancé la mochila dentro de esta, tomé un poco de agua y me tire sobre el saco mientras me sacaba la ropa, en eso llegó Elvis, también se puso cómodo, tomamos agua y ahora recién disfrutamos de la cumbre, fue uno de esos días en que todo vale la pena, llegamos a la carpa cerca de las 19:00 horas, bebimos agua, cenamos y nos dormimos, se nos venían dos días muy fuertes de regreso.

"Abrimos una puerta y nos metimos dentro..."

Foto: "Abrimos una puerta y nos metimos dentro..."

"...Camine, camine y camine, muy cansado, casi medio reventado diría yo, pero por terreno sencillo, tranquilo, amable, sin dificultades.

Disfrute, sentí la satisfacción de un cansancio producido por un proyecto más, un sueño cumplido, ese letargo de pasos lentos, esa sensación de que tu cuerpo y mente han asimilado una gran y dura experiencia, y sacado y digerido todo lo positivo de ella, de las decisiones tomadas, de las dificultades superadas, del trabajo en equipo, de los riesgos asumidos, de las posibles consecuencias..."

Llegué a carpa echo pickle, pero entero, nada de bajadas heroicas arrastrándose ni nada por el estilo, caminando, lentito, digno, le pregunte la hora a Ricardo, las 19:00 me dijo, saque cuentas, 36 horas carpa - cumbre - carpa.

Entre a la carpa, estaba hedionda, como suele estar cuando hago cordada con Ricardo, nada que hacer...

Nos reímos, echamos la talla, preparé un jugo, llevaba unas 15 horas sin beber nada, mi jugo se había congelado la noche anterior. Le pase mi botella a Ricardo, tomo, me la devolvió, bebí a sorbitos pequeños, que disfrute, luego, una malta, era que no...

Llego la hora, Ricardo se saco los calcetines, había lesiones en sus dedos, no se veía bien, me sorprendió, - va a estar bien - le dije, no era el momento de especulaciones, teníamos que planificar la bajada, acá solo podíamos aplicar contención, nada mas...

Me toco a mi, también, dos dedos, uno de cada pie, mucho menos que mi compañero, la bajada va a estar dura, al ganar un poco de calor, llegaron los dolores...

Sierra del Brujo

La Bajada.

Cuento aparte. Teníamos congelaciones en los dedos de los pies, eso era una realidad, dolían, bastante. Mis lesiones eran mucho menores - yo abro huella compañero, voh  ándate a la cola -  le dije a Ricardo, hizo caso.

Nieve blanda, hasta la cintura en algunos tramos, peligrosa, huellas de desprendimientos, el día bochornoso, justo cuando necesitaba frio. La bajada hasta el plateau del Universidad estuvo dura, dolorosa, lenta, eterna, de esas que ponen a prueba la paciencia, a pesar de todo y salvo un par de chuchadas, los dos callados, tranquilos, había que bajar, nada podía cambiar eso, mejor mantenerse de buen humor...

Ya en el plateau alivio, alegría, todo seria más sencillo hasta la bocatoma, se suponía...

Caminaba, Hernández mas atrás, se le veía tranquilo, sonriente como siempre el negro. Me dolía el pulgar del pie derecho, era como una aguja de dos metros que me entraba por la punta, doblaba hacia arriba siguiendo la pierna hasta llegar a la cadera, un punzaso, el meñique del pie izquierdo, mejor, el dolor era permanente, pero la sensación solo llegaba al tobillo.

Paraba a esperar a Ricardo, si a mi me duele así, no quiero ni pensar como viene este weon...

La energía escasea, es cuando uno saca las mañas, la garra, esa reserva final, llegamos a la bocatoma, habíamos dejado un deposito con dos latas de Escudo...que placer, todo cambia de color, todo parece mejorar, estamos felices...

No armamos carpa, había una puerta abierta en las instalaciones de la central, nos metimos adentro, que tanto. Cocinamos, revisamos las heridas, se veían bastante...peor, se ponía seria la cosa, pero bueno, estábamos a un día de que nos vinieran a recoger, de ahí al médico, no sacábamos nada con bajonearnos.

Ultimo día nadie se enoja, con el último impulso llegamos al lugar de encuentro con nuestro “rescate”, gracias Caro por irnos a buscar...

En el regreso, además de las empanadas llego la hora de tomar decisiones, gracias Alex por el apoyo y la guía, gracias a los que se preocuparon, ya estábamos en manos de otros, ahora, solo pensar en la recuperación...

Elvis Acevedo.

Autor: Ricardo Hernández.

"Siembra rebeldía, cosecha libertad…"

Jordi Tosas.