Cerro Cinco Mil
|
Se me venia Diciembre encima, me quedaba una semana se vacaciones y tenia que intentar acomodarla para poder usarla. Tenia invitaciones muy tentadoras a la playa, a descansar y todo eso, pero al final opte por volver a un lugar en el que ya había estado y me había gustado mucho, el Cajón del Estero Aucayes.
Así que explicaciones mas explicaciones menos, logré acomodar mis planes y mis permisos para ir a la Cordillera a cerrar el año.
Durante la primera semana del mes fui a El Alfalfal a conversar con Don Walter Saavedra, arriero infalible que conozco desde el 2006, y que me ha llevado dos veces al Valle de Olivares y una al Tupungato, siempre de manera impecable.
El mismo me había dicho alguna vez, conversando en la Vega Honda, que conocía una “metida” mucho mas corta hasta el fondo del Cajón del Estero Aucayes que la que conocía yo, que era partiendo de Maitenes y remontando todo el cajón en unos dos días, por terreno irregular y con partes sin sendero. El me podía dejar en el CB en un día.
Foto: Final del Cajón del Estero Aucayes, idílico lugar donde abundan las cascadas que después dan vida al estero. |
Así que para ganar un día, conocer ese sendero y evitarme problemas con la gente de Alto Maipo que esta trabajando en la zona de Maitenes, decidí irme a caballo con Don Walter, seria una bonita experiencia cabalgar un día completo, cosa que nunca había echo, solo esperaba que las "joyas de la familia" no terminaran muy maltratadas...
Tuve que postergar una semana la salida, justo una semana de clima impecable, y correrme para la siguiente donde había pronostico de lluvia, que rabia, dos meses con 30 grados diarios y justo que salgo se echa a perder, pero bueno, no pensaba que fuese a ser gran cosa, un chaparrón veraniego nomás.
De todas formas y a última hora el mal pronostico del tiempo me hizo cambiar parte de los planes, no llevaría mi ultra-liviana carpa de semi-vivac, ya que no aguantaría un temporal fuerte, llevaría la carpa normal, aunque fuera mas pesada, al final fue una sabia decisión...
Partí un día domingo de la tercera semana de Diciembre con Don Walter y su hija Mariela, los primeros kilómetros montado me hicieron pensar que iba a llegar con los riñones en la mano, pero después de un rato me acostumbre al ritmo del caballo, que no me pescaba mucho cuando trataba de darle una orden.
Foto: Alto de los Bronces. |
Fui un día muy grato, el sendero que sube por la quebrada “Cinco Mil” (nombre del mapa IGM) o quebrada Los Bronces según los arrieros, es muy claro salvo un par de pasadas entre las rocas, hasta llegar luego de algunas horas de subida al portezuelo que nos permite pasar al Cajón del Estero Aucayes, con una increíble vista del Echaurren. Desde aquí comienza un traverse descendente, muy suave, que en algunas horas y después de superar algunas pasadas muy malas, nos llevó hasta el final del valle. |
En este punto se forma un circo con un inmenso paredón rocoso surcado por muchas cascadas. Un lugar realmente muy lindo y llamativo.
Acá me dejo Don Walter, acá instale mi Campo Base en el mismo lugar - o muy cerca - de donde acampé con Juan Carlos Caro y Jaime Wastavino años atrás, la primera vez que vinimos a esta zona a conocer los cerros que por aquí hay, y donde nos tuvimos que mandar un vivac improvisado, tiritando varias horas, y otro planificado, antes de volver un día de temporal de lluvia a la ciudad, a darle explicaciones a toda nuestra gente que estaba preocupada por el atraso de un día.
La tarde se me fue en sacar fotos, descansar, meditabundear y planificarme para el día siguiente. Sabia que el circo que cierra el valle lo forman al menos 10 cerros de norte a sur, varios inescalados y algunos con solo una ascensión, pero desde abajo no los veía, así que no sabia en que condiciones estaban las rutas, cuanta nieve había etc, por lo mismo opte por subir abierto a las diferentes opciones, aunque el Echaurren era la que mas me gustaba.
No quise madrugar, no era necesario, tenía todo el día para ir y volver, y la luz comenzaba a menguar recién a eso de las 20:00 hrs, lo que me daba un buen lapsus de tiempo para bajar al campamento.
Foto: Contrafuertes de la Punta Águila Azul. |
Tome desayuno y partí. De la vez anterior que vine con Juan Carlos y Jaime recordaba que había alguna pequeña pasada de roca y que el resto de la subida era más bien fácil, aunque no recordaba un sendero. Y así fue, llegue a la pasada de roca y la verdad no es que la recordara, mas bien no tenia mas opciones, pero una vez que la superé estuve seguro de que era la misma de la vez anterior. |
Luego continué por pendientes de tierra, sectores de vegas, arroyuelos y mucho verde, una subida muy bonita, hasta salir por la quebrada que da directo a la Punta Del Paraíso y desde donde se ve el circo completo de cerros que conforman este cordón.
Este cerro con solo un ascenso era uno de mis objetivos, pero estaba completamente seco, lo que me desamino un poco. No estaba ni ahí con meterme en pendientes de infinitos acarreos, lo mismo me paso con el Echaurren, ni una gota de nieve, solo piedras y mas piedras, y con bastante pendiente, lastima... para otra vez será.
Seguí estudiando las condiciones de los cerros y me fije en la P-3658, el primer cerro del cordón mirando de norte a sur, también el mas alejado, se recortaba contra el cielo azul y no me aguante, ese seria el primer objetivo.
Como dos horas me demore en llegar a la base, un traverse interminable por acarreos y pedregales, pero también obtuve unas hermosas vistas del Alto de las Amarillas y el Alto de los Bronces, ideas para nuevas rutas y una gran montaña inescalada y sin nombre que viene inmediatamente al SE de la P-3658.
Varias veces me tente a ir por otra cumbre, pero al final me mantuve en la idea original, aunque me costó, es increíble tener una zona así tan a la mano, con tanto cerro que uno no sabe para donde partir, y pensar que nadie viene...
Foto: Otra más para los Perros... |
Llegue a la base con la idea clara de por donde iba a subir, claro que solo veía 3/4 partes de la ruta, la parte final la vería solo en la base del ultimo tramo, y eso era lo que generaba la mayor incertidumbre, ya que se veía rocoso y de mala calidad. Alcancé la pala de nieve de la arista y me detuve a ponerme los crampones, tome algunas fotos y continué. El tramo por la nieve fue fácil, siempre mirando lo que venia a ver por donde podría conectar el ultimo tramo, eran partes de acarreo suelto y parado, y farellones rocosos que lo cruzaban, pero se veía pasable, desde abajo al menos. |
Me saqué los crampones para entrar a lo seco, subí sin mayores problemas por terreno sencillo pero expuesto, luego decidí irme por las rocas en una trepada directa, eran bloques grandes, fáciles de subir, mejor eso que el terreno de acarreo suelto.
Después de un par de pasadas la pendiente cedió y volvió el terreno fácil, ya estaba saliendo a la parte superior, comenzaba a ver mas cielo, los cerros a la distancia, la vista comenzaba a abrirse hacia todas partes, miro a mi izquierda y unos metros mas allá, por una sencilla arista de tierra, el punto mas alto...la cumbre...
Que alegría mas grande, estaba mas contento que perro con dos colas, la visual hacia todos lados era increíble, podía ver a lo lejos, muy lejos, cerros como el Leonera y el Plomo con toda claridad, las demás montañas del cordón y otras del Embalse el Yeso, del Cajón del Maipo etc, de todas partes.
Pero lo primero es lo primero, el trabajo, buscar algún posible testimonio...nada, ningún registro de ascensos anteriores.
Puse a trabajar el GPS y me dedique a sacar fotos mientras trabajaba, hacia rato que se había nublado y comenzaba a soplar un viento gélido, yo estaba algo cansado y decidí volver al Campo Base en vez de intentar alguna otra cumbre ese día, total, tenia tiempo para mas intentos, así que con la alegría absoluta de otro primer ascenso este 2012 comencé a bajar.
Larga estuvo la vuelta, bastante pesada pero tranquila, en la carpa aún llegaban los últimos rayos de sol, sin embargo las nubes comenzaban a cubrir las cumbres mas altas. Me metí en el saco mientras cocinaba algo y me puse a ver las fotos para decidir el objetivo de mañana.
Al día siguiente amaneció lloviendo, no me molesto mucho por que había quedado bien molido con la subida, así que no me haría mal un día de descanso, pero en la tarde de ese mismo día la lluvia cambio a nieve, y no paro hasta dos días después...
Cayo como medio metro de nieve, ya era viernes, las opciones e ilusiones de hacer algún otro cerro se habían desvanecido, aunque saliera el sol las condiciones estaban pésimas, se necesitan un par de días para que la nieve se estabilice, todo mal, lo único que calmaba la sensación de desanimo era que no volvimos en cero, al menos nos trajimos una cumbre y mucha información.
La bajada fue larga y pesada, el terreno estaba nevado, donde la nieve se comenzaba a derretir se formaba un barro profundo que hacía cansador y peligroso caminar, era fácil resbalarse y había mas de alguna pasada expuesta, las nubes entraban y salían, el sedero se perdía a veces, de todas formas llegando al portezuelo donde comienza la bajada por la quebrada todo se hizo mas sencillo.
Fue el único punto donde conecte algo de señal de celular, y pude contactar a mi amigo Ulises Espinosa para que me viniera a rescatar en la tarde, había salido un día antes de lo pensado por lo tanto no tenía transporte para hoy. Muy buena onda mi compa me vino a buscar en la tarde, justo cuando las nubes disipaban y empezaba a asomarse nuevamente el sol...
Autor: Elvis Acevedo.
"El camino hacia la cima es, como la marcha hacia uno mismo, una ruta en solitario"
Alessandro Gogna.