El Proceso Constituyente y el Libre Acceso a las Montañas.

El 18 de octubre del 2019 estaba en el restaurante Las Tejas, cerca de San Diego con la Alameda, disfrutando la clásica cazuela que de vez en cuando nos vamos a zampar con algunos amigos, y cuando salimos, Chile estaba cambiando. Desde esa fecha no como cazuela…

El proceso social que se inició en esa fecha, que no fue más que el reventón de años y años de rabia y frustración acumulados por gran parte de esta sociedad que básicamente se dedica a sobrevivir, y de empatía hacia aquellos por los que no hemos vivido los mismo problemas, forjo, entre otras cosas, un plebiscito nacional que dio como resultado una contundente masacre de la alternativa que busca escribir una nueva constitución, una nacida de la alegría, la esperanza y la ilusión, que quizá puedan ser excesivas, pero que son infinitamente mejores sentimientos que el odio, el miedo y los fusiles, bajo los que se escribió la constitución actual, por cinco pelagatos y bajo cuatro paredes.

Lamentablemente, aunque era algo bastante fácil de anticipar, prácticamente ningún club u organización de montaña se involucró de manera oficial por alguna de las alternativas, lamentable, sí, porque en un tema tan importante, no podemos ser neutrales. Si constantemente nos llenamos la boca reclamando injusticias por los accesos a las montañas o por los abusos medioambientales, este era el momento de apoyar una u otra opción, según el punto de vista de cada uno, pero eso ya no sucedió. ¿Que podría pasar ahora? ¿Qué debería pasar ahora?

Ya gano el Apruebo, la nueva constitución va, y aunque el camino es largo, y aún hay muchos temas que todavía no se resuelven como los escaños reservados a pueblos originarios o la participación de independientes, esta columna que escribo hoy, con un buen choca moka en la mesa, contento por estos procesos sociales que se están viviendo, y adolorido de un dedo donde me pegué un martillazo, busca intentar ver de qué forma podemos, los montañistas, como comunidad, intentar aprovechar esta oportunidad histórica para poner en la palestra el tema de los accesos a las montañas.

Estas líneas son solo la expresión de una visión personal, nada más.

Lo primero; hay que aterrizar y mantener los pies bien puestos sobre la tierra, no es que un párrafo de la constitución  vaya a decir que “todos los accesos deben ser libres” o algo así, eso no va a pasar, pero lo que sí podría pasar eventualmente es que apoyados en una nueva constitución, bien escrita esta vez, sea más fácil promulgar leyes o decretos que garanticen el acceso a las montañas (concepto aún por definir) de manera similar tal vez, a como está garantizado el acceso a las playas. Para eso no solo necesitamos acorralar a ese 20% de personas que quieren un país solo para ellos en la elección de constituyentes, sino también en las futuras elecciones parlamentarias, de presidentes, alcaldes y cualquier cosa que se les ocurra.

Hoy por hoy las playas son de libre acceso por:

“De acuerdo a la ley todas las playas de mar, ríos y lagos son Bienes Nacionales de uso público, es decir, son de dominio de todos los chilenos y su uso nos pertenece a todos (artículo 589 del Código Civil)”

Quizá por ese lado este la mano.

Las montañas no lo son, y aunque incluso ya hay un par de proyectos de ley que buscan democratizar el acceso a estos entornos naturales, permanecen estancados en el congreso hace años. Como sea, en esta columna no pretendo buscar la forma de fondo de cómo se deben abrir los accesos, sino de cómo creo que esta tal vez inexistente comunidad de montaña chilena debería organizarse para ser parte del proceso constitucional como una forma de hacer presión en este tema en específico.

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Los Constituyentes.

Pues lo primero que se nos viene a la cabeza, y no es incorrecto, es buscar que dentro de los 155 constituyentes existan algunos ligados al tema de la montaña, y que puedan entender desde si mismos el problema, eso es algo bastante simple y obvio, incluso he leído de muchos nombres, algunos me parecen buenas alternativas, otros me dan algo de urticaria. No hay que pensar que solo por ser un “montañista mediático” va a existir interés genuino en estos temas, no olvidemos que muchas caras conocidas trabajan directamente con empresas como Anglo American, que son corporaciones ambientalmente nefastas, u otros son parte directa, o están relacionados íntimamente con esa elite económica (porque intelectual no es…) que poco o nada quiere saber de cambios que puedan afectar sus intereses, como por ejemplo el señor Luksic, que debe ser de los personajes que más daño han hecho al medioambiente de este largo y angosto país. ¿Podrían sus “guías” de montaña ser neutrales al momento de participar de la elaboración de un documento que pudiera afectarlos directamente? Tal vez… Otros mencionados fueron sapos de los organismos represivos de la dictadura en la década de los 80, y otros apenas si están interesados en conseguir financiamiento para sus propios viajes... venga de quien venga esa plata.

Así que ojo pestaña y las dos cejas antes de pensar en nombres…

Pero, asumamos que le dimos al clavo y logramos que algunas personas conocedoras del tema, o derechamente montañeros, llegaran a ser constituyentes. Maravilloso, pero insuficiente.

Dos, tres, cinco personas tal vez, no son suficientes para poner en la palestra un tema que, seamos honestos, no es prioridad nacional sobre salud, educación, vivienda o pensiones, así que de todas formas necesitamos que el resto de los constituyentes elegidos puedan, de una u otra forma, ser parte o al menos estar informados de la actual situación de los accesos a las montañas en nuestro país. ¿Cómo?, pues, con organización.

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Organización, discusión y difusión.

Los que vivimos el proceso social de octubre del año pasado de cerca y no solo por la tele, nos dimos cuenta (y aprendimos mucho) de la importancia de los cabildos, de la discusión de calle y de la organización comunitaria a la hora de poder plantear las situaciones que nos interesa resolver, para aunar criterios y, al momento de plantearlas a la autoridad, o en este caso a los futuros constituyentes, llegar con una idea clara y no con un amasijo de ideas inconexas difíciles de defender o de representar para cualquiera, pues en este caso, los que nos toca como montañistas en estos meses, si realmente estamos interesados en al menos intentar aprovechar esta oportunidad, es comenzar a reunirnos y discutir que es lo que queremos plantear, que es lo que queremos lograr, como vamos a llegar a ese delicado equilibrio entre libertad de acción y conservación de nuestros espacios naturales: ¿Libre acceso absoluto? ¿Restricciones especificas en algunos lugares para poder cuidarlos? ¿Cómo definimos montaña? ¿Libre acceso a la montaña o a los ríos que acceden a ellas? ¿Ambos?, y un largo etc.

Discusión que deberíamos haber realizado hace mucho, pero bueno.

Y les cuento algo que quizá no les guste, esto no puede ser por internet…

Ya que casi ningún club tuvo las pelotas (perdón por el vocabulario…) de tomar partido en las opciones del plebiscito de manera oficial, es momento, ahora de que ya no pueden afectar su imagen, de que se organicen junto a sus miembros para comenzar la discusión, pongan a disposición su infraestructura para organizar debates y conversaciones que nos sirvan para definir que queremos, compartan con otros clubes, y la gran masa de montañeros no afiliados a ninguna institución, es momento de que pasemos de las quejas por Facebook a la organización real, de que nos juntemos y hablemos, y tengamos claro que queremos y necesitamos, para llegado el momento, poder plantear nuestras inquietudes a quienes sean elegidos para llevar adelante este gran proceso. Puede funcionar, puede que no, puede que lo logremos o quizá no, pero no habrá momento nunca más en la historia en que tengamos la oportunidad de plantear una problemática tan poco visible para el resto del país (es un problema solo para nosotros) a quienes van a escribir la carta fundamental, la que rige todo, incluso buena parte de las leyes futuras que podrían favorecernos directa o indirectamente.

Hubiese sido maravilloso tener una especie de federación o algo así, como existen en otros países, con la capacidad de ser la punta de lanza de un proceso de este tipo, pero, mmm, no sé, parece que no tenemos, o la que tenemos no es que funcione mucho, en fin…

Solo por unos meses deberíamos dejar de lado los diaporamas y entrenamientos y sentarnos a conversar como aprovechar esta gran oportunidad, ya que no es tan sencillo como parece, plantear un tema tan específico para que tome relevancia por sí solo.

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Especificidad.

Si, eso, o algo así. Me refiero como dije antes a que el tema de los accesos por sí solo puede resultar poco relevante dentro del contexto de los problemas más importantes que el país debe resolver, por eso no se puede llevar por sí solo, sino más bien como parte de algo más contundente. Por ejemplo, no puedo reclamar para que en la constitución exista el derecho a todos para sacarse radiografías de una muela, pero, a través de las reformas necesarias que garanticen el acceso a la salud podemos llegar a que las personas que necesitan esa radiografía se la puedan tomar.

El tema de los accesos debe ir inserto en algo más global, y que concite un interés mucho más transversal en la sociedad, como es el cuidado y protección del medio ambiente, la protección de los glaciares, la nacionalización real del agua etc. etc., y que nos lleve después de debatir como comunidad de montaña, a interactuar con otros actores preocupados de temas similares para, entre todos, visibilizar esta problemática como algo global y sumamente importante para nuestro desarrollo como país. La nueva constitución debe tener un enfoque ambiental entre otras tantas cosas, es importantísimo lograr eso.

Nada de esto será posible si nos quedamos discutiendo por redes sociales…

Nada de esto será posible si no somos capaces de organizarnos…

Nada de esto será posible si pensamos que con solo elegir tal o cual constituyente el problema está resuelto…

Y más importante aún, nada de esto será posible si no se logran los 2/3 de los cupos con personas interesadas en cambiar el rumbo de este país, más allá de si son montañistas o conocedores del tema, por que tengan por seguro que aquel 20% refugiado principalmente en aquellas tres comunas, ya se está organizando para poner a SUS constituyentes que tendrán como misión entorpecer cualquier cambio que pueda afectar sus intereses, y esta más que claro que una política ambiental que privilegie el cuidado de nuestros recursos por sobre la explotación, que al mismo tiempo tiene directa relación con muchísimos de los problemas de accesos a valles cordilleranos, afecta directamente los negocios con los que por décadas se han llenado los bolsillos.

Esto es solo una visión global de algunos puntos que me parecen relevantes, seguro hay bastantes más, pues bueno, que comience la discusión.

Queda un largo camino, veremos qué tan capaces somos de recorrerlo…

 

Autor: Elvis Acevedo R.


"Los lugares más oscuros del infierno, están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral."

Dante Alighieri.