Expedición al San Valentín 1992
El 22 de Enero de 1992 la Selección Nacional de Andinismo logra, por primera vez, poner en la cumbre del Monte San Valentín, una expedición íntegramente chilena.
Claudio Gálvez, jefe de dicha expedición nos narra cómo fue este excelente trabajo. Va acompañado de los seleccionados nacionales Darío Alfaro (24 años), Malcom Moreno (21 años), Rodrigo Vivanco (23 años), Marcelo Quiroz (23 años) y Sergio Zárate (25 años).
Un gigante de la Patagonia.
En la undécima región de Aysén, existen dos plataformas de hielo conocidas como Campo de Hielo Norte y Sur, separadas por una gran depresión donde fluyen al océano lo ríos Baker y Pascua.
El hielo patagónico Norte mide aproximadamente 100 kms por 45 kms, alcanzando una superficie de 4.400 kms cuadrados, mientras que el hielo patagónico sur mide 330 kms, por 80 kms, con un área total de aproximadamente 13.500 Kms cuadrados, es decir casi tres veces más que la anterior.
Al norte y hacia el lado oriental del hielo patagónico norte, se alza el monte San Valentín, ascendido por primera vez el año 1952 por los argentinos, después de varios intentos frustrados.
Hacia el sur se encuentra el istmo de Ofqui, luego el golfo de Penas; también se puede observar el Glaciar San Quintín que se diferencia del San Rafael ya que el primero cae a tierra y el segundo, más famoso cae al mar.
¡Hola Apóstol!
En lancha "Zodiac" nos desembarcan al pequeño muelle de la Laguna San Rafael, los marinos de la Armada de Chile, quienes nos han traído hasta aquí en uno de sus buques desde Puerto Montt. Descargamos todo nuestro equipo y material de escalada; de aquí debemos portear todo este equipo al refugio de la Conaf donde reside Apóstol, el encargado del refugio, junto a su esposa y un estudiante inglés.
Ellos permanecen aquí toda la temporada de verano custodiando este bello Parque Nacional. Fueron varios viajes desde el muelle hasta el refugio, bajo una tenue lluvia la que nos hacía presagiar que esta aventura sería completamente mojada. Instalados ya en el refugio, y cerca de la cocina a leña, se prepara la primera cena en la Patagonia.
Sin esperar mucho más, salimos al otro día con todo nuestro equipo para abastecer el Campamento 1, a 420 mts de altura sobre el nivel del mar. El entorno de esta aproximación es de una naturaleza exuberante y fascinante; lagunas, cascadas, bosques impenetrables, para luego encontrarse con el glaciar; un espectáculo sin parangón.
La vía continúa por el borde del ventisquero entre rocas y pequeñas quebradas, se escala una pared sin grandes dificultades, luego terreno con vegetación.
El 11 de Enero realizamos un segundo viaje al Campo 1 para abastecerlo de alimentación, los esquíes y parte del equipo técnico que quedaba. El 12 de Enero permanecemos en el refugio y sólo realizamos descanso, lectura, meditación, escritura y muchos chistes. El 13 de Enero abandonamos el refugio con todo nuestro equipo personal, y a nuestro amigo Apóstol.
Tres cordadas.
Darío y Malcom compartían una carpa, dos personajes muy distintos. A Darío le decíamos el "Cochayuyo" por vivir en Valparaíso, bajo, moreno y muy atlético, y Malcom "El inglés" por haber vivido en Inglaterra en su infancia; contextura delgada, alto rubio. Ambos excelentes escaladores con un prestigioso currículum deportivo.
Marcelo y Rodrigo son inseparables compañeros de muchas cordadas. Rodrigo se ganó el premio al más dormilón y Marcelo a la peor voz.
Con Sergio formamos la tercera cordada; le llamamos "El Rambo", por su fuerza y parecido al actor. En una oportunidad se apretó el dedo en la fijación del esquí; con hielo se detuvo la hemorragia y luego al estilo "Rambo", se suturó la herida, quebrando dos agujas.
Como resultado de esto, el dedo se inflamó, entonces con un cuchillo perforó la uña, dejando que drenara la sangre acumulada, a los pocos días, se recuperó totalmente.
Campamento 2
Siguiendo por el borde del Glaciar, entre rocas y grietas, seleccionamos las pasadas más óptimas para poder avanzar, luego se asciende por una canaleta, y cruza una zona de plataformas de rocas aborregadas por el paso del hielo sobre ellas (En los últimos 40 años el nivel del hielo, ha descendido 70 metros como promedio). Se desciende por otra canaleta y se salta una pequeña grieta, y estamos en el hielo mismo.
Cruzamos como 4 kms en el Campo de Hielo con muy poca cantidad de grietas, al otro lado se encuentra el "Nunatak", o isla de hielo. Seis horas nos demandó recorrer los 9 kms hasta establecer el campamento 2, en donde depositamos nuestro equipo, y regresamos nuevamente al Campo 1 en solo 3 horas.
Expedición : Cuesta de las Amarguras
Poniendo rumbo hacia nuestra meta después de haber abandonado el Campamento 2, a los pocos metros nos enfrentamos con una pendiente muy pronunciada en donde es muy difícil utilizar los esquíes, debiendo avanzar con el piolet en mano y los crampones convencionales. A pesar de ello a duras penas lográbamos tirar de nuestros pesados trineos que arrastrábamos, pero finalmente logramos montarnos en la parte superior del plateau.
A este lugar lo denominamos la "cuesta de las amarguras", ya que Rodrigo y Marcelo montaron su propio "Show" en sobrepasar esta pendiente; trataron primero de ascender con esquíes, pero esto no prosperó, luego, con piolet y crampones sobre hielo "cristal" tampoco prosperó y les fue imposible; el trineo los tiraba hacia abajo, finalmente tras una ardua labor con aseguramiento por piolet, lograron remontar la pendiente.
Después, una vez pasada "las amarguras", nos reímos de la situación, sin embargo habían dos escaladores que continuaron "amargados". Avanzar, ganar kilómetros era el pensamiento colectivo, estar atentos a las grietas ocultas por los débiles puentes de nieve era mi mayor preocupación. Ese día logramos recorrer como 12 kilómetros aproximadamente y a las 17 horas estábamos instalando el campamento 3 a una altura de 1.200 metros, según rezaba nuestro altímetro. |
El día 17 de Enero hicimos abandono del campamento número 3 y en medio del silencioso ventisquero continuamos el deslizamiento por terreno llano, con escasas grietas. Aceleramos la marcha al notar que se aproximaba una tormenta y rápidamente instalamos el campamento número 4, debajo de un portezuelo, a una altura de 1.530 metros. A poco de estar allí se desata la anunciada tormenta. Ya dentro de las carpas nos espera una buena cena y el reparador sueño.
Tres días de claustro
Despertamos tarde ese 18 de Enero. La tormenta no nos permite salir de este campamento, y durante tres días estuvimos escuchando el viento que rugía y soportar resignados el sólo oír música, leer, dialogar, cocinar o bien los típicos menesteres de campamento.
Bello día
Hoy 21 de Enero el sol brilla esplendorosamente, rodeado de un intenso azul, desarmamos el campamento, cargamos trineos, esquíes y rápidamente alcanzamos el portezuelo cercano en ruta diagonal de media ladera, avanzamos por la pendiente cruzando algunas grietas sin grandes problemas.
Al frente hacia el sur se alza el cerro La Torre, una bella montaña de roca y hielo. Al atardecer alcanzamos la zona de los seracs (grandes bloques de hielo producidos por la quebrazón del glaciar) y las grandes grietas, lugar donde se desarrolla un gran quiebre del hielo debido al cambio de pendiente. En este mismo lugar una expedición chilena el año pasado, se vio obligada a regresar ya que les fue imposible cruzar las enormes grietas.
Sergio y Marcelo realizan una exploración para observar la consistencia de los puentes que cruzan las grietas. El grupo de avanzada nos informa por radio que las condiciones son buenas, pero que sería difícil transitar con los trineos debido a la gran pendiente y el cruce de las grietas. Debido a la lentitud, estaríamos más tiempo expuestos a las avalanchas.
La avanzadilla regresa y todos juntos decidimos instalar el campamento 5 en un sitio previo al cruce de la zona de grandes grietas y protegidos de posibles caídas de seracs, a 2.000 mts de altitud, según nuestro altímetro. Desde este punto intentaríamos el ascenso final. Pensamos que nos estábamos jugando nuestra última carta, ya que todo dependía del éxito del cruce de las grandes grietas.
!Por Fin!
Sonó el despertador, movimiento en todas las carpas, obscuridad de madrugada, excitación por lo que nos aguarda, cargar equipos en la espalda, no olvidar tornillos, estacas, cuerdas, mosquetones para escalar y llevar mucho líquido. Desarmamos dos carpas y dejamos una bien estacada para guardar todo el equipo que no llevaríamos con nosotros.
El hielo nos permitió un seguro avance con los esquíes y crampones de esquíes. Con la ayuda de la linterna frontal se puede trabajar mejor en el equipamiento con cuerdas, estacas y mosquetones de los puentes de nieve, los cuales cruzamos con cautela y casi sin respirar. Finalmente tras tensos minutos logramos traspasar esta barrera peligrosa y nos recibe la salida del sol entre un mar de nubes como señal de un buen augurio.
Ya sobre el quinto plateau viramos hacia el norte donde se eleva - al final de la plataforma del glaciar - el monte San Valentín, protegido por fuertes pendientes de hielo.
Abandonamos nuestros esquíes y calzándonos ahora los crampones, avanzamos hacia la arista sur-este. Rodeamos un par de grietas, luego ascendemos por una pendiente de unos 45º. Sobre esta arista encontramos un hielo cristal muy duro, lo que nos obligó enterrar con fuerza los crampones sobre la pendiente, tuvimos que rodear un gendarme de una roca blanca tipo mármol, que interrumpía la arista.
Los últimos 80 metros tenían una pendiente de unos 60º a 70º que terminaba en la anhelada cumbre.
22 de Enero, 13 horas de ascensión y por fin la cima. El altímetro nos indica 4.060 metros (¿?). Describir sentimientos al llegar a la cumbre es difícil, sin embargo sólo recuerdo que por nuestras mentes pasaban escenas de todo el trabajo que significó realizar las prácticas, entrenamientos, las largas horas de organización, los viajes por bus, buque, barcaza, largas caminatas por bosques, roca y hielo, todo materializado con el éxito obtenido al alcanzar la cumbre.
Permanecimos una hora en la cima sacando las fotos de rigor y dejamos una escalera de aluminio como testimonio de cumbre. Luego vino el descenso (rapel) bajando los 80 metros de pared, continuamos descendiendo por la misma ruta de ascenso y a las 21 horas alcanzamos el campamento 5.
Cansados pero muy felices del triunfo logrado ya que éramos la primera expedición chilena en alcanzar la cima del San Valentín desde la Laguna San Rafael.
Tres días demoramos en bajar al refugio de la Conaf a la orilla de la laguna San Rafael. Allí permanecemos cinco días en espera de emprender el viaje de retorno por mar y luego nuestros hogares.
Participantes de la expedición:
Claudio Gálvez: Instructor de Montaña, profesor de Educación Física, jefe de la expedición.
Darío Alfaro: 24 años, estudiante de Odontología, médico de la expedición.
Malcom Moreno: 21 años, estudiante de Educación Física, encargado de las comunicaciones.
Rodrigo Vivanco: 23 años, estudiante de Historia y Geografía, responsable de la alimentación.
Marcelo Quiroz: 23 años, egresado de Administración de Personal.
Sergio Zárate: 25 años, Técnico en estructuras metálicas, encargado del equipo técnico.
Autor: Claudio Gálvez.
NDLR: Extraído del Anuario de Montaña FEACH 1989 - 1993.
Agradecimientos: A Pablo Besser por las fotografías.
"Hay personas que nunca se vuelven locas, que vidas tan horribles deben vivir..."
Charles Bukowsky.