El Esquí de Alta Montaña

EI Esquí, como deporte de alta montaña, quedaría incompleto si no se practicara en todos los lugares que son de su dominio. Asimismo, el Andinismo para pretender ser integral, debe cumplir con la premisa de reunir el máximo de técnicas y conocimientos afines. Desde este punto de vista, el esquí es una herramienta que permite penetrar la nevada cordillera en buena forma.

En primavera, mientras los valles se ponen verdes, las cimas de mediana y gran altitud proyectan el blanco deslumbrante de la nieve virgen. Allí es donde el enamorado de las alturas dirige sus pasos, subiendo muy temprano, en medio de los destellos del sol naciente y las pendientes de nieve dura.

Cuando los días se alargan, cuando la nieve del invierno se estabiliza y las primeras flores asoman en los valles, se abre el campo de acción para el Esquí de Travesía o Randonné. Este nos permite hermanar magníficamente, los placeres del montañismo con aquellos del Esquí. La satisfacción que se experimenta, procede tanto de la conquista o el descubrimiento de una cima, como del placer de deslizarse por sus flancos nevados.

Esta especialidad ya tiene un largo historial en la evolución del montañismo. Fue en 1904 cuando se realizó la primera ascensión en esquíes al Monte Blanco de 4.807 metros. También se ocupa esta técnica en 1979, cuando una expedición francesa desciende por vez primera uno de los gigantes del Himalaya: el Annapurnna de 8.091 metros, con los esquíes adaptados a los rigores de la alta montaña.

Así se escribía un nuevo capítulo en la historia de las conquistas naturales. Actualmente, el Esquí de Travesía o Esquí de Randonné, cobra gran importancia a raíz de la saturación y sobre poblamiento que adquieren los centros de práctica equipados con remonte mecánico. Además, permite "prolongar" la temporada al disponer de lugares, que por estar a mayor altura, permanecen nevados hasta principios de verano.

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Foto: Randonné en el Valle de la Engorda.

De los diferentes tipos de esquí practicados en Chile, el Alpino o de Pista, es el más popular y desarrollado. Lo favorece el hecho de disponer de una privilegiada geografía, con climas y relieves particulares. Además, la proximidad de Santiago a los centros de esquí, distantes a no más de una hora y media, la hacen sin duda la capital más cercana al lugar de los deportes de invierno.

Portillo, La Parva, Colorado, Farellones y Lagunillas, tienen la capacidad de albergar gran cantidad de deportistas extranjeros y nacionales, contando con una moderna infraestructura vial, hotelera y de andariveles. Más al sur, los centros de Chillán y Antillanca, agregan la belleza de la vegetación al atractivo de la nieve.

Frente a las interrogantes, de cuáles son las posibilidades que ofrecen las nevadas montañas chilenas más allá de la pista, se podría responder que son casi infinitas. Cuando se suman factores favorables relacionados con el clima y calidad de la nieve, es posible realizar largas y hermosas travesías, como asimismo interesantes ascensiones de Alta Montaña. Bajo esta perspectiva, se realizó con pleno éxito la Primera Expedición Invernal al Aconcagua en esquíes, durante Septiembre de 1985.

Los esquíes transformados en funcionales medios de transporte, equipados con fijaciones ambivalentes y utilizando pieles antideslizantes en su base, permitieron un armónico trabajo de aproximación hasta el campamento de base, para luego ser utilizados con excelente resultado hasta la base de la canaleta final (A unos 6.800 mts. de altura). Desde aquél punto se ataco la cumbre y posteriormente, los más experimentados esquiadores de montaña del grupo, como son Sepúlveda, Wulf, Elton y Midletton, descendieron esquiando desde una altura record, por un amplio terreno nevado prácticamente virgen.

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Foto: Randonné en el Valle de Morales.

Nuestra particular geografía montañosa brinda la posibilidad de practicar el esquí en cualquiera de sus formas. Una o dos nevadas, durante mayo o junio, establecen la cubierta de nieve apropiada que sirve de base a las futuras pistas de deslizamiento. Posteriormente el sol, en conjunto con los cambios de temperatura y la sequedad del aire, estabilizan rápidamente el manto.

Si la acción solar hace agradable la práctica del esquí en pleno invierno, produce además una placa de nieve que dificulta el desplazamiento fuera de los lugares preparados. Pero bastarán solo unas cuantas semanas de buen tiempo para que la nieve se apriete y se puedan hacer recorridos por cualquier parte, sin necesidad de canchas artificiales.

A partir de lugares de fácil acceso, como son los centros de invierno, es posible en pocas horas enfrentarse cara a cara con el amplio escenario natural de nuestras altas cimas andinas. Bajo esta visión, el esquí de Randonné se nos presenta como un ritmo natural reencontrado. Ritmo del ascenso armónico, de la subida y la bajada, de la alternancia continúa del esfuerzo y la contemplación. Además del ejercicio físico que significa una buena travesía, la vida en campamento, en base solo a lo esencial, nos facilita la comunicación con los compañeros de aventura, sin el peso abrumador de los horarios de ciudad, y sin más reglas que las lógicas de las derivadas de la precaución.

La montaña así nos devuelve ese rasgo de humanidad que muchas veces, la comodidad de la metrópoli y los avances tecnológicos relegan a planos secundarios.

Algunas Excursiones con Esquíes realizadas en la Cordillera Central.

En la Cordillera Central de Chile, a partir del mes de Julio y hasta el mes de Diciembre inclusive, pueden desarrollarse diversas excursiones, entre las que destacan:

Farellones - Cerro La Parva: Partiendo del Cerro Colorado (2.800 mts.) hacía el Cerro La Parva (3.600 mts.) y regreso por la cara Oeste de este último, hasta el camino principal. Se recorren aproximadamente unos 10 Km, factibles de ser cubiertos en el día, en unas 7 horas.

Lagunillas - Cerro Divisadero: Saliendo desde el Cerro La Cruz (2.400) hacia el lugar denominado la Loma de la Vela y luego, descenso hasta el Cerro Divisadero. Recorrido total de unas 8 horas.

Parque Nacional El Morado: Excursión que se inicia en sector del Cajón del Maipo, conocido como Baños Morales (2.000 mts.) para ascender por el cajón de Morales hasta la base del Cerro Mirador del Morado. Total de unos 10 Km de recorrido.

Baños Morales - Valle de la Engorda: Excursión hacia la vuelta de las Arenas y desde allí hasta el Valle de la Engorda, en la base del Volcán San José (2.600 mts.) con un total de 12 Km de recorrido.

En los últimos años, algunos montañistas han realizado largas y bellas travesías y ascensiones de alta montaña, con largos recorridos y logrando altas cimas. Entre todas podemos destacar:

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Foto: Valle de la Engorda, lugar ideal para la práctica del Esquí de Randonné.

Cruce Farellones al Cajón del Maipo: Esta excursión la realizó Rod Walker, en agosto de 1984, vía Potrero Grande a 3.061 mts, recorriendo 48 Km en tres días.

Lagunillas a Embalse El Yeso: Se cruzó por el portezuelo del Cerro Peladeros a 3.400 mts, con un total de 50 Km recorridos en tres días. Esta Excursión fue realizada en julio de 1983, por Walker-Storie.

Valle del Yeso a Lo Valdés: El punto máximo de esta travesía fue el portezuelo del Marmolejo a 4.150 mts. La cordada Walker-Storie-Veiss superaron en cuatro días los 62 Km durante el mes de Septiembre de 1983.

Entre las ascensiones de Alta Montaña y posterior descenso en esquíes, efecutadas últimamente, se destacan:

Cerro El Plomo: De 5.450 mts. La cordada Sepúlveda-Wulf-Midletton ascienden hasta la cima por el glaciar central, para descender por esta misma ruta. Ascensión realizada en Octubre de 1983.

Volcán San José: de 5.850 mts. Durante el mes de Noviembre de 1984, se utiliza la ruta normal de ascensión hasta el portezuelo, donde ya no existe nieve, para posteriormente descender esquiando hasta el Valle de la Engorda. Cordada formada por Elton-Sepúlveda Oyarzun-Manfredini.

Autor: Gastón Oyarzun.

NDLR: Extraído del anuario FEACH 1988 y complementado con fotos del archivo de los Perros Alpinos.

 

"El Hombre es mortal por sus temores, e inmortal por sus deseos."

Pitágoras