Dos Sierras Chilenas Desconocidas

Andinistas de las ciudades de Chile central, sin duda estarán interesados en realizar un trabajo muy atractivo que puede significar no solo la ascensión de algunas cumbres, sino también una verdadera labor de exploración.

En 1949 y 1951, ambas ocasiones en el mes de diciembre, un pequeño grupo de andinistas penetramos a dos regiones tan poco conocidas por andinistas, que nos encontramos por primera vez en nuestras experiencias con la necesidad de realizar reconocimientos preliminares antes de decidirnos a intentar las montañas.

Estas regiones están ubicadas en los tramos andinos de Rancagua y Colchagua. Para el viaje de la primera de ellas tomamos como punto de referencia  tan solo una vieja plancha del Cerro El Palomo; para el segundo nos bastó decidirnos echar la mirada al mapa, pues el atractivo de unas veinte cumbres de más de cuatro mil metros - sin nombre casi todas ellas - eran promesa de aventuras. En ninguna ocasión tuvimos un desengaño.

En el viaje de 1949 a  Colchagua penetramos por el Valle del Río Tinguiririca, que lleva  hasta las bien conocidas Termas del Flaco. Ascendimos en el a las cumbres del Palomo (4.850m) El Brujo (4.800m) y el Volcán Tinguiririca (unos 4300-4500m). Tan solo el Brujo era una cumbre inescalada, pero nuestro viaje fue una verdadera exploración, pues las dos montañas restantes habían sido escaladas desde valles completamente opuestos.

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Foto: Volcán Palomo y glaciares Cortaderal y Universidad.

En el viaje de 1951 a Rancagua escalamos todas como primeros, las cumbres del Nevado de Flores (4.895m) Picos del Barroso N. O. (5.053m) y El Serrucho (4.850m), pero queda en ambas partes una gran labor por realizar y estoy seguro, aún a pesar de nuestras ascensiones en ellas, una vez más el andinismo irá en brazos con la exploración.

Sierra de Los Punzones: En la provincia de Colchagua, orientada al parecer de N. N. E. a S. S. O. está la llamada Sierra de Los Punzones. Fuimos nosotros quienes asignamos tal nombre y con toda justicia, pues tal sierra no solo se alza vecina al paso de los Punzones, sino que también sus cumbres son afiladas torrecillas de granito.

La cumbre dominante es según las cartas modernas (1945) el Alto de los Arrieros (5000m) así denominado en la Carta Nacional; fue escalado dos meses después de nuestra visita por un grupo Suizo Pffenniger-Mamillod, en condiciones bastante difíciles.

Al Oeste de tal montaña está la más sensacional roca de Los Andes de esta provincia: Cerro Portillo (4.986 m.) cual sea su ruta más favorable yo no podría decirlo; tan solo tuve la ocasión de examinar su Pared Oeste y ésta me pareció desesperadamente lisa; más tarde también pude tender la mirada a su faz del sur y ésta es aún menos propicia. Pero aquí está el atractivo del andinismo en su forma más hermosa, el reconocimiento.

Una interesante exploración será necesaria antes de decidirse a la escalada misma. Después del Portillo hay dos otras cumbres de unos 4.700-4.800m, y las restantes son una torre de granito estriado de unos 4.500m y una formidable pared de la misma altitud, que es en realidad una cumbre vasalla de El Brujo, cuya masa tan bien se puede admirar desde el Valle del Tinguiririca. Las demás no figuran en el mapa, pero son algo menores.

Sierra del Brujo

Foto: Sierra de los Punzones, actualmente Sierra del Brujo.

Para acceso a su faz del este, la Sierra deberá ser recorrida desde el Valle de San José (San Andrés en el mapa) y para su faz desde el Oeste desde el Valle de Cachapoal, una ruta muy larga y desconocida.

La región es la más diversa en cuanto he visto en la Cordillera Central. Por primera vez encontramos aquí el granito y los andinistas podrán tener una idea de ella con una fotografía del tal conocido Fitz-Roy, de Patagonia. La vegetación sin embargo da el mejor atractivo.

Quizás haya aquí ya un preludio a los bien poblados bosques de Chile Sur; así, no es de extrañarse ver Pangues, Maitenes, Robles, y sobre todo, Cipreses, los verdaderos Cedros chilenos. Estos árboles se aferran a paredes muy empinadas en el Valle del Azufre y llegan hasta los 2.000m. Más arriba se encuentra el desolado Valle de Los Humos, cubierto de escoria volcánica y lavas rojas que bien comprueban la pasada ferocidad y fuerza del Volcán Tinguiririca.

En la fauna se destaca el vivaz Choroy, de plumas rojas, verdes, amarillas y que produce todo el tiempo durante el vuelo, una gran algazara.

Los glaciares son otra peculiaridad de los punzones. Son todos colgantes; penden entre avenidas de roca granítica desde los 5.000 hasta los 2.360m que es la más baja altitud hasta ahora encontrada para un glaciar de Chile Central. Pero he leído en los libros del Chileno Risopatrón que el Ventisquero de los Cipreses (En la faz oeste de la sierra) llega hasta los 1.900m. Su nombre es sugestivo como lo es en su altura de término. ¿Llega el hielo hasta el nivel de la vegetación? Es muy posible.

Andinistas que deseen escalar esta región, deberán obtener permiso primeramente de su propietario del fundo en el cual está ubicada, el llamado fundo “El Perejil” de Chimbarongo. Fue gracias a la Comunidad Gandarillas-Valdés que nosotros tuvimos ese permiso (NDLR: Datos de los años 50) La falta de arrieros hará pesada una excursión si las marchas son prolongadas, pues todo el equipo deberá llevarse a la espalda. Sin embargo, es posible encontrar dueños de pequeños rebaños de burros que aceptarán - sin duda - transportar cargas hasta el campo-base.

Sierra de los Paredones: Una vez más hay aquí un nombre impuesto por nosotros. Cuando entramos al valle de Flores para ascender la cumbre principal de él, de 4.895m, caímos en la cuenta que esta cumbre era el vértice de toda una Sierra de terribles murallas de rocas.

El nombre se debe no sólo a esta característica, sino también a que el río que da origen al de Pangal se llama Río de Los Paredones (Que los nativos pronuncian defectuosamente río de los Padrones).

En un viaje sucesivo, recorrimos el Valle de Paredones y pasamos por debajo de los cerros de tal Sierra, ascendimos una cumbre de macizo Picos del Barroso, solo para obtener una vista que nos diera una idea de la mejor ruta para un intento al Serrucho, seguramente una de las más bellas montañas de hielo de Chile Central. También el Serrucho es un vértice de la Sierra de los Paredones. En esta sierra hay numerosas cumbres. La más alta parece ser Nevado de Flores (4.895m), la más baja un cerro sin nombre de unos 4.040m. Vecino al primero está la Torre de Flores (4885m.).

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Foto: Nevado de Flores desde la cumbre de la Torre de Flores.

Acampados en el margen opuesto del Río Paredones sobre el cual se alza la Sierra, pudimos ver todo tiempo el Valle del Diablo, corto pero impresionante. Su confín escondía tras un recodo una montaña de salvaje cuchilla dentada, obstruía la mirada hasta el extremo norte de la sierra.

Desde la cumbre del Serrucho pudimos ver después que tras tal montaña existe un glaciar en forma de copa, encerrado entre dos picachos, uno de ellos de siniestra figura que no esta en el mapa y de unos 4.600m. Los nativos lo nombran Puntillas de Flores.

No hay grandes glaciares en la Sierra de los Paredones. Los hielos aquí se afianzan en las montañas mismas y no en los valles, con todo, la región es sumamente abrupta, demasiado para su escasa altitud y algunos cerros creo, deberán ser intentados repetidas veces antes de ser conquistados.

Los valles de acceso son todos desde el lugar llamado Las Callanas, los de Flores por el nor-oeste y el de Paredones por el sur. El de Paredones termina en un amplio circo de cuenca, que serviría para dar un acceso, aunque algo problemático en razón de las interminables paredes de roca sin brecha alguna, por el este y sur-este.

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Foto: Torre de Flores y Puntillas de Flores.

La roca de esta sierra no es firme, pero es infinitamente mejor a cuanto he encontrado en los picachos vecinos a Santiago y Los Andes. Las paredes de roca son largas y las cuchillas son expuestas. Una característica que pocos mirarán con simpatía es la dentadura de los cuchillos culminantes.

En estos tiempos de conquistas fáciles yo no puedo menos que pensar con satisfacción que, por muy notables éxitos que conquistemos, siempre habrá lugares en la Cordillera que nos obliguen a esfuerzos supremos. Y si tales esfuerzos no bastaran, mi satisfacción sería completa, aun cuando sea yo mismo uno de los fracasados.

Autor: Evelio Echevarría Caselli.

NDLR: Extraído del Anuario de Montaña FEACH 1956 y complementado con fotos del archivo de los Perros Alpinos.

 

"Las Religiones crean seres condicionados, la Espiritualidad crea seres libres..."