Expedición a la Cordillera Blanca del Perú 1993

Hace tiempo que no me llamaban gringo y es porque no podía visitar la cordillera blanca del Perú, pues estaba vedada para los escaladores, el grupo terrorista del Sendero Luminoso tenía sitiada la zona y nadie se atrevía a visitarla.

Huaraz es la capital de la provincia de Ancash, se encuentra ubicada en el lugar más maravilloso de la tierra, rodeada de impresionantes pirámides de hielo que desafían el intenso cielo azul, lagunas cristalinas donde se pierde lo real con lo fantástico, la flora característica de las alturas nos cautiva con su perfume y colorido natural creando un entorno de ensueños para los caminantes y escaladores; Dios cuando creó el Paraíso pensó en la Patagonia y la Cordillera Blanca del Perú.

La cordillera blanca es una de las cordilleras más hermosas del mundo y la cordillera tropical más alta de la tierra, de una extensión de 340.000 hectáreas, 180 km de norte a sur y un promedio de 20 km de este a oeste, se encuentran 30 cumbres que sobrepasan los 6.000 metros sobre el nivel del mar. La mayor altura es el Nevado del Huascarán de 6.768 mts y la más alta cumbre del Perú.

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Foto: Cajón de Lo Valdés (Fotografía del relato original)

Son las 21:00hrs del día domingo 25 de Julio y nos encontramos subiendo todo nuestro equipaje al bus de la línea Rodríguez, viajaremos toda la noche. Lentamente vamos dejando atrás la histórica ciudad de Lima a través de callejones y de una vida nocturna que recién comienza, ya pronto entramos en la carretera. Del exterior sentimos el aire fresco y marítimo lo que nos indica que estamos muy cerca del océano, el ronroneo del motor nos lleva a un sueño viajero.

De cero metro ascendemos a 3.091 mts. Huaraz, su capital nos recibe con todo su esplendoroso amanecer, al fondo como telón mágico el coloso de la cordillera blanca, el nevado de Huascarán. Rápidamente nos movilizamos en los típicos carritos de triciclos con toda nuestra carga a buscar un alojamiento para nueve.

Por la tarde recorrimos la ciudad observando la artesanía y comprando los últimos detalles de la alimentación.

De Huaraz viajamos a Cashapampa, pero antes nos detuvimos en el camposanto de Yungay, lugar donde se encontraba la histórica ciudad; fue la tarde de un 31 de mayo del año 1970 cuando desapareció para siempre la ciudad de Yungay los sobrevivientes cuentan esta tragedia:

"Un sonido bronco emergió del fondo de la tierra, mientras la extraña fuerza de la naturaleza se desencadenaba en todo sentido, se agrietaba el suelo y las paredes caían, la voluntad humana era impotente, era una pesadilla cruel, quejidos de dolor se escuchaban portadas partes, luego el silencio mortal".

Huascarán

Foto: Huascarán desde el Camposanto de Yungay.

Fue un terremoto de grado 7.7 en la escala de Richter y en el departamento de Ancash se produjo el mayor desastre natural de la historia de la humanidad. Desde la vertiente oeste de la pared del nevado del Huascarán, con el movimiento sísmico se desprendió una gran masa de hielo que bajó a 300 kms por hora sepultando toda la ciudad de Yungay; sólo cuatro palmeras enmarcan la que fue la Plaza de Armas y un cementerio perdido en el tiempo.

Al atardecer alcanzamos el pueblito de Cashapampa, los niños son los primeros en recibirnos, corren al lado del carro diciendo "hola gringo dame dulce dame". A todos los extranjeros los llaman gringo. En una plataforma de cultivo que se encuentra en descanso, nos permitieron levantar el campamento rodeados de niños curiosos con su cara sucia y la sonrisa alegre como si fueran al circo.

Artemio Caballero nos ofrece sus burritos para el traslado al campo de base, después de negociar se llega a un acuerdo. Serán 7 y dos arrieros y dos días de marcha, hay que cancelar el día de regreso de ellos.

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Foto: Acceso al portezuelo Quitaraju - Alpamayo.

28 de Julio fiesta nacional del Perú. Nuestra caravana avanza por la quebrada de Santa Cruz. Siguiendo el sendero que bordea el río ganamos altura rápidamente, a cada lado existen paredes de granitos que invitan a la escalada, cada rincón que cruzamos es de una belleza mágica. Bajo la sombra de un frondoso árbol descansamos por un momento, agua con harina tostada y azúcar es nuestro almuerzo, a las 16:00 cruzamos a la laguna chica, lugar donde se instala el campamento a los pies de formidables columnas de granito, a lo lejos se asoma el nevado de Taulliraju de 5.830 mts, parece una catedral antigua. Los arrieros se cobijan en unas cuevas apropiadas para sortear la noche, algunos goterones durante la noche hacen presagiar un posible mal tiempo, los arrieros nos manifiestan que es el cambio de luna esperamos que sea así.

Al día siguiente continuamos con la caravana de burritos, en el camino nos encontramos con varias expediciones que ya están de regreso de las montañas, algunas exitosas y otras sólo con la satisfacción de haber conocido la belleza de la zona.

Cruzamos la laguna Jatuncocha o laguna grande, en sus aguas verdosas y azuladas se reflejan los glaciares de la pared sur del nevado Quitaraju, es un paisaje de alta montaña insuperable.

El sendero bruscamente vira al norte para ingresar a la quebrada de Arhuaycocha, lugar donde se instalará el campamento de base. Debemos de cruzar un pequeño bosque de árboles llamados Queñua, el color rojizo de la corteza que se desprende como papel contrasta con el verde profundo de sus hojas maravillosamente. Más allá en una plataforma natural se instala el campamento de base a una altura aproximada de 4.000 mts, rodeados de magníficas montañas.

Al oeste nuestro objetivo, el nevado Quitaraju de 6.100 mts, luego el portezuelo o col como lo llaman los escaladores peruanos, unido al col el nevado del Alpamayo de 5.947 mts, al noreste el grupo de los Pucahirca de sobre 6.000 mts, al este el mencionado Taulliraju de 5.830 mts, al sur la impresionante pirámide del Artesonraju de 6.025 mts, escalada por nosotros el año 1988 por su pared sur.

Artesonraju

Foto: Nevado Artesonraju.

Cancelados los correspondientes honorarios a los arrieros se establece el contrato de regreso para el día viernes 6 de Agosto; pronto se levantaron nuestras carpas y el campamento toma vida, el clima se presentaba inestable y por las tardes una lluvia nos visitaba.

Dos días permanecimos en el campo de base, aclimatando nuestro organismo a la altura. Se realizaron un par de viajes al campo Nº1, el primero con el objeto de visualizar la ruta de ascenso y el otro un transporte de equipo y alimentación; visitamos una pequeña laguna de glaciar donde flotan los trozos de hielo que se desprenden desde los milenarios glaciares al pie de las montañas, luego se forman los torrentosos ríos que alimentan las lagunas, para continuar y perderse en las aguas del Pacífico.

El lugar es precioso y cuando el sol se encuentra en el ocaso es el momento ideal para captar las mejores fotografías artísticas. Escuchar música, conversar, leer, cocinar y preparar el equipo es el quehacer de la vida en el campo de base.

Domingo primero de Agosto, después de un rico almuerzo y dejar una carpa en el campo base, comienza nuestro desplazamiento. Con las mochilas bastantes pesadas nos acercamos a la morrena frontal para tomar la ruta que nos llevará al campo Nº1. El sendero se encuentra bien marcado, lentamente vamos ganando altura, las pulsaciones aumentan lo que nos indica que estamos en los 4.600 mts, al atardecer y sobre unas lustrosas rocas graníticas aborregadas se instala el campamento.

El calor reinante en la carpa nos sacó de nuestro saco de dormir, desarmar las carpas y continuar con la ascensión, a pocos metros de caminar debemos de colocarnos los grampones, se ingresa al paraíso del glaciar, avanzamos sorteando las distintas dificultades de la ruta de escalada, nuestra angustia es el intenso calor, ya que podrían producirse las avalanchas, además debilitar los puentes sobre las grietas. Cerca de las 15:00 hrs alcanzamos la base de la pared, la que nos conduce al col. Es un tramo de 150 mts con bastante pendiente, aquí debemos de encordarnos y avanzar asegurados, del intenso calor rápidamente se pasa al frío.

El sector se encuentra con sombra, la temperatura desciende rápidamente; colocar los seguros y esperar el avance del compañero es cuando más frío se siente, las manos y los pies es lo que más sufre, la terraza del relevo es pequeña e incómoda, se pierde tiempo en las maniobras con la cuerda y comienza la intranquilidad, sólo se escucha el "apúrate".

Al final se llega al col, que agradable sentir nuevamente el tibio calor. Los primeros ya están armando las carpas, gran euforia en el campamento, por fin ya estamos observando el objetivo en toda su dimensión y toda la ruta de escalada. La vista es bellísima y cuando el sol comienza a desaparecer por el occidente es cuando las montañas se visten de gala, el tono rojizo que adquieren permite obtener las fotos artísticas más impresionantes, un verdadero espectáculo para el escalador.

12:20, el despertador rompe el silencio del glaciar: "Levantarse". Es el comienzo del día Martes 2 de Agosto, pronto se escuchan los anafres calentando el agua, se escucha "puchas, se congeló el agua de la cantimplora" obligando salir de la carpa y sacar nieve y fundirla. Es más demoroso. Todo el campamento está en movimiento. El desayuno consiste en leche con cerelac y azúcar a cuchara "pará", galletas, queso, té o café, luego llenar los termos con jugo y abandonar el saco de dormir, afuera la temperatura es ideal, colocarnos los grampones, el arnés de escalada, distribuir el material técnico, guardar la ración del día, la cámara de video, todo esto nos demanda dos horas.

Cerca de las 02:25 hrs abandonamos el campamento. Con la ayuda de las linternas frontales caminamos por el glaciar sorteando las distintas grietas, ya en la base de la pared nos detuvo una rimaya, buscar la pasada nos llevó algún tiempo. El puente se encontraba muy débil por lo que tuvimos que asegurar con una cuerda fija, luego la rampa de hielo que se encontraba en condiciones ideales para la escalada libre sin seguros, cada escalador lleva su propio ritmo, los grampones y piolet muerden eficazmente el hielo, una danza perfecta en el salón de baile más bello.

Por el oriente el sol comienza a mostrar sus primeras luces, y es cuando aparece un viento fresco que parte la cara. Apuramos la escalada, lentamente la pendiente se termina y alcanzo la arista cimera, paso a paso gano altura por la delicada arista que oculta las cornisas, a veces el viento detiene el avance y debo protegerme para no salir disparado 1.000 metros de pared. Sergio Zarate, mi gran amigo y excelente escalador me recibe con los brazos abiertos en la cima de la montaña, son las 08:30 hrs. Lleva 30 minutos en la cumbre del Quitaraju, pronto con un paso lento protegiéndose del traicionero viento aparece nuestro veterano expedicionario Sergio Cantin.

Desde la cima se observa una gran parte de la Cordillera Blanca, sobresaliendo el nevado del Huascarán, los formidables Huandoy y el escabroso Santa Cruz. El frío y el viento nos despiden de la cima, pero antes las fotos de rigor y una corta grabación en video. En la arista se instala el primer rápel de 47 metros, bajo el segundo rápel aparece Luis Álvarez que por seguridad se unió con la cuerda a Juan Luis Celis, cerca, a pocos metros la cordada de Arturo Saavedra y Rodrigo Aguilera, les indicamos la instalación de los rápeles y continuaron con la escalada, al cuarto rápel nos encontramos con Miguel Elissalt e Ignacio Arancibia quienes no se encontraban en condiciones para continuar, juntos descendemos los siguientes siete rápeles, en la rimaya dejamos una cuerda fija, y pronto se alcanzó el glaciar.

Huandoys

Foto: Nevado Huandoy.

Nuestros amigos también alcanzaron la cima y ya están bajando. En el glaciar la temperatura es muy alta y no hay nada de viento, el cansancio hace presa de nosotros, son las 16:00 hrs y se camina muy lento, como autómatas, a duras penas llegamos al campamento, otros escaladores que se encontraban en el campo nos saludan y felicitan por la magnífica primera ascensión chilena para esta bella montaña. Cada uno se cobija y descansa en su saco de dormir, sólo se despierta para alcanzar la cantimplora y beber jugo.

Al otro día nuestros compañeros descienden al campamento base. Luis Álvarez y yo decidimos escalar la montaña más bella de la tierra, el nevado Alpamayo...

Expedición organizada por la Rama de andinismo de la Universidad de Santiago de Chile, con la participación de cinco jóvenes escaladores de la rama de andinismo de la Universidad Mayor.

Nuestros agradecimientos a:

  • Departamento de Deportes USACH, Federación de Andinismo de Chile, Turismo Carretel, LAN CHILE.

Autor: Claudio Gálvez Santibáñez, Jefe de expedición Santiago, Agosto 1993.

NDLR: Extraído del Anuario de Montaña FEACH 1989-1993 y complementado con fotos del archivo de los Perros Alpinos.

 

"Al lado del muro de hielo, patitiesos por el rumor frío de la nieve, escuchábamos el paso perentorio y mirábamos nerviosos la cara de la muerte, la salvaje compañera. Y salta el corazón dentro del pecho, para sentir el músculo y el alma tensos como el acero, preparados para luchar con un nuevo resalte…"

Geoffrey Young.