Accidente Aéreo en la Cordillera de Linares
La redacción del Anuario de Montaña cumple con el deber de destacar la humanitaria labor desarrollada por el Cuerpo de Socorro Andino en el rescate de las víctimas del accidente del Avión Douglas DC-3, de Abril de 1960, proporcionando un resumen del informe elevado por la jefatura de dicha institución a la Federación de Andinismo y Excursionismo de Chile.
En los primeros días del mes de Abril, se extravió el Avión Douglas DC-3 de la Línea Aérea, en vuelo desde el sur hacia Santiago por la aerovía 45. De inmediato se comenzó la búsqueda, actuando el Servicio Aéreo de Rescate de la FACH.
Cuatro días más tarde Línea Aérea solicito ayuda al Cuerpo de Socorro Andino cuyos jefes se pusieron prontamente a disposición de dicha institución.
Durante los días 9 y 10 de Abril, se efectuaron diversos reconocimientos aéreos, con la participación de miembros del CSA, en los que se sobrevolaron las cordilleras de las Provincias comprendidas entre San Fernando y Bio Bio, sin resultados positivos.
En la tarde del lunes 10 se supo que el avión había sido localizado en la Zona de Linares a una altura aproximada de 7000 pies; 2100 mts. El CSA formó las patrullas de rescate, las que luego efectuaron rápidamente los preparativos de rescate.
El señor Humberto Vottero, a quién la Línea Aérea había designado Jefe de la operación de rescate, puso inmediatamente a disposición del CSA un avión DC-3 para sobrevolar la zona del accidente a fin de poder seleccionar la ruta de acceso. En base a las observaciones realizadas, se decidió que la ruta más practicable era la que miraba a las Lagunas Cuellar.
De inmediato se efectuó una reunión entre el CSA, el Ejército y la Línea Aérea en la que se determinó, a proposición del Capitán Rodríguez, el traslado de los voluntarios del CSA al lugar denominado Cabeza del Valle del Toro, en helicóptero.
Por motivos de movilización, las patrullas se dividieron en dos grupos, partiendo el primero a las 14:00 horas, llegando a la Cabeza del Valle del Toro y comenzando de inmediato la ascensión hasta una planicie, donde pernoctaron.
El miércoles 12 se comenzó la subida por una canaleta que desemboca en una meseta, ubicación posterior del Campamento Rojo, y desde ahí al filo del Cerro La Gotera, por faldeos de fuerte pendiente. Desde dicho filo se divisaron los restos del avión, llegando a ellos a las 12:00 horas.
El avión tenía los dos tercios anteriores totalmente destrozados, estando la parte posterior en buenas condiciones. Un ala estaba a 15 mts del resto, y los dos motores a mayor distancia. No había sobrevivientes.
Se tomaron varias fotos de orden técnico, solicitadas por la Línea Aérea y se dejó todo en el estado en que se había encontrado. Luego de comprobar que nadie había llegado al lugar, se inicio el descenso. En el ventisquero se cruzaron con una patrulla militar al mando del Teniente Castillo, que se dirigía a los restos.
A 2 horas de marcha del avión, se ubicó la plataforma en que se había pernoctado la noche anterior, y a la que habían llegado las demás patrullas militares al mando del Teniente Sotomayor, quien había efectuado la travesía desde el Campamento Copihue hasta este lugar.
El segundo grupo de voluntarios del CSA había llegado a Cabeza del Valle del Toro, donde pernoctaron. El miércoles 12 en la mañana llegó el Capitán García, que se haría cargo de las patrullas militares. Todos siguieron hasta el Valle de Lagunas Cuellar, donde instalaron el Campamento Blanco donde se instaló una posta del CSA atendida por su medico Dr. Eneas Valenzuela, quien llevaba material y medicamentos proporcionados por la Asistencia Publica de Santiago, posta que prestó gran utilidad a las numerosas personas que intentaron llegar a los restos del avión.
En la tarde hicieron contacto en el Campamento Rojo, los dos grupos del CSA. Se solicitaron alimentos y transmisores de radio para facilitar las comunicaciones.
En la tarde llegaron al Campamento Blanco los señores Julio Tapia, Fiscal de la FACH, y Luís Ríos, quienes eran comisionados de la FACH para levantar el sumario correspondiente y al Campamento Rojo, el Comandante Marín, perito de la FACH, y el Teniente Botinelli.
En el Campamento Rojo, para organizar el rescate de las victimas, se reunieron el Comandante Marín, el Capitán García y el señor Guillermo Silva. Jefe del CSA.
El jueves 13 subieron hasta el lugar del accidente los señores Marín, García y Silva, procediendo al reconocimiento de los restos; y previa orden del Comandante Marín se comenzó la tarea del rescate, cooperando los voluntarios del CSA y las patrullas militares.
Mientras se efectuaba el rescate y traslado de las victimas, llego al Campamento Blanco una patrulla de carabineros al mando del Teniente Carlos Gallegos, la que continuó hasta el lugar del accidente, y los señores Jorge Ríos y Stanley Allen, de la Línea Aérea y Pratt and Whitney Aircraft, respectivamente.
El traslado de las victimas fue bastante penoso y solo se terminó el sábado 15, día en que los restos fueron trasladados a Linares en helicóptero desde el Campamento Rojo.
El mismo día sábado el Jefe del Cuerpo de Socorro Andino señor Guillermo Silva, hizo entrega al Fiscal de la Línea Aérea de todos los documentos, dinero y especies encontradas, levantándose el acta correspondiente que fue firmada por el señor Fiscal, el Capitán García, los señores Silva y San Román, Jefe del CSA y de la Federación de Andinismo respectivamente.
Los voluntarios del CSA fueron evacuados entre los días sábado y domingo, debiendo ser atendido el voluntario señor Osiel González, quien sufrió un traumatismo en el codo derecho.
Una vez reunidos en Linares, el Cuerpo de Socorro Andino dio por terminada su labor, regresando a Santiago.
NDLR: Extraído del Anuario de Montaña FEACH 1961.
"Cada vez brilla una faceta nueva en el cristal, cada paso, es un nuevo paso hacia nuevas posibilidades ilimitadas..."
Kurt Diemberger.